Volver a lo mismo, estoy enojado

Por momentos creo que todas las oportunidades de aprendizaje que tan caro pagamos con la destrucción y muerte que trajo consigo el COVID se están tirando la basura. Estoy enojado, sí.

Con esta crítica no me refiero a que se estén dejando de practicar las normas de distanciamiento social. Acostumbrarse a lavar las manos no es un gran aprendizaje, eso no me molesta tanto. Me refiero a lo rápido que pareciera que estamos regresando a tantos ineficientes patrones de comportamiento de pre-pandemia que finalmente estaban empezando a cambiar.

Como emprendedor lo que más me duele es ver como tantas empresas están decidiendo, a pesar que sus giros de negocio no lo requieren, forzar a sus colaboradores a regresar a los mismos horarios y procesos presenciales de trabajo. A estas alturas del partido creo que ya tenemos suficientes datos para respaldar que el modelo híbrido funcionó bien para un gran porcentaje de empresas. Entonces, ¿por qué la insistencia de volver exactamente al antiguo modelo sin siquiera aplicar algunos de los aprendizajes que todas esas horas de encierro nos enseñaron?

Al día de hoy hay muchos libros, podcasts, Webinars y experiencias de miles de personas y empresas que nos pueden ayudar a modernizarnos. También tenemos nuestras mismas experiencias de las cuales debemos aprender.

Nadie quiere estar enfrente de zoom 24/7, lo entiendo. Pero con un poco de compromiso de gerencia se pueden diseñar modelos híbridos que pueden funcionar en casi cualquier empresa.

Ya es hora de dejar el pasado atrás y seguir avanzando. Por favor, dejemos las maneras de hacer las cosas que no nos aportan atrás y enfrentemos el reto de seguir avanzando. No dejemos que las ganas de sentirnos cómodos en nuestra zona de confort nos amarren a procesos y prácticas que son ineficientes y hoy ya son anticuadas. Nuestro deber como emprendedores es guiar al mundo hacia el futuro y si ni siquiera lo podemos hacer con nuestra propia manera de operar, ¿cómo pretendemos poderlo hacer con nuestros clientes dependen de nosotros para lograrlo?

Construir nuevas habilidades

El tiempo pasa y nuestros roles cambian. Lo que hoy nos toca hacer definitivamente no es igual a lo que nos tocaba hacer hace tan solo unos cuantos años. Claro está que esto aplica a cada una de las diferentes áreas de nuestras vidas: familia, personal, profesional, hobbies, etc.

Definitivamente que lo que nos trajo hasta acá no nos va a llevar para allá. Lo que en épocas pasadas nos funcionó ya no nos funcionará ahora. El mundo esta en constante crecimiento y si hemos hecho bien las cosas lo que ahora nos toca hacer es más complejo que lo que anteriormente hacíamos. Es así como nos damos cuenta que estamos avanzando —con cada paso que damos se nos exige un poco más.

Cuando alguien empieza a correr se le pide que corra 200 metros y que descanse 100. Luego, después de un poco de entreno se le pide que corra 500 y que descanse 100. Después de varios meses de esto la persona podrá correr 10 kilómetros sin parar. Si esta persona quiere correr una media maratón o quiere correr los 10 kilómetros en menos de una hora el entreno sin duda alguna será otro. Será más difícil, más complejo porque la meta es más grande y la persona ya ha avanzado. Que el entreno le exija más es la evidencia de que ha progresado al punto en que ya puede correr 10 kilómetros sin parar.

Lo mismo ocurre en todo lo que hacemos en la vida. Primero desarrollamos la habilidad de sumar 2 2. Años después aprendemos a derivar y hacer integrales. Primero fundamos una empresa con un amigo y cableamos un par de redes. Años después lideramos un equipo de personas altamente calificadas que están convirtiendo los chats de miles de empresas en puntos de venta digitales.

Cada paso hacia adelante requiere que aprendamos nuevas habilidades. Si no estamos aprendiendo no estamos avanzando y esto es muy peligroso porque no avanzar es cómodo y si no tenemos cuidado puede ser adictivo. Así que hoy te recomiendo que te preguntes, ¿que nuevas habilidades he aprendido en los últimos 3 meses? Si la respuesta es ninguna es hora de despertar y aprender algo nuevo para poder seguir creciendo.

