Química, por qué la capacidad de convivir en harmonía es tan importante

Un grupo de personas que interactúan de manera armoniosa logrará mejores resultados que un grupo que está en discordia. La cantidad de entornos en los que encontramos ejemplos que respaldan este argumento es grande:

  • Familiar
  • Deportivo
  • Político
  • Empresarial
  • Religioso
  • Educativo
  • Recreacional
  • etc.

No es casualidad que los equipos deportivos muchas veces atribuyen sus campeonatos a la buena “química” entre sus jugadores. Y justamente ocurre lo opuesto cuando pierden —“es que tenemos problemas en el camerino”.

Realmente no importa cuál sea la finalidad de un grupo de personas, la capacidad de colaborar y mantener un ambiente agradable entre sus miembros es una habilidad importante que se debe desarrollar si se quiere llegar lejos.

Desde que nacemos estamos expuestos a la realidad de que los seres humanos no podemos subsistir solos. A mí me gusta llamarle interdependencia a esta ley natural. La cosa es que a pesar de que la capacidad de convivir en harmonía es necesaria para subsistir, nadie nos enseña cómo desarrollarla. Muy pocos de nosotros hemos construido la habilidad de convivir y colaborar con los demás conscientemente.

Pareciera ser un chiste pero la gran mayoría de personas aprendemos a convivir en harmonía (o en falta de) por imitación. Simplemente copiamos los comportamientos que vemos a nuestro alrededor. Lastimosamente los comportamientos que la gran mayoría de nosotros tenemos a nuestro alrededor no son muy harmoniosos que digamos.

Creo que vale la pena detenernos un momento y pensar cómo queremos que sean nuestras interacciones en cada una de las áreas más importantes de nuestras vidas. Con esta visión clara, podemos empezar a dar los primeros pasos hacia vivir vidas un poco más harmoniosas, productivas y felices.

Estamos dormidos y el abecedario nos lo puede demostrar

A,b,c,d,e,f…. Todos nos lo sabemos de memoria. La N va después de la M y la Z lo termina todo. Antes de la Q va la P. El abecedario es cómo es y así funciona bastante bien. Pero…

Quiero que se tomen un par de minutos y que se imaginen que por alguna razón tuviéramos que cambiar el orden de las letras del abecedario. Quédense conmigo, solo es un experimento mental.

¿Qué tanto esfuerzo tendríamos que hacer como sociedad para institucionalizar un nuevo abecedario con las mismas letras solo que en diferente orden? Creo que nos llevaría al menos unas cuantas generaciones lograr el cambio. Mi impresión es que sería un esfuerzo titánico.

Ahora, visualicen la R después de la G. Véanla en su mente. Si son como la mayoría de personas, tan solo pensarlo les genera una fuerte reacción. “La R no vea después de la G. La R va después de la Q y después de la G va la H”, se están diciendo muchos de ustedes. “La R simplemente NO va después de la G”.

Pero la realidad es que las letras del alfabeto no están en el orden que las aprendimos por una razón práctica en particular. El orden es mayormente aleatorio. Una casualidad. Algo que a alguien se le ocurrió. Después todos nos pusimos de acuerdo en que eso estaba bien y empezamos a cantar al unísono:

Y así, durante miles de años el proceso se repitió. Una persona le enseñó el orden a otra. Y el a,b,c se fue propagando por todo el mundo. El a,b,c se volvió en una forma de vida. Se volvió nuestra incuestionable realidad.

Tener este orden (pero en realidad cualquier otro orden hubiera funcionado) es una de las cosas más maravillosas que el ser humano ha descubierto porque nos ha permitido comunicarnos de manera escrita. No estoy discutiendo eso.

Lo que quiero decirles es qué tenemos que pensar. Estamos dormidos. Aceptamos todo tal y como nos lo dicen. No cuestionamos. Nuestros padres, maestros, amigos, guías espirituales y la sociedad nos dicen cómo “son” las cosas. Pero muchas veces las cosas no son como nos dicen que son y eso nos causa mucho sufrimiento en nuestras vidas. Les digo esto porque quiero que haya menos sufrimiento en el mundo.

Al igual que resulta casi imposible ver la R después de la G, hay tantas otras cosas que no podemos ver de manera distinta porque siempre hemos creído que así son. Así nos las enseñaron.

