La línea del tiempo, Loki

Recién estamos terminando de ver el segundo episodio de Loki con mi familia. La serie está muy buena pero la historia es algo compleja de seguir. La pura verdad, me siento algo perdido y por más que trato no termino de entender todo el tema de las líneas del tiempo. Espero que poco a poco, conforme se desarrolle la serie, pueda ir entendiendo mejor la trama de la historia.

Pero por hoy me quedé con esta idea básica de que un evento puede empujar la dirección de la línea del tiempo en una dirección irreversible. Es un concepto muy aplicable al desarrollo natural de nuestras vidas.

¿Qué tan grande debe ser una decisión o un evento para empujar nuestra vida en una nueva dirección que sea totalmente irreversible? Creo que no mucho. Es más, creo que cualquier decisión que se tome, por insignificante que parezca, envía nuestras vidas en una nueva dirección que aunque siempre se puede modificar, nunca podrá regresar a ser como lo era antes de que tomáramos la decisión.

Es decir que con cada decisión que tomamos estamos llevando nuestras vidas en una nueva dirección. Osea, la línea del tiempo no es recta. Es curva, muy desordenada y realmente impredecible. Nuestro destino no está escrito y somos nosotros los que estamos en control. Todo lo que tenemos que hacer para cambiar por siempre de dirección es decidir.

Saber esperar

Estos últimos días como que he estado obsesionado con el tema de cuándo actuar y cuándo esperar. Hoy particularmente he estado pensando en lo importante que es saber esperar.

Esperar algo por definición implica que no hay nada que se pueda hacer para traer ese algo al presente. La única opción para tenerlo que existe, valga la redundancia, es esperar, dejar que el futuro llegue a su ritmo natural. Si estamos esperando es porque la llegada de algo está totalmente fuera de nuestro control.

Es este “fuera de nuestro control” es lo que usualmente genera la ansiedad. Nos cuesta mucho estar tranquilos con algo sobre lo que no podemos ejercer control. Cuando estamos esperando lo único que podemos controlar son nuestros propios pensamientos acerca del futuro (cómo será aquello que estamos esperando que suceda.)

Saber esperar es saber darle su tiempo al tiempo. Es dejar de querer que el futuro llegue ya. Es dejar de imaginarnos como irán a ser las cosas sin tener certeza de qué es lo que realmente pasará. Saber esperar es poder vivir tranquilos hoy sin comprometer un futuro mejor.

Sin voltear a ver

Los estoicos de la antigüedad solían decir que la principal habilidad de un ser humano es poder distinguir entre lo que controla, lo que puede influenciar y lo que no controla. También decían que lo único que podemos controlar al 100% son nuestros pensamientos y las reacciones que tenemos ante las cosas que nos suceden —nuestras emociones.

Suena bastante simple de hacer pero no es así. El mundo a nuestro alrededor es complejo y poder distinguir que podemos influenciar y que no es difícil.

Sería ridículo pasar la noche en vela preocupándonos de si el sol va a salir o no al amanecer. Tiene más sentido trasnochar trabajando en una propuesta para un cliente importante.

En el primer caso, pasar la noche en vela preocupados —algo que si controlamos— se está enfocando hacia algo que no controlamos —que salga o no el solo por la mañana.

En el segundo caso, pasar la noche trabajando —algo que si controlamos— se está enfocando hacia algo que podemos influenciar —la decisión de compra del cliente. Noten que NO estoy diciendo que podemos controlar la decisión de compra, tan solo la podemos influenciar —las demás personas también tienen libre albedrío.

El camino para poder tener una buena vida se centra en no voltear a ver aquello que no podemos influenciar. El camino se forja al enfocarnos en los pensamiento que tenemos y en las acciones que tomamos. Todo lo demás, con mucha suerte, tan solo lo podremos influenciar.

Juega siempre tu mejor juego, el marcador caerá por su propio peso. Es lo único que podemos hacer.

El riesgo y las limitantes de vivir engañados

El mundo en que vivimos es complejo. Extremadamente complejo. La realidad que nos rodea es tan vasta que al compararla contra nuestra limitada capacidad sensorial y mental como seres humanos no tenemos chance de poder descifrar con certeza lo que ocurre a nuestro alrededor.

Poder reconocer esto como cierto y aceptarlo “de todo corazón” requiere mucha humildad. Y no solo requiere de humildad, requiere de mucho valor pues el aceptar que no podemos descifrar la mayoría de cosas que ocurren a nuestro alrededor necesariamente implica que no tenemos tanto control sobre lo que creemos que va a pasar como quisiéramos.

En fin, digo todo como esto preámbulo para poderles argumentar lo importante que es realmente entender, a lo mejor de nuestras capacidades, la verdadera relación causa efecto detrás de lo que pasa a nuestro alrededor.

El no detenernos a entender realmente la causa de algo y comprender los principios básicos de como funciona limita necesariamente nuestra capacidad de poder resolver un problema o lograr nuestro objetivo deseado. ¿Por qué? Veamos un ejemplo.

Imaginemos que se nos pide que resolvamos el grave problema que existe de que muchas personas están muriendo ahogadas y se nos da una montaña de datos para que entendamos el problema. Después de mucho análisis de datos y estudio llegamos a encontrar, como ocurrió realmente en Estados Unidos, que el dato con mayor correlación a la cantidad de incidentes de ahogo en el agua que existe es la venta de helado.

