Nuevos comienzos, 2021

En unas horas se estará terminando el 2020. Al detenerme y evaluar los últimos 365 días lo primero que me viene a la mente es agradecimiento. Creo importante empezar agradeciendo que sigo aquí para poder escribir este post y que en este momento estoy rodeado de toda mi familia. Nadie nos hace falta hoy.

Lo siguiente en lo que puedo pensar es en aprendizaje. Particularmente importante para mí fue aprender que puedo vivir con mucho menos de lo que creía necesario a principio de año. En las palabras de Siddhartha en la novela de Herman Hesse: “puedo pensar, puedo esperar y puedo ayunar”.

Pero suficiente acerca del 2020. Mañana empieza un nuevo año y debajo de su brazo vienen 365 nuevas oportunidades que aprovechar. ¿Exactamente cuales serán las oportunidades? Ni yo ni nadie lo puede saber. Lo que sí sé es que para yo aprovechar al máximo este año que está por comenzar requeriré hacer cambios profundos en mi manera de ser. Hay ideas y proyectos en mi mente que no me he atrevido a arrancar pero cuyo tiempo ha llegado. Ya no pueden esperar más.

Las dos grandes áreas en las que quiero trabajar son mi familia y mi crecimiento profesional. Estoy en una etapa en mi vida en la cual hay ciertas condiciones que puede ser que nunca más se vuelvan a repetir. Las quiero aprovechar. El 2021 será el año en donde potenciaré todo lo que sé que hay dentro de mí.

El reto en este nuevo comienzo, como todo gran reto que enfrentamos en nuestras vidas, es emocional. Cuando las habilidades se tienen, la falta de resultados tan solo se puede deber a limitantes emocionales. Pero en este caso sé que en mi interior que estoy preparado. Aunque sé que no será un año fácil (ni para mi ni para nadie más) sé que sin importar cuales sean las dificultades todo saldrá bien. El cambio siempre es para bien y no hay nuevo comienzo sin cambios que realizar.

Los vientos del cambio soplan a mi espalda y estoy por izar las velas. Un barco que tan solo prueba las mismas aguas traiciona su verdadera razón de ser. Los mejores tesoros se encuentran mar adentro en donde solo los más intrépidos marineros osan navegar. ¡Elevan anclas!

Lo correcto como estrategia de negocios

Los negocios han existido desde tiempos inmemorables. Los negocios seguirán existido en el futuro de manera indefinida. Y los negocios siempre han buscado y buscarán darle un buen retorno al emprendedor.

En la época moderna (de hace unos 35 a 40 años para acá) ha existido un sobre énfasis en maximizar las utilidades —a cualquier precio. Sin duda alguna esto ha colaborado al nacimiento y crecimiento de muy buenas empresas que han aportado productos y servicios de gran beneficio para la sociedad.

Y sin duda alguno el énfasis en maximizar utilidades a costa de todo también ha alejado a miles de empresas y emprendedores del “camino del bien”. Por “camino del bien” me refiero a hacer lo correcto. A cobrar solo por el valor que realmente se genera. A pensar un poco más a largo plazo y dejar de ganar ahora con el fin de crear mejores y más sostenibles relaciones con las personas a las que se está sirviendo.

No cobrar por valor que no se está generando deja una única opción para crecer una empresa: Generar cada vez más valor. Pensar a largo plazo crea empresas más sostenibles que necesariamente deben tener un propósito claro y bien definido. Trabajar en construir relaciones profundas con las personas que se sirve permite construir productos y servicios que resuelven los problemas que tiene el mercado de maneras novedosas y eficientes.

El éxito, la abundancia y las grandes utilidades no se pelean con hacer lo correcto. Es más, hacer lo correcto es lo único que lleva a una empresa a ser verdaderamente grandiosa. Hacer lo correcto como estrategia de negocios no es fácil pero vale a pena.

Mejores empresas

Todas las empresas tienen una razón de ser. Existen por algo. Para mí, no se vale decir que una empresa existe principalmente con el fin de darle un retorno financiero a sus accionistas. Debe haber algo más.

La idea de que es importante que exista un propósito más allá de la generación de riqueza en las empresas se está empezando a popularizar. Al menos en teoría. Aún la gran mayoría de empresas y CEOs deben priorizar la entrega de resultados trimestrales y cumplir con las expectativas del mercado sobre cualquier otra cosa.

Sin embargo, cambiar este paradigma seguramente dará mejores resultados. La mejor manera de crear valor es buscar cumplir un propósito que trasciende. En el momento que se pueden ver los resultados financieros como la consecuencia directa cumplir con un propósito, los aportes de la empresa a la sociedad serán mayores.

Puede sonar utópico pero no lo es. Un grupo de personas unidas que luchan por un objetivo en común es invencible. Una organización que tiene un propósito claramente definido inspirará, si ha construido su equipo correctamente, a todas las personas que la conforman.

No importa la industria de la que estemos hablando. No importa el país. Si las empresas empiezan a priorizar perseguir propósitos nobles sobre resultados financieros, irónicamente tendremos mejores empresas que logran dar mejores retornos a sus accionistas.