Cuando me cuesta escribir, días aburridos

Desde ya hace casi dos años he estado escribiendo todos los días. Hay unos días en que las ideas vienen fácil, en otros, no tanto. A estas alturas ya empecé a distinguir un patrón. Que me cueste escribir quiere decir algo acerca de la calidad de día que tuve.

Ya que no tengo una agenda editorial ni estoy predispuesto a escribir sobre algo en particular, decido sobre qué voy a escribir hasta que me siento enfrente de la computadora. Mi proceso es muy orgánico.

Lo que este proceso me ha ayudado a notar es qué en los días que aprendo algo interesante, hago algo de consecuencia o experimento un evento que me impresiona, las ideas vienen fácilmente. Cuando el día es interesante o productivo, escribir es fácil. En los días “aburridos”, escribir es un parto.

Por esto es que he empezado a evaluar mis últimas 24 horas en aquellos días en los que paso 25 minutos y no encuentro sobre qué escribir. Es cierto, algunas veces esto me ocurre por puro cansancio pero la gran mayoría de veces es porque pasé el día en blanco. O no estuve presente o no hubo mayor actividad relevante en mi día.

Creo que todos debiéramos tener una buena historia que contar al final de cada día. Sino, probablemente el día no fue todo lo que pudo ser. Nos quedamos cortos. O tuvimos un día de impacto y simplemente no estuvimos atentos a lo que pasó a nuestro alrededor o, decidimos no hacer nada grandioso con el tiempo que se nos ha regalado. Cualquiera de estos dos escenarios no es para nada bueno.

Sí, cuando me cuesta escribir, más de algo le hizo falta a mi día. No quiero seguir teniendo muchos días así.

Un buen guía para construir una “buena vida”

Navegar por la vida es muchas cosas. Es emocionante. Es incierto. Por veces es triste. Otras veces duele. Muchas veces es bastante alegre y otras veces es muy confuso. Ahora, con lo que vivir definitivamente no rima, es con fácil. Cómo muchos papás comentan cuando nace su primer hijo(a), hay cosas que no traen manual. Vivir bien es una de ellas.

Entonces, ¿qué se puede hacer para construir una buena vida sin tener acceso a un manual? Hay mil y una cosas que se pueden hacer pero la más eficiente que se me ocurre en este momento es buscar un buen guía.

Un guía nos es más que una persona que tiene la experiencia necesaria para hacer algo bien —y la quiere compartir con nosotros. Que algo no tenga manual no quiere decir que no existan personas que ya hayan descifrado como hacerlo bien. Tener un grupo de ellas a nuestro alrededor hace toda la diferencia del mundo.

Un buen guía es la personificación de quienes queremos ser en ese sublime momento en que estamos viviendo nuestras mejores vidas. Es una persona que objetivamente ha tenido éxito haciendo aquello que nosotros todavía no podemos hacer. Es una persona que ha acumulado tanta sabiduría en su vida que está dispuesta a compartirla con los demás.

Un guía puede ser un familiar cercano, un amigo o una persona que por pura casualidad entra en nuestras vidas. Un buen guía no tiene precio y el tiempo que se comparte con ellos vale oro. 30 minutos con el guía correcto puede cambiar los siguientes 30 años de nuestra vida. No hay duda alguna.

Para cada uno de nosotros, “vivir bien” tiene un significado muy personal. No creo que haya dos personas en todo el planeta para quienes “vivir bien” sea la misma cosa. Al mismo tiempo, es muy difícil imaginar una buena vida que no este fundamentada en sabiduría, generosidad, gratitud y compasión.

Así que sí en este momento estás buscando alguien que pueda guiarte en tu camino hacia tener una mejor vida te recomiendo buscar estas cuatro características en las personas que estés considerando:

  • Sabiduría
  • Generosidad
  • Gratitud
  • Compasión

¿De qué somos responsables y de qué no?