La destrucción de las empresas en Internet

Como emprendedor sé que todas las empresas van a cometer errores. Como persona sé que ningún ser humano es perfecto. Como coach creo que nadie se equivoca o causa daño a propósito. Me gusta creer en que todas las personas actúan a partir de buenas intenciones. Es una lástima que tantas personas no entiendan esto y estén dispuestas a destruir a una persona o empresa para obtener 5 minutos de fama.

Debo reconocer que en la última semana yo mismo he utilizado este blog para compartir una muy mala experiencia que tuve con un banco con el qué hago negocios. ¿Mi intención? Consultar a mi audiencia si lo que me ocurrió es legal o no. Cuando escribí ese post hice mi mayor esfuerzo de sanitizar el contenido y mantener el banco anónimo. Mi propósito es tratar de entender mejor que pasó y si las acciones que se tomaron son legale. Eso es todo. Mi intención no es dañar la reputación del banco o la de sus colaboradores. No gano nada con hacer eso. De ser posible quisiera poder darles retroalimentación de una manera privada y ayudarles a mejorar sus procesos.

El Internet es un medio muy poderoso que habilita ciclos de retroalimentación casi inmediatos. Bien utilizados pueden ser una gran herramienta que ayuda a las personas y empresas a mejorar su rendimiento. Desafortunadamente mi experiencia es que estamos muy lejos de lograr algo así. Veo que las personas están utilizando el Internet todos los días para crucificar a cualquier persona o empresa que cometa un error y pareciera ser que lo último que quieren es ayudarles a mejorar. Mi impresión es que lo que quieren es causar mucho ruido y sentirse importantes cuando su contenido se va viral.

¿Por qué digo esto? Porque día tras día veo videos, tweets y posts que lo único que hacen es evidenciar, sin la intención de querer ayudar, los errores de personas y empresas que tanto se esfuerzan por dar un buen servicio. Puede ser que esté equivocado pero lo que percibo es que estas personas están buscando contenido “escandaloso” que les genere lo que tantos hoy buscan con una desenfrenada necesidad: más seguidores y likes, una sensación de sentirse importantes.

Realmente me cuesta mucho entender cuál es el objetivo de compartir estos incidentes en redes sociales de un manera pública sin antes contactar a la empresa por un canal privado y de esa manera ayudarles a corregir. Como gerente y emprendedor he aprendido el mantra de premiar en público y retroalimentar en privado. Creo que es algo que como público en general debiéramos aprender también.

A veces no obtener lo que queremos es lo mejor que nos puede pasar: 6 pasos para ayudarte a que así sea.

Sin entrar en discusiones metafísicas acerca de como el destino pudiera estar escrito, lo que usualmente termina en algo como “todo pasa por algo”, hoy me siento a reflexionar por qué no obtener lo que queremos a veces es lo mejor que nos puede pasar.

Quisiera empezar diciendo que realmente SIEMPRE que no obtenemos lo que queremos es lo mejor que nos puede pasar —pero no puedo. Cuando no vemos el aprendizaje y no nos detenemos a entender por qué fracasamos, no obtener lo que queríamos es una pérdida de tiempo, y nos duele mucho.

Y acá es dónde llega la reflexión para meditar hoy. El fracaso ya sucedió. No obtuvimos lo que queríamos. Entonces, ¿Por qué tantas veces insistimos en empeorar la situación no queriendo ver en dónde fallamos y qué es lo que tenemos que cambiar para mejorar la próxima vez?

Así que para constantemente hacer que no obtener lo que quieres sea lo mejor que te puede pasar:

  • Recuerda que no obtener lo que quieres no dice nada acerca de tu persona.
  • Evita cualquier reacción emocional que no te permita reflexionar claramente acerca de lo que pasó.
  • Bajo ninguna circunstancia culpes a alguien o algo más. Siempre encuentra tu responsabilidad en lo que sucedió.
  • Desvincula tu identidad del resultado que acabas de obtener. Recuerda, “yo no soy mis resultados”.
  • Aprende con una mente abierta y entiende qué fue lo que realmente pasó.
  • Aplica lo aprendido la próxima vez que tengas una situación similar.

