Relevancia

Mantenerse relevante es vital. Mantenerse relevante en este mundo tan cambiante es difícil. ¿Qué se debe hacer cuando algo vital se vuelve tan difícil? Entender.

La relevancia es vital porque el acceso a la información se ha democratizado a pasos agigantados. Hoy, la persona promedio maneja mucho más información que los más avanzados científico de hace 20 años atrás.

El acceso a la información amplia la cantidad de opciones que tienen disponibles las personas. Y cuando alguien tiene más opciones, lo más relevante es lo que gana. Ante tantas opciones, las personas se sienten más cómodas cuando encuentran lo que les es más relevante.

Cuando hay tanto ruido es difícil encontrar un poco de señal. En esta analogía, el ruido se refiere a las opciones irrelevantes y la señal es lo que es relevante. Nadie quiere ruido. Todos estamos buscando una señal clara.

Servicio y valor

La mejor manera de ser relevante es agregar valor y la mejor manera de ser valioso es sirviendo. Para poder servir se debe entender lo que la otra persona necesita. Sin un entendimiento real de la necesidad nada ni nadie puede ser valioso.

Todos buscamos un sentido profundo de propósito, o al menos eso me gusta creer. El problema es que muchos de nosotros no estamos conscientes de lo importante que es el sentido de relevancia en nuestras vidas. No hay nada más importante que pertenecer y contribuir para sentir que nuestras vidas están bien.

A veces olvidamos esto y nos vamos directo en busca un resultado temporal, efímero. Nuestra vocación de servir pasa a un segundo plano y todo lo que importa es hacer “algo” en el momento. Y es cierto, hay momentos en la vida que requieren que hagamos lo que se debe hacer pero no debemos olvidar por prolongados períodos de tiempo ese llamado interno a servir.

Servir es un camino difícil que muchas veces se siente tan solitario como un desierto desolado justo antes del amanecer. Pero al igual que una caminata en el desierto, el camino del servir, muchas veces termina en un oasis, en un manantial que alimenta mente, cuerpo y alma.

Creo que el valor que hay en este mundo es infinito y la manera de cultivarlo es través del servicio a los demás. Servir nos da la oportunidad de agregar valor y al agregar valor nos sentimos relevantes. Con la relevancia llega el propósito y con el propósito llega la plenitud.