El futuro será lo que tu quieres

Hoy eres libre de escoger lo qué quieres hacer. Las decisiones que tomes en este momento determinarán en gran parte el futuro que tendrás mañana. Decisiones difíciles, vida fácil. Decisiones fáciles, vida difícil.

Recuerda, puedes tener el futuro que quieres. Tan solo debes cumplir con dos requisitos:

  1. Tienes que estar dispuesto a pagar el precio completo de lo que quieres lograr para tu futuro y
  2. Tienes que estar dispuesto a pagarlo por anticipado

Si cumples con estos dos requisitos, puedes estar seguro de que tendrás el futuro que quieres. Puede ser que hayan piedras en el camino o que el precio final de tu compra sea un poco más alto de lo que inicialmente creíste. Pero si estás dispuesto a hacer el trabajo, el futuro será lo que tu quieres.

El momento de comprar es ahora. No puedes comprar algo que está en el pasado. Para tener el futuro que quieres no te puedes perder en lo que ya pasó. Tan solo debes voltear a ver hacía atrás para aprender de tus errores y fracasos.

Hoy es el momento de decidir. Hoy es el momento de construir el futuro que quieres tener. Hoy, no mañana, no ayer; hoy. Recuerda que si hoy no tienes ganas de hacer nada, también estás construyendo el futuro que quieres. No hay a dónde escapar.

Nadie quiere patear la mesa

Hoy por la mañana estaba leyendo. Tenía puestos los lentes que solo uso para leer. Me levanté para ver que los gatos en el jardín no estuvieran haciendo algún desastre y pateé la mesa de la sala. Sin zapatos puestos claro. Rompí la pata de la mesa y mi dedo pequeño del pie me duele bastante.

Claro que no quise patear la mesa. Nadie quiere patear la mesa. Al igual que nadie quiere entregar un proyecto tarde o perder un negocio, mi intención era otra totalmente ajena a lo que sucedió.

Probablemente al tener los lentes puestos, algo que no hago cuando estoy en movimiento, calculé mal y según yo no iba a tocar la mesa. De lo contrario nunca hubiera dado el paso. Mi creencia de donde estaba la mesa me engañó. Esta es la única razón por la que di el paso.

Y lo mismo pasa con todo lo que hacemos en nuestras vidas. Solo podemos decidir y actuar en base a lo que creemos que es cierto. Y fuera de casos patológicos, actuamos en base a lo que creemos que será lo mejor. Los errores, fracasos y mesas que pateamos vienen de creencias falsas que para nosotros son reales. Nunca de malas intenciones. Nadie quiere patear la mesa.

La práctica no siempre hace al maestro

Un consejo prácticamente universal que se escucha muy seguido es “la práctica hace al maestro”. Comprendo de donde viene la idea y sé que la intención de las personas que lo dan es buena. También creo que el consejo está equivocado, al menos debo decir que es incompleto.

Lo que sucede es que si se hacen 500 repeticiones de un movimiento pero cada una de esas repeticiones está mal hecha lo único que se está logrando es instalar un mal hábito. Este mal hábito será muy difícil de romper después.

Así es que quiero complementar el consejo y modificarlo un poco a “La práctica perfecta hace al maestro.” En inglés suena aún mejor “Perfect practice makes perfect”.

Así es que la calidad de las repeticiones es más importante que la cantidad. Primero asegúrate que cada repetición esté bien hecha e incorpore la técnica ideal. Una vez que logres una repetición bien hecha es momento de repetir y repetir y repetir.

La diferencia entre valor y virtud

Un valor es apenas una creencia. Una virtud es algo que activamente se vive o se busca alcanzar. Una de las razones por las que la mayoría de esfuerzos de establecer “valores corporativos” fracasan es por qué se enfocan en creencias y no en acciones.

Para lograr un cambio cultural real en una empresa el enfoque se debe dirigir a los comportamientos de las personas que conforman el equipo, no hacia sus creencias.

Por ejemplo, un CEO puede creer que la puntualidad es una buena idea. Él puede transmitirle la creencia del valor de la puntualidad a la organización y reforzar el mensaje todos los días. Sin embargo, el enfoque está centrado en el valor de la puntualidad. Es intangible y difícil de implementar. Es muy probable que las acciones que se vevirán en la empresa estén fuera de alineación con el valor.

¿Pero qué pasa si el CEO decide vivir la virtud de la puntualidad? Esto implica acción y un compromiso tangible con comportamientos relacionados a la puntualidad. Las métricas y retroalimentación que reciban todos dentro de la empresa, incluyendo al mismo CEO, estarán diseñados para reforzar que se viva la puntualidad. Habrán premios por ser puntual y reprimendas por no serlo.