El concepto de responsabilidad es fascinante: es el factor determinante en la calidad de vida que una persona llevará. Todo lo demás cae en un distante y lejano segundo lugar. Aún así, la responsabilidad es un concepto que es constantemente malinterpretado. Veamos por qué.

La primer confusión que se da alrededor del concepto de responsabilidad es la creencia de que una persona puede ser responsable por la decisiones y acciones de alguien más. Por ejemplo, muchos padres de familia creen que las decisiones que ellos toman cuando crían a sus hijos determinan la calidad de vida de sus hijos. Aunque es imposible negar que lo que los padres de alguien hagan o no por él o ella influenciará su vida, nadie más que uno mismo puede determinar la dirección de su propia vida.

En otras palabras, la calidad de vida que cada uno de nosotros llegue a tener tan solo dependerá de lo que nosotros decidamos hacer, no de lo que nuestros padres decidieron hacer por nosotros. Es decir, ninguno de nosotros puede ser responsable por las acciones de alguien más.

Otra confusión común es la falsa creencia de que la responsabilidad está de alguna manera vinculada a las circunstancias. ¿A qué me refiero con esto? A que hay ciertas decisiones que no tomamos bajo un set de circunstancias, pero que sí tomamos bajo otras. Por ejemplo, me rehuso a mentir hasta que mi trabajo está en juego. Es casi como que si la responsabilidad de decir la verdad cambiara de alguna manera solo porque el precio de ser honesto ha cambiado; sin embargo, se mantiene intacta independientemente de las circunstancias.

Hay cientos de miles de páginas que se pueden escribir acerca de la responsabilidad. Hoy no hay tiempo para eso porque también quiero atender la responsabilidad de compartir con las personas que están por acá. Decido dejar eso para otro día.

Y tú, ¿de qué vas a responsabilizarte hoy?

Un buen ritmo de vida para el 2022

Una buena vida es más maratón que sprint. Nadie sabe cuánto tiempo tendrá para vivir y vivir corriendo porque es “lo que toca” no tiene sentido alguno. Si la vida que estamos viviendo es la nuestra, ¿Por qué vivirla al ritmo que alguien más nos impone? Hoy es un buen momento para sentarnos a reflexionar sobre el factor más determinante en la calidad de vida que experimentamos, el ritmo al que vivimos.

“La gran pausa” le llaman muchos a esa extraña sensación que todos tuvimos en el momento más crítico de la pandemia. A esa agridulce experiencia que todos vivimos de estar secretamente agradecidos de estar encerrados por qué finalmente pudimos respirar. A esa confusión de sentir tanto miedo por no saber qué iba a pasar pero al mismo tiempo estar eternamente agradecidos de tener más tiempo para pasar con nuestras familias.

Cada persona en este planeta es única y esto significa que cada quién tiene su propio ritmo. No hay dos personas que se sientan igual de cómodas de llevar el mismo paso. Es por esto que hoy, en este último día del año, los exhorto a sentarse a reflexionar sobre cuál es el ritmo de vida que quieren llevar en este 2022. Independientemente de qué pase con la pandemia, sus trabajos y presiones externas es importante que encuentren el ritmo que ustedes quieren llevar.

Si quieren correr, corran. Si quieren pausar, pausen. Si quieren parar, paren. Pero por favor, háganlo porque es lo que ustedes quieren y no porque es lo que alguien o algo más espera de ustedes. ¡Feliz 2022 a todos!

3 lecciones para navegar por el rio de la vida

Sin entrar en nociones metafísicas o creencias “new age” hoy quiero reflexionar sobre las pequeñas sutilezas que nos pueden ayudar a navegar por el rio de la vida de una mejor manera.

