Un mensaje claro es mejor

Par mi escribir es un hobby. Es un ejercicio diario que hago para aprender a comunicarme mejor. Escribir me ayuda a clarificar mis pensamientos, me ayuda a ordenar mis ideas y simplificar lo que quiero decir. ¿Qué obtengo de regreso por escribir todos los días? Pues aún no cobro por lo que escribo pero sí estoy empezando a construir mensajes más claros y concisos.

No importa si estamos teniendo una conversación personal, redactando un copy de marketing, preparando un pitch de ventas o pidiendo ayuda a un compañero, un mensaje claro siempre es mejor. Los beneficios de clarificar nuestros pensamientos son infinitos.

Es importante recordar que la única razón por la que un ser humano se comunica con otro es para tratar de poner una idea que tiene adentro de su cabeza adentro de la cabeza de la otra persona. He aquí la importancia de una comunicación clara y concisa. Es lo que nos permite que las otras personas puedan ver el mundo de una manera similar a la nuestra.

Para que otra persona pueda ver algo que está adentro de nuestra cabeza con unos lentes parecidos a los nuestros, lo primero que tiene que suceder es que nosotros debemos tener claros nuestros propios pensamientos. Si nosotros mismos no podemos clarificar nuestros propios pensamientos estamos perdidos. Luego nosotros debemos articular esos pensamientos de la manera más clara y concisa que nos sea posible. Solo al llegar acá estaremos en un punto en el cual tendremos la oportunidad de que la otra persona reciba nuestro mensaje y lo pueda reconstruir de una manera similar a lo que queríamos decir. De lo contrario, la comunicación fracasará.

Definitivamente que un mensaje claro es mejor.

La mente engaña

Estás ahí sentado, esperando un trágico desenlace que lo más probable es que nunca llegará. Sientes la ansiedad invadir cada rincón de tu cuerpo y con cada segundo las historias en tu cabeza se alimentan de tu incertidumbre para crear desenlaces cada vez más nefastos. Esto es normal. Tu mente solo está haciendo su trabajo.

¡Por supuesto! Evolutivamente el trabajo principal de la mente es mantenernos seguros y ayudarnos a sobrevivir. La mejor manera de lograr su objetivo es ser excesivamente exagerada. La mente todo el tiempo está buscando qué podría salir mal y cuándo lo encuentra lo exagera exponencialmente. Así es como ella nos trata de mantener vivos.

Aunque esta ardua tarea que no tiene descanso es muy noble si no se controla causa una gran cantidad de sufrimiento innecesario. Como bien lo dijo el gran filosofo estoico Seneca, “sufrimos más en nuestros pensamientos que en la realidad”.

El peligro y las amenazas son reales. Es importante estar atentos y alertas. De lo contrario en cualquier momento una amenaza nos podría tomar por sorpresa y causarnos mucho daño. Pero ojo, esto no es lo mismo que imaginarnos cosas terribles que están muy lejos de lo que realmente podría pasar. Esto ya es sufrir por gusto. El miedo a lo desconocido fácilmente se puede salir de control. Es importante mantener una mente clara y enfocada en la realidad. Así sufriremos mucho menos y al mismo tiempo estaremos lo más seguros posible.

Estructura

La estructura es buena. Y también puede ser muy mala. Al igual que todo, la estructura simplemente es. Su utilidad depende completamente de cómo se decida utilizar.

A veces se escucha decir que unos niños necesitan más estructura que otros y que de esto depende que colegio les será más beneficioso. También se escucha decir que todos los niños se benefician de tener mucha estructura durante sus años formativos. No sé.

La palabra estructura también se utiliza para describir la manera de pensar de las personas. Hay personas que tienen pensamientos más estructurados que otras. Se cree que estas personas son menos creativas. Lo opuesto también es una fuerte creencia popular. Las personas con pensamientos “desordenados” son más creativas. En realidad, ¿quién sabe? Yo nunca he visto datos científicos que respalden cualquiera de estas dos creencias acerca de la estructura de los pensamientos de las personas.