Existe la posibilidad que la empresa no sea la más puntual del mundo, pero todos los días se buscará mejorar y existirá una búsqueda constante en mejorar la puntualidad dentro de la empresa. Es un proceso activo.

La distinción en realidad es simple. Establecer un valor en una empresa es un anhelo. Es agua tibia y no implica un compromiso más allá de decir que “así es como nos quisiéramos comportar”. Por el otro lado, implementar una virtud es hacer un compromiso para modificar comportamientos en las personas y luchar para que esa virtud se viva todos los días en todas las áreas de la empresa.

Libro recomendado para profundizar en el concepto:

Un bot de Amazon me acaba de enviar 2 pantalones sin costo

El 1 de septiembre USPS reportó un paquete que pedí por Amazon Prime como “entregado” en mi Courier. Al día de hoy nadie sabe en dónde está el paquete supuestamente “entregado”.

Después de dos semanas de estar detrás del equipo de atención al cliente del Courier acá en Guatemala finalmente entendí que está pasando. Al parecer el correo nacional de Estados Unidos está sobre saturado y están teniendo problemas logísticos. La experiencia del personal del Courier es que muchos paquetes que se están enviando vía USPS están siendo entregados a direcciones equivocadas. Los paquetes parece ser que no se pierden para siempre y eventualmente aparecen. El tiempo más largo en que un paquete ha tardado en aparecer es de 45 días.

La representante de atención al cliente me comentó que Amazon está al tanto del problema y están enviando reemplazos de los paquetes “perdidos” a los clientes que ponen un reclamo. Me recomendó empezar ese proceso y me dijo que si el otro paquete aparece que ellos lo estarían enviando de regreso a Amazon. Y acá es donde se pone buena la historia. Todavía no puedo creer lo que pasó.

Decidí seguir el consejo y agarré mi teléfono. Entré al App de Amazon y me fui a la sección de ayuda. Se abrió un chat con lo que parecía ser un tradicional Bot. Pero este no era un Bot normal! Este bot tiene la autorización de confiar en la palabra de los clientes y enviarles productos sin costo alguno. Por lo menos así fue en mi caso. Vean la conversación que duró menos de 45 segundos por ustedes mismos:

Y esta es la lección que aprendí. Para que una automatización por medio de Bots funciona se requiere mucho más que un Bot que entienda lenguaje contextual y responda preguntas.

Se requiere de un Backoffice automatizado al que el Bot puede integrarse. El Bot debe tener acceso a leer y escribir información a todos los sistemas de la empresa. Adicionalmente se requiere que el Bot tenga la “confianza” de gerencia para tomar decisiones que impactan a la empresa financieramente. Por. ejemplo, debe poder decidir enviar un par de pantalones de baseball sin cobrarlos. Las políticas de la empresa deben estar programadas en la inteligencia de los Bots!

Me imagino que si el monto de la orden a reponer es más grande (mi orden es de $50.00), intervendrá una persona y el proceso será más complicado. Pero para mi caso, por el tiempo que llevó que apareciera la orden de compra en mi cuenta, estoy seguro que el Bot es el que decidió y creo la orden de reposición sin preguntarle a nadie. Impresionante!

La importancia de calibrar, una analogía

Este concepto es tomado de la idea de Jim Collins que fue introducida en su libro Great by Choice.

Collins utiliza la analogía de las balas y la bola de cañón para ilustrar la importancia de realizar pequeños experimentos y calibrar en base a los resultados obtenidos.

“Imagina que estás en un barco de guerra y ves un barco enemigo en el horizonte”, escribe Collins. “Tienes pólvora limitada y decides usarla toda para disparar una bola de cañón hacia el barco enemigo. Fallas. Ya no tienes más pólvora. Estás muerto.”

Este escenario definitivamente no le interesa a nadie. Afortunadamente Collins plantea un escenario más alentador. “¿Qué pasa si cuando ves el barco enemigo decides empezar a experimentar?”, pregunta Collins en Great by Choice. “Si, experimentar. Sabes que tienes pólvora limitada y tomas un poco de pólvora para cargar un rifle y disparas. Ves que tu ángulo está mal por 40 grados. Calibras, repites y cargas otra vez el rifle. La falla ahora es de 25 grados. Vuelves a calibrar y cargar el rifle, después de todo estás usando muy poca pólvora. Ahora estás a 5 grados. Un poco más. Un ajuste final y listo! Le pegas con la bala del rifle al barco enemigo pero sin hacerle mayor daño.”

“Pero ahora ya tienes la trayectoria correcta y te queda suficiente pólvora para cargar el cañón. Lo cargas, ajustas el ángulo con la data que obtuviste con tus experimentos y disparas. Boom!!! Hundes al enemigo. Vivirás.”

