Lo que queremos y lo que quisimos no son la misma cosa

La memoria es corta cuando queremos recordar los eventos que se dieron años atrás, durante nuestra niñez. A la vez, la memoria pareciera ser infinita cuando tratamos de olvidar la programación subconsciente que al día de hoy rige nuestros comportamientos y expectativas.

Los tiempos cambian y las personas también. Todos entendemos esto pero aún así, aunque sabemos que el tiempo nos ha cambiado, podemos pasar décadas aferrados en seguir queriendo las mismas cosas que queríamos años atrás. Esta es una de las más grandes fuentes de descontento que veo en el mundo a mi alrededor.

Todos los días veo personas tratando de forzar su vida para que encaje con la vida que querían diez años atrás —aunque esa ya no es la vida que quieren tener hoy. Una pequeña pausa y un poco de reflexión pueden remediar esta dolorosa situación.

Todos los días aprendemos algo nuevo. En este mundo hiper-conectado descubrimos cosas y conocemos personas nuevas todo el tiempo. Es absurdo pensar que nuestro anhelos y deseos permanecen iguales ante tanta nueva información que se nos hace disponible en cada instante.

Lo que queremos y lo que quisimos no son la misma cosa. Hoy no somos las mismas personas que fuimos ayer. Hemos envejecido, madurado. Vale la pena tomarnos unos minutos para reflexionar sobre qué es lo que realmente queremos hoy y distinguirlo de lo que quisimos ayer.

Hacer este ejercicio e identificar como lo que queremos ha cambiado puede ser una revelación que cambie tu vida para siempre.

Entender qué es lo que quieres en este momento, en base a la persona que eres hoy y no la que eras ayer, es una de las liberaciones más grandes que un ser humano puede llegar a experimentar.

Los 20 pasos necesarios para lanzar un nuevo producto (El Checklist definitivo para tener un lanzamiento exitoso)

Llevas meses, sino es que años, trabajando en convertir esa visión que tanto te apasiona en un producto que ya está listo para venderse. Se acerca la hora del lanzamiento. Todo mundo está nervioso y la cantidad de cosas que hacer es infinita. Una vez más, el famoso Pareto está presente: El 80% de las actividades que hay qué hacer se están dando en el último 20% del proyecto —el lanzamiento.

A continuación resumo los 20 pasos que conforman el checklist definitivo para lanzar un nuevo producto exitosamente.

  1. El producto ha sido probado, ya pasó las pruebas del control de calidad y ha demostrado que puede aguantar la carga que se espera al momento de el lanzamiento.
  2. Se ha completado, revisado y distribuido todo el material de ventas necesario.
  3. El equipo de ventas ha sido entrenado debidamente en cómo usar el producto, en dar presentaciones y en cómo responder preguntas comunes y objeciones. Todos los miembros del equipo de ventas pueden articular la propuesta de valor a los distintos tipos de usuarios y posibles clientes.
  4. El equipo de soporte ha sido debidamente entrenado en el uso del producto y cómo asistir a los nuevos usuarios respecto a la resolución de preguntas, problemas y situaciones de producto comunes.
  5. La documentación de soporte ha sido desarrollada, revisada y está accesible a todos los clientes. Esto puede incluir FAQs en la página Web, una sección de ayuda dentro del producto, un manual de usuario impreso, etc.
  6. Has desarrollado y estás preparado para defender tu plan de GoToMarket.
  7. El equipo de mercadeo conoce bien tu producto y entiende a la perfección tu propuesta de valor única y cómo esta encaja en el panorama competitivo del producto. Tienen todo lo que necesitan para generar material contundente que resulte en campañas exitosas para el nuevo producto.
  8. Toda la organización (ejecutivos, mercadeo, ventas, atención al cliente, desarrollo, recursos humanos, contabilidad, etc.) están al tanto del lanzamiento del producto y están preparados para responder preguntas o solicitudes que vengan del público en general directamente a sus equipos.
  9. Ya desarrollaste tu plan para “trackear” el comportamiento de tus usuarios y puedes dar seguimiento a las métricas clave que sean más importantes para tu equipo.
  10. Ya desarrollaste y probaste bajo estrés cada punto de contacto de tus prospectos y clientes con el nuevo producto —por ejemplo, formularios de “sign-up”, si estás ofreciendo un producto Web.
  11. Ya desarrollaste y practicaste tu “pitch” de elevador (en 5 segundos o menos) del producto.
  12. Ya desarrollaste y practicaste tu “pitch” de elevador (de 10 a 30 segundos) del producto.
  13. Ya estableciste y estás preparado para defender la estructura de precios del nuevo producto.
  14. Has trabajado con mercadeo en crear una campaña convincente de relaciones públicas para el nuevo producto.
  15. Has implementado tu plan de fabricación, envío, “on-boarding” o cualquier otro detalle necesario para entregar la propuesta de valor del producto.
  16. Has implementado uno o, idealmente, varios mecanismos para que los nuevos clientes te puedan hacer llegar fácilmente su retroalimentación.
  17. Ya desarrollaste las metas para el lanzamiento del producto y las has compartido con todos los involucrados. De esta manera todos saben cómo se verá un lanzamiento exitoso.
  18. Los contratos, términos y condiciones y cualquier otra documentación legal y/o regulatoria está lista y ha sido aprobada por tu departamento legal.
  19. Tu fecha de lanzamiento está escrita en piedra y se le ha comunicado a todas las personas de tu organización que necesiten estar al tanto.
  20. Ya desarrollaste y comunicaste el “Roadmap” de desarrollo a todos los involucrados (en tu empresa y afuera de ella).

Cada lanzamiento es único. No hay dos lanzamientos iguales pero estos 20 puntos sin duda alguna te ayudarán a que tu lanzamiento sea exitoso y lo más “suave” posible.

¡Te deseo mucha suerte!

Cuéntanos en los comentarios cómo te ha ido con tu lanzamiento y que aprendizajes has tenido.

Basado en la lista originalmente desarrollada por Product Plan.

¿A quién vas a contagiar y de qué?

Las enfermedades se contagian fácilmente. Las buenas ideas y mejores practicas no tanto. Los comportamientos destructivos se propagan como incendios forestales mientras que los actos de bondad parecieran estar en cuarentena.

Esto no quiere decir que las cosas buenas no se puedan contagiar. Tan solo requieren de más tiempo y esfuerzo para esparcirse. Construir siempre requiere más esfuerzo y trabajo que destruir. Es como el niño que luego de que sus papás llevan 5 minutos armando cuidadosamente una torre de Legos la destruye en segundos, con inmensa felicidad.

Pareciera ser que es así como estamos programados. Al principio nos cuesta construir pero con un poco de trabajo todos podemos llegar a preferir lo positivo sobre lo negativo.

Cuando un grupo de personas (2 ó más) se une con el propósito de querer construir algo bueno en el mundo el patrón se reversa y las cosas buenas se propagan con más velocidad que el mal. Todo es cuestión de querer dar un buen ejemplo.

Todos nos están viendo todo el tiempo. Cada decisión que tomamos queda registrada en la mente de aquellos que nos rodean. Cada acción que tomamos deja una huella imborrable en la historia del universo. Con esto que estás apunto de hacer, qué vas a contagiar, ¿bien o mal?

El más alto nivel, inspirado por los mejores del mundo

Hoy es el Super Bowl LVI. Millones de personas alrededor del mundo se reunirán a pasar el día juntos, culminando la jornada viendo el juego. Aparte de los fenomenales anuncios que se pueden ver durante el partido, la oportunidad de ver a los mejores atletas del mundo batallar entre sí para saber quién ganará uno de los campeonatos más importantes del mundo es una experiencia sin igual.

Realmente no importa si se es fan de los deportes o de el futbol americano, ver a los mejores del mundo competir al más alto nivel es algo fuera de este mundo. Todavía no conozco a alguien que no aprecie y se llene de inspiración cuando ve a otra persona competir al más alto nivel.

Esta admiración, claro está, no es exclusiva a los deportes. Ocurre en otras facetas de la vida. ¿Cómo no sentirse inspirado al ver a un papá que es de los mejores del mundo para guiar a sus hijos? ¿O cuándo se ve a un emprendedor cambiar el mundo con su empresa? ¿O cuándo se tiene la oportunidad de aprender de un profesor que nos despierta pasión por una materia en particular?

Ver a los mejores del mundo es inspirador. Estar rodeado por ellos es aún mejor. Pero intentar a jugar a ese nivel es algo que todos podemos hacer para inspirar a alguien que sin que lo sepamos está siguiendo cada movimiento que hacemos.

Hay un lugar lejano que está muy cerca

Los segundos de vida que a cada persona le quedan se desvanecen con cada bocanada de aire que toman. Esta cuenta regresiva es inevitable y nadie sabe cuándo finalmente el reloj va a llegar a cero. El tiempo no pasa, se acaba.

La vida no es más que una sucesión de decisiones —y sus respectivas consecuencias. Las elecciones que una persona toma la transportan a un lugar que con el paso de el tiempo cada quien asimila como “su vida”.

Hay un lugar lejano en donde todo está en su lugar. En donde vivir cada día es fácil. En donde aunque existen las dificultades, estas no pueden derrotar a la felicidad. En donde los segundos se siguen extinguiendo pero la plenitud de existir es cada vez más real.

Este lugar lejano tiene una peculiaridad, se siente tan distante porque las personas insisten en buscarlo afuera. Pero hay un punto en la vida de cada ser humano en el cual hay un chispazo que prende una llama que ilumina el camino interior. Cuando se sigue este camino la verdad se revela: el lugar lejano está mucho más cerca de lo que jamás nos imaginamos. Está dentro de cada uno de nosotros.

Nueva información, somos nosotros los del problema

Todo el tiempo estamos recibiendo nueva información. Con cada instante que pasa aprendemos algo nuevo. Nada se queda igual y todo cambio que percibimos enriquece nuestra percepción de la realidad. Con cada segundo tenemos más elementos para armar el rompecabezas.

Ahora, con eso dicho viene una pregunta muy importante, ¿Qué estamos cuándo tenemos nueva información? ¿La ignoramos? ¿Pretendemos que no está ahí? ¿Tratamos de aprender de ella? ¿Nos enberrinchamos? ¿La tratamos de entender? ¿La desvalidamos? ¿Tratamos de aprender?

Muy a menudo escucho a muchas personas decir que están “estancadas”. Creo que estar “estancado” es una decisión más que una situación de vida. Si todo en este mundo constantemente está cambiando y todo el tiempo tenemos nueva información, es obvio que si estamos estancados somos nosotros los que no queremos mejorar.

Cualquier otra cosa es mejor

Cuando hay una tarea enfrente que no se quiere hacer, cualquier otra cosa es mejor. En esos momentos puliremos los zapatos blancos, ordenaremos la oficina, haremos despechadas e incluso veremos Betty la Fea por tercera vez con tal de no hacer lo que tenemos que hacer.

Idealmente lo correcto es llevarnos a hacer lo que hay que hacer, ahora. Pero todos estamos hechos de carne y hueso. Hay veces que simplemente la fuerza de voluntad está en escasez. No puedo hablar por los demás, pero al menos el resultado que yo obtengo en esos momentos es que paso horas a la vez castigándome por no estar haciendo nada; mientras sigo ahí sentado sin hacer nada.

Después de hablar al respecto con varias personas me estoy dando cuenta que esto es mucho más común de lo que antes creía. Le pasa a muchas personas.

Varias de ellas me han sugerido que reconocer que en ese momento no vamos a hacer nada es un buen primer paso. Luego de eso, salir a caminar y estar afuera para despejarse puede ser una buena idea. Es importante tomarse el tiempo que sea necesario para entrar en un estado productivo. No tiene sentido regresar antes de estar listos para volver a sentarnos a no hacer nada.

En los momentos en que las cosas no se están dando y estamos atorados, hacer cualquier otra cosa es mejor.

El beneficio de tener un buen proceso

Los procesos son fenomenales. Estos infinitos círculos de actividades cuidadosamente seleccionadas pueden cambiar los resultados que una persona obtiene en cualquier área de su vida.

Construir un buen proceso debe ser el principal enfoque de alguien que quiere mejorar sus resultados. Tristemente de niños a todos nos dijeron que lo único que importa son los resultados (¿Recuerdan la presión por sacar buenas notas en el colegio sin importar cómo?) Es por esto que nos cuesta tanto dejar los resultados temporales a un lado para enfocarnos en desarrollar un buen proceso.

Un proceso efectivo eventualmente dará buenos resultados. Los buenos resultados sin un proceso que los sostenga tan solo es tener buena suerte. Es preferible tener un mal resultado generado por un buen proceso que lograr el mejor de los resultados sin un proceso que haga que ese resultado sea replicable.

Cada vez que haya una elección entre usar el tiempo para mejorar un proceso o lograr un resultado inmediato el recurso se debe invertir en mejorar el proceso. La gran mayoría de las veces los buenos resultados pueden esperar pero un mal proceso que se convierte en mal hábito puede destruir el futuro.

Sé que es difícil de aceptar pero para poder tener una vida exitosa hay que quitar la mirada del premio y enfocarse en el camino. Si el camino es el correcto, eventualmente la tierra prometida llegará.

Fuera de proporción (no seas hiperbólico)

Si no se tiene cuidado, la mente humana puede ser el más grande amplificador que existe en este planeta. Puede tomar cualquier cosa y multiplicarla 100 veces hasta convertirla en una quimera indomable. En otras palabras, uno de los pasatiempos favoritos de la mente es sacar las cosas de proporción.

Desafortunadamente, no hay mente humana que pueda percibir la realidad tal y como es. Todos tenemos mecanismos de percepción personales que toman los estímulos externos y los “traducen” en experiencias internas. Son estas experiencias lo único a lo que le podemos llamar realidad. Es en base a estas experiencias que reaccionamos. En realidad, estas experiencias son lo único que podemos percibir.

Ah, la mente, fiel ángel guardián cuyo único trabajo durante millones de años ha sido mantenernos a salvo. ¿Cómo no ser hiperbólica cuando su razón de ser es protegernos? Es algo tan natural. Pero todo esto no quiere decir que sacar las cosas de proporción siempre sea la mejor opción.

La mente es maravillosa, se puede autoregular. Con un poco de práctica la mente aprende a observar sus propios pensamientos. Cuando la mente llega a este punto, la multiplicación, el ruido y la distorsión se hacen evidentes a el “observador”. Lo único que queda es claridad y paz. El mundo se percibe tal y cómo es y las situaciones se pueden atender por lo que son, no por lo que la mente hiperbólica las pinta ser.

Esto hace toda la diferencia del mundo. En este estado de lucidez hasta las situaciones de vida o muerte que se pudieran llegar a afrontar se perciben de una manera más serena, cristalina. Es irrefutable, todo lo que sucede tiene consecuencias. Algunas son buenas, otras malas. Lidiar con ellas frenéticamente nunca ayudo a alguien.

Percibir cualquier evento tal y como es no es lo mismo que restarle importancia. Manejar una situación de peligro o riesgo con calma no quiere decir que seamos indiferentes a lo que está pasando. Mantenernos centrados no quiere decir que no vayamos a resolver.

Recuerda, reaccionar con miedo, ansiedad y premura porque nos “vamos con la finta” de la historia exponencial que nos está contando nuestra mente NO quiere decir que estemos lidiando con la situación en una manera efectiva. Tan solo quiere decir que estamos reaccionando en una manera muy similar a la que lo pudiera hacer un pequeño animalito.

Compromisos visibles

Cada cita, llamada o reunión que agendamos es un compromiso. Consideramos que algunos de ellos son más importantes que otros. Es por esto que algunas reuniones simplemente se nos olvidan y otras no. Lo único que aquí es innegable es que los compromisos que son visibles son los únicos que tienen oportunidad de cumplirse.

Tener algo presente es garantía de que al menos se intentará hacer algo por cumplirlo. Ojos que no ven, corazón que no siente. Aquello que no podemos ver no puede obtener nuestra atención. Lo que no tiene nuestra atención, no sucede.

No importa el método, tecnología o proceso que se escoja utilizar pero por favor, más de algo hay que usar para darle constante visibilidad a nuestros compromisos. De lo contrario estos compromisos no serán más que cartas al viento que nadie jamás llegará a leer.

Los compromisos visibles se hacen realidad. Los compromisos visibles hacen que nos sintamos dueños de ellos y de su cumplimiento. Los compromisos visibles nos ponen presión. Los compromisos visibles nos recuerdan qué ahí están. Los compromisos visibles mueven los proyectos hacia adelante.

Los compromisos visibles son el único tipo de compromiso que en realidad existe. Todo lo demás son puros deseos sin oportunidad de jamás volverse realidad.