Prisión

Prisión no es un lugar al que alguien más te puede llevar para privarte de tu “libertad”. Prisión no es un lugar físico del que tu cuerpo no puede salir. Prisión no es a donde los “culpables” van a pagar por sus infracciones. No, nada de esto es una prisión.

Prisión es no poder escapar de los impulsos de tu cuerpo. Prisión es ser esclavo de una adicción. Prisión es la incapacidad de poder cambiar tu manera de pensar. Prisión es creer que tu manera de ver el mundo es lo mismo que la realidad. Prisión es sacrificar lo más sagrado una y otra vez por no poder vencer ese miedo que no te deja vivir.

La prisión nunca es algo que está allá afuera. La verdadera prisión siempre está dentro de ti.

Desuso de cuerpo, mente y alma

Este mundo en el que vivimos está a favor del balance. Si algo se utiliza demasiado, se arruina. Si algo no se utiliza, también se arruina.

El caso del uso excesivo es muy natural y lo tenemos más presente. “Si hago demasiado ejercicio, me dolerá el cuerpo e incluso me puedo lesionar”. “Si revoluciono el carro hasta el máximo por mucho tiempo, puedo fundir el motor”. “Si trabajo demasiado tiempo seguido, me puedo quemar.”

El caso de el desuso es un poco más engañoso. Creo que puede ser derivado de lo arraigado que tenemos la idea de que la sobre-utilización causa daño pero creemos que no usar algo puede ser bueno. Es innegable, el descanso es necesario, es algo bueno. Pero el exceso de descanso o desuso puede ser muy dañino. Atrofia, debilita y deteriora.

Cuando una persona pierde movilidad por tiempo prolongado, sus músculos pierden fuerza y flexibilidad. Al recuperar movilidad el cuerpo se deberá rehabilitar. También se sabe que la mejor manera de prevenir el Alzheimer es mantener una mente activa y leer bastante. Una mente muy pasiva es más propensa a esta enfermedad. Cuando un carro no se usa en mucho tiempo, cuesta que arranque.

Todo esto me vino a la mente ayer que saqué un pantalón para ponerme. Para ser honesto no he usado pantalones de vestir durante toda la pandemia. Han sido meses desde que los he voteado a ver. Pueden ver la foto del pantalón arriba. Todos mis pantalones están igual.

La imagen del pantalón lleno de moho me invitó a pensar en el desuso de nuestra mente, cuerpo y alma. Pude, de manera muy clara, visualizar mi mente llena de moho igual que el pantalón. Y el interior de mi cuerpo. Y mi alma! No, no podemos dejar que esto nos suceda como seres humanos. Pandemia o no debemos usar para bien lo más preciado que tenemos: todo nuestro ser.

pd. Ya aprendí que un poco de vinagre ayuda a remover el moho de la ropa.

Recuperación

Es tan fácil comprender que el cuerpo necesita reponerse y recuperar energía. Sabemos que necesitamos dormir y descansar después de hacer ejercicio. El mismo cuerpo se encarga de gritarnos cuando es momento de descansar.

Lastimosamente no ocurre lo mismo con la mente y el espíritu. Ambos se pueden desgastar hasta el punto de quiebre antes de que siquiera nos demos cuenta de que se empezaron a cansar. Al igual que el cuerpo, estos aspectos intangibles del ser humano experimentan cansancio y deben recuperarse.

El atleta de alto rendimiento que lleva un fuerte régimen de entreno y que empuja su cuerpo al límite en cada sesión de entreno sabe que el proceso de recuperación de su cuerpo es casi tan importante como el trabajo que hace durante el entreno. Descansar es vital para sostener un buen rendimiento.

Lo mismo se necesita para la mente y el espíritu. Después de una larga jornada de trabajo, una buena caminata al aire libre para despejar la mente. Después de una intensa sesión para resolver un problema, 15 minutos de distracción. Después de 3 meses de enfrentar constantes problemas y experimentar mucho estrés, una semana rodeado por silencio y naturaleza.

