Cada acción que tomamos es una migaja que dejamos regada por el mundo. Estas migajas que van quedando tiradas por todos los caminos por los qué pasamos son utilizadas para identificarnos. En otras palabras, lo que constantemente hacemos es la referencia que los demás utilizan para inferir quienes somos.
El rastro de migajas puede ser corto o largo. Puede ser que una acción que tomemos por la mañana nos alcance por la tarde. O puede ser que sean décadas completas las que se requieran para vincular la migaja con nosotros. En realidad no importa. Todo lo que hacemos, o incluso, todo lo que dejamos de hacer tiene nuestra huella y tarde o temprano se nos atribuirá.
Esto es magnifico. Nos da la oportunidad de enviar señales a todo el mundo todo el tiempo. Las señales que enviamos le indican a las otras personas qué tipo de personas somos. Son estas señales las que abren y cierran puertas. Son las migajas las que nos traen las oportunidades y nos cierran caminos. Si quieres que las mejores personas y oportunidades te encuentren asegúrate de que estás dejando tiradas las migajas correctas.