Primero. Es importante reconocer que la vida tiene su propio curso y que se extiende mucho más allá de nuestros agrados y desagrados. La vida ha existido desde mucho antes que todos nosotros naciéramos y sin la más mínima duda seguirá existiendo después de que todos nosotros ya no estemos acá. Realmente no tiene sentido alguno tratar de oponerse al desenvolvimiento de algo que es tanto más grande que nosotros. Digamos que este fin de semana vamos a ir a la playa y queremos sol. A la vida no le importa nuestra ida al mar y puede ser que llueva. El clima no está bajo nuestro control, es mucho más grande que nosotros. Entonces, ¿Cuál es el sentido de ofuscarnos porque llueve cuando nosotros queremos sol? Ni nuestra respuesta emocional ni nada más en este mundo puede cambiar el clima.

Segundo. Todo rio susurra, hay que aprender a escuchar. Estoy convencido de que los momentos más difíciles en la vida de las personas se deben a que algo importante ha sido ignorado. Hay que aprender a escuchar. La resistencia siempre dificulta las cosas y requiere de mucha energía. Tratar de pasar por encima de algo siempre es más difícil que aprender a cómo darle la vuelta. Los obstáculos más difíciles de superar son los que no se pueden ver. Cuando sabemos que algo ya no nos hace bien pero decidimos no dejarlo por qué nos da miedo cambiar, no estamos escuchando el susurro del rio de la vida. Seguro habrá dificultad.

Tercero. La vida no es algo que nos sucede, es algo que está en nosotros. Cuando ocurren eventos buenos o malos en nuestras vidas corremos a atribuirle intencionalidad a la vida. Nos fascina creer que todo lo que ocurre a nuestro alrededor nos ocurre a nosotros. Ojalá fuéramos así de importantes. La realidad es que la dirección del curso de la vida no tiene nada que ver con nosotros y lo que consideramos “bueno” o “malo” solo tiene que ver con que sí lo que pasó esta alineado con nuestras expectativas o no. Me despidieron del trabajo. ¿Es eso bueno o malo? Para mí es algo malo y para la persona que ahora tiene mi trabajo es algo bueno. Lo eventos simplemente ocurren. Claro, nos afectan y tienen consecuencias reales en nuestras vidas. Lo que no podemos olvidar es que estos eventos no son nada personal. Lo único realmente personal en estos acontecimientos es como decidimos responder ante ellos.

Navegar por el rio de la vida no es nada fácil. Más si tomamos en cuenta que ni en el colegio o universidad hay alguien que se tome el tiempo de enseñarnos como hacerlo. Espero que con estos tres puntos pueda ayudar a más de alguien a mejorar su viaje por este maravilloso rio de la vida.

Diseño de vida

Según Wikipedia “diseño” es un plan o especificación para la construcción de un objeto, proceso, actividad o sistema. ¡Qué poderoso concepto! Imaginen todo lo que podríamos hacer si en todo momento tuviéramos un plan o especificación en mente antes de que llegue el momento de actuar. Tendríamos un mapa a la mano para poder construir todo lo que más queremos.

El proceso de diseñar se puede aplicar a prácticamente cualquier cosa: una empresa, un negocio, un viaje, un gobierno, una relación, el sistema educativo y hasta a nuestras propias vidas. Todo lo que el humano crea, puede crearse siendo antes diseñado.

Y aún así la gran mayoría de actividades alrededor de nuestras vidas, lejos de ser diseñadas, no son más que improvisadas reacciones a eventos que suceden a nuestro alrededor. Esta es la causa principal de por qué la mayoría de personas llevan vidas reactivas y sus acciones diarias carecen de intencionalidad alguna —no han diseñado sus vidas.

La parte que más me gustó de la definición de diseño fue la que menciona que puede ser una especificación. Cuando yo diseño mi vida inmediatamente tengo a la mano un set de especificaciones de cómo quiero que sea. Habrá en todo momento una visión clara en mi cabeza, un diseño, que me servirá de guía para tomar mejores decisiones que sean coherentes con la vida que deseo construir.

Una vida sin diseño ira hacia donde el viento la lleve al azar. Una vida bien diseñada gozará de dirección e intencionalidad. ¿Y lo mejor de todo? Que diseñar nuestra propia vida no requiere más de un par de horas a la semana para pensar realmente en como es la vida que queremos construir.