Puede parecer que no está pasando nada grave o que simplemente no estás cómodo con alguna situación. Pero en el fondo hay una sensación de inconformidad que a veces no te deja ni respirar. De alguna manera dejas de percibir las cosas que días antes te motivaban a seguir y las ganas de seguir cada vez son mas difíciles de conseguir. Ten cuidado, esto pueden ser tu mente y tu espíritu gritándote que se necesitan recuperar. Déjalos descansar.

La lucha por tu vida

A menudo se piensa que “la vida” es algún tipo de plan que se debe desarrollar a muy largo plazo. Algo que tardará décadas para llegar o, peor aún, algo que ocurrió décadas atrás. Es de está confusión que nacen expresiones como “¿Qué voy a hacer con el resto de mi vida?” y “No estoy muy contento con la dirección que está tomando mi vida”.

Pero la vida no es más que la suma de las experiencias que se viven minuto a minuto. La vida es hoy, no es mañana ni tampoco fue ayer. Está justo frente a ti todo el tiempo. El problema es que la mayoría del tiempo estás demasiado distraído como para darte cuenta de todo lo que estás dejando ir en este preciso momento.

Esta distracción no tiene nada que ver con no tener tiempo externo. Si, yo sé, tengo que entregar este proyecto en el trabajo, tengo que cuidar a los niños y mi jefe me pidió que cubra a un compañero de trabajo. Una vez más, este no es el problema. El problema es la falta de tiempo interno. De la cantidad de tiempo que tiene tu mente libre para fijar su atención en como se está deslvonviaendo tu vida en cada instante.

Es posible estar muy ocupado y tener un millón de cosas que hacer y aún así estar presente en lo que se está viviendo. Al estar presente estás viviendo tu vida. Para estar presente debes liberar a tu mente para que se pueda enfocar en el ahora. De lo contrario, sólo estás pasando de paseo por este mundo.

La lucha por tu vida empieza por recuperar la maravilla de este momento. No tiene nada que ver con hacer grandes planes y querer que las cosas sean diametralmente opuestas a cómo son ahora en unos cuentos años.

La lucha por tu vida es aprender a callar tu mente para poder escuchar el momento. Es dejar de estar perdido en pensamientos —que usualmente son remordimientos acerca del pasado o ansiedades acerca del futuro— para poder vivir en calma hoy.

La lucha por tu vida es recobrar el control de como quieres experimentar todo lo que el mundo te quiere regalar. Es empezar a juzgar un poco menos y empezar a agradecer un poco más. Es estar en contacto contigo mismo. Es estar presente en este momento en lugar de estar perdido entre millones de deseos de que las cosas fueran diferentes a como son.

La lucha por tu vida es aprender a cerrar los ojos y dejar ir todos los apegos que tu mismo has construido y que no te dejan ser feliz. La lucha por tu vida empieza ahora…

Mente o cuerpo? pruebas de quien realmente manda

Hace frío, es temprano en la mañana y está obscuro. Dijiste que ibas a salir a correr. En este momento el cuerpo está cómodo y no quiere salir. Empujas, usas tu fuerza de voluntad y finalmente sales.

Sientes el frío en las manos y en el resto del cuerpo. Igual, sigues adelante y empiezas a correr. Después de unos  2 kilómetros ya no sientes frío. ¿Por qué? Los latidos de tu corazón, tu respiración, etc. han naturalmente calentado tu cuerpo. Ya estás bien aunque no estás en tu cama. Tu cuerpo tiene la habilidad de mantenerte bien en condiciones que muchas veces no crees posibles.

Pero, quien causó todo esto. La mente y la decisión de salir. El cuerpo puede lograr cosas maravillosas, y en muchos casos, casi que milagrosas. Sin embargo, el cuerpo nunca las hará sin que la decisión sea tomada por la mente. Nuestra determinación lo es todo.

