Pobre araña

No lo puedo creer pero me estoy sintiendo mal por una araña. Nunca he sido una persona que sienta afecto por las arañas. No me disgustan per tampoco les “tengo cariño”. Los demás animales, eso es otra historia.

Hace una media hora vi la araña por la que me estoy sintiendo mal en mi baño. Mi esposa y mi hijo detestan las arañas. “No quiero drama por esto”, pensé. “Mejor la voy a sacar para que nadie se moleste y la araña pueda seguir su vida afuera.”

Resulta ser que en mi intento de sacarla de la casa la asusté y se escondió en la ranura de la puerta. Sentí mucha frustración al no poderla sacar fácilmente. También me frustró no poderle comunicar que no lo quería hacer daño, que solo la quería sacar.

Pasaron los minutos y nada. Cada vez se escondía más y más. Al ver que esto no iba a ser fácil me desesperé y bajé a traer un bote de insecticida. En ese momento pesó más mi deseo de terminar el día e ir a descansar que la vida de la araña.

Fue tan fácil. Un poco de presión al bote de insecticida y la araña inmediatamente cayó de la ranura donde se escondía al piso. Sus patas se empezaron a contraer y todo su cuerpo tembló. Estaba luchando tan fuerte por su vida. Sentí lástima por el animal y decidí apretar de nuevo el bote para “terminar con su miseria”.

Diez segundos, quince máximo y la vida había abandonado el cuerpo de la araña. Yo ya estaba libre para ir a descansar y la araña iba a descansar para siempre. Lo siento mucho, pobre araña.

Amistad

La amistad no es algo que se impone o recibe al azar. La amistad nace del regalo mas preciado que tiene el ser humano: el libre albedrío. La amistad se escoge desde lo más profundo del alma y es esto lo que la hace inquebrantable.

Muchas personas, a mi parecer, pasan por el camino de la vida sin encontrar lo que es la verdadera amistad. En realidad encontrarla no es tan difícil. Lo que sucede es que no saben en dónde buscar. Creen que es imposible encontrar algo tan maravilloso en la compañía de una persona que están tan acostumbrados a ignorar.

La amistad no es más que estar sentados juntos escuchando música hasta el amanecer; es compartir los miedos más profundos que esconde el alma para poderte sentir protegido por alguien que tal vez pudiera entender. La amistad no es mas que buscar el sentido de la vida junto a alguien que muchas veces está más confundido que tú.

Amistad es descubrir y crear juntos. Es acompañarse y no dejarse caer. Es decir la verdad aunque duela y luego reírse juntos de ese dolor. Es poner los intereses del otro por delante de los tuyos sin considerar que en algún momento tuviste que sacrificar algo.

Amistad es una elección y un privilegio. Amistad es algo que está al alcance de todos si tan solo sabemos en dónde buscar: en la compañía de esa persona que está sentada justo frente a ti.

1 millón de dólares si bajas 45 libras en 12 horas

Un hombre que pareciera inspirar confianza infinita ve pasar a una persona tras otra. Miguel está esperando identificar al afortunado a quien le dará la oportunidad de su vida. La oferta: 1 millón de dólares si logra bajar 45 libras en las siguientes 12 horas.

Después de varias horas de intenso escrutinio, Miguel identifica a el candidato ideal. Un hombre alto, fuerte y con mucha determinación en los ojos. Aparenta ser un hombre exitoso que no se detendrá ante nada al momento de perseguir sus objetivos. Especialmente si el premio fuese un millón dólares.

Miguel se acerca cautelosamente a su candidato y le pregunta “Amigo, ¿cual es tu nombre?”

-“Javier”, responde cordialmente el afortunado candidato.

“¿Te gustaría ganar un millón de dólares en las siguientes 12 horas?” le pregunta Miguel a Javier. “Te aseguro que esto no es un truco o una estafa.”

La confianza que irradia Miguel hace que Javier lo tome muy en serio. Javier se detiene a pensar y mira profundamente los ojos de este desconocido que está ofreciendo cambiarle la vida. Después de lo que pareciera ser una eternidad, Javier finalmente responde “Si, ¿qué tengo que hacer?

“No es nada complicado”, le responde Miguel. “Tan solo tienes que perder 45 libras en las siguientes 12 horas”. La cordialidad y compostura del “afortunado candidato” desaparecieron de inmediato en ese instante.

“Eso es imposible! Esto es una locura. ¿Acaso no dijiste que esto no era un truco o una estafa?”, gritó Javier. Con un gesto de molestia e incredulidad se dio la vuelta y siguió su camino sin voltear a ver hacia atrás.

“Está loco de remate.”, se repetía así mismo Javier. “Pide lo imposible, nadie puede perder 45 libras en 12 horas. Maldito estafador.”

Y así esta historia se repitió una y otra vez con más de 35 personas de todo tipo durante todo el día. Hombres, mujeres, atletas, jóvenes, viejos, flacos y gordos. Nadie tomó la oferta y todos los elegidos consideraron imposible poder ganar el millón de dólares —mejor bien dicho todos creyeron que es imposible perder 45 libras en 12 horas—.

Así que después de un muy largo día, Miguel caminó de regreso a casa sabiendo que al día siguiente no estaría transfiriendo un millón de dólares —los que genuinamente iba a dar si alguien lograba el objetivo— a nadie.

Miguel simplemente no podía entender como nadie siquiera pensó en alguna opción —aunque nunca la fuese a querer tomar— de cómo hacer posible perder 45 libras en 12 horas. Por ejemplo, amputarse una pierna.

Diferente trabajo, diferentes requerimientos

El líder del equipo se sienta de nuevo en en su escritorio a pensar. “Quiero que algunos miembros de mi equipo empiecen a trabajar de manera remota”, se vuelve a decir ansiosamente, “pero no sé que hacer con las personas que no van a poder hacerlo. Seguramente esto va a ser un problema…”

Esta es un pensamiento común que no solo ocurre cuando se está evaluando trabajar de manera remota. Hay algo innato que lleva al ser humano a querer dar el mismo trato a todas las personas.

“El trabajo remoto no viene sin sus complicaciones ni sin sus intercambios”, nos dice Jason Fried en su libro Remote: Office not required. “El trabajo remoto tiene como objetivo mejorar la cosas para más personas la mayor cantidad del tiempo.”

La gran mayoría entiende que los requerimientos que existen para cada trabajo son diferentes de acuerdo a su naturaleza. Los requerimientos del guardia de seguridad de un Data Center son diferentes a los requerimientos del ingeniero de software que mantiene los servidores. El ingeniero puede trabajar remotamente. El guardia no. El equipo lo entenderá.

El miedo a la reacción de un equipo de trabajo muchas veces no está fundamentado. Las personas racionales —esperemos que tu proceso de selección haya sido bueno— entenderán por qué las políticas de trabajo remoto no son las mismas para todos.

Ahora, respecto al tema de los horarios. El trabajo remoto, al permitir colaboración asíncrona, fomenta que cada persona en la empresa encuentre el horario que más le convenga. Pero esto no puede aplicar para todos los puestos de trabajo. Hay funciones en la empresa que requieren que ciertas funciones se hagan en horarios predefinidos.

Esto tampoco debe causar preocupación. Es muy difícil que alguien no acepte un argumento como “Nuestros clientes necesitan soporte desde las 9:00am hasta las 5:00pm. A ellos no les importa a que hora trabajó el desarrollador en la nueva funcionalidad que tanto le está facilitando la vida.”

Recuerda, diferentes trabajos, diferentes requerimientos. Tu equipo lo entenderá.

No esperes naranjas si estás sembrando manzanas

El pasado viernes, muy temprano por la mañana, grabé un episodio de mi Podcast Conceptos. Lo que más me gusta de el Podcast son los pedacitos de oro que dejan las conversaciones que se graban. El episodio de esta semana excedió las expectativas.

La conversación fue acerca del entrenamiento mental y la importancia de nuestros pensamientos. “Manolo, una persona no puede esperar tener resultados positivos si está teniendo pensamientos negativos.”, me dijo Stephanie. “Es cómo estar sembrando semillas de manzana y luego esperar tener arboles de naranja”.

Hace tanto sentido cuando uno lo ve así. Pero la mayor parte del tiempo simplemente no estamos conscientes de nuestros pensamientos. “Una persona tiene aproximadamente 90,000 pensamientos al día.”, afirmó Stephanie. Me resulta impresionante lo poco conscientes que estamos de la mayoría de esos pensamientos –al menos sé que en mi caso es así–.

El primer paso es poder estar conscientes de qué tipo de pensamientos estamos teniendo. El segundo paso es tener claramente definido el objetivo que queremos lograr. El tercer paso es asegurarnos que los pensamientos que estamos teniendo nos conduzcan a los objetivos que queremos lograr. De lo contrario, estaremos sembrando manzanas y esperando tener naranjas.

Los dos puestos más importantes en una empresa de tecnología

“En las empresas de tecnología los dos puestos que tienden ha ser los más importantes”, nos insiste Ben Horowitz en su libro, The Hard Thing About Hard Things, “son el VP de ventas y el VP de ingeniería”.

No puedo estar más de acuerdo. Sin un líder tecnológico que pueda construir los productos que la empresa ha visualizado no se va a llegar a ningún lado. El fracaso también será inminente si no se tiene a la persona indicada para vender lo que ingeniería ha construido.

Todo lo demás puede estar un poco flojo y la empresa va a salir a flote. No estoy diciendo que el elenco de soporte no sea importante. Tan solo estoy diciendo que si la empresa tiene un buen producto que está alineado a lo que el mercado quiere y una manera eficiente de conseguir nuevos clientes y cerrar negocios, probablemente estará bien.

El patrón que veo muchas veces en la industria de tecnología es un área de ingeniería usualmente fuerte. Al fin y al cabo, casi siempre la empresa tiene un socio fundador tecnológico que asume ese rol. El lado de ventas es el que frecuentemente es débil.

¿Cuántos buenos productos han tenido una muerte prematura por que la empresa no le dio la importancia necesaria al proceso de venta? Y, ¿Cuántos excelentes vendedores han tenido que buscar otro trabajo por qué nunca se les dio el chance de competir con un buen producto en el mercado? Mi respuesta es muchísimos.

Es imposible tener éxito sostenible a gran escala sin tener dos “rockstars” en estas posiciones. El CEO de una startup en tecnología o nuevo emprendimiento no puede dejar de estar pensando en estas dos preguntas todo el tiempo:

  1. ¿Quién está construyendo mi producto?
  2. ¿Quién está vendiendo mi producto?

Todo lo demás se puede mejorar sobre la marcha.

Trabajo remoto no es lo mismo que trabajo en casa

La introducción que muchos empresarios y trabajadores han tenido al trabajo en casa durante la pandemia no le hace justicia al verdadero potencial del trabajo remoto.

“Trabajo de casa” y “trabajo remoto” son dos términos muy distintos que hoy se están utilizando de manera intercambiable. Esto es un error. Basta hacer notar que el trabajo remoto se puede hacer desde muchos lugares -cafeterías, bibliotecas, parques, espacios de coworking- que no son “casa”. El día de hoy prácticamente todo el trabajo remoto se está haciendo desde casa.

El trabajo en casa que estamos haciendo la mayoría de personas hoy también incluye cuidar niños y aprender a ser profesores. No solo se está trabajando únicamente desde casa sino que también se está trabajando en hogares con dinámicas muy alejadas de lo “normal”. Esto no es trabajo remoto en el sentido tradicional.

Y así llega el momento de tratar el aspecto psicológico de la situación. No es lo mismo estar trabajando lejos de la oficina por convicción para lograr mejores resultados que estar aislado en casa sin opción a buscar apoyo presencial con mis compañeros de trabajo o supervisores. Las expectativas que voy a tener y el grado de motivación que voy a sentir en cada uno de estos casos es muy diferente.

Seguro cada uno de ustedes puede pensar en decenas de otras diferencias que hay entre “trabajo en casa” y “trabajo remoto”. Especialmente dadas las circunstancias actuales.

Y con eso cierro mi caso, definitivamente el trabajo remoto no es lo mismo que el trabajo en casa.

El experimento de aprender en la ducha

Una de mis maneras favoritas de aprender es escuchando podcasts. La única desventaja que he encontrado a no estar manejando todos los días es que he perdido entre 2 y 3 horas de podcasts al día. Mi lista de podcasts sin escuchar sigue creciendo todos los días.

“Este es un tema de hábitos”, me dije hace un par de días. “¿Que hábitos puedo cambiar y hacer más tiempo para escuchar podcasts?”. Es increíble lo acostumbrados que estamos a ciertas rutinas. Para mi no existía la posibilidad de escuchar podcasts si no era en el carro. Tenía que romper esa rutina.

Así que empecé a pensar qué experimentos puedo hacer dentro de casa y cambiar algunas de mis rutinas. ¿Dónde puedo escuchar podcasts? ¿Cuándo lo puedo hacer? ¿Que oportunidades hay de escuchar que no estoy aprovechando?

Después de mucho pensar lo primero que se me ocurrió fue escuchar mientras hago el café. Esto dio buen resultado y recuperé 20 minutos al día -2 cafés de 10 minutos cada uno.-

Luego vino otra idea bastante obvia, escuchar mientras me preparo para dormir. Todavía tengo sentimientos encontrados con esta opción. Aunque Overcast, la aplicación que utilizo para escuchar podcasts tiene timer, siento que no presto toda mi atención y que me voy a perder de algo.

¿Pero saben que rutina fue la que mejor resultado me está dando? La de escuchar durante la ducha diaria. Me da algo de pena reconocer que esto no se me ocurrió hasta hoy. Pero es fenomenal. Escuchar podcasts y aprender mientras me baño. Es perfecto.

Y con esto estoy empezando a cuestionar cada vez más áreas de mi vida y muchas de las cosas que hago. ¿Que más me estoy perdiendo por estar “atascado” en lo que siempre he hecho? ¿Que tanto más hay allá afuera que aún no he visto?

Voy a estar experimentando con mis rutinas y las de mi familia dentro de casa. Creo que vamos a encontrar nuevas rutinas y costumbres que nos fortalezcan como familia y a cada uno de nosotros como personas.

Lo que es malo para el panal es malo para la abeja

Sí, hoy estamos viviendo momentos muy difíciles. Pero estoy convencido que podemos encontrar refugio y guía en la sabiduría de aquellos que vinieron antes que nosotros. Es en momentos como este que volver al pasado y estudiar a los más grandes de la historia puede ayudarnos a forjar un mejor futuro.

Ahora los invito a que me acompañen a regresar mas de 2,000 años a visitar al emperador romano y filósofo estoico, Marco Aurelio. Marco Aurelio siempre fomentó una postura de unión e interdependencia entre los habitantes de su imperio.

“Cuando necesitas motivación, piensa en las cualidades de las personas que tienes a tu alrededor.”, solía decir. “Esta es energía, aquella es modestia, otra es generosidad, y así sucesivamente. Nada es más fortalecedor que cuando las virtudes son visiblemente mostradas por aquellos a nuestros alrededor.”

Esta particular manera de ver la interconexión entre no solo seres humanos sino que entre todos los seres vivientes fue una de las fortalezas que le ayudó a liderar a Roma durante la Peste Antonina. Es espeluznante imaginarnos lo difícil que este reto debió ser para Marco Aurelio. Entre 3.5 y 5 millones de Romanos murieron durante la pandemia.

Sin duda alguna, su frase más conocida respecto a la interconexión entre nuestras acciones y los que nos rodean es:

“Lo que es malo para el panal es malo para la abeja” – Marco Aurelio

Y que cierto sigue siendo hoy! Si una persona es extremadamente exitosa pero su comunidad se va a la ruina, esta persona se irá a la ruina con su comunidad. Igualmente, si una persona está en la ruina pero su comunidad es fuerte, esta persona tendrá una mayor oportunidad de recuperarse.

No funciona pensar a corto plazo cegados únicamente por nuestros propios intereses. Cada cosa que hacemos afecta al panal. Para bien o para mal.

No podemos seguir haciéndonos de la vista gorda al hecho de que todo lo qué hacemos afecta a aquellos a nuestro alrededor. Y todo lo que ellos hacen nos afecta a nosotros. ¿No me creen? Pregúntenle a la persona que tuvo contacto con un murciélago en Wuhan, China a finales del 2019.

Es de vital importancia que nos sentemos a reflexionar y pensemos un poco más allá de nuestro diminuto círculo de interés. Si queremos salir de esto es muy importante que veamos un panorama más amplio.

Es primordial que reconozcamos que sí dañamos el panal, en algún momento nos veremos afectados. No podemos olvidar hoy la milenaria lección: “lo que es malo para el panal es malo para la abeja.”

Fecha de entrega, simplemente no puedo existir sin ti. Atentamente, la productividad

Hoy si! Me acabo de “cachar” crucificando la productividad. Tan solo hace unos minutos estaba en un chat coordinando una reunión muy importante. Extremadamente importante. En la reunión se evaluarán varias opciones de trabajo que yo voy a preparar.

“Cuando es lo más alejado que puedo agendar esta reunión?”, me escuché preguntar, “así tendré todo el tiempo que quiera para trabajar.” Estos no son los pensamientos más productivos del mundo. En mi defensa, reaccioné de inmediato y puse la reunión lo antes posible para todos.

No me siento orgulloso de lo que acabo de hacer pero creo que algo puedo rescatar y utilizarlo para enfatizar la importancia de las fechas de entrega.

La reacción que estaba teniendo es normal. Una vez que fijamos una fecha de entrega -un compromiso público de cuándo algo debe estar listo- nos sentimos responsables de cumplir. Esta sensación de responsabilidad muchas veces no es cómoda. Pero es esta sensación de responsabilidad uno de los mas fuertes motivadores que existen para lograr nuestros objetivos.

Cuando no tenemos una fecha de entrega es cuándo postergamos. Es cuando somos ineficientes y vemos nuestros sueños y metas escaparse por las ventanas de nuestras oficinas. Es cuando las redes sociales se vuelven más importantes que las tareas que algún día nos dijimos que queríamos hacer.

Así que no le tengamos miedo a comprometernos y dar una fecha de entrega. Tampoco tengamos miedo a ser conscientemente agresivos con las fechas de entrega. ¿Qué es lo peor que puede pasar? Que trabajemos un poco más duro y logremos lo que queríamos un poco antes de lo que esperábamos.