Si nada es suficiente…

“Nada es suficiente para quien lo suficiente es poco.”

— Epicuro

¿Cómo puede alguien escribir una frase tan breve que contenga tanta sabiduría? Hay tanto ahí que no sé por donde empezar. Tal vez lo mejor es iniciar con el análisis de lo que significa “suficiente.”

El diccionario dice que suficiente es “lo adecuado para cubrir lo necesario.” Es decir, suficiente es lo mínimo que se requiere para poder estar bien. Y es acá en donde se pone interesante la cosa. Cada persona decide constantemente qué es lo que requiere para sentir que está bien (que tiene lo suficiente). Puede ser que una persona requiera tener 2 casas y 5 millones dólares en el banco para sentir que está bien mientras que otra sólo requiera estar rodeado de seres queridos. Mas allá de las necesidades básicas de supervivencia, estar bien es algo totalmente subjetivo.

Entonces, ¿Qué sucede cuando una persona cree que lo suficiente es muy poco? Naturalmente buscará más de lo “adecuado para cubrir lo necesario”. Esto es lo que hacemos los seres humanos y es la base de todo el progreso que experimentamos como especie. El hecho de no conformarnos es lo que nos mueve hacia adelante. Esto es bueno.

¿Y qué sucede cuando una persona alcanza más de lo adecuado para cubrir lo necesario pero cree que eso no es suficiente? Se siente insatisfecha y el ciclo empieza de nuevo. Y esto se vuelve a repetir una y otra vez hasta el infinito. ¿Es esto bueno? ¿Es esto malo? No les puedo decir pero creo que es una situación que todos experimentaremos en nuestras vidas todo el tiempo.

Lo que sí le puedo decir es que si está condición de “siempre querer más” se llega a apoderar de nuestras vidas nunca podremos llegar a sentirnos bien con lo que tenemos. Creo que esto es una tragedia y lo debemos tratar de evitar.

Entonces, ¿Qué hacer? Una posible solución puede ser cambiar nuestras “necesidades” por “preferencias”. Por ejemplo, es muy diferente decir “prefiero cambiar mi carro cada dos años” que decir “necesito cambiar mi carro cada dos años”. Este pequeño cambio semántico nos lleva a una situación en la cual siempre estaremos buscando obtener más mientras al mismo tiempo podemos disfrutar lo que ya tenemos y así experimentar lo suficiente cómo suficiente y no como escasez.

El ritmo de la vida (maratón)

En una maratón no es inteligente quemarlo todo desde un inicio. Uno de los factores esenciales para correr una maratón exitosa es encontrar un ritmo firme, constante y que vaya de acuerdo a la capacidad que hemos construido para cada carrera en particular.

Resulta ser que la vida es muy similar a una maratón. Podemos lograr muchísimo en el tiempo que tenemos si mantenemos un ritmo firme, constante y de acuerdo a lo que podemos hacer en cada preciso momento. De lo contrario nos podemos quemar y corremos el riesgo de nunca completar nuestra misión.

Una vida plena requiere que sepamos cuando parar a respirar y cuándo apretar el acelerador. Tenemos que encontrar nuestro propio ritmo y no sucumbir al ritmo de los demás. No tiene sentido correr la carrera más importante de nuestras vidas buscando romper el récord de alguien más.

Un buen ritmo sin duda alguna nos permitirá lograr todo lo que podemos hacer. Pero, ¿y si queremos más que eso? Pues siempre podemos desarrollar, poco a poco, la habilidad de cada vez correr un poco más rápido. Lo importante es asegurarnos de que siempre estemos corriendo nuestra propia carrera. Una vez que empezamos a correr tras sueños que no son nuestros se vuelve imposible encontrar el ritmo de nuestro propio corazón.

