Liderazgo de proceso versus contexto

En toda situación hay 2 maneras de liderar. La más conocida, segura y popular es liderar con proceso. La más dinámica y ágil es liderar con contexto. Ambas son necesarias.

Revisemos primero que es lo que significa liderar con proceso. Este tipo de liderazgo está basado en la definición de reglas, políticas y procesos que las personas deben seguir para conformar con las expectativas del grupo. Una organización construida sobre la base de este tipo de liderazgo priorizará la seguridad y la estabilidad sobre la innovación y el cumplimiento de reglas sobre la velocidad.

Es obvio que este tipo de liderazgo es ideal para organizaciones que operan en ciertos tipos de industrias donde la seguridad no es negociable y la innovación no es lo principal. Por ejemplo, ninguno de nosotros se quisiera subirse a un avión en donde la empresa que lo fabrica no tiene procesos y políticas de prueba sumamente estrictas. Lo mismo va para neurocirujanos.

Ahora, en industrias en donde la innovación y la velocidad son necesarias para sobrevivir, este enfoque no funciona. ¿Qué es lo que sucede? Cuando una organización define su estilo de liderazgo empieza a contratar y retener personas que se acoplan a su estilo. Una empresa en la cual el estilo de liderazgo se basa en proceso, atraerá personas que naturalmente les gusta seguir políticas y reglas. Estas personas por su misma naturaleza no son innovadoras y son adversas al riesgo. Les cuesta adaptarse y tomar riesgos. Nos podemos olvidar de que esta pueda llegar a ser una empresa agil y creativa.

Como ya lo dije anteriormente, esto no es algo necesariamente malo. Simplemente es que tiene su lugar en ciertos tipos de industrias y actividades.

¿Pero que hay de las empresas que necesitan innovar para mantenerse relevantes? Estas empresas necesitan personas que se puedan adaptar en segundos a cualquier cambio en su ambiente. Necesitan personas que puedan tomar decisiones, cuestionar y tomar riesgos. Estas son personas que no se sienten a gusto siguiendo reglas y procesos. ¿Cómo liderar este tipo de personas?

Para crear una organización liderada por contexto lo principal es que los líderes tengan la capacidad de poder articular de una manera muy clara los objetivos que desean que sus equipos logren. Y no solo esto. También deben tener la habilidad de transmitir el contexto en el que cada persona debe actuar de manera precisa y consistente. Finalmente, deben poder dejar que su gente trabaje sin su intervención.

Pero, ¿qué es esto de contexto? Simplemente es el rango de parámetros dentro de los cuales las personas pueden tomar decisiones y actuar. Por ejemplo, imaginemos un restaurante en donde se está entrenando a un nuevo chef.

En un restaurante donde el liderazgo es basado en proceso seguramente se le darán las recetas y protocolos a seguir. Se le evaluará en base a que tan bien cumple con las recetas y la consistencia con que las logra reproducir.

En el restaurante donde el liderazgo es por contexto se le dará el recetario y se le dirá que por favor agregue su toque personal a cada una de las recetas siempre y cuando cumpla con que la “personalidad” del restaurante se mantenga.

Las cortinas y el sueño

Hoy estaba pensando lo mucho que me gusta dormir con las cortinas abiertas. Hay algo que me atrae mucho a ver el cielo, las estrellas y la luna a la hora de descansar. Me genera una paz muy profunda.

Luego me surgió la duda del origen de las cortinas. ¿Dónde y por qué se inventaron? Sin duda alguna todo empezó por privacidad. Está claro que nadie quiere que lo que ocurre en un cuarto sea “publico”. Todos queremos privacidad. La seguridad también puede haber sido otro factor importante en el origen de las cortinas.

Yo tengo la suerte que mi cuarto es en un segundo nivel y la ventana que tenemos no da a un area pública. Así que la privacidad y la seguridad no son una preocupación para mí.

Después otro rato de estar pensando, caí en cuenta en que las cortinas también cumplen otra función: Bloquean la luz durante el día. Es decir, nos quitan el mejor despertador que tenemos, la luz del sol. Esto tampoco es un problema para mí. Usualmente me despierto con el amanecer y madrugar, siempre y cuando haya descansado bien, no me molesta para nada.