El deseo de aprender no se puede apagar

Para algunos el deseo de aprender es algo que viene y que va. Algo que a veces llega y que en ese momento se debe de aprovechar. Yo creo que el deseo de aprender es una cualidad innata del ser humano y que es la característica esencial que nos diferencia del resto de los animales. Como tal, considero que es algo que siempre está presente en nosotros. Simplemente algunas personas deciden ignorarlo por completo durante largos períodos de tiempo.

Noten que estoy hablando del deseo de aprender, no de la capacidad de aprender. La capacidad de aprender es más fácil identificar. Los niños aprenden a hablar y caminar. Lo vemos todos los días, fuera de algún impedimento específico, es obvio que los seres humanos tienen la capacidad de aprender.

Ahora, el deseo de aprender es algo un poco mas difícil de identificar. ¿Por qué? Porque aunque creo que siempre esta presente en todas las personas se suele ocultar detrás de una densa niebla de comodidad y miedo a fracasar. Por ende, no lo vemos en despliegue muy seguido. Tristemente es algo que con cada día que pasa está dejando de fortalecer nuestra sociedad.

Creo que todos queremos aprender todo el tiempo y aquellos de nosotros que nos enfocamos en crecer por medio del aprendizaje llegamos un poco más lejos en este juego que llamamos “la vida”. El deseo de aprender no es algo que se puede apagar. Tan solo se puede ignorar. La única incógnita que queda es, ¿Por qué alguien lo quisiera ignorar?

Aprender de los mejores

Para ser el mejor, pasa tiempo con los mejores. Estar rodeado de personas que están al más alto nivel de lo que sea que hacen es el pasadizo secreto a la grandeza.

Cuando se tiene el privilegio de ver a una persona dominar con maestría lo que está haciendo la inspiración llega. Naturalmente las ganas de poder operar a ese nivel se hacen presentes y el aprendizaje por imitación pronto llegará.

Ver a alguien hacer cosas que uno no sabía que eran posibles abre un mundo de posibilidades. Simplemente ver que alguien más las puede hacer las hace posibles para nosotros y al creer que son posibles ya se puede empezar el trabajo de crecimiento personal necesario para algún día poder alcanzarlas.

Viviendo el valor de la curiosidad en Ubiquo Labs

En Ubiquo Labs tenemos un set de valores que guían nuestras acciones. Son el faro que ilumina nuestro camino. Nos dicen, a grandes rasgos, cuales son los comportamientos aceptados y no aceptados dentro de la empresa. Nos dicen qué se vale hacer y qué no para lograr nuestros objetivos.

De los 5 valores de nuestra empresa, el valor de la curiosidad es probablemente mi favorito. Como parte de cómo vivimos este valor nos gusta incluir una serie de comportamientos que están relacionados con el aprendizaje. Está de más decir que el aprendizaje y el crecimiento personal son dos cosas que son extremadamente importantes para mí y mis cofundadores.

Esta semana ha sido muy importante para nuestra vivencia de este valor. Déjenme contarles. Estoy muy orgulloso de doña Letty, la señora a cargo de la limpieza de nuestra oficina. Desde hace un tiempo atrás la he visto en silencio tomar notas cuando doy las presentaciones de “on boarding” a una nuestras nuevas contrataciones. La curiosidad se desborda en sus ojos. También, desde ya hace un tiempo atrás se ha acercado para preguntarle a varias personas si pudiera tener acceso a una laptop y así aprender algo de computación.

Pues esta semana la empresa hizo realidad el sueño de doña Letty. Compramos una laptop para que la pueda estar utilizando en su tiempo libre. También, gracias a la ayuda de Mery, doña Letty ya empezó sus cursos de Excel para principiantes y estoy seguro que en una año va a poder hacer cosas increíbles y agregar muchísimo valor a la empresa gracias a su capacidad y ganas de querer aprender.

Le agradezco a todos los involucrados en este proyecto y en especial a doña Letty por recordarnos lo importante que es descubrirás algo nuevo cada día y nunca dejar de aprender.

Lo importante es jugar

Tanto en los deportes como en la vida, a veces se gana y a veces se pierde. Lo importante es jugar. Sin embargo, la gran mayoría de personas, al menos en mi experiencia, se la pasan bien cuando ganan y mal cuando pierden. Lo interesante es que cuando uno se detiene a pensarlo, es difícil encontrar una razón válida por la que se necesite ganar para pasarla bien.

Para aquellos de ustedes que me conocen, saben que soy altamente competitivo, especialmente con los deportes. Durante mucho tiempo pasé mucho malos momentos porque yo o los equipos a los que le iba perdían. También me la pasaba bastante mal al tener cualquier tipo de fracaso personal o profesional. ¡Qué perdida de tiempo! Pero gracias a los años y bastante introspección he aprendido que lo importante es jugar y que perder solo es una mensaje muy sutil de la realidad que simplemente nos está diciendo “por acá no es”.

Eso es todo. Perder, o como le quieran llamar, solo es retroalimentación. No quiere decir nada acerca de la persona que perdió. Tan solo es una indicación de que lo que se hizo no es lo que se requería para ganar. Pero esto en ningún momento significa que uno se deba sentir mal. ¿Por qué escoger sentirse mal?

Al pasársela bien, independientemente del resultado, se multiplica la cantidad de tiempo que uno puede disfrutar. Después de todo, se gane o se pierda, se debe agradecer que se tuvo la oportunidad de jugar y eso es lo importante.

El proceso evolutivo del emprendimiento

El mundo es complejo. Los negocios son aún más complejos. El mercado es grande, competitivo y a veces puede ser muy confuso. Y aún así, los emprendedores nos sentamos a planear una nueva empresa o un nuevo proyecto y esperamos que todo salga como queremos, inmediatamente. Ah! Y cómo que si esto fuera poco, también queremos que todo salga como queremos Y de acuerdo a nuestro plan original. No nos gusta tener que ajustar el “plan maestro”.

Pero el emprendimiento es un proceso evolutivo. Requiere de mucha prueba y error. El aprendizaje también es un componente fundamental del emprendimiento y aprender lleva tiempo. Aprender es un proceso gradual. Aprender requiere uno que otro fracaso y fracasar para luego poder corregir requiere tiempo.

Sí, entiendo que ningún mercado va a darle al emprendedor todo el tiempo que quiere. Para tener éxito se requiere de velocidad y agilidad. Pero nunca a costillas de la evolución natural del proceso. Cuando hay pasos importantes del proceso que se obvian por acelerar demasiado, la probabilidad de tener que regresar a empezar de cero crece.

Entender esto alivia la presión y ansiedad que muchas veces experimentamos como emprendedores. Reconocer que nuestro plan va a cambiar y que todo el tiempo estaremos recibiendo señales de ajuste que el mercado nos enviará es reconfortante. Nos permite dejar por un momento la frustración y ansiedad y nos deja enfocarnos en lo que como emprendedores debemos hacer: evolucionar y aprender.

El poder del video

El video es un medio extremadamente poderoso. Nos permite contar historias, sentirnos cerca de otras personas y aprender por medio de imitación. El avance de nuestra civilización se está viendo fuertemente impactado de manera positiva gracias a la facilidad que hoy tenemos para crear y compartir videos.

Estos últimos días he estado compartiendo bastante tiempo con un amigo que es médico. Cada tarde, cuando regresa del hospital, trae videos de algunas cirugías que realizó durante el día. Cuando tiene un tiempo libre se sienta a analizar el procedimiento que realizó para encontrar posibles mejoras en su trabajo. Es impresionante ver cómo el cuerpo humano, visto desde adentro, se despliega como una caricatura en una pantalla de computadora.

Es increíble el poder que nos da el video. Muy fácilmente nos permite documentar cualquier actividad que se esté realizando con el fin de posteriormente entretener, aprender o enseñar. Ya sean cirugías, deportes, cocina o cualquier otra cosa, el video habilita la persistencia de sucesos que desvanecen naturalmente en el tiempo. Si un suceso puede permanecer congelado en el tiempo se puede estudiar, analizar y eventualmente corregir. Ya no tenemos que estar “ahí” para poder aprender.