Pero, ¿Y qué tal si hay cosas en nuestras vidas que realmente pudieran funcionar mejor si tan solo las ordenáramos de otra manera?

Cuestionalo todo. TODO.

Aprender de los mejores, algunas recomendaciones y links

Realmente es increíble. El acceso que tenemos a los expertos más reconocidos de todo el mundo es ilimitado. No importa que disciplina nos interese, con un par de clicks nos podemos sentar a estudiar las sutilezas de cómo lo hacen los mejores.

Digamos que alguien quisiera aprender a comunicar sus ideas por medio de threads en Twitter. Esta persona se podría sentar a estudiar cómo lo hace Sahil Bloom. Él es el maestro de los threads en Twitter.

¿O qué tal si alguien está interesado en mejorar la educación para niños? ¿Qué mejor que darle un vistazo al canal de YouTube de Ana Lorena Fabrega?

¿Y para aquellos que quieren aprender de ciencia e ingeniería? El canal de Mark Rober en Youtube es la solución.

¿Aprender a escribir pequeños posts concisos y llenos sabiduría? Seth Godin los tiene cubiertos con su blog.

Análisis de música contemporánea y Rock n Roll. Una vuelta por el canal de YouTube de Rick Beato hará el trabajo.

¿Cómo pensara acerca de una filosofía de vida, negocios, salud y bienestar? La cuenta de Naval Ravikant en Twitter nos tiene cubiertos.

Estos solo son unos cuantos ejemplos de las personas que me inspiran y enseñan algo nuevo todos los días. Obviamente, este listado está sesgado a los temas que me interesan a mí. Pero el mensaje que quiero enviar con este post es un poco más grande que un simple listado de recomendaciones.

Lo que quiero trasmitir es que no importa qué estés haciendo, alguien ya lo está haciendo a un muy alto nivel y lo más probable es que ya esté compartiendo su trabajo en el internet. Todo lo que tienes que hacer es buscar en Google o tu buscador favorito y una vez que encuentres a los expertos que te interesan, sentarte a aprender de ellos.

En este instante puedes empezar a aprender de los mejores. Si quieres mejorar tus destrezas quiero que sepas que las barreras para hacerlo hoy ya no existen. Si no mejoras, es porque no quieres.

Los mejores maestros ya están trabajando en línea y todos nos podemos sentar a ver cómo trabajan todos los días.

Jugar es la manera más barata de aprender

Cuando se piensa en niños, ¿Qué es una de las primeras cosas que viene a la mente? Para muchas personas la respuesta es “jugar”. Y no se equivocan.

Jugando es como los niños empiezan a entender el mundo que los rodea. Es como aprenden. Jugar, más que una fuente de diversión, es un mecanismo de supervivencia. Jugar es la herramienta con que todos empezamos a desarrollar nuestras habilidades cognitivas.

El juego es un tipo de abstracción que permite entender las leyes de causa y efecto sin tener que pagar las consecuencias que fuera del juego pudieran llegar a ser desastrosas.

Cuando jugamos a las “peleitas” aprendemos a dominar nuestros cuerpo y desarrollamos nuestras habilidades motrices peleando con alguien más sin el riesgo de golpearnos seriamente o ser fuertemente agredidos.

Más adelante aprendemos a jugar Monopoly y entendemos cómo funcionan el dinero y las inversiones sin perder o ganar dinero real. También, aquellos niños que empiezan a jugar algún deporte aprenden que la constancia y dedicación, poco a poco, va dando sus resultados. También, algunos hasta aprenden a ganar y perder.

El mundo es un lugar complejo y los errores que se cometen muchas veces son extremadamente caros. Que a todos los niños les guste jugar no es una casualidad. Tan solo quieren entender cómo es que todo esto funciona cuando aún no hay mucho que sus pequeñitos cerebros puedan procesar.

Afortunadamente, jugar les permite aprender sin tener que pagar por los errores que inevitablemente todos tenemos que cometer para poder aprender.

Jugar es la manera más barata de aprender.

Kaleidoscopios, el proyecto que revivió Conceptos

Hoy, después de más de un año de no hacerlo, volví a grabar un nuevo episodio de mi podcast Conceptos. Entre mucho trabajo, un pívot fuerte en la empresa y un intenso enfoque en estar escribiendo he tenido engavetado este proyecto que tanto me inspira. Realmente lo extrañé.

