Leer para escribir, aprender para enseñar

Hoy que me senté enfrente de mi computadora a escribir sentí un pequeño vació que pronto se convirtió en pánico. Una desorientación muy extraña se apoderó de todo mi cuerpo. Me sentí perdido y no sabía qué hacer. Con un profundo respiro y un rápido abrir y cerrar de ojos pronto regresé a enfocarme en lo que vine a hacer: escribir.

Después de unos minutos de silencio y una reflexión profunda entendí qué me estaba pasando. Hoy por la mañana cambié mi rutina habitual. Salí muy temprano a la oficina y no tuve tiempo de leer. Usualmente después de despertarme y haber preparado mi café leo entre 45 minutos y una hora. Este simplemente no fue el caso el día de hoy.

Sé que no todos los días escribo sobre lo que leí en la mañana. Es más, pensándolo bien creo que la mayoría de los días no escribo sobre lo qué leí en la mañana. Lo que sí aprendí hoy es qué leer algo es muy importante para poder escribir. Alimentar la mente con nuevas ideas e información nos permite sintetizar material, generar nuevas ideas y despertar la creatividad. Esto es lo que me hizo falta hoy. No haber leído por la mañana estaba afectando mi capacidad de escribir.

Ya después de haber entendido que me estaba pasando no me parece nada extraño lo que ocurrió. Tratar de escribir sin materia prima y un estado creativo adecuado es como tratar de enseñar algo que aún no hemos aprendido. Para poder crear antes nos tenemos que alimentar.

3 consejos para cuidar tus ideas como emprendedor

Las ideas son importantes. Muy importantes. Pero una muy buena idea sin la capacidad de ejecutarse no sirve de mucho. Los cementerios están llenos de muy buenas ideas que nadie pudo ejecutar.

A toda idea le llega el momento de nacer, y, una vez que nace, si no se cuida, crece y robustece, morirá. Cada idea es única y los cuidados que cada una necesita son específicos a sus propias particularidades. Es importante conocer qué es lo que nuestras ideas necesitan para sobrevivir, de lo contrario no las podremos ver crecer.

Si nos enfocamos en las ideas que nacen de padres emprendedores podemos decir que el hecho de que una empresa tenga una buena idea que resuelva un problema importante está muy lejos de garantizar el éxito del emprendimiento. Esa tan solo es la primer parte del camino. En esta etapa aún queda bastante camino por recorrer.

¿Y qué debe cuidar el emprendedor para que sus ideas puedan sobrevivir?

  1. La calidad de la ejecución de la idea. Si una idea es buena pero el producto o servicio que le da vida no es de buena calidad o no cumple con la promesa de marca del producto, los clientes probarán el producto o servicio pero pronto lo abandonarán por otro de mejor calidad.
  2. Alineación de expectativas. Todos, cuando escuchamos acerca de una nueva idea, nos hacemos, valga la pena la redundancia, ideas sobre la idea. Nos empezamos a contar historias sobre como debiera funcionar la idea y como serán mejores nuestras vidas una vez que tengamos acceso a la innovación. Si la ejecución de la idea no cumple con las expectativas que tiene el mercado, la idea morirá.
  3. Rápida iteración. No debemos olvidar que estamos hablando de emprendimiento y eso necesariamente implica rápida iteración. Es imposible que una idea, al igual que un niño, pueda correr antes de empezar a caminar. El desarrollo de las ideas es progresivo pero esto no quiere decir que el mercado tenga paciencia infinita. Con cada día que pasa los consumidores esperan mejor calidad, mayor disponibilidad y mejor servicio. Si la innovación que se está ofreciendo es suficientemente valiosa la empresa tendrá un poco de tiempo para iterar su ejecución inicial y lograr, antes de que se pierda el interés del mercado, madurar la ejecución de su idea. Las ideas siempre están creciendo contra reloj.

Realmente no sé que sea peor, fracasar por no tener una buena idea o tener una gran idea tan solo para verla morir por la incapacidad de ejecutarla como se debe. Creo que la segunda es mucho peor, una verdadera tragedia.

Mi recomendación es simple. Cuando empieces a sentir esa tranquilidad de que todo va a estar bien porque tienes una muy buena idea ten cuidado. Ese es precisamente el momento en el que tu competencia verá lo que estás haciendo y si no lo ejecutas a la perfección puede ser que ellos sí lo hagan y entonces no te quedará nada más que sentarte en las gradas a ver como alguien más lleva tu idea al estrellato.

