El dolor cómo información faltante

El dolor es una de las sensaciones más viscerales y primarias que experimenta el ser humano. Pensándolo bien, el dolor es algo que todos los animales comparten pero para los efectos prácticos de hoy, nos estaremos centrando en la experiencia humana.

A nivel biológico el dolor no es nada más que el disparo de nervios especializados. Es algo que se siente en el cuerpo y existe para avisar que algo no está bien. En el siguiente nivel, el nivel psicológico, está el significado que cada quien le asigna al dolor que siente. El significado personal que se le asigna al dolor es el sufrimiento. El dolor es mandatorio, el sufrimiento es opcional.

Ahora bien, está claro que el dolor es una herramienta evolutiva invaluable. Sin él, ninguno de nosotros estaría acá. El dolor es necesario para sobrevivir, es el encargado de avisar que el cuerpo está dañado. Pero hay algo aún más importante que el dolor puede hacer. Avisa que se está recibiendo información que antes hacía falta.

La manera más fácil de entenderlo es con un ejemplo. Imaginemos que estás caminando hacia el baño de tu dormitorio a media noche y las luces están apagadas. Estás medio sonámbulo y pateas la pata de la cama. El dolor es inmediato y muy intenso. Hay información que te hacía falta. Sino no hubieras pateado la pata de la cama. No sabías que estaba ahí. El dolor te da la información que hacía falta: la pata de la cama está ahí.

Siempre que hay dolor se recibe información que hacia falta. No importa si el dolor es físico o emocional. Cuando se experimenta dolor es por qué hay información desconocida que se está haciendo presente de manera inmediata. El dolor es nueva información. En otras palabras, el dolor es aprendizaje experiencial.

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