Es interesante, lo que necesitaba para retomar este proyecto que tanto me inspira era sentirme inspirado. E inspirado me sentí hace un par de días que vi un video de Kaleidoscopios, una empresa fundada con el propósito de difundir las disciplinas STEAM (Science, Technology, Engineering, Art and Math) a niños guatemaltecos.

Resulta ser que tengo el gusto de conocer a una de las socias, Jenniffer Guzmán. Inmediatamente después de ver el video sentí un impulso fuerte de conocer más acerca de el proyecto y su misión. En ese instante le escribí a Jenniffer para preguntarle si ella y su socia Sol quisieran grabar un episodio de Conceptos para compartir lo que están haciendo. Accedieron y hoy, dos días después, grabamos.

Lo que Jenniffer, Sol y todos sus voluntarios están haciendo es realmente inspirador y genuinamente creo que puede cambiar el futuro de nuestro país. Es un proyecto que no solo inspira, también está transformando vidas para siempre.

Hasta acá les dejo la historia por hoy. Si quieren saber más estén atentos de mi Facebook y Linked In para enterarse cuando el episodio de Conceptos con Jenniffer y Sol se publique. Ahí podrán escuchar mi conversación de más de una una hora con ellas.

Gracias por inspirarme niñas, lo necesitaba.

Hacer antes de enseñar

Hay cosas que son tan obvias que ni siquiera se debieran discutir. Pero siento que en estos días lo obvio y el sentido común están tan escasos que mejor peco de hiperbólico y escribo este post.

Hay un viejo dicho que hace las rondas en los círculos de emprendimiento y va algo así, “No le puedes pedir hacer algo alguien que tú mismo no estás dispuesto a hacer.” Una situación muy similar se da con la enseñanza y el aprendizaje.

Para realmente enseñarle algo a alguien más, antes hay que saberlo hacer. Por eso, al momento de buscar alguien que nos ayude a crecer debemos tener cuidado. Hay profesores, coaches, consultores, guías, etc. que prometen la luna pero muchas de estas personas nos son más que charlatanes profesionales. Prometen enseñar cosas que nunca en su vida han comprendido. Ofrecen resultados que ellos mismos nunca antes han logrado. En otras palabras, no han aprendido a hacer antes de enseñar.

Del otro lado de la moneda, sé que muchos de ustedes están interesados en crecer a sus equipos de trabajo. Le quieren enseñar a sus familiares y amigos todo lo que han aprendido. Están interesados en crear un mundo mejor a través de la enseñanza.

A todos ustedes les digo, aprendan a hacer más cosas. Mientras más puedan hacer, más podrán enseñar.

Hace falta que los colegios le enseñen a los niños a construir y vender

El material que se enseña en los colegios es muy amplio. Se enseñan habilidades básicas como la lectura y la escritura. También se enseñan ciencias fundamentales como la matemática y la física. Todo esto es muy importante. Son los cimientos que los niños necesitan para poder operar como seres independientes en nuestra sociedad.

Adicionalmente a estos fundamentos, hay una cascada de conocimientos adicionales a los que los niños son expuestos. Qué tan útiles sean para ayudar a que los niños se preparen para tener un buen futuro, no lo sé. Lo que si sé es que hay dos habilidades que, al menos desde mi punto de vista, están notoriamente ausentes del material que generalmente se está impartiendo.

Creo que toda persona, independientemente de su género, profesión o intereses, debe aprender a construir y vender si es que quiere lograr acumular cierto nivel de éxito profesional. En mi experiencia estas dos habilidades fundamentales no se enseñan de manera consciente y sistemática en los colegios.

Por construir me refiero a la habilidad de poder tomar una idea que se tiene y materializarla en el mundo físico. Podemos pensar en la capacidad de idear un proyecto, planearlo, alocar recursos, ejecutarlo y llevarlo a cabalidad. También podemos pensar en la capacidad de identificar un problema y construir una solución viable al mismo. Construir.

Por vender me refiero a la habilidad de poder influenciar a otras personas para que vean algo desde un punto de vista similar al nuestro. No solo me refiero a vender un producto (intercambiar algo por dinero). Me refiero a poder vender una visión que tenemos para lograr que otras personas nos ayuden a hacerla realidad. Me refiero a poder transferir la urgencia de que algo que es importante y que debe ser resuelto. Me refiero a la capacidad de crear comunidad.