Vivir, al igual que correr un maratón es un arte. Y no es un arte por lo largo o difícil que es llegar bien hasta el final. Es una arte por que en ambos casos requerimos descubrir por qué estamos corriendo, en cuanto tiempo podemos llegar a la meta y que tipo de personas queremos ser al final.

Entrenemos para mejorar nuestro ritmo. Inspirémonos para disfrutar de cada día y encontrar gozo en cada kilómetro recorrido. No nos quedemos sin aire y aprendamos a respirar. Busquemos tener la vida que queremos bajo nuestros propios términos y al ritmo que nacimos para correr. Solo así podremos sentirnos bien el día que nos toque cruzar la meta final.

Cambia el significado, cambia tu vida

Lo seres humanos somos maquinas de interpretación. Es lo que hacemos todo el tiempo. En cada instante de nuestras vidas estamos dándole un significado, completamente subjetivo, a todo lo que está ocurriendo a nuestro alrededor. Es la manera en que navegamos por este mundo en que vivimos.

Mientras más tiempo le dedico a pensarlo estoy llegando a la conclusión de que la suma de la interpretación de todo lo que hemos vivido, vivimos y viviremos es la historia de nuestras vidas. Es decir que lo que experimentamos como nuestra vida tiene mas que ver con como interpretamos los eventos que nos ocurren que con los eventos en sí.

Y también creo que esto es una gran noticia porque si la historia de nuestras vidas es la suma de la interpretación que le damos a los eventos que nos ocurren todo lo que tenemos que hacer para cambiar la historia de nuestras vidas es reescribirla como queramos cambiando el significado que le damos a las cosas que nos ocurren en cada momento.

Cambia el significado, cambia tu vida.

El trabajo de cambiar

El trabajo de cambiar siempre es nuestro, no de los demás. Un día nos despertamos y nos damos cuenta que no soportamos a una persona con quien interactuamos todos los días. ¡Qué pena! Es en este momento cuando empieza la batalla campal de ver quién va a cambiar a quien.

Pero al igual que muchas otras, esta es una batalla sin sentido. Para empezar, es imposible que una persona logre cambiar a otra. ¡Qué fácil se nos olvida que los otros también tienen libre albedrío!

Un mejor camino es reconocer que el problema está en nosotros y no en la otra persona. ¿Acaso no es cierto que hay otros que interactúan con esta persona y no tienen el mismo problema que tenemos nosotros con ella? De hecho, hay personas a quienes les fascina compartir con las personas que nosotros aborrecemos. Algo anda mal.

Esto no es fácil de digerir. Es difícil reconocer que esas abominables reacciones que tenemos ante otras personas son responsabilidad nuestra, solo nuestra. No tienen nada que ver con la otra persona. Si la otra persona realmente fuera “defectuosa” de alguna manera todos reaccionarían igual que nosotros en su presencia. Esto simplemente no es así. Sí, somos nosotros.

Las reacciones que tenemos ante otras personas y todo lo que ocurre a nuestro alrededor son nuestras, solo nuestras. Es lo más sagrado y personal que tenemos. Es de acá de donde nace nuestra libertad. Con esta libertad también se origina una gran responsabilidad, la responsabilidad de decidir cómo queremos experimentar nuestras vidas pues nuestra experiencia de vida solo está determinada por cómo decidimos reaccionar ante las personas y eventos a nuestro alrededor.

Así que la invitación es la siguiente: deja de tratar de cambiar a las demás personas. Deja de tratar de cambiar todo lo que ocurre a tu alrededor. Eso es un proyecto imposible de lograr.

Empieza a ver hacia adentro y trata de entender. Trata de entender de dónde vienen tus reacciones y tus emociones. Aquí si hay tierra fértil pues son tus reacciones y emociones lo único que está bajo tu total control. Una vez que las logres entender muy pronto las podrás cambiar y con esto mágicamente habrás cambiado todo el mundo a tu alrededor.

Si quieres cambiar tu vida este año que está empezando, solo hay un camino. Hacer el trabajo de cambiar tú.