A todo vapor

Decidir hacer algo y luego no hacerlo de la mejor manera posible es un pecado. Este comportamiento no es más que un homenaje a la mediocridad. Si algo nos está limitando a nivel de empresas, gobierno, país y humanidad es la falta de compromiso con aquello a lo que ya le hemos dicho “sí”.

Ninguno de nosotros está forzado a hacer algo que no quiere. Nadie tiene por qué decirle que sí a algo que no le interesa. Saber decir no es una parte importante del proceso. Antes de decirle que si a un nuevo proyecto o compromiso, por favor, pensémoslo bien. En el caso de que no estemos comprometidos con ir a todo vapor, mejor digamos que no. Y si ya estamos metidos en algo por lo que no estamos dispuestos a morir, mejor dejarlo al lado.

Decir que no le abre espacio, le inyecta energía y le da vida a todos los “sí” que queremos perseguir. Ir a todo vapor requiere de enfoque, energía y dedicación. Tener muchos “tal vez” en el calendario diluye los “sí”. El primer paso es podar todo aquello que está ensuciando el jardín de lo que en el fondo sabemos que son las prioridades que queremos en nuestras vidas.

Y pues lo único que queda es echar toda la leña al fuego. Quemar los barcos. Es dejarlo todo en el campo por aquellos “sí” por los que hemos decidido luchar. Es dejar la mediocridad y hacer lo que hemos decidido hacer, sin importar que jodidos sea, a lo mejor de nuestra capacidad.

Vamos a todo vapor. !Nada nos puede detener!

Lo más dificil es…

… Ver las cosas tal y como son. Muchas veces, ver el mundo tal y como es, es demasiado doloroso. Es entonces que decidimos maquillarlo para no sentir dolor.

Todos experimentamos el mundo a través de nuestros conceptos y de acuerdo a la naturaleza de cada situación, buscamos un significado que encaje con nuestra programación. Así es como maquillamos la realidad y aspiramos a sentir algo que se asemeje a una sensación de seguridad.

Y de todas las cosas que maquillamos, la más difícil de ver directamente es, nuestra auto imagen. No hay nada más doloroso en todo el universo que vivir ese momento en que pasa algo que no encaja con esa imagen que hemos creado de nosotros mismos. El dolor es tan grande que decidimos pelear hasta la muerte por defender nuestra auto imagen.

Alguien nos dice que no les gusta nuestro nuevo peinado. Nos exponemos a una nueva idea que nos hace mucho sentido pero no comulga con quienes creemos que somos. Fallamos en el trabajo y nuestro jefe se entera. Manchamos nuestra camisa antes de una reunión. Alguno de nuestros hijos hace un berrinche en público. Nos toca ponernos traje de baño y no nos vemos como creemos que nos “debiéramos” ver. Etc.

Es tortura. Todo el tiempo estamos tratando de modificar todo lo que sucede a nuestro alrededor (y lo que piensan las demás personas) para que encaje con la maquillada imagen que hemos construido de nosotros mismos. Esto no es vida. No es sano.

Lo más difícil es vernos tal y como somos. Aceptarnos primero, y luego aprender a querernos. Somos como somos, con nuestras fallas y cualidades. En ese sentido, somos perfectos.

Pero en el momento que creemos que tenemos que acomodar el resto del mundo para que nosotros podamos encajar, nos hemos metido en una batalla que nunca podremos ganar.

Eso no es vida.

El santuario silencioso de una buena hoja de papel

Prácticamente no hay nada que una computadora no pueda hacer. Como herramientas de creación, organización y procesamiento de información, las computadoras no tienen rival. Sin embargo, a veces estas maravillas de la tecnología moderna son víctimas de su propio éxito.

Las computadoras son herramientas totalmente genéricas. Es decir, se pueden utilizar para casi cualquier cosa. Esta flexibilidad es parte fundamental de su éxito. Y al mismo tiempo, también es su talón de Aquiles.

La habilidad de poder hacer cualquier cosa en la computadora crea distracciones. “Cualquier cosa” incluye Twitter, Facebook, Whatsapp y cuántas distracciones más se les puedan ocurrir. Se requiere de mucha disciplina para sentarse enfrente de una caja de Pandora así de poderosa y usarla de una manera apropiada.

Ah, pero el papel. El papel es más limpio, sobrio. El papel invita al enfoque y la concentración. En el papel no hay nada más que lo que nosotros queremos que esté ahí. El papel es pasivo y nos obedece. El papel no nos puede gritar (notificaciones), el papel tan solo sabe escuchar.

En los momentos cruciales de un proyecto creativo a veces el mar silencioso de una hoja en blanco es justo lo que necesitamos. De vez en cuando es bueno apagar la computadora y refugiarnos en el santuario silencioso de una buena hoja de papel.

Crédito de imagen y de la idea a Hannah Wilson. Para leer más al respecto, ver su thread:

El secreto para lograr tu metas más incómodas

Recientemente he estado pensando mucho en cómo mejorar el proceso que utilizo para lograr mis metas. He leído bastante al respecto y he tenido varias pláticas al respecto con mi Coach. Estoy descubriendo estrategias muy interesantes, acá les comparto una que me parece fenomenal.

Al momento de definir una meta, se deben buscar metas que nos hagan sentir incómodos. Las metas que nos incomodan por definición son grandes y ambiciosas. Nos hacen crecer y nos convierten en mejores personas. Una meta que no nos reta no nos mueve hacia adelante de manera significativa.

Una vez que la meta incómoda ha sido definida, es momento de encontrar confianza y comodidad para poder empezar a ejecutar con precisión y diligencia. Es momento de listar los siguientes pasos inmediatos que moverán la meta hacia adelante. Estos siguientes pasos deben ser lo suficientemente alcanzables para hacernos sentir cómodos de que los podemos ejecutar.

Una meta ambiciosa está compuesta por una serie de siguientes pasos que se deben cumplir. Disectar una meta que nos incómoda en pequeños siguientes pasos alcanzables que nos hacen sentir cómodos es una estrategia infalible.

Recuerda:

  1. Establece metas incómodas
  2. Siempre ten un siguiente paso cómodo disponible
  3. Alcanza todo lo que quieres en tu vida

La píldora amarga (ánimo Fluffy)

Muchas de las medicinas y tratamientos médicos son desagradables. Las medicinas saben mal y a veces tienen fuertes efectos secundarios. Los tratamientos a menudo son dolorosos y muy incómodos. Aún así, tomamos las medicinas y nos sometemos a los tratamientos porque sabemos que son el precio a pagar para luego disfrutar de la cura.

Pareciera ser que en una broma de muy mal gusto que el universo nos está jugando, este patrón de molestia -> mejora está presente en todos lados. Como que no hay cura sin molestia previa.

Para tener un cuerpo fuerte, antes debemos pagar con la incomodidad e incluso, el dolor del ejercicio. Poder tener las cosas que queremos requiere de arduo trabajo. Todo en este mundo tiene un precio, incluyendo la salud.

La píldora amarga no es agradable, de hecho, es espantosa. Pero a veces es necesario tomarla. Es muy sabio aceptar que todo lo bueno en la vida tiene un precio que hay que pagar.

No es lo mismo ver una situación difícil como un derecho de piso a pagar que como una injusticia del universo. Anda, tómate la píldora amarga, es el único camino para llegar a donde sea que quieres ir.

Pd. Cómo me gustaría que el Fluffy se pudiera sentar a leer este post. Así entendería que su rasurada y medicina de hoy (píldora amarga) fue necesaria para que su piel pueda estar mejor de hoy en adelante.

¡Ánimo gatito!

El ingrediente principal para alcanzar tus metas

Ninguna meta se alcanza por casualidad. Lograr una meta requiere seguir un proceso metódico y de mucha intencionalidad. Cada meta que se cumple tiene mucho trabajó tras bambalinas. Sí, alcanzar metas es un proceso que necesita de mucha disciplina.

“Disciplina” es un término confuso ya que su uso ha sido bastante trillado. Para efectos prácticos, “disciplina” en este artículo se definirá de acuerdo a lo que Wikipedia define como Auto-Disciplina 1:

La autodisciplina se refiere a la capacidad de la persona para llevar a cabo una determinada tarea o para adoptar un determinado comportamiento, incluso si esa persona preferiría estar haciendo otra cosa. Por ejemplo, esforzarse por (y lograr) sustituir un hábito perjudicial (para esa persona o para los demás) por cualquier actividad (placentera o no) que contribuya a la mejora de su calidad de vida (o la de los demás) es una muestra de autodisciplina.

La autodisciplina es, en cierta medida, un sustituto de la motivación, cuando utiliza la razón para determinar el mejor curso de acción que se opone a los deseos de uno. Sin embargo, la autodisciplina puede originar dos tipos de comportamientos:

  • Comportamiento virtuoso: las motivaciones están alineadas con los objetivos, hacer lo que uno sabe que es mejor y hacerlo con mucho gusto.
  • Comportamiento contingente, por el contrario, es cuando uno hace lo que sabe que es lo mejor, pero debe hacerlo oponiéndose a las motivaciones propias.

Trasladarse de un comportamiento contingente a un comportamiento virtuoso requiere de entrenamiento y de autodisciplina.

Así es que si alcanzar metas fuera una receta, la disciplina sería el ingrediente principal. Alcanzar una meta es algo complejo y muchas cosas se deben cumplir para lograrlo. Pero todo empieza con la disciplina.

Recuerda, sin disciplina, no hay manera consistente de alcanzar tus metas.

Desarrolla tu disciplina y alcanza todo lo que quieres en tu vida.

Aprender de los mejores, algunas recomendaciones y links

Realmente es increíble. El acceso que tenemos a los expertos más reconocidos de todo el mundo es ilimitado. No importa que disciplina nos interese, con un par de clicks nos podemos sentar a estudiar las sutilezas de cómo lo hacen los mejores.

Digamos que alguien quisiera aprender a comunicar sus ideas por medio de threads en Twitter. Esta persona se podría sentar a estudiar cómo lo hace Sahil Bloom. Él es el maestro de los threads en Twitter.

¿O qué tal si alguien está interesado en mejorar la educación para niños? ¿Qué mejor que darle un vistazo al canal de YouTube de Ana Lorena Fabrega?

¿Y para aquellos que quieren aprender de ciencia e ingeniería? El canal de Mark Rober en Youtube es la solución.

¿Aprender a escribir pequeños posts concisos y llenos sabiduría? Seth Godin los tiene cubiertos con su blog.

Análisis de música contemporánea y Rock n Roll. Una vuelta por el canal de YouTube de Rick Beato hará el trabajo.

¿Cómo pensara acerca de una filosofía de vida, negocios, salud y bienestar? La cuenta de Naval Ravikant en Twitter nos tiene cubiertos.

Estos solo son unos cuantos ejemplos de las personas que me inspiran y enseñan algo nuevo todos los días. Obviamente, este listado está sesgado a los temas que me interesan a mí. Pero el mensaje que quiero enviar con este post es un poco más grande que un simple listado de recomendaciones.

Lo que quiero trasmitir es que no importa qué estés haciendo, alguien ya lo está haciendo a un muy alto nivel y lo más probable es que ya esté compartiendo su trabajo en el internet. Todo lo que tienes que hacer es buscar en Google o tu buscador favorito y una vez que encuentres a los expertos que te interesan, sentarte a aprender de ellos.

En este instante puedes empezar a aprender de los mejores. Si quieres mejorar tus destrezas quiero que sepas que las barreras para hacerlo hoy ya no existen. Si no mejoras, es porque no quieres.

Los mejores maestros ya están trabajando en línea y todos nos podemos sentar a ver cómo trabajan todos los días.

A quienes admiramos (gracias por inspirarnos)

La ley de oferta y demanda está presente en todos lados. Incluso, este fenómeno determina qué tanto se valoran los comportamientos de las personas. Aquellos comportamientos escasos son los que más se estiman.

Nadie admira a una persona que no hace algo excepcional. Aquella persona que limita sus comportamientos a aquellos que son esperados, pasa desapercibida. Lo que es abundante, no vale. Ahhh, pero lo que está en escasez…

Lo que está en escasez vale, y vale mucho. Las personas que se comportan como muy pocos lo hacen son las personas que admiramos.

Admiramos a los es que entrenan más que los demás (y por eso llegan a ser campeones). Admiramos a las personas que ponen a los demás antes que a ellos mismos. Admiramos a las personas que velan por él bien común. Admiramos a los que saben controlar sus emociones. Admiramos a los que ponen su calidad de vida por encima de las expectativas que los demás tienen de ellos. Admiramos a los que enfrentan las dificultades de la vida con entusiasmo valentía.

Todas las personas son especiales. Realmente lo son. Sin embargo, algunas personas hacen cosas que no todos los demás están dispuestas a hacer. Son estas personas las que nos inspiran y motivan a hacer un poco más de lo que normalmente hacemos.

Son estas personas a las que admiramos.

Las primeras son las que más cuestan (lo único que nos puede quitar la libertad)

El día más difícil de gimnasio es el primero. El momento más incómodo de la dieta es ese primer pedazo de pastel que se queda adentro de la caja. El día más largo de trabajo es el primer día que se trabaja sin estar “baboseando” cada 15 minutos.

Cambiar un hábito ya instalado es difícil. Es difícil porque cambiar es difícil, no porque empezar a hacer las cosas de mejor manera haga que la vida sea más difícil.

El problema es que estas primeras veces son tan incómodas que la gran mayoría de personas se dan por vencidas al topar con ellas. Pero una vez más, la incomodidad no viene de lo que se está empezando a hacer o de lo que se está dejando de hacer. Viene del cambio en sí.

Ah, que importante es poder estar cómodo con los cambios. Realmente es la llave al cielo acá en la tierra. Poder manejar los infinitos cambios que la vida tiene guardados para cada quien es un verdadero super poder.

Cambiarse a un nuevo camino cuando por el que se va está bloqueado es libertad. Elegir comer saludable cuando hay “veneno” disponible en la mesa es libertad. Elegir ejercitar el cuerpo cuando todos en la casa lo están entumeciendo es libertad.

Lo único que puede privar a una persona de su libertad es la incapacidad de querer cambiar cuando las situaciones ameritan un cambio de verdad.

Jugar es la manera más barata de aprender

Cuando se piensa en niños, ¿Qué es una de las primeras cosas que viene a la mente? Para muchas personas la respuesta es “jugar”. Y no se equivocan.

Jugando es como los niños empiezan a entender el mundo que los rodea. Es como aprenden. Jugar, más que una fuente de diversión, es un mecanismo de supervivencia. Jugar es la herramienta con que todos empezamos a desarrollar nuestras habilidades cognitivas.

El juego es un tipo de abstracción que permite entender las leyes de causa y efecto sin tener que pagar las consecuencias que fuera del juego pudieran llegar a ser desastrosas.

Cuando jugamos a las “peleitas” aprendemos a dominar nuestros cuerpo y desarrollamos nuestras habilidades motrices peleando con alguien más sin el riesgo de golpearnos seriamente o ser fuertemente agredidos.

Más adelante aprendemos a jugar Monopoly y entendemos cómo funcionan el dinero y las inversiones sin perder o ganar dinero real. También, aquellos niños que empiezan a jugar algún deporte aprenden que la constancia y dedicación, poco a poco, va dando sus resultados. También, algunos hasta aprenden a ganar y perder.

El mundo es un lugar complejo y los errores que se cometen muchas veces son extremadamente caros. Que a todos los niños les guste jugar no es una casualidad. Tan solo quieren entender cómo es que todo esto funciona cuando aún no hay mucho que sus pequeñitos cerebros puedan procesar.

Afortunadamente, jugar les permite aprender sin tener que pagar por los errores que inevitablemente todos tenemos que cometer para poder aprender.

Jugar es la manera más barata de aprender.