Mañana, la excusa perfecta

Mañana es el cementerio a donde los sueños de tantas personas van a morir. Mañana es la excusa perfecta para no hacer lo que sé debiera hacer hoy. Mañana es la mentira favorita de todos aquellos que se engañan diciendo una y otra vez, “hoy sí voy a cambiar”.

Sí, mañana es la excusa perfecta. Es muy fácil racionalizar no actuar y “esperar” a que llegue el momento correcto. Los efectos siempre parecen no ser graves. “No pasa nada, mañana lo puedo hacer”, son las palabras más reconfortantes tras las que se escudan las personas que tarde o temprano tendrán que aceptar que el tiempo se les acabó cuando la muerte repentinamente llegue a tocar a su puerta.

Tener una buena excusa no es razón para no hacer lo correcto. Que sea posible racionalizar intercambiar un sueño por un poco de comodidad temporal no hace que el intercambio deje de ser un muy mal negocio. Que sea posible hacer algo mañana en lugar de hacerlo hoy y sentirse bien al respecto no quiere decir que se esté actuando noblemente. Es un acto de cobardía.

Mañana puede ser la excusa perfecta pero el momento perfecto para actuar siempre es hoy. El momento prefecto siempre es ahora.

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