Así que dejando los temas de privacidad y seguridad por un lado creo que las cortinas están de más. Nos distancian de la magnificencia del cielo. Nos desconectan del cosmos y creo que esto es necesario para descansar bien. También nos distorsionan los ciclos naturales de sueño haciéndonos creer que el día aún no ha llegado. Nos despertamos más tarde, necesitamos de despertadores y dormimos de más. Con razón nos cuesta tanto dormir a la noche.

Si dormir con la cortina abierta no limita ni tu privacidad ni tu seguridad te invito a probar dormir con las cortinas abiertas y acercarte más a una experiencia de sueño más natural.

Alto rendimiento

Pareciera que el tiempo se detiene. Lo hombros se tensan y la respiración se acelera. Toda el peso del mundo está sobre tus hombros. No hay mirada en este mundo que no esté sobre ti. Decir que hay presión es poco. Ha llegado el momento de la verdad.

Todos esos años de entreno, sacrificio y dedicación pasan en un instante frente a tus ojos. Sabes que estás preparado y no vas a dejar que nadie te quite lo que has venido a reclamar. Sabes que este es tu momento y no estás dispuesto a fallar.

Por un instante la competencia deja de existir y lo único que puedes visualizar es el objetivo. Pocas personas en el mundo pueden alcanzar el nivel de concentración y enfoque que tu puedes lograr. Nada te puede distraer. La intensidad que hay en cada fibra de tu cuerpo pudiera detener un huracán. Has venido a “ganar”.

Sabes bien que el resultado no importa. Toda tu vida has trabajado en dar lo mejor de ti sin importar el resultado. Entiendes bien que la única persona a la que le debes responder eres tú mismo. Nadie más en este mundo importa. Esto es lo que te hace tan peligroso a la hora de competir. Estás luchando para ti. No por alguien más.

Poco a poco vas subiendo de nivel y con cada paso vas construyendo una mejor versión de ti. Te estás convirtiendo en un verdadero atleta de alto rendimiento y con eso en una persona excepcional. Estoy orgulloso de ti.

Ayer soñé que era libre

Ayer soñé que era libre. Me pareció extraño porque ya soy libre. Siempre lo he sido y siempre lo seré. En mi sueño nadaba mar adentro sin preocuparme por lo que vendría después. Era de noche y lo único que tenía para guiarme era mi intuición.

El viento soplaba cada vez con más fuerza y las olas crecían. Y con el crecer de las olas también crecía mi confianza. Sin importar que ocurriera a mi alrededor, sabía que yo iba a estar bien. No había miedo. Nada me podía tocar.

Los últimos destellos de la luz de la luna fueron opacados por grises nubes que amenazaban con desatar una tormenta sobre el mar. Podía ver con claridad lo que estaba por suceder. Y aún así mi alma mantenía un estado de profunda tranquilidad. Recuerdo pensar: “yo soy la calma antes de la tormenta.”

Y así seguí nadando mar adentro. Mi intención no era llegar a ningún lado. No quería encontrar nada en particular. Mi única motivación era seguir experimentando esa sensación de libertad que solo la ausencia de miedo puede generar.

La tormenta vino para quedarse. Vi la muerte directo a los ojos sin parpadear. Mis músculos se quedaron sin fuerza y la marea poco a poco le ganó la batalla a mi cuerpo. A mi nunca me pudo tocar. Mientras el momento inevitable llegaba, mi alma se mantuvo firme. La felicidad nunca me abandonó y el miedo no pudo entrar en mi jardín. Ena ese momento supe que había llegado. Que era realmente libre. Ni siquiera la muerte me pudo perturbar.

Un toque de magia

Cada uno de nosotros es un ser verdaderamente mágico. Tenemos la capacidad de regalar un toque de magia en cada interacción que tenemos con alguien más. Tan solo debemos estar abiertos a entregarnos. También podemos encontrar un toque de magia hasta en las cosas más cotidianas de nuestras vidas. Tan solo debemos estar abiertos a ser receptivos.