De igual manera sucede con el miedo. El miedo es una sensación visceral. Muchas veces tu cuerpo te grita con todas sus fuerzas que no hagas algo (como salir a correr en el frío) pero es tu mente la que debe tomar las riendas. Al igual que el cuerpo se caliente cuando corres en el frío, la sensación del miedo desaparece cuando te convences que estás haciendo lo correcto.

Así que tu vida puede ser controlada por tu cuerpo o por tu mente. Tu escoges. Mi experiencia es que mientras mas entiendo mis pensamiento y mis emociones, mejor control tengo sobre mi cuerpo y su constante necedad de estar cómodo. Esto me está dando mejores resultados!

La conexión mente – cuerpo y por qué no aplicamos todo lo que aprendemos

Durante años me ha dado vueltas en la cabeza la pregunta, si leo tanto y se tanto, ¿pr qué no tengo los resultados que quiero? Entiendo el material, lo puedo racionalizar y sin embargo, no lo aplico, lo aplico mal o simplemente evado hacer lo que tengo que hacer.

Este es un tema complicado en el cual seguro se puede profundizar mucho. Pero también se pueden lograr rescatar 3 ideas principales de por qué nos sucede esto.

  1. La mente no opera en el vació. Está conectada al  cuerpo. Puede ser que la mente logre comprender un texto, idea o concepto. También puede ser que aplicar lo aprendido requiera de vencer algún temor o reacción emocional que se manifiesta en el cuerpo. Si la emoción no le permite a la mente actuar, de nada sirve el conocimiento.
  2. No queremos pagar el precio que cuesta lograr algo. Tenemos el conocimiento y tenemos muy presente la ilusión de lograr el resultado y obtener lo que queremos. Luego llega la el momento de ejecutar y encontramos dificultades. El precio de dejar la comodidad para hacer lo que sabemos que tenemos que hacer es mayor que los deseos de cumplir el objetivo. De nada sirve el conocimiento.
  3. Miedo a fracasar. Esta idea es un subset de lo que mencioné en el punto 1. Desde pequeños se burlan de nosotros por equivocarnos, nos regañan si fallamos y hasta “perdemos un año” de colegio si los fallos son suficientes. Esto crea una reacción emocional muy fuerte en contra de intentar cosas nuevas. Podemos aprender mucho pero si tenemos miedo de aplicarlo en síntesis para descubrir cosas nuevas, de nada sirve el conocimiento.

Los entrenos intensivos de intervalo y el control mental

Recientemente la ciencia ha realizado muchos avances y bastantes estudios están indicando que los entrenos intensivos de intervalo son muy efectivos y beneficiosos para el cuerpo, el rendimiento atlético y la salud en general.

Básicamente un entreno de este tipo es una rutina de ejercicio que alterna cortos períodos intensos de ejercicio anaerobio con períodos menos intensos de recuperación. Es una forma de ejercicio cardiovascular y las sesiones pueden ir desde 4 hasta 30 minutos. Se ha encontrado que son tan efectivos por la capacidad que desarrolla el corazón de subir su frecuencia en un muy corto tiempo y luego bajarla en un período igual de corto. El cuerpo aprende a dar mas de si cuando se necesita y bajar el consumo de recursos cuando estos no se necesitan. Se obtiene una gran eficiencia.

Ahora, que pasa si se aplica esta idea al esfuerzo mental y el trabajo intelectual que realizamos en el trabajo. Imaginen encontrar una rutina de ejercicios mentales que les permita quedarse dormidos (bajar el consumo de recursos de energía) cuando tienen 15 minutos libres entre una reunión y otra y luego poder estar 2 horas seguidas intensamente aporta y aprovechando la reunión.

De cierta manera  lo que quiero decir es que creo que es posible controlar la mente para relajarla, meditar y guardar recursos durante todos los diferentes períodos del día. También creo que la podemos llevar a trabajar a su máxima capacidad durante aquellos períodos del día que así lo necesiten. Tan solo tenemos que aplicar la teoría de los entrenos intensivos de intervalo o  HIIT pr sus siglas en inglés al plano mental.