En mi experiencia diaria la estructura funciona para:

  • Tener reuniones efectivas
  • Eficientizar la operación
  • Aprovechar el tiempo al máximo
  • Ejecutar planes de acción
  • Cumplir presupuestos
  • Finanzas y contabilidad

En mi experiencia diaria la estructura no funciona para:

  • Innovar
  • Diseñar nuevos produtos o procesos
  • Desarrollar software
  • Definir estrategias
  • Crear y fortalecer relaciones
  • Fortalecer la cultura de una empresa

Al igual que un cuchillo, la estructura puede salvar o matar a una empresa. Como emprendedores es importante entender cómo utilizar de la mejor manera cada una de las herramientas que tenemos a nuestra disposición. Lo último que debemos hacer es empezar a ver que todo tiene cara de clavo solo porque encontramos un martillo.

Los frutos del silencio

“La incapacidad de pensar es la causa principal de muchos de los problemas que hay en el mundo”, dicen por ahí. No estoy de acuerdo. De hecho, creo que la torrente incesante de pensamientos que no nos dan un segundo de paz es la causa de la mayoría de problemas que hay en el mundo.

Las decisiones, ideas y acciones que cambian el mundo para bien son el fruto de los momentos de silencio en los cuales una paz ancestral inunda la mente. Es en el silencio en donde las personas pueden conectar con su verdadero ser. Es el silencio la tierra fértil en la cual nacen los más grandes actos de generosidad y las ideas más revolucionarias que pueden cambiar el rumbo de la historia.

El ruido y los pensamientos inconscientes que no dejan de surgir, uno tras otro, son los verdaderos enemigos. Su incesable presencia en nuestra mente no deja que la sabiduría del silencio se pueda escuchar. Es en medio de todo este ruido que la creencia de que las cosas pueden llegar a estar mejor se extingue poco a poco hasta no dejar rastro alguno.

Cuando veamos a nuestro alrededor y nos deleitemos de lo maravilloso que hoy es el mundo tratemos de no olvidar que todo lo que tenemos no son más que los frutos del silencio que millones de personas que vivieron antes que nosotros se atrevieron a escuchar.

Saber esperar

Estos últimos días como que he estado obsesionado con el tema de cuándo actuar y cuándo esperar. Hoy particularmente he estado pensando en lo importante que es saber esperar.

Esperar algo por definición implica que no hay nada que se pueda hacer para traer ese algo al presente. La única opción para tenerlo que existe, valga la redundancia, es esperar, dejar que el futuro llegue a su ritmo natural. Si estamos esperando es porque la llegada de algo está totalmente fuera de nuestro control.

Es este “fuera de nuestro control” es lo que usualmente genera la ansiedad. Nos cuesta mucho estar tranquilos con algo sobre lo que no podemos ejercer control. Cuando estamos esperando lo único que podemos controlar son nuestros propios pensamientos acerca del futuro (cómo será aquello que estamos esperando que suceda.)

Saber esperar es saber darle su tiempo al tiempo. Es dejar de querer que el futuro llegue ya. Es dejar de imaginarnos como irán a ser las cosas sin tener certeza de qué es lo que realmente pasará. Saber esperar es poder vivir tranquilos hoy sin comprometer un futuro mejor.

El piano en tu espalda

Hay días que se sienten más livianos que otros. Hay momentos en los que hacer lo que se tiene que hacer es fácil. Hay otros en los que tan solo pensar en empezar es una batalla campal. Todo da vueltas alrededor de el piano en tu espalda.

Verás, el piano que sientes que estás cargando en tu espalda en realidad no existe. Es un producto de tu imaginación. Todo lo que sientes y piensas, por real que te parezca, tan solo está ocurriendo dentro de tu cabeza. Sí, también aplica a ese peso que no te deja moverte por este mundo con libertad.

Si te quieres sentir un poco más liviano para así poder llegar un poco más lejos, todo lo que debes hacer es soltar el piano —cambiar tu manera de pensar. Todo ese peso que sientes solo existe porque tus pensamientos le han dado inercia y masa. Cambia tus pensamientos y soltaras el ancla que no te está dejando avanzar.

Todas son malas ideas

No hay idea que aguante su primer colisión con la realidad. Eso de que hay ideas buenas e ideas malas es puro cuento de hadas. ¡No hay buenas ideas! Toda idea, en cuanto sale de la mente que la creó, está destinada a morir y para optar a sobrevivir tendrá que transformarse inmediatamente en algo mas. Una idea solo empieza a funcionar cuando deja de ser idea (ya ha salido de la mente) y se empieza a ejecutar (tiene contacto con la realidad).

Una idea no puede fracasar mientras vive en la mente de su creador, ese lugar seguro del que tanto teme salir. Todos sabemos que nuestras ideas fracasaran, al menos en su forma inicial, y es por esto que nos tardamos tanto tiempo empezar a trabajar en todas esas nuevas ideas que tanto nos apasionan pero no podemos concretar.

Pero al retener nuestras ideas en el ambiente calentito y protector de nuestras mentes solo las estamos privando de la posibilidad de fracasar y convertirse en algo útil. Las estamos dejando quedarse como malas ideas hasta el momento en que tengamos el valor de liberarlas y que decidamos fracasar junto a ellas en el instante que colisionen con la realidad.

Y es por esto que tenemos que empezar a pensar menos y a hacer más. Solo de esta manera podremos cambiar todas esas malas ideas en proyectos que funcionen de verdad.

Esta es una invitación para que saquemos todas esas ideas de nuestras cabezas y que experimentemos con ellas cuanto antes podamos en el mundo real. Tal vez entender que todas las ideas son malas, que todas están destinadas a morir y que está en nosotros luchar por convertirlas en algo útil nos ayudará a perder el miedo de empezar.

Una nueva etapa

Una nueva etapa, ya sea en el mundo profesional o personal, es usualmente detonada por un cambio en la manera de pensar. Algo hace “click” y no hay marcha atrás. Las excusas se desvanecen y con una convicción inquebrantable nos lanzamos hacia el gran vacío de lo desconocido.

La siguiente etapa de tu vida te está esperando. Bueno, está más bien esperando que cambies tu manera de pensar. Mientras sigas viendo el mundo con los mismo ojos, seguirás defendiendo que las cosas sigan como están. No podrás hacer los cambios fundamentales que son necesarios para arrancar la nueva etapa de tu vida.

En términos prácticos, arrancar una nueva etapa tan solo requiere de una decisión. La decisión tan solo se puede tomar después de haber cambiado tu manera de pensar. Muchas veces basta con decir “suficiente” o “ya no más”. Otras veces se necesita un “quiero más de mi vida” o “sé que hay algo más para mi”. Sea la situación que sea, la nueva etapa que te está esperando está justo al otro lado de ese miedo que no te está dejando cambiar.

No esperes naranjas si estás sembrando manzanas

El pasado viernes, muy temprano por la mañana, grabé un episodio de mi Podcast Conceptos. Lo que más me gusta de el Podcast son los pedacitos de oro que dejan las conversaciones que se graban. El episodio de esta semana excedió las expectativas.

La conversación fue acerca del entrenamiento mental y la importancia de nuestros pensamientos. “Manolo, una persona no puede esperar tener resultados positivos si está teniendo pensamientos negativos.”, me dijo Stephanie. “Es cómo estar sembrando semillas de manzana y luego esperar tener arboles de naranja”.

Hace tanto sentido cuando uno lo ve así. Pero la mayor parte del tiempo simplemente no estamos conscientes de nuestros pensamientos. “Una persona tiene aproximadamente 90,000 pensamientos al día.”, afirmó Stephanie. Me resulta impresionante lo poco conscientes que estamos de la mayoría de esos pensamientos –al menos sé que en mi caso es así–.

El primer paso es poder estar conscientes de qué tipo de pensamientos estamos teniendo. El segundo paso es tener claramente definido el objetivo que queremos lograr. El tercer paso es asegurarnos que los pensamientos que estamos teniendo nos conduzcan a los objetivos que queremos lograr. De lo contrario, estaremos sembrando manzanas y esperando tener naranjas.

Cuando solo respiro…

Cuando solo respiro nada me hace falta. En esos breves momentos todo es perfecto – al menos así parece ser para mí. Cuando solo respiro entro en un mundo tan singular que tan solo puede existir dentro de mí.

Las preocupaciones, ansiedades e incluso las alegrías y anhelos dejan de ser cuando solo respiro. Me parece algo extraño pero la mejor sensación de todas es poder ver de lejos mis pensamientos y emociones ir y venir sin que puedan apoderarse de mi ser.

Cuando solo respiro soy yo mismo, sin ser prisionero de mis prejuicios y expectativas. Respiro solo para mí, sin tratar de estar bien con nada ni nadie a mi alrededor.

Que liberador es perderse en el ritmo de mi propia respiración! Que liberador es flotar en ese ritmo único que solo mi cuerpo puede crear. Es magnifico poder ver en los instantes que solo respiro, que las cosas son perfectas tal y como son, cuando solo respiro…