Me resulta muy difícil pensar en una situación en la cual una persona que cuenta con estas dos habilidades no pueda salir adelante y me preocupa lo poco que veo que se desarrollan a nivel general en los colegios. Sí, la literatura es importante. Me fascina leerla. Sí, la música y la cultura son partes elementales del desarrollo espiritual del ser humano. Los deportes nos completan. No quisiera ver qué los niños dejarán de estar expuestos a todas estas maravillas.

Tan solo quisiera ver que los niños aprendan a resolver problemas interesantes de una manera sistemática. A manejar proyectos. A crear soluciones. A liderar a otras personas y a contagiar a otros con el entusiasmo de de sus sueños. Solo así podrán maximizar sus oportunidades de ser exitosos y de construir un mundo futuro mucho mejor.

El deseo de aprender no se puede apagar

Para algunos el deseo de aprender es algo que viene y que va. Algo que a veces llega y que en ese momento se debe de aprovechar. Yo creo que el deseo de aprender es una cualidad innata del ser humano y que es la característica esencial que nos diferencia del resto de los animales. Como tal, considero que es algo que siempre está presente en nosotros. Simplemente algunas personas deciden ignorarlo por completo durante largos períodos de tiempo.

Noten que estoy hablando del deseo de aprender, no de la capacidad de aprender. La capacidad de aprender es más fácil identificar. Los niños aprenden a hablar y caminar. Lo vemos todos los días, fuera de algún impedimento específico, es obvio que los seres humanos tienen la capacidad de aprender.

Ahora, el deseo de aprender es algo un poco mas difícil de identificar. ¿Por qué? Porque aunque creo que siempre esta presente en todas las personas se suele ocultar detrás de una densa niebla de comodidad y miedo a fracasar. Por ende, no lo vemos en despliegue muy seguido. Tristemente es algo que con cada día que pasa está dejando de fortalecer nuestra sociedad.

Creo que todos queremos aprender todo el tiempo y aquellos de nosotros que nos enfocamos en crecer por medio del aprendizaje llegamos un poco más lejos en este juego que llamamos “la vida”. El deseo de aprender no es algo que se puede apagar. Tan solo se puede ignorar. La única incógnita que queda es, ¿Por qué alguien lo quisiera ignorar?

Aprender de los mejores

Para ser el mejor, pasa tiempo con los mejores. Estar rodeado de personas que están al más alto nivel de lo que sea que hacen es el pasadizo secreto a la grandeza.

Cuando se tiene el privilegio de ver a una persona dominar con maestría lo que está haciendo la inspiración llega. Naturalmente las ganas de poder operar a ese nivel se hacen presentes y el aprendizaje por imitación pronto llegará.

Ver a alguien hacer cosas que uno no sabía que eran posibles abre un mundo de posibilidades. Simplemente ver que alguien más las puede hacer las hace posibles para nosotros y al creer que son posibles ya se puede empezar el trabajo de crecimiento personal necesario para algún día poder alcanzarlas.

El poder del video

El video es un medio extremadamente poderoso. Nos permite contar historias, sentirnos cerca de otras personas y aprender por medio de imitación. El avance de nuestra civilización se está viendo fuertemente impactado de manera positiva gracias a la facilidad que hoy tenemos para crear y compartir videos.

Estos últimos días he estado compartiendo bastante tiempo con un amigo que es médico. Cada tarde, cuando regresa del hospital, trae videos de algunas cirugías que realizó durante el día. Cuando tiene un tiempo libre se sienta a analizar el procedimiento que realizó para encontrar posibles mejoras en su trabajo. Es impresionante ver cómo el cuerpo humano, visto desde adentro, se despliega como una caricatura en una pantalla de computadora.

Es increíble el poder que nos da el video. Muy fácilmente nos permite documentar cualquier actividad que se esté realizando con el fin de posteriormente entretener, aprender o enseñar. Ya sean cirugías, deportes, cocina o cualquier otra cosa, el video habilita la persistencia de sucesos que desvanecen naturalmente en el tiempo. Si un suceso puede permanecer congelado en el tiempo se puede estudiar, analizar y eventualmente corregir. Ya no tenemos que estar “ahí” para poder aprender.