Mientras esperas

Haciendo cola para pagar. Esperando que te entreguen lo que compraste. Haciendo cola en el banco. Esperando en el tráfico. ¡Tantos momentos que tenemos todos los días para hacer algo que tenga un impacto positivo en nuestras vidas!

Cada tiempo de espera es único. Hay unos más largos que otros. Hay unos que se pasan a solas mientras que hay otros que se pasan en la compañía de alguien más. Hay unos que son planeados y hay otros que son imprevistos. Lo que es un hecho es que durante los últimos años todos estos tiempos de espera se han convertido en los momentos preferidos para enterrarnos vivos las redes sociales.

¡Pero esto no puede ser todo! Tiene que haber más.

Mientras esperas puedes reflexionar o leer un libro. Mientras esperas puedes recordar a ese ser querido que tanto quieres pero que ya falleció. Mientras esperas puedes cambiar la vida de un indigente al iniciar una conversación con él. Mientras esperas puedes leer un muy buen libro o escuchar un Podcast que te enseñe aquello que pudiera llegar a cambiar tu vida. Mientras esperas puedes pensar en cómo llevar alegría a tu hogar y sorprender a tu familia cuando regreses por la noche. Mientras esperas puedes estar a solas contigo mismo y reflexionar sobre que es lo qué realmente quieres en tu vida. Mientras esperas puedes solo respirar viendo las nubes pasear por el cielo. Mientras esperas puedes soñar. Mientras esperas hasta puedes pensar en lo que vas a escribir mañana para que por la noche no estés batallando por encontrar las palabras que llenen la página en blanco a la que a veces tanto le temes.

Todo lo que quieres ver (2022)

Este 2022 será todo lo que quieres ver. Lo que no quieras ver, lo que ignores, no podrá ser parte de ti. Pero, todo aquello en lo que decidas enfocarte, todo aquello a lo que le prestes atención, eso es lo que será tu realidad durante los siguientes 365 días. Nosotros decidimos.

Si deseamos ver el mundo como una amenaza siempre estaremos a la defensiva y probablemente seremos hostiles y agresivos. Viviremos con ansiedad. Si deseamos ver el mundo como una oportunidad seremos receptivos, abiertos y curiosos. Si deseamos ver a los demás como ajenos a nosotros nos sentiremos solos. Si deseamos ver a los demás cómo una parte importante de nuestra existencia nos sentiremos completos.

Nadie sabe qué nos depara este 2022. Es imposible saberlo. Lo que sí podemos saber es que estos siguientes 365 días, al igual que todos los demás días que ya hemos vivido, serán todo lo que queremos ver.

“Sé el cambio que quieres ver en el mundo”

— Gandhi

Un buen ritmo de vida para el 2022

Una buena vida es más maratón que sprint. Nadie sabe cuánto tiempo tendrá para vivir y vivir corriendo porque es “lo que toca” no tiene sentido alguno. Si la vida que estamos viviendo es la nuestra, ¿Por qué vivirla al ritmo que alguien más nos impone? Hoy es un buen momento para sentarnos a reflexionar sobre el factor más determinante en la calidad de vida que experimentamos, el ritmo al que vivimos.

“La gran pausa” le llaman muchos a esa extraña sensación que todos tuvimos en el momento más crítico de la pandemia. A esa agridulce experiencia que todos vivimos de estar secretamente agradecidos de estar encerrados por qué finalmente pudimos respirar. A esa confusión de sentir tanto miedo por no saber qué iba a pasar pero al mismo tiempo estar eternamente agradecidos de tener más tiempo para pasar con nuestras familias.

Cada persona en este planeta es única y esto significa que cada quién tiene su propio ritmo. No hay dos personas que se sientan igual de cómodas de llevar el mismo paso. Es por esto que hoy, en este último día del año, los exhorto a sentarse a reflexionar sobre cuál es el ritmo de vida que quieren llevar en este 2022. Independientemente de qué pase con la pandemia, sus trabajos y presiones externas es importante que encuentren el ritmo que ustedes quieren llevar.

Si quieren correr, corran. Si quieren pausar, pausen. Si quieren parar, paren. Pero por favor, háganlo porque es lo que ustedes quieren y no porque es lo que alguien o algo más espera de ustedes. ¡Feliz 2022 a todos!

La frustración es grande (la chapa y yo)

Hay un punto en el que todo el aprendizaje adquirido se desvanece y lo único que queda es poder aplicarlo en la vida real. Por ejemplo, podemos aprender que el fracaso tan solo es retroalimentación y que es un muy buen indicador de qué es lo que podemos hacer y que no. Ahora bien, cuando estamos parados de frente ante un fracaso que nos está diciendo, “esto es más grande que tú y no lo puedes hacer”, tomarlo como retroalimentación y no sentirnos frustrados es totalmente otra cosa.

Y es precisamente este tipo de frustración la que estoy sintiendo en este momento. Hoy por la tarde empecé a cambiar la chapa de una puerta de mi casa. La anterior se arruinó y quiero aprovechar a sustituirla por una inteligente. Decidí comprar una ULTRALOQ U-Bolt Pro WiFi Smart Lock with Door Sensor e instalarla yo mismo. Después de todo se supone que la instalación tan solo lleva 15 minutos.

Pues cómo les decía al principio, en teoría todo es más fácil que en la práctica. En la última etapa de desarmar la chapa vieja me topé con que uno de los tornillos que debo quitar está extremadamente duro de quitar. En mi gran falta de experticia sobé el tornillo y ya no pude seguir adelante. Necesito otro tipo de herramienta que no tengo para poderlo quitar.

Es momento de poner en práctica lo que he aprendido, dejar la frustración por un lado y descansar para mañana ir a conseguir un extractor de tornillos y un barreno para terminar el trabajo. Después de todo no pasó nada. Solo aprendí que no tengo todas las herramientas necesarias para cambiar esta chapa particular que está instalada en mi casa y que tiene un tornillo sobado.

Conocimiento y recursos

Un recurso no es más que algo que ya existía y que por medio del conocimiento se empieza a aprovechar para lograr algún objetivo específico. En otras palabras, para un cavernícola casi nada era un recurso. Ellos no tenían el conocimiento para aprovechar el petroleo, el uranio o el aluminio. Los elementos en su estado natural estaban ahí pero ellos no tenían el conocimiento necesario para transformarlos. Sin conocimiento no hay recursos.

Esto nos lleva a pensar si realmente estamos empezando a experimentar escasez de ciertos recursos o si simplemente es el conocimiento de cómo aprovechar todo lo que tenemos a nuestra disposición lo que se está estancando.

Por ejemplo, ¿Estamos experimentando una escasez de petroleo o aún no hemos descubierto cómo transformar la energía del sol en electricidad de una manera eficiente? Pronto la mayoría de los carros serán eléctricos y dejaremos de experimentar “escasez” de petroleo.

Mientras sigamos desarrollando el conocimiento científico estaremos bien.

Dos seguidas en el sofá

La Navidad es una época especial del año. Las familias tradicionalmente se reúnen y pasan tiempo juntos. Como todos sabemos, cuando muchas personas comparten tanto tiempo juntos no todo es color de rosas pero la alegría que se vive es algo muy especial.

Para mi, pasar la Navidad rodeado de familia y amigos es algo relativamente nuevo. De pequeño la gran mayoría de Navidades las pasé en compañía de un solo amigo, usualmente en su casa y un poco después ya en algún bar que estuviera abierto por ahí.

Con cada año que pasa estoy aprendiendo a disfrutar más este ambiente familiar. Debo reconocer que por momentos la incesable actividad me drena y me dan ganas de retraerme un poco. Me gusta pasar tiempo solo. Pero la gran mayoría del tiempo me pierdo entre las risas y la compañía de todos los que nos rodean. Constantemente estoy descubriendo algo nuevo en mi.

La casa de mis suegros estaba a reventar. Tuvimos la oportunidad de compartir con muchísimas personas, incluso algunas que vinieron desde fuera del país. Y así fue como las últimas dos noches paré durmiendo en el sofá. Fue muy cansado y por ratos incómodo pero vaya que nos la pasamos muy bien.

En este momento estoy cansado, muy cansado. Pero ya estoy en mi casa, descansando en mi cama. Se hace obvio que los años me están empezando a pesar pero las ganas de compartir y estar jugando hasta altas horas de la noche con los jóvenes de la familia están más presentes que nunca. ¡Así que acá vamos por muchos días más durmiendo en el sofá!

Un poco más de tiempo

Date un poco más de tiempo. Sí, sé que todos tenemos un tiempo finito en este planeta y que estamos viviendo contrarreloj pero esto no quiere decir que seas impaciente con los resultados. Como dice Naval Ravikant, “Sé paciente con los resultados pero impaciente con la acción.” Es decir, dale tiempo a que lleguen los resultados pero empieza a moverte YA.

Sentir que todo tiene que suceder ahorita nunca le ha ayudado a nadie. Hacer lo que se debe hacer en este momento y dejar que las cosas se den a su propio tiempo es mucho más efectivo y saludable. Dar el siguiente paso nunca se debe postergar. Tener la mente puesta todo el tiempo en que el objetivo final tiene que llegar ya se debe evitar. Cumplir con lo propuesto en el día es un imperativo. Querer comerte todo el elefante de un solo bocado solo te va a abrumar.

Eso que quieres lograr es majestuoso. No es para nada un accidente de la historia. Construirlo requiere un poco más de tiempo. No dejes de avanzar. Has algo hoy que te acerque a la meta final. No te detengas. Pero no olvides recordar que tienes un poco más de tiempo para eventualmente llegar.

Nadie se enoja si una silla no puede hervir agua

Es increíble lo mucho que todos tratamos de ser como otras personas. Para empezar, muy pocos conocemos realmente quienes somos. Esto por definición nos coloca en una posición de tratar de buscar nuestra identidad en intentar ser alguien más. Dedicamos nuestras vidas a inútilmente tratar de ser alguien quien no somos.

Pero nadie se enoja si una silla no puede hervir agua. Todos entendemos de una manera muy intuitiva que la silla no puede hervir agua pues no fue creada para ese propósito. Conocemos cuál es la naturaleza de la silla y es obvio lo ridículo que sería enfadarnos porque la silla no pueda hacer algo para la que no fue creada. Aún así, nos enojamos y frustramos tanto con nosotros mismos cuando no podemos hacer algo para lo que no fuimos destinados.

¡Qué importante es conocernos! Encontrar nuestra verdadera naturaleza y el propósito por el que estamos dispuestos a lucha deber ser una de nuestras principales prioridades. Sin tener esto claro no podremos ser más que sillas que pasan toda su vida tratando de hervir agua todo el tiempo.

Algo más grande que tu y yo

Las personas experimentamos muchas emociones. El abanico emocional a nuestra disposición es muy amplio. La intensidad con que podemos experimentar cada emoción también es muy extensa. Mi percepción es que las emociones más hermosas e intensas que podemos experimentar despiertan cuando logramos una conexión con algo más grande que nosotros mismos.

En este punto los invito a recordar y pensar en aquellos momentos en que ustedes mismos han vivido estas intensas emociones. ¿Hay algún atardecer espectacular que recuerden por ahí? ¿La sonrisa de alguna persona? ¿Un acto de generosidad? ¿Gratitud por algo? ¿La inocencia de un niño? ¿Un instante de conexión con un desconocido?

¿Qué tienen todos estos momentos en común? Que todos se sostienen sobre algo que va más allá de nuestro propio ser. Trascienden nuestra identidad. Nos invitan a sentir que somos parte de algo más grande. Nos recuerdan que aunque siempre somos nosotros los que generamos nuestras emociones, es la grandeza de la naturaleza y la maravilla de la conexión con otras personas lo que usualmente detona las sensaciones más satisfactorias de nuestras vidas.

Más tarde de lo esperado

Algunas veces algo requiere de nuestra atención. Otras veces somos nosotros los que necesitamos de alguien más. Y también hay otras ocasiones que simplemente necesitan de que algo suceda.

Todas estas circunstancias tienen algo en común. Todas requieren que algo suceda. La expectativa de que algo debe suceder puede ser muy grande. Esta expectativa fácilmente puede generar mucha ansiedad. Y cuando hay ansiedad no hay velocidad de acción alguna que nos pueda calmar. Es precisamente en estas situaciones cuando sentimos que todo ocurre más tarde de lo esperado.