El miedo de no cumplir

A veces, el último recurso es lo único que nos puede salvar. Estamos a punto de caer. El borde del precipicio está justo abajo de nuestros pies. Todo lo que se necesita es tomar un paso más y puff, todo se acaba. Y luego, repentinamente despertamos, recordamos ese miedo de no cumplir, de fracasar. Y así nos levantamos a trabajar una vez más. El miedo de no cumplir gana una vez más.

La motivación es una fuente de energía muy grande. El miedo de no cumplir también. La primera es la más honorable de las dos pero en su ausencia la segunda también puede funcionar. El miedo de no cumplir no es la mejor opción pero a veces necesitamos tener una pistola contra la cabeza para reaccionar.

Puede ser que hoy no haya sido bonito. Puede ser que hoy no haya sido lo mejor. Pero al final del día se cumplió. Se puede seguir adelante porque no todo terminó. El miedo de no cumplir nos ha comprado seguir vivos un día más.

Sobre el valor de la persistencia

No es de la noche para la mañana que un poco de agua se abre paso montaña abajo para convertirse en un majestuoso rio. Todas las grandes maravillas de la naturaleza llevan tiempo. Pero el paso del tiempo no es suficiente, cualquier resultado grandioso también necesita de persistencia y constancia.

La ciencia de la biomimesis, que estudia la naturaleza como fuente de inspiración para el desarrollo de tecnología humana, nos dice que podemos adaptar esta lección de persistencia de la naturaleza a nuestras propias vidas.

Esta idea me lleva a preguntarme, ¿habrá algo que no podamos lograr si trabajamos en ello diligentemente todos los días? Después de todo, si reconocemos que nosotros mismos como especie somos el producto de millones de años de constancia (proceso evolutivo), es difícil pensar en algún proyecto que no podamos lograr si todos los días le dedicamos el tiempo y esfuerzo que requiere.

La persistencia es tan poderosa porque:

  • Si decidimos hacer algo todos los días sin importar que pase a nuestro alrededor entendemos que somos nosotros los que estamos a cargo de si algo sucede o no. No son las circunstancias las que mandan.
  • La práctica hace al maestro. Hacer algo todos los días exponencialmente mejora nuestra habilidad de hacerlo permitiendo así un crecimiento de productividad exponencial en el tiempo.
  • La carga cognitiva de empezar a hacer algo se reduce considerablemente. Cuando ya se decidió hacer algo todos los días la pregunta, ¿voy a hacer esto hoy?, se vuelve obsoleta. Ya sabemos que la respuesta es siempre SÍ.
  • Construimos nuestra palabra interna. Muchos de nosotros nos mentimos todos los días. Decimos que vamos a hacer algo y luego no lo hacemos. Si esto sucede con suficiente frecuencia destruimos la creencia en nuestra propia palabra y esto afecta nuestro autoestima y por ende nuestra capacidad de hacer lo que queremos hacer. Hacer algo todos los días reconstruye nuestra palabra interna y nuestro autoestima.

Creo que lo que estoy diciendo es que todos tenemos la capacidad de ser consistentes. La perseverancia es parte de nuestra naturaleza. En la persistencia está el secreto del éxito.

No hay razón alguna por la que constantemente tenemos que dañar nuestra credibilidad en nosotros mismos. Todos podemos empezar a hacer algo que nos ayude todos los días empezando hoy.

Algunas habilidades que se pierden si se dejan de usar

Por distintas razones, principalmente comodidad, durante el último mes he reducido bastante la cantidad de ejercicio que estoy haciendo. Hoy empecé a retomar “el camino del bien” y esto es lo que aprendí.

Principalmente aprendí que lo que no se usa se pierde. En este caso en particular hablo de la resistencia y fuerza muscular. Tan solo hace 2 meses estaba corriendo hasta 17 kilómetros. Hoy me costó mucho completar tan solo 3. Mi capacidad física se ha visto considerablemente reducida.

Todas las habilidades y destrezas se deben desarrollar. Esto no es un secreto. Lo que a muchos se les olvida es que estas habilidades y destrezas también se deben mantener. Una vez mas, lo que no se usa se pierde. Esto es bastante fácil de ver, como lo hice hoy, con nuestras facultades físicas.

Pero no solo son las destrezas y habilidades físicas las que están atadas a esta realidad. También nuestras capacidades mentales están sujetas al deterioro debido al abandono y desuso. Estas también se deben cuidar y mantener en óptimas condiciones. De lo contrario, al igual que me pasó hoy, lo que podíamos hacer ayer, ya no lo podremos hacer hoy.