Un corazón abierto a aceptar el mundo como es, eso es magia. Un corazón que no necesita que las cosas ocurran según sus caprichos para ser feliz, eso es magia. Un corazón que encuentra la maravilla escondida en cada detalle y en cada obstáculo, eso es magia.

Cada respiro que se nos ha regalado es un toque de magia. Hay un toque de magia en cada amanecer y en el último respiro antes de perecer. Todo es magia. Que nos reusemos a querer verlo así —eso es otra cosa.

Hay un toque de magia en ese problema que no nos deja dormir. De lo contrario ¿cómo podríamos descubrir de que estamos hechos? Hay un toque de magia en ese dolor que a duras penas nos deja respirar. De lo contrario, ¿cómo conoceríamos lo más profundo de nuestra humanidad?

Estamos rodeados de magia. Y nosotros mismos somos magia. Hay magia por todos lados. Tan solo hay que creer. Cada segundo que pasa en el que no queremos abrir nuestros corazones a la magia que nos rodea es un segundo perdido. Cada segundo que pasa en el que no queremos regalar nuestra magia al mundo es otro segundo perdido. Ya no perdamos más tiempo, ¿sí?

Diferentes posturas en la transición fuera de la pandemia

Mientras el mundo sigue su inevitable camino hacia la transición fuera de la pandemia, nuestra fibra social está por ser puesta a prueba.

El proceso de transición estará fundamentado en la libertad del individuo. Con esto quiero decir que conforme las autoridades en cada país restauren más libertades, la responsabilidad de cada persona será mayor. Que exista la libertad de hacer algo NO quiere decir que exista una obligación de TENERLO que hacer.

Y es sobre este punto que nos estaremos poniendo a prueba. Algunas personas se sentirán cómodas enviando a sus hijos al colegio, otras no. Algunos querrán ir a los cines, otros no. Algunos harán fiestas, otros no. Algunos viajarán, otros no. Algunos visitarán a sus familiares, otros no. Cada persona tendrá su propia postura sobre qué considera adecuado hacer y que no.

Desafortunadamente con esta situación, no habrán respuestas correctas. Cómo se puede ver en el párrafo anterior, cada persona tiene la libertad de participar en las actividades que considere apropiadas. No hay “bueno” y no hay “malo”.

Cada quien seguirá su propio camino y se le debe respetar. No importa cuánto miedo sintamos o que tan en desacuerdo estemos, la postura correcta debe ser no querer imponer nuestra manera de ver las cosas sobre los demás. La libertad de decidir en qué actividades se desea participar no da el derecho de decidir por otras personas en que debieran o no participar ellos.

Una aclaración final. Con cada decisión, sea cual sea, se debe considerar siempre la salud de las personas con las que se pudiera estar en contacto. La libertad debe ser respaldada por la responsabilidad de seguir los protocolos de seguridad necesarios para cuidar la salud del grupo. En ningún momento estoy abogando por irresponsabilidad.

La recta final

Todo proceso en la vida tiene una recta final. Sin importar si el trayecto fue un sprint desenfrenado o una larga y tediosa maratón, todo termina con una recta final.

El año escolar tiene su recta final —quien no recuerda la presión infinita por ganar el final y no “dejar retrasadas”. El proceso de venta mensual tiene su recta final —90% de las ventas se cierran en lo últimos 3 días del mes. Los entrenos físicos tienen su recta final —esas últimas repeticiones en las que cada músculo del cuerpo está que prende fuego.

Como todo, la vida en sí también tiene su recta final. En este caso particular hay dos problemas. Primero, nunca se sabe cuándo llegará esa recta final ya que no podemos saber cuándo vamos a morir. Y segundo, pasamos los días olvidando por completo que nuestras vidas tienen una recta final.

Pareciera ser que las rectas finales obedecen al principio de Paretto. Su duración aproximada es del 20% del proceso total y requieren un 80% de la energía utilizada. Es por esto que son tan emocionantes.

Entrar a la recta final significa que estás cerca de la meta. No es el momento para abandonar. Este momento requiere que des lo mejor de ti. Si no completas la recta final no cumplirás tu objetivo. Ahora piensa, ¿como vivirías hoy si estuvieras en la recta final de TU VIDA?

Quemar los barcos

“Quemar los barcos” es una frase que se le atribuye a Hernán Cortez quién en 1,519 le propuso a sus hombres quemar sus naves durante la conquista de México. De esta manera no habría marcha atrás, el único camino sería hacia adelante.

La idea de decidir ponerse voluntariamente en una situación en donde no haya otra opción más que enfrentar lo que más se teme me llama la atención. Me aterra, pero me llama la atención.

Los seres humanos siempre hacemos lo que no resulta más fácil o cómodo. Mientras los barcos estén ahí, en cualquier momento nos daremos la vuelta y correremos hacia ellos. Si de verdad queremos abrir brecha tierra adentro, lo mejor que podemos hacer es destruir cualquier ruta de escape posible.

Al final del día esto esto no solo es un tema de compromiso y convicción. Es un tema de naturaleza y fragilidad humana. Si el compromiso es lo suficientemente fuerte, no necesitas quemar los barcos por qué bajo ninguna circunstancia saldrías corriendo para escapar en ellos. Pero, si este es el caso y nunca más usarías los barcos, ¿por qué los dejarías sin quemar?

En dónde está la mirada

La mente y el corazón tienen una capacidad casí infinita de enfoque. Se pueden enfocar con tanta intensidad en cosas tan particulares que a veces perdemos la perspectiva. Por ejemplo, alguien nos alza la voz y en un instante olvidamos por días lo maravillosas que son nuestras vidas.

Aprender a direccionar nuestro enfoque no es algo que sepamos hacer. Es más, la gran mayoría del tiempo ni siquiera nos damos cuenta en qué estamos enfocados. Rara vez estamos conscientes si estamos enfocados en un pensamiento, una emoción, en algo que alguien nos digo o en un futuro que no sabemos si se hará realidad. Pasamos nuestras vidas “dormidos”.

Lo bueno es que la capacidad humana de enfoque tiene una característica muy peculiar. Es extremadamente flexible y, con un poco de práctica, la podemos dominar completamente. Imagina tu capacidad de enfoque como una luz que al mismo tiempo puede enfocarse en un solo objeto o ampliarse para iluminar toda una habitación. Y no solo esto, también la puedes direccionar a cualquier objeto que quieras.

Aprender a utilizar esta cualidad humana no es fácil y requiere mucha práctica. Ala vez, los beneficios de cultivar esta habilidad son infinitos. Tan solo imagina cosas tan simples como poder enfocar toda tu atención en lo que te motiva a querer alcanzar tus metas en lugar de estar preocupado por lo que los demás puedan pensar de tu nuevo proyecto.

En realidad tu vida depende totalmente de en donde esté puesta tu mirada. Si quieres ver mierda en todos lados, experimentaras tu vida como mierda. Si ves maravillas en todos lados, tendrás una vida maravillosa. El primer paso es darte cuenta que siempre estás enfocado en algo y que tú eres el que decidió enfocarse en eso.

Momentum

Puede ser que el momentum que se experimenta en el mundo intelectual no esté atado a las mismas leyes físicas que rigen el mundo físico pero su comportamiento es muy similar.

Ir de 0 a 1 es lo más difícil. Dejar de estar en reposo para empezar a hacer algo es lo que más energía requiere. Esto no solo es cierto en la física. También es cierto, como ya mencioné, en el mundo del trabajo intelectual —especialmente en el mundo del trabajo intelectual.

Después de arrancar cualquier actividad creativa o intelectual, la cantidad de resistencia que se experimenta para seguir avanzando disminuye con cada paso que se da. Una vez más, al igual que en el mundo físico, el momentum también existe en el mundo intelectual.

Así que en esos momentos en que estás sentado en tu escritorio y te pareciera imposible empezar ese nuevo proyecto, tan solo piensa en tratar de empujar una gran roca que quieres mover. Sí, puede ser casi imposible moverla en un inicio, pero una vez que la logres empezar a mover el momentum crecerá con cada vuelta y en muy poco tiempo la roca prácticamente estará girando sola. No tengas miedo de empezar.