Es una analogía genial. La cantidad de empresas y proyectos que se quedan sin recursos por quemar toda su “pólvora” en iniciativas que no han sido bien fundamentadas es muy grande. Poner la mayoría los recursos de una empresa en un proyecto que no ha sido “calibrado” es irresponsable.

Sí, los experimentos consumen recursos y pueden llevar a que el proyecto sea cancelado. Se perderá la inversión del experimento. Pero si este es el caso tan solo se debe volver a calibrar e intentar de nuevo. Después de todo, si el experimento fue bien diseñado no debiera ser muy caro y dará suficiente información para realizar los ajustes necesarios.

La clave del éxito está en saber diseñar experimentos y entender qué hipótesis se desean validar. Estas son habilidades que aún no son muy comunes en el mercado laboral y son indispensables para una empresa que quiere hacer proyectos realmente innovadores. ¿Tienes alguien así en tu equipo? Puede ser que este sea el momento de empezar a buscar!

Un equipo de trabajo de calidad – consejo para CEOs

Como CEO de una empresa es común cometer el error de creer que los grandes resultados dependen de las mejoras personales que uno pueda hacer. Sí, ser CEO implica una gran responsabilidad personal, pero el grueso de los resultados que se obtengan dependen de la calidad del equipo de trabajo que se construya. No de los logros individuales que uno pueda lograr.

Aceptar esta realidad no siempre es fácil. Especialmente para personas con personalidades fuertes que están acostumbradas a lograr sus objetivos a costa de todo —los prototípicos CEOs. Un buen CEO debe constantemente enfocar su atención en la calidad del equipo de trabajo que tiene a su disposición. De esto dependen sus resultados.

Es inevitable para un CEO dejar de buscar su propio crecimiento y constante mejora (lo cual es bueno). La recomendación es que dirija una buena porción de estos esfuerzos a desarrollar sus habilidades de liderazgo, gerencia y reclutamiento. Si hay algo con lo que un CEO puede multiplicar la inversión que hace en crecer sus propias habilidades es en dirigirlas a desarrollar su equipo.

El objetivo siempre es desarrollar todas las habilidades que el CEO identifique como necesarias para mejorar la calidad de su equipo. Todo lo demás pasa a ser secundario. El rendimiento y los resultados que el equipo esté logrando determinan en qué debe trabajar el CEO.

Si su equipo está desmotivado, el CEO debe aprender a motivar. Si su equipo no sabe hacia dónde ir, debe aprender a construir visión. Si su equipo no está inspirado, debe aprender a transmitir propósito. Si su equipo no está dando los resultados que necesita, el CEO debe aprender a coachear. Y si esto no funciona, debe aprender a contratar mejor.

¿Cómo se evalúa entonces a un CEO? Por el rendimiento de su equipo. Nada más ni nada menos. Por ende, el CEO efectivo tiene que trabajar en constantemente en sí mismo para poder maximizar el rendimiento y la calidad de su equipo de trabajo.

AirPods Pro reciben actualización para habilitar audio espacial

Apple hoy ha hecho disponible la versión de firmware 3A283 para los Airpods Pro. Esta actualización agrega dos nuevas funcionalidades: 1) audio espacial 2) la capacidad de conectarse entre dispositivos automáticamente.

El audio espacial simula la sensación de de estar en el cine al tener los AirPods Pro puestos. Es decir, al estar viendo contenido con audio “surround” el sonido aparentará estar viniendo directo desde el teléfono o iPad hacia tu cabeza sin importar que te estés moviendo. La reseña inicial de Mac Stories indica que la simulación funciona bastante bien y es muy exacta.

Yo no soy mucho de ver películas en teléfono o iPad pero debo reconocer que me intriga bastante la posibilidad de lo que se pueda hacer con esta tecnología. También me llama mucho la atención entender cómo funciona a nivel técnico.

La segunda funcionalidad permite que los AirPods Pro puedan cambiar su conexión de un dispositivo Apple a otro automáticamente. El cambio de detona por la activación de una aplicación que usa los audífonos en el nuevo dispositivo.

Este tampoco es un caso de uso que se haga muy común en mi uso diario pero creo que cuando llegue el momento de usarlo me resultará muy útil.

Ambas funcionalidades requieren del iOS 14 beta para funcionar así que la actualización de los audífonos no te habilitará las nuevas funcionalidades a menos que estés corriendo los betas. Si los quieres descargar y probar estas nueves funcionalidades enrola tu dispositivo en beta.apple.com.

Esta actualización de firmware para los audífonos indica que se acerca la liberación de las versiones finales del iOS14 aunque mi percepción es que aún les hace falta en términos de estabilidad. Mañana será el evento Time Flies de Apple y seguro tendremos más información.

¿Ya probaron las nuevas funcionalidades? Dejen sus comentarios abajo y cuenteros que piensan.

Crea lo que quieres encontrar

Hay veces que no podemos encontrar algo que queremos. Desesperadamente buscamos algún contenido, un producto en especial o simplemente que nos atiendan de una manera en particular —tan solo para darnos cuenta que lo que buscamos no existe.

Hay dos posibles caminos a tomar cuando lo que estás buscando en el mundo no existe. O aceptas que lo que quieres no existe y sigues tu camino o tú mismo lo empiezas a crear. La segunda opción es una de las más grandes oportunidades de negocio que hay. Usualmente hay muchas otras personas que están buscando lo mismo que nosotros.

Crear lo que queremos encontrar también aplica a realizar pequeños ajustes a los proyectos en los que ya estamos trabajando. Por ejemplo, luego de estar considerando varias maneras de cómo monetizar este blog decidí quitar lo anuncios que se desplegaban en la página y buscar otra solución. ¿Por qué? Porque he buscado tantas veces un sitio web en donde poder leer contenido de calidad que NO me esté bombardeando con publicidad. No lo he podido encontrar. De verdad que detesto la publicidad en los sitios web con todo mi corazón. Decidí así quitar los anuncios de este blog y dejar que el contenido destaque. El resultado es el sitio web con contenido de alta calidad que no bombardea a nadie con publicidad. Justo lo que estaba buscando.

Cuando creamos algo que queremos y que aún no existe, innovamos. Traemos al mundo nuevas ideas y productos que anteriormente no existían. Movemos la civilización hacia adelante y de paso saciamos nuestra necesidad por algo que realmente queremos y nadie nos había ofrecido. Podemos decir que matamos dos pájaros de un tiro.

Mira a tu alrededor y construye el hábito de preguntarte que te gustaría cambiar. ¿Qué quisieras que exista que no puedes encontrar? Escucha tus instintos y no tengas miedo. Respira profundo y empieza a trabajar en materializar lo que aún no has podido encontrar.

Como dijo Ghandi, “sé el cambio que quieres ver en el mundo”.

Liderazgo sin autoridad

La complejidad de hacer negocios se asemeja cada día mas a la de la física nuclear. La cantidad de personas e incentivos que se deben alinear para que un proyecto funcione es espeluznante. Y por si esto fuera poco, la velocidad de ejecución que se necesita pronto se va a empezar a medir en años luz.

Aún así, la mayoría de empresas y equipos de trabajo siguen operando sobre premisas desarrolladas décadas atrás. Es momento de modernizar la manera en que se hacen las cosas. La cantidad de cambios necesarios es demasiado grande para siquiera empezar a listar acá. Así que mejor me enfocaré en un tema muy específico e importante: liderazgo sin autoridad.

Me gustaría empezar por definir que es un equipo. Un equipo son todas las personas requeridas para lograr un resultado. ¿Y qué NO es un equipo? Las personas que le reportan a un líder en común, los miembros de un departamento, los empleados de una empresa, la junta directiva, etc.

Si alguien puede hacer algo para ayudarte a mover un proyecto hacia adelante, entonces esa persona está en tu equipo. No importa si tienes autoridad formal sobre esa persona, si te reporta directamente o si trabaja para tu empresa o no. Si puede ayudar, está en tu equipo.

Esta realización es alentadora. Si todos pueden estar en tu equipo, eso significa que tienes más personas que te pueden ayudar. También la diversidad de habilidades que tendrás a tu disposición será mucho mayor. El conocimiento colectivo y la capacidad de resolver problemas de tu equipo será impresionante.

Pero hay un reto. Que ahora tienes que aprender a liderar sin autoridad formal. Para construir un equipo así debes poder enrolar personas a tu cometido sin tener “control” directo sobre ellas. Imagina que para terminar un proyecto muy importante necesitas a la vez la colaboración de un proveedor y de un cliente. Estás en medio y no puede solo. Tu única solución es encontrar a las personas clave dentro de el proveedor y del cliente y subirlos al barco. Convencerlos a que apoyen tu misión como que si fuera suya. De hecho, lo que se requiere es que encuentres una manera de que ellos hagan tu misión suya. Eso es liderar sin autoridad y es la única manera de que todos sean parte de tu equipo.

Hoy ya no es suficiente tener un equipo “tradicional”. Hoy se necesita más. Se necesita fluidez, colaboración y diversidad. Se necesitan equipos multifuncionales y multidisciplinarios en donde no existen fronteras de funciones, departamentos, empresas o similar. Estos equipos se construyen con liderazgo sin autoridad y el momento de empezar es ya!

Si te interesa el tema y te interesa empezar a trabajar te recomiendo leer este libro: