Conocimiento y recursos

Un recurso no es más que algo que ya existía y que por medio del conocimiento se empieza a aprovechar para lograr algún objetivo específico. En otras palabras, para un cavernícola casi nada era un recurso. Ellos no tenían el conocimiento para aprovechar el petroleo, el uranio o el aluminio. Los elementos en su estado natural estaban ahí pero ellos no tenían el conocimiento necesario para transformarlos. Sin conocimiento no hay recursos.

Esto nos lleva a pensar si realmente estamos empezando a experimentar escasez de ciertos recursos o si simplemente es el conocimiento de cómo aprovechar todo lo que tenemos a nuestra disposición lo que se está estancando.

Por ejemplo, ¿Estamos experimentando una escasez de petroleo o aún no hemos descubierto cómo transformar la energía del sol en electricidad de una manera eficiente? Pronto la mayoría de los carros serán eléctricos y dejaremos de experimentar “escasez” de petroleo.

Mientras sigamos desarrollando el conocimiento científico estaremos bien.

Un gran momento para estar vivos, la Web 3 y tanto más

De todas las distintas eras por las que ha pasado la civilización humana para mí esta es la más emocionante de todas. Realmente no hubiera querido nacer en ningún otro tiempo que no fuera este. Como bien lo dijo Jesus Jones: “right here, right now, there is no other place I’d rather be.”

La explosión de innovación tecnológica y la velocidad a la que las ideas se están propagando me parece algo maravilloso. El Web 2.0 ya le está cediendo el protagonismo al Web3, las empresas se están convirtiendo en DAOs, los bancos centrales ya tiene fuerte competencia de las cripto-monedas y la propiedad física se está empezando a cimentar en la forma de NFTs. Es una locura, hay tanto que aprender. Me fascina.

Estar vivos en este preciso instante es un privilegio. Sin duda alguna estamos viendo la transformación más dramática de nuestra civilización, en primera fila. Y no solo la estamos viendo, si así lo deseamos, también podemos participar directamente en ella. Le podemos dar forma. Nunca antes en nuestra historia habíamos tenido la oportunidad de impactar la dirección de hacia dónde va el mundo desde nuestros escritorios.

Realmente estamos viviendo algo maravilloso. Solo hace falta despertarse y ver un feed de Twitter bien curado para darnos cuenta de lo mucho que está pasando. No hay día que no hayan grandes avances tecnológicos que le están dando un nuevo aire a los aspectos más importantes de nuestra sociedad: finanzas, comunicación y propiedad privada.

Realmente no sé en dónde va a parar todo esto, en realidad no importa. Como una buena montaña rusa, lo mejor es disfrutar el camino, el destino no es tan importante cuando la jornada es así de emocionante. Abróchense el cinturón que el futuro ya está aquí.

Este es un gran momento para estar vivos.

Deja que el momento llegue, pequeño saltamontes

Paciencia pequeño saltamontes, el momento llegará. Cuando eras niño querías ser adulto. Cuando estabas en el colegio querías estar trabajando. Cuando eras soltero querías estar casado. ¿Y mientras tanto? Te perdiste todos los grandes momentos que has vivido hasta hoy.

Vivir esperando que el futuro llegue no tiene sentido alguno. Especialmente si en el proceso te estás perdiendo tu vida hoy. Deja que el momento llegue. No lo vayas a buscar. Cierra los ojos, respira profundo y siente el infinito manantial de felicidad que tienes a tu disposición en este preciso instante.

El futuro llegará a su debido momento. No antes y no después. Llegará justo cuando debe llegar. No hay nada que ni tú ni nadie pueda hacer para alterar el paso del tiempo. Las cosas se darán con la misma perfección con que siempre se han dado. El futuro no necesita de la ayuda de nadie para llegar.

Dejar que el momento llegue es lo mismo que disfrutar él ahora. Dejar que el momento llegue es lo mismo que encontrar la felicidad hoy. Dejar que el momento llegue es lo mismo que experimentar el presente con toda su magnificencia. Dejar que el momento llegue es ser uno con la naturaleza y saber bailar con ella. Dejar que el momento llegue es vivir bien.

Un mundo que cambia

Vivimos en un mundo que cambia. La velocidad a la que el mundo está cambiando hoy es mayor que nunca. Incluso, la velocidad de cambio de hoy es más rápida que la que había ayer. Así de grande es la aceleración que estamos experimentando.

Cada hora que pasa la tecnología se convierte un poco más en nuestra manera favorita de interactuar con el mundo. Un Whatsapp en lugar de una confirmación, un Zoom en lugar de un café y un “Pedidos ya” en lugar de salir a comer. Realmente estamos encontrando muchas eficiencias. Es maravilloso.

Creo que en el siguiente año se estarán materializando los cambios más fuertes que hemos visto a la fecha. Entre las crypto-monedas, NFTs, Blockchains, DAOs y el Web 3.0 el mundo como lo conocemos será irreconocinle en tres años. Par mí esto es bueno, muy bueno.

Vivimos en un mundo que cambia y el cambio requiere de adaptación. Si el mundo cambia y una persona no cambia con él esta persona se quedará atrás. Quiero hoy hacer un llamado a todos a que abramos los ojos a todo lo que se viene. La inteligencia artificial nos dará nuestros resultados médicos y manejará la mayoría de carros. El internet será más descentralizado que nunca, todos seremos participes en él y dejaremos de ser espectadores. Las organizaciones también serán distribuidas. Todo será diferente, muy diferente.

En unos meses no sabremos qué fue lo que pasó. Prepárense desde ya.

El futuro se crea, no se predice

Hoy, parados acá, con la mirada fija en el horizonte del futuro que está por llegar, tenemos la opción de creer que el futuro se predice o que el futuro se crea.

A mí me atrae más la idea de crear el futuro. La idea de predecirlo, lo que por definición implica qué ya está escrito por alguien más, simplemente no me llama la atención. Lo siento demasiado aleatorio y fuera de mi rango de acción.

Por el otro lado, pensar en que lo qué decida o no decida hacer hoy es el cimiento de mi futuro me gusta mucho. Las acciones que tome hoy son las semillas del futuro que cosecharé mañana. ¡Sí! Esto me hace mucho más sentido. Nadie más que yo es responsable de mi futuro.

Sin duda alguna creer que el futuro se puede crear es una perspectiva mucho más poderosa. Al final del día ninguno de nosotros puede saber con total certeza qué va a pasar o si el futuro está en nuestras mano o no. Lo qué sí podemos saber es que los paradigmas con que decidamos afrontar los retos que hoy tenemos nos pueden empoderar o victimizar. También sabemos que una persona empedrada puede influenciar su entorno mucho más que una persona que se siente víctima de las circunstancias.

Sí, sin duda alguna las personas que construirán ese mejor futuro con el que todos soñamos necesariamente somos las personas que creemos que el futuro se crea, no que se predice.

Volver a lo mismo, estoy enojado

Por momentos creo que todas las oportunidades de aprendizaje que tan caro pagamos con la destrucción y muerte que trajo consigo el COVID se están tirando la basura. Estoy enojado, sí.

Con esta crítica no me refiero a que se estén dejando de practicar las normas de distanciamiento social. Acostumbrarse a lavar las manos no es un gran aprendizaje, eso no me molesta tanto. Me refiero a lo rápido que pareciera que estamos regresando a tantos ineficientes patrones de comportamiento de pre-pandemia que finalmente estaban empezando a cambiar.