Las palabras no solo son palabras

Ya sea que las palabras sean escritas o habladas, siempre serán más que palabras. La palabra correcta puede levantar a alguien del suelo o hundirlo en una tumba para siempre. Las palabras precisas pueden inspirar la creación de un nuevo movimiento que cambie el mundo o pueden asustar a un joven para que deje el colegio para siempre.

Las palabras no solo son palabras, son herramientas que se pueden usar para bien o para mal. Son armas que pueden despertar guerras o liberar multitudes. Las palabras son la materialización de ideas y la manera en que verbalizamos nuestros sueños. Son como interactuamos con el mundo exterior.

Las palabras son gratis de usar y la gran mayoría de nosotros no tenemos mayor restricción de usarlas a discreción. Esta es una gran responsabilidad que no se limita a usar las palabras para bien. Esta responsabilidad también incluye usar las palabras necesarias incluso en los momentos que tenemos ganas de callar. Las palabras no solo son palabras, también son la prueba que demuestra que tenemos el valor de defender aquello que es importante para nosotros.

Todas son malas ideas

No hay idea que aguante su primer colisión con la realidad. Eso de que hay ideas buenas e ideas malas es puro cuento de hadas. ¡No hay buenas ideas! Toda idea, en cuanto sale de la mente que la creó, está destinada a morir y para optar a sobrevivir tendrá que transformarse inmediatamente en algo mas. Una idea solo empieza a funcionar cuando deja de ser idea (ya ha salido de la mente) y se empieza a ejecutar (tiene contacto con la realidad).

Una idea no puede fracasar mientras vive en la mente de su creador, ese lugar seguro del que tanto teme salir. Todos sabemos que nuestras ideas fracasaran, al menos en su forma inicial, y es por esto que nos tardamos tanto tiempo empezar a trabajar en todas esas nuevas ideas que tanto nos apasionan pero no podemos concretar.

Pero al retener nuestras ideas en el ambiente calentito y protector de nuestras mentes solo las estamos privando de la posibilidad de fracasar y convertirse en algo útil. Las estamos dejando quedarse como malas ideas hasta el momento en que tengamos el valor de liberarlas y que decidamos fracasar junto a ellas en el instante que colisionen con la realidad.

Y es por esto que tenemos que empezar a pensar menos y a hacer más. Solo de esta manera podremos cambiar todas esas malas ideas en proyectos que funcionen de verdad.

Esta es una invitación para que saquemos todas esas ideas de nuestras cabezas y que experimentemos con ellas cuanto antes podamos en el mundo real. Tal vez entender que todas las ideas son malas, que todas están destinadas a morir y que está en nosotros luchar por convertirlas en algo útil nos ayudará a perder el miedo de empezar.

La idea o la ejecución

Todo empieza con una idea. Cada proyecto nace primero en la mente y tiempo después se materializa en el mundo real. Sin idea, no hay proyecto en que trabajar. De igual manera, una idea puede nunca llegar a ver la luz del día por qué nunca se pudo ejecutar. Sin ejecución, tampoco hay proyecto que se llegue a terminar.

La idea funge como la semilla de la visión que mantendrá motivado al equipo que desarrollará la idea. La ejecución será la brújula que indicará sí la dirección en que va el proyecto es la correcta o no. La idea pinta el resultado final en un lejano horizonte, ls ejecución va dibujando el mapa conforme se va descubriendo nuevo territorio.

Qué es más importante, ¿la idea o la ejecución? Ambas. El éxito es inalcanzable en la ausencia de cualquiera de los dos.

¿Puede la misma persona que tiene la idea materializarla? Algunas veces si, otras no. Mucho depende del tamaño de la idea. Las ideas pequeñas las puede ejecutar una solo persona —muchas veces la misma persona que tuvo la idea. La ideas más grandes requieren de un grupo de personas para ser materializadas. Este grupo usualmente toma la forma de una empresa, un movimiento, un equipo o algo similar. La mayoría del tiempo la persona que tuvo la idea lidera al grupo que la materializará.

Para poder hacer realidad una idea primero se debe creer que materializarla creará un mundo mejor. Para poder creer que la idea se va a materializar se requiere empezar a trabajar en ella y ver avances. Es un tipo de círculo virtuoso.

Qué es más importante, ¿la idea o la ejecución? Ambas.

La persona ideal con quien compartir tus ideas

Todos tenemos ideas, proyectos y pensamientos que queremos compartir con los demás. La razón principal por la cual queremos compartir es para validar lo que estamos pensando.

Queremos tener retroalimentación sincera de parte de la otra persona para tener una mejor idea de que si lo que estamos pensando puede ser o no una buena idea.