Acá les dejo un listado que me viene a la mente sobre que habilidades adicionales a las físicas vale la pena constantemente practicar para podernos mantener en óptimas condiciones:

  • Manejar presión
  • Pensamiento crítico
  • Leer
  • Conectar a nivel profundo con otras personas
  • Relajarse
  • Escribir
  • Vender algo
  • Hacer algo incómodo
  • Ayudar a alguien

Cuando la tecnología nos confunde…

La tecnología nos permite pronosticar el clima por minuto, nos deja enviar mensajes instantáneamente a cualquier parte del mundo y ha extendido nuestra expectativa de vida promedio muchísimo. No es casualidad que en este mundo moderno estemos tan confundidos.

Sí, si no estuviéramos tan apantallados diríamos que la tecnología que hoy tenemos es magia de otro mundo y aunque no lo reconocemos a plena vista, en el fondo creemos que estamos rodeados de maravillas tecnológicas que todo lo pueden. He aquí de donde nace tanta confusión.

Déjenme elaborar. Desde que empieza el día, gracias a la tecnología, tenemos la impresión equivocada de que podemos controlar todo lo que sucede a nuestro alrededor. ¿Tenemos calor? Prendemos al aire acondicionado. ¿Queremos conversar con nuestros familiares que están al otro lado del mundo? Presionamos un par de veces la pantalla de nuestros teléfonos. ¿Queremos ir al trabajo? Nos subimos al carro o prendemos la computadora. ¿Estamos escasos de comida? La pedimos por el celular. Todo esto es realmente maravilloso —pero debemos tener cuidado.

La falsa sensación de omnipotencia que hemos desarrollado nos está debilitando. Esta confusión (creemos que todo está bajo nuestro control) nos lleva a darnos por vencidos inmediatamente cuando algo no sale cómo queremos. Después de todo, el mundo debiera tirarse a nuestros pies. En lugar de luchar por sobrepasar el obstáculo nos sentamos a hacer berrinche (esto se debiera poder resolver con tan solo presionar un botón).

Cuando la tecnología nos confunde creemos que todo debiera salir como queremos. Cuando la tecnología nos confunde creemos que todo debiera ser fácil. Cuando la tecnología nos confunde nos rendimos y dejamos de luchar. Esto es un error. La tecnología es una gran herramienta pero nunca podrá reemplazar ni la perseverancia ni la voluntad de acero que solo un ser humano puede generar.

Amigos, familia y una buena película

Ya es bastante tarde y la verdad no tengo muchas ganas de escribir. Pero debo recordar que hacer lo que uno se propone hacer, incluso cuando uno no tiene ganas de hacerlo, es lo que diferencia a las personas promedio de las excepcionales.

Así que acá estoy una vez mas con mi computadora sobre las piernas, una luz tenue alumbrando mi habitación, el reloj indicando que ya es un nuevo día y mi compromiso de escribir todos los días luchando por no morir. Sé que algún día puede ser que falle pero también sé que ese día no será hoy.

Como todo lo que sucede en la vida hoy no estoy en esta situación por casualidad. Estoy acá por decisiones propias que libremente tomé durante el día. Reconocer esta responsabilidad aliviana la tarea y hace más fácil el poder seguir hacia adelante.

Hoy desde medio día me reuní con un grupo de buenos amigos que aprecio mucho pero que ya no viven en Guatemala. Están de vacaciones por acá así que me tome el tiempo de ir a almorzar con ellos. Extendimos el almuerzo en cena y cuando todos nos despedimos me dirigí hacia la casa de mis suegros en donde estaban Elena y Christian. Resulta ser que justo antes de salir ellos me escribieron para contarme que iban a ver “Black Widow” allá con toda la familia e invitarme para que fuera a verla con ellos. ¿Cómo decir que no a tremendo ofertón? Así que sin dudarlo salí para allá a ver la película.

Y esa es la historia de porque estoy acá medio dormido escribiendo después de media noche —tuve un fabuloso día de amigos, familia y una buena película antes de escribir.

A prueba

De vez en cuando las cosas cambian. Y estos cambios nos ponen a prueba. Ponen a prueba nuestra determinación y la capacidad que tenemos de seguir haciendo lo que nos prometimos que íbamos a hacer.

Estas pruebas son momentos importantes en nuestras vidas. Nos revelan de qué estamos hechos. Nos muestran sin sutileza alguna la cruda realidad de qué podemos y que no podemos hacer.