Como emprendedor lo que más me duele es ver como tantas empresas están decidiendo, a pesar que sus giros de negocio no lo requieren, forzar a sus colaboradores a regresar a los mismos horarios y procesos presenciales de trabajo. A estas alturas del partido creo que ya tenemos suficientes datos para respaldar que el modelo híbrido funcionó bien para un gran porcentaje de empresas. Entonces, ¿por qué la insistencia de volver exactamente al antiguo modelo sin siquiera aplicar algunos de los aprendizajes que todas esas horas de encierro nos enseñaron?

Al día de hoy hay muchos libros, podcasts, Webinars y experiencias de miles de personas y empresas que nos pueden ayudar a modernizarnos. También tenemos nuestras mismas experiencias de las cuales debemos aprender.

Nadie quiere estar enfrente de zoom 24/7, lo entiendo. Pero con un poco de compromiso de gerencia se pueden diseñar modelos híbridos que pueden funcionar en casi cualquier empresa.

Ya es hora de dejar el pasado atrás y seguir avanzando. Por favor, dejemos las maneras de hacer las cosas que no nos aportan atrás y enfrentemos el reto de seguir avanzando. No dejemos que las ganas de sentirnos cómodos en nuestra zona de confort nos amarren a procesos y prácticas que son ineficientes y hoy ya son anticuadas. Nuestro deber como emprendedores es guiar al mundo hacia el futuro y si ni siquiera lo podemos hacer con nuestra propia manera de operar, ¿cómo pretendemos poderlo hacer con nuestros clientes dependen de nosotros para lograrlo?

Un nuevo mundo lleno de confianza: Compras digitales

Creo que a veces no nos damos cuanta de lo rápido que está cambiando el mundo. Compramos el súper, nuestros viajes y hasta un nuevo carro usando tarjetas de crédito por Whatsapp. La velocidad con que se realizan las transacciones es espeluznante. Aquellos comercios que no se adapten morirán.

En este nuevo mundo la confianza es la base de las transacciones comerciales. Resulta que es imposible seguir avanzando a la velocidad que vamos si no crece la confianza en los nuevos métodos de pago que hoy están naciendo. Es por esto que la seguridad y confiabilidad de estos sistemas es tan importante.

Sí, ya hay un poco de confianza en las nuevas experiencias de compra pero aún así los consumidores quieren un mejor respaldo de que su pago fue recibido y de que su compra será honrada. Otro gran reto que los nuevos métodos de pago y comercios tienen que superar.

Por momentos parece ser que este nuevo mundo está lleno de confianza y oportunidades. En otros momentos parece ser que todo se viene abajo porque alguien cometió fraude y toda la maravillosa experiencia que la tecnología nos da se desmorona.

Creo que hay una gran oportunidad de mejorar la experiencia de compra digital de una manera integral que respeta tanto la facilidad con que se realiza la compra como la integridad y seguridad de la transacción. Estén pendientes de lo que se viene.

No soltar el pasado y evitar el futuro son lo mismo

No sé que sea más difícil, soltar el pasado o aventurarse hacia adelante sin saber que depara el futuro. Sin importar cuál de estos dos males se escoja el resultado siempre es el mismo: permanecer igual, sin crecer, hundidos en la mediocridad.

Hay días en que yo me inclino hacia no querer soltar el pasado. La comodidad y seguridad que trae la familiaridad de lo ya conocido es muy reconfortante. Mis ganas de que nada cambie son muy grandes y lucho por tratar de mantener todo tal y cómo está.

Otros días prefiero no aventurarme hacia el incierto futuro que de una manera u otra inevitablemente llegará. Trato de postergar lo que nadie puede detener, el paso del tiempo. Dejo de buscar la maravilla de lo desconocido y una vez más regreso a buscar seguridad bajo la cobija de aquello que ya creo conocer.

Ahora que escribo estas palabras me doy cuenta que ambos males no son mas que los lados opuestos de una misma moneda: la mediocridad.

“What if..” y el poder de las decisiones

Ha llegado el momento de admitirlo. Ya veo series de televisión de manera regular. La verdad lo estoy disfrutando bastante y creo que al menos las series de Disney/Marvel que estoy viendo están bien escritas y dejan algo en que pensar. Tanto así que ya antes me he visto motivado a escribir sobre algo de lo que me han enseñado.