El problema de esta estrategia es que nosotros mismos nos saboteamos. Por ejemplo, si tengo en mente una idea que quiero seguir, muchas veces buscaré subconscientemente una persona que se que validará mi idea. De la misma manera, si tengo una idea o proyecto que en el fondo no quiero ejecutar, me busco a alguien que se que no aprobará de la idea. Ven el patrón?

Sin embargo, existe un tercer tipo de persona que siempre está dispuesta a sentarse con nosotros y disectar la idea, ver que si puede funcionar, que no y que riesgos debemos mitigar para tener éxito. Este muy pequeño grupo de personas se sentará con nosotros a rayar el pizarrón, diagramar todas las posibilidades y con mucho entusiasmo entender lo que queremos hacer y darnos su retroalimentación honesta.

Es con este tercer grupo de personas que debemos compartir nuestras ideas. Si, es un grupo muy pequeño y difícil de encontrar. Pero vale la pena buscarlos y tenerlos cerca para cuando realmente queramos validar una idea que es importante para nosotros.

Valora lo que has creado, siempre

Creo que todos los seres humanos, en un nivel muy profundo queremos crear. Construir de nuestras ideas mejores herramientas que mejoren nuestra calidad de vida. Que mejoren nuestra experiencia en este mundo.

Crear algo nuevo, algo diferente da miedo. En especial por qué muchas veces cuando estamos creando algo, nos es muy difícil separar nuestra identidad de aquello que hemos creado. ¿Que pasa si nuestra creación no es valorada o aceptada? Es muy fácil caer en la trampa de vincular esto a que somos nosotros lo que no tenemos valor o no somos aceptados. La buena noticia es que eso no es mas que un mito.

La mejor manera de llevar la vida es no perder esa ilusión de niños que nos motiva ha estar descubriendo, aprendiendo y creando nuevas maneras de resolver los problemas del mundo. Para poder lograr este estado de entendimiento es muy importante que valores todo lo que creas bajo el precepto de que vale por que tú lo creaste. Que entiendas que tiene un valor intrínseco, un valor obtenido del hecho de que te decidiste arriesgar y presentar esta nueva idea al mundo.

Seguro, esto no quiere decir que cualquier nueva idea será aceptada en el mercado y que cualquier producto será tan exitoso como los iPhones y Kindles. Este no es el caso. La realidad es que la mayoría de cosas que creemos no serán aceptadas en el mercado. Sin embargo, esto no quiere decir que no valgan como creaciones que nos ayudan a aprender y crecer.

Valora todo lo que creas, siempre!

La mejor manera de defender tu manera de pensar y como crecer tu empresa

“Defiende tu manera de pensar, tus ideas y tus proyectos luchando como si tuvieras la razón pero siempre escucha como que si estuvieras equivocado.”

Esta es una poderosa idea que me topé el día de ayer que terminé de leer  Scaling Up Excellence: Getting to More Without Settling for Less.

Esta frase tiene mucha sustancia.

La excelencia en una empresa se deriva de la excelencia de las personas que la conforman. Para poder crecer excelencia es muy importante primero tener algo de excelencia que crecer. Asumiendo que ya tu empresa tiene algo excelente que se va a empezar a crecer es muy importante que las personas que conforman la empresa tengan la mentalidad correcta para poder esparcir sus mejores prácticas.

Es muy diferente tratar de imponer algo a contagiar al resto de un equipo con una idea que te apasiona. Para poder transmitir tu manera de pensar y contagiar al resto de tu equipo de tu entusiasmo debes luchar y defender tus ideas hasta la muerte. Pero eso no implica ser intransigente, impositivo o cerrado a retroalimentación. Por eso se debe complementar esta lucha con una capacidad muy grande de escuchar. Al tener este balance no solo podrás lograr que mas personas adapten tu manera de pensar, también podrás lograr hacer que tu empresa  crezca de una manera mas eficiente.

Una muy buena razón para la tolerancia

Muchas veces he pensado en por qué dejamos pasar tantas cosas. Cosas como la corrupción, la violencia, la falta de respeto a la leyes, la inpuntualidad, etc. A todos nos molesta que estas cosas ocurran. Entonces, ¿por qué tan pocas veces decidimos condenarlas?

Creo que se por qué puede ser. Creo que es porque muy en el fondo sabemos que nosotros mismos podemos llegar a ser los transgresores. Que dadas las condiciones “correctas” nosotros mismos podemos ser los corruptos, los violentos, los criminales, los impuntuales, etc.

Creo que tan solo las actitudes destructivas que no toleramos son las que en realidad no llegaríamos a practicar bajo ninguna circunstancia.