Ser emprendedor está de moda. Es casi sinónimo de ser un “rock star”. Es llevar una vida emocionante y sexy, llena de éxito, dinero, viajes y compañías que no pueden fallar.
La realidad es que los emprendedores son las personas temerosas que toman los riesgos que todos los demás no queremos tomar para que nuestra sociedad tenga los avances, prosperidad y estabilidad que tanto disfrutamos. La mayoría de ellos fracasan duro.
¿Alguna vez te has preguntado gracias a quien podemos ir a disfrutar de tantos restaurantes que ofrecen cocina de casi cualquier tipo? ¿Por qué cada vez que compramos un televisor cuesta menos? ¿Por qué cada 6 meses los teléfonos, laptops y tablets son mas delgados, pesan menos y tienen el doble de capacidad?
La respuesta es que tenemos tantos restaurantes por qué justo en este momento hay un emprendedor cuyo restaurante tailandés fracasó y está sentado solo en su casa pensando como hacerlo mejor la próxima vez. Viendo como paga la renta y junta dinero para empezar de nuevo. Este emprendedor también fue el primero que introdujo la cocina tailandesa a tu ciudad e inspiró al siguiente emprendedor que aprendió de el, lo hizo mejor y tuvo éxito. Ya tienes donde comer tailandés a la vuelta de tu casa.
Lo mismo ocurre con la tecnología, la economía , la salud, servicios, etc. Todos los días experimentamos lo que pareciera ser un progreso constante que ya nadie puede detener. Carros eléctricos, tele medicina, 3d printing, turismo al espacio y bitcoin! Realmente estamos viviendo en un mundo maravilloso. Gracias a todos estos heroes anónimos que cayeron en la obscuridad.
Así que hoy quiero tomarme un momento para agradecer a todos los emprendedores del mundo (en especial aquellos que se quedaron cortos) por tomar el riesgo, y hacer los sacrificios necesarios para movernos hacia adelante como especie. Por enseñarnos cual es el camino y cual es la mejor manera de hacer las cosas.
Gracias por crear este mundo que cada vez es mas antifrágil gracias a su fragilidad.