Muchas personas pasan sus vidas tratando de evitar estas pruebas. Pero no debemos olvidar que Seneca dijo “no hay nombre más infeliz que aquel que nunca afronta adversidad pues nunca se le permite probarse a sí mismo.”

En el fondo todos queremos ser mejores. Todos queremos saber quienes somos y cuales son nuestros límites. La única manera de saberlo es poniéndonos a prueba.

Por hoy, otra prueba ha sido superada exitosamente.

Incluso cuando no tienes ganas

Las personas que logran lo que quieren en sus vidas son aquellas personas que hacen lo que deben hacer incluso cuando no tienen ganas de hacerlo. Hacer lo que hay que hacer es fácil cuando se tienen ganas de hacerlo. El secreto es actuar en los momentos difíciles cuando cada fibra de nuestro cuerpo grita “¡No más!”.

Debemos reconocer que la experiencia de perseguir nuestros sueños no será igual todos los días. Habrán días más difíciles que otros. Es en estos días es que las personas que de verdad queremos nuestros sueños nos distinguimos de aquellos que meramente aparentan quererlos. Los que realmente los queremos hacemos el trabajo aunque no tengamos ganas.

Construir una vida de la que podamos estar orgullosos requiere que estemos dispuestos a subirnos a la montaña rusa emocional que es enfrentar a la realidad día tras día. Este es un camino que no tiene ni descansos ni escondites. En este camino cada día trae nuevas sorpresas y retos que superar. No importa que cartas nos tenga preparadas el destino, si queremos llegar a triunfar, debemos dejar la comodidad y las excusas a un lado para así poder llegar hasta el final.

Interés compuesto y especialización

Hay temas que capturan nuestra atención —naturalmente despiertan nuestra curiosidad. Si invertimos tiempo para llegar a dominarlos profundamente, son verdaderas minas de oro. La experticia en algo que nos apasiona es el mejor camino para construir una carrera profesional muy satisfactoria y rentable.

Los grandes retornos en la vida se obtienen por medio del interés compuesto. Claro está que el interés compuesto no solo aplica al dinero y el capital que está en el banco. También aplica a las relaciones, los proyectos, el conocimiento y cualquier otra cosa que decidamos hacer constantemente durante un largo plazo.

Estar estudiando cómo funciona algo día tras día durante mucho tiempo es difícil. Y si ese algo no nos interesa, entonces estudiarlo metódicamente es prácticamente imposible. Pero cuando alguien se dedica a estudiar algo que le apasiona durante una hora diaria, en 4 años estará en el top 3% de los expertos a nivel mundial sobre ese tema. Esto es el interés compuesto aplicado al conocimiento y a la especialización.

Un experto que está en el top 3% mundial de su campo tendrá una carrera profesional muy exitosa. Los posibles proyectos en los cuales podrá trabajar no serán escasos y las oportunidades vendrán de muchos lugares diferentes. La cantidad de personas que querrán trabajar con un experto de este calibre será grande. ¿Y lo mejor de todo? Que el experto podrá escoger en qué, con quien, a qué precio y cuándo querrá trabajar.

En el momento en que encontramos el campo que nos apasiona estamos listos para hacer nuestra inversión inicial. Es hora de especializarnos día tras día. Al cabo de los años ese tiempo y esfuerzo nos regresará con creces en forma de una gran carrera profesional muy exitosa.

Porque yo lo digo

Porque yo lo digo

No se preocupen. No me refiero a la expresión favorita que usan muchos padres de familia cuando la paciencia es corta y la comodidad es mucha. Me refiero a la expresión interna de convicción que cada uno de nosotros puede utilizar para hacer que las cosas sucedan.

Conforme nos vamos dando cuenta que nuestra voluntad es mucho más fuerte de lo que creemos vamos descubriendo que nuestra capacidad de influenciar el mundo a nuestro alrededor es mayor. Con el tiempo desarrollamos la fortaleza de nuestro carácter y muestra capacidad de actuar ante cualquier adversidad.

“Porque yo lo digo” es algo que con la práctica se puede convertir en un mantra personal que prácticamente nos garantiza que lo que nos estamos proponiendo lograr va a suceder. No hay sensación más gratificante que saber que algo que nos estamos proponiendo, gracias a nuestra constancia y dedicación, eventualmente se hará realidad.

A quien más le mentimos es a nosotros mismos. Es hora de romper con ese destructivo hábito y de que volvamos creer en nosotros mismos. Tenemos que recuperar la honorabilidad de sostener nuestra palabra interna.

Empecemