Participar no es fácil pero es necesario

El dialogo que se da en redes sociales es interminable. La cantidad de temas que se tratan es infinito. El perfil de las personas que argumentan para un lado o para el otro es tan diverso como los anuncios con que nos bombardean la mismas redes. Hay mucho ruido y poca señal.

Participar en este mar de confusión y ataques personales no es fácil. Aunque la cantidad de contenido que se genera es enorme, debemos reconocer que solo la minoría de personas deciden participar en el dialogo que se da en línea. Recordemos, es este dialogo el que le está dando forma a nuestra cultura y sociedad. Este silencio priva al mundo de tantos puntos de vista que urgentemente necesitamos escuchar. Los mensajes y posturas que dominan las redes son las de los mismos actores de siempre. Urgentemente necesitamos de algo nuevo, algo fresco.

Participar no es fácil pero es necesario. Sé de tantas personas que tienen pensamientos muy valiosos pero deciden callar. Sé de tantas personas que piensan diferente pero deciden no compartir lo que piensan. Sé de tantas personas que saben debatir con integridad y sin atacar a nadie, personas cuyo objetivo es buscar la verdad. Ellas tambien, en muchos de los casos, deciden ver desde fuera sin hacer el esfuerzo de guiar a los demás. Y también sé que yo muchas veces callo cosas que sé que se debieran decir. Participar no es fácil pero es necesario.

Si nada es suficiente…

“Nada es suficiente para quien lo suficiente es poco.”

— Epicuro

¿Cómo puede alguien escribir una frase tan breve que contenga tanta sabiduría? Hay tanto ahí que no sé por donde empezar. Tal vez lo mejor es iniciar con el análisis de lo que significa “suficiente.”

El diccionario dice que suficiente es “lo adecuado para cubrir lo necesario.” Es decir, suficiente es lo mínimo que se requiere para poder estar bien. Y es acá en donde se pone interesante la cosa. Cada persona decide constantemente qué es lo que requiere para sentir que está bien (que tiene lo suficiente). Puede ser que una persona requiera tener 2 casas y 5 millones dólares en el banco para sentir que está bien mientras que otra sólo requiera estar rodeado de seres queridos. Mas allá de las necesidades básicas de supervivencia, estar bien es algo totalmente subjetivo.

Entonces, ¿Qué sucede cuando una persona cree que lo suficiente es muy poco? Naturalmente buscará más de lo “adecuado para cubrir lo necesario”. Esto es lo que hacemos los seres humanos y es la base de todo el progreso que experimentamos como especie. El hecho de no conformarnos es lo que nos mueve hacia adelante. Esto es bueno.

¿Y qué sucede cuando una persona alcanza más de lo adecuado para cubrir lo necesario pero cree que eso no es suficiente? Se siente insatisfecha y el ciclo empieza de nuevo. Y esto se vuelve a repetir una y otra vez hasta el infinito. ¿Es esto bueno? ¿Es esto malo? No les puedo decir pero creo que es una situación que todos experimentaremos en nuestras vidas todo el tiempo.

Lo que sí le puedo decir es que si está condición de “siempre querer más” se llega a apoderar de nuestras vidas nunca podremos llegar a sentirnos bien con lo que tenemos. Creo que esto es una tragedia y lo debemos tratar de evitar.

Entonces, ¿Qué hacer? Una posible solución puede ser cambiar nuestras “necesidades” por “preferencias”. Por ejemplo, es muy diferente decir “prefiero cambiar mi carro cada dos años” que decir “necesito cambiar mi carro cada dos años”. Este pequeño cambio semántico nos lleva a una situación en la cual siempre estaremos buscando obtener más mientras al mismo tiempo podemos disfrutar lo que ya tenemos y así experimentar lo suficiente cómo suficiente y no como escasez.

La falsa ilusión de la necesidad

El concepto de necesidad es interesante. Según Wikipedia necesidad es: “El estado de un ser en que se halla en carencia de un elemento, y su consecución resulta indispensable para vivir en un estado de bienestar corporal (y a veces espiritual) pleno.” En otras palabras, si no tenemos algo que necesitamos, no podemos estar bien.

Es en la parte de “no poder estar bien” que nace la falsa ilusión dé la necesidad. Y es por esta falsa ilusión que existe tanto dolor y frustración en la humanidad.

Hay tantas cosas que experimentamos como necesarias que en realidad solo son preferencias. La ilusión de creer que las necesitamos es la fuente de mucho sufrimiento. Es difícil de explicar pero vale la pena intentarlo.

Puede ser que lo mejor sea compartir un ejemplo. Con un ejemplo se podrá explorar la confusión a nivel intelectual.

Un ejemplo muy común es que alguien piense: “Hoy tengo que ir al supermercado por qué ya no hay comida”. Oook. ¿Qué lo peor que podría pasar si no se va al supermercado?

  • Puede ser que sí haya comida en la casa pero no la que se prefiere comer ese día. Si este es el caso la necesidad desaparece y lo que se quiere decir es: “Prefiero ir al supermercado hoy que comer lo que ya tengo en casa.”
  • A lo mejor en realidad ya no hay nada de comida en la casa pero sí hay recursos para ir a un restaurante o pedir comida a domicilio. Sin embargo por alguna razón se prefiere traer comida a casa y cocinarla. No se necesita ir al supermercado. Se prefiere comer comida casera que comida de restaurante o pedir a domicilio.
  • Si realmente no hay nada de nada comida en la casa y no hay acceso a comida a domicilio, no se puede ir a un restaurante, no se tienen recursos en ese día, etc., lo que pasa es que se comerá hasta mañana. Nadie va a morir de hambre en este, el peor de los escenarios. Se pasará hambre por un tiempo —algo que no es nada agradable y no se debe menospreciar— pero todo estará bien eventualmente. Claro, prefiero ir al supermercado hoy para no pasar un día de hambre pero no lo necesito. Después de todo, el ser humano puede pasar semanas sin comer antes de morir.

Uso este ejemplo para evidenciar la distinción entre una necesidad real y una preferencia. Pasamos tanto de nuestro tiempo sufriendo por no tener cosas que sentimos que necesitamos cuando en realidad solo son preferencias que hemos decido crear en nuestras mentes.

“Paso mucha ansiedad por qué siento que necesito cambiar mi teléfono que está en perfectas condiciones y que tiene solo una año de uso. Necesito tener el más nuevo.” “Vivo endeudado por qué siento que tengo que tener el carro del año para encajar en mi círculo social.” “Necesito que mis hijos sean abanderados o los mejores de la clase para sentirme orgulloso de ellos.” Etc.

Realmente los seres humanos necesitamos muy, muy poco. En países como el mío es más que evidente. Necesitamos comer, una vez cada 3 ó 4 días. Necesitamos agua. Necesitamos algo de albergue. Necesitamos compañía. Todo lo demás son preferencias. Prefiero comer lomito que comer lechuga. Claro, obtener algunas de estas preferencias cambia totalmente nuestra experiencia de vida. Pero reconocer que preferimos algo y que no lo necesitamos nos permite manejar situaciones adversas con un estado emocional mucho más positivo.

Un “truco” simple que se recomienda hacer es cambiar el lenguaje que usamos y sustituir la palabra “necesidad” por la palabra “preferencia” en todos nuestros diálogos, tanto externos como internos. Si piensas “Hoy prefiero ir al supermercado” y no puedes ir te sentirás mucho mejor que si estabas pensando “Hoy necesito ir al supermercado”.

Pruébalo y veras la diferencia.