Bueno, pues ayer en la noche vimos con mi familia el primer episodio de “What if…” y los tres quedamos muy contentos con lo que vimos. Y claro, yo me quedé pensando toda la noche en toda esta idea de los multiversos que está tomando protagonismo central en esta nueva era de producciones de Marvel.

Es increíble ver como TODA la historia de este primer episodio cobra vida debido a que alguien toma una decisión diferente a la que todos sabemos que tomó en la historia (universo) original. Osea, hay una única decisión, una elección diferente, que ocasiona una nueva serie de eventos y prácticamente genera un nuevo universo en donde cualquier cosa es posible —tal cual ocurre en la vida real.

Imagina un padre de familia que decide no tomar de más en la fiesta en que está con sus amigos y en lugar de morir esa noche en su camino a casa puede regresar con vida a desearle buenas noches a su hija de tres años. 22 años después aún está a su lado para acompañarla en el día de su boda. Eventualmente llega a ser un gran abuelo.

O imagina este joven con una vida muy difícil en casa (ambos padres son drogadictos), un futuro muy obscuro por delante y un vecindario muy peligroso como el único lugar en el cual se puede refugiar. Y aún así, con mucho valor, decide decir “no” cuando sus únicos amigos y la necesidad de dinero lo presionan a vender drogas. Gracias a esta única decisión no es arrestado esa noche y poco a poco empieza a ganar confianza en sí mismo. Con esfuerzo logra terminar la secundaria y con un poco de ayuda logra llegar a la universidad. 15 años después es un exitoso emprendedor y un cariñoso padre de 3 maravillosos hijos.

La verdad que si uno se detiene a pensar un poco, esta idea del multiverso de Marvel no es tan de ciencia ficción. Es como realmente funciona el mundo. Hoy, cada uno de nosotros, en este preciso instante tiene millones de posibles futuros (o universos) a su disposición. Las decisiones que tomemos en este momento son las llaves de las distintas puertas que abrirán los universos en que viviremos más adelante. Es vital que hoy tomemos las decisiones adecuadas para mañana poder vivir en el universo en el que realmente queremos pasar el resto de nuestros días. “What if…”

El puente hacia mañana

El futuro se construye ahora. La decisiones que se toman hoy son las frases que escriben la historia del mañana. ¿No me crees? Solo mira a tu alrededor y te darás cuenta que en donde estás parado hoy no es más que el fruto de las decisiones que tomaste ayer.

Todos queremos un mejor futuro pero muchas veces no sabemos cuál es el siguiente paso para hacerlo realidad. Si en donde estamos parados hoy es el fruto de las decisiones que tomamos ayer, entonces las decisiones que tomemos hoy serán las semillas de los frutos que cosecharemos mañana.

El puente hacia mañana se construye primero teniendo claro hacia dónde se quiere ir. Luego de tener una visión clara del futuro al que algún día se quiere llegar se debe evaluar cada decisión que se tomará hoy para ver si nos acerca o nos aleja del destino al que queremos llegar. Es decir, nos debemos asegurar de que cada decisión que estamos por tomar nos va a acercar al futuro que queremos alcanzar. De lo contrario estaremos construyendo un puente que va a directo hacia la mediocridad.

Finalmente, una vez que estamos seguros que estamos construyendo el puente en la dirección correcta, debemos empezar a colocar piedra tras piedra. Esto quiere decir que debemos ser coherentes con nuestras decisiones y actuar con disciplina y consistencia. Le diremos que no a cualquier cosa que no sea consistente con lo que queremos lograr. Tan solo le diremos que sí a aquello que sea una fundación sólida sobre la cual nos podremos parar y seguir avanzando hacia ese futuro que estamos construyendo una piedra a la vez.