Veamos la siguiente gráfica tomada de un caso de la vida real.

Relación entre ventas de helado e incidentes de personas ahogadas

La correlación es extremadamente fuerte. La gráfica índica certeramente que mientras más helado se vende, más personas mueren ahogadas. Y es acá en donde empieza el verdadero trabajo de sobrellevar nuestras limitantes, nuestras nociones preconcebidas y realmente tratar de entender de fondo el problema.

Ya tenemos la data. Ahora la pregunta que nos toca responder es ¿Por qué demonios vender más helado está causando más muertes de personas ahogadas? Estimado lector, si ya leíste hasta acá, te invito a parar, pensar y buscar una respuesta a esta pregunta antes de seguir leyendo y ver la respuesta.

Claro, hay una correlación directa entre la cantidad de helado que se vende y la cantidad de personas que mueren ahogadas. Es un hecho innegable dada la data. Pero estamos engañados ya que la correlación no siempre implica causalidad. Si seguimos pensando y tratando de entender los principios básicos encontraremos nuestra respuesta.

La respuesta es el verano y el calor. Qué es lo que realmente sucede que tanto nos cuesta ver: cuando es verano y hace mucho calor, las personas comemos más helado que cuando hace frío. Al mismo tiempo las personas también tendemos a visitar com más frecuencia el mar, piscinas, etc. para refrescarnos y es ahí donde morimos ahogados. Es más, si vemos detenidamente la gráfica de arriba podemos ver que el incremento de ambos fenómenos se da justamente en los meses de verano en Estados Unidos.

Una vez que lo podemos ver se vuelve tan obvio que casi da risa. Ahora la pregunta con qué los quiero dejar es cuántos “veranos” no están viendo en su vida y están gastando cientos de horas y esfuerzo en tratar de resolver algo que aún no han logrado comprender realmente?

Y ese es el riego y la limitante de vivir engañados creyendo que algo funciona de una manera que realmente no es la verdadera: Que no podemos accionar sobre la situación por qué no entendemos que botones empujar para influenciarla en la dirección que queremos.

Obviamente así no llegaremos muy lejos así que los invito a todos a ser más humildes y aceptar que no podemos controlar todo para así poder entender un poco mejor la compleja realidad en la que vivimos.

Los 3 niveles de control que tenemos sobre todo lo que pasa en nuestras vidas

No se si a ustedes les pasa igual que a mi, pero a mi me gusta tratar de controlar las cosas. Por ejemplo, mi hijo tiene 6 años y a veces pienso en que quiero que sea cuando ya sea un adulto. También muchas veces envío propuestas o solicitudes en el trabajo las que espero que sean recibidas y ejecutadas tal y como yo espero. Incluso, a veces estoy viendo un partido de beisbol de mi equipo favorito y tengo la sensación de controlar quien va a ganar.

Las filosofo estoicos tienen una manera muy interesante de ver que realmente podemos o no controlar e introdujeron hace mas de 2,000 años la idea de influenciar. Loas 3 niveles de control que nos dejaron los estoicos son:

  1. Aquellas cosas sobre las que no tienes ningún tipo de control como el hecho de que si el sol va a salir mañana.
  2. Aquellas cosas sobre las que tienes control de una manera parcial o puedes influenciar como la decisión de otra persona a comprarte o no un producto o servicio
  3. Aquellas cosas sobre las que tenemos control total. Acá básicamente se refieren a 2 cosas:
    1. A nuestras expectativas de como debe ser el mundo
    2. A las reacciones que tenemos a los que nos pasa

El primer nivel creo que es muy claro. Sin embargo, quiero dejar un ejemplo de lo que son el nivel 2 y 3. Supongamos que voy a jugar una partida de tenis La realidad es que no puedo controlar si voy a ganar o no ya que esto también depende de quien sea mi adversario y como el juegue. Lo que yo si puedo controlar es como juego yo mi partido y si doy lo mejor de mi mismo. De esta manera puedo parcialmente determinar si gano o no. Finalmente, también puedo controlar como reacciono al resultado del partido y que tanto aprovecho la realidad ya sea de haber ganado o perdido.

Los temblores como recordatorio de lo inesperado

Es cierto que las rutinas y los rituales nos ayudan a ser mas eficientes y efectivos. Al mismo tiempo, esto no nos debe atrofiar de estar al filo de la navaja y atentos a eventos inesperados. La realidad es que esa ilusión de control que sentimos de que todo va a seguir igual no está bien fundamentada.

En cualquier momento puede venir un competidor y lanzar un producto al mercado que te saque del mercado (recuerdan el 2,007 cuando Steve Jobs presentó el iPhone? nadi e lo vió venir). En cualquier momento tu mejor colaborador puede decidir lanzar un emprendimiento propio y dejar tu empresa. En cualquier momento tu pareja puede decidir buscar a alguien mas. En cualquier momento tu hijo puede decidur ir a vivir a otro país (mi padre tomó la decisión de ir a vivir a otro continente a los 12 años).

En fin, los temblores nos recuerdan esto. Las cosas pueden cambiar en cualquier momento. Realmente la percepción que tenemos de que controlamos lo que pasa es falsa y lo único que podemos hacer para poder sobresalir ante cambios inesperados es estar preparados para el cambio.

“The more you sweat in peace, the less you bleed in war”. 

Machiavelo