Porque yo lo digo
No se preocupen. No me refiero a la expresión favorita que usan muchos padres de familia cuando la paciencia es corta y la comodidad es mucha. Me refiero a la expresión interna de convicción que cada uno de nosotros puede utilizar para hacer que las cosas sucedan.
Conforme nos vamos dando cuenta que nuestra voluntad es mucho más fuerte de lo que creemos vamos descubriendo que nuestra capacidad de influenciar el mundo a nuestro alrededor es mayor. Con el tiempo desarrollamos la fortaleza de nuestro carácter y muestra capacidad de actuar ante cualquier adversidad.
“Porque yo lo digo” es algo que con la práctica se puede convertir en un mantra personal que prácticamente nos garantiza que lo que nos estamos proponiendo lograr va a suceder. No hay sensación más gratificante que saber que algo que nos estamos proponiendo, gracias a nuestra constancia y dedicación, eventualmente se hará realidad.
A quien más le mentimos es a nosotros mismos. Es hora de romper con ese destructivo hábito y de que volvamos creer en nosotros mismos. Tenemos que recuperar la honorabilidad de sostener nuestra palabra interna.
Empecemos con pequeños compromisos que cumpliremos llueva, truene o relampaguee. Poco a poco recuperaremos la confianza en nosotros mismos y muy pronto sabremos que cuando nos preguntemos ¿por qué sucederá esto? la respuesta siempre será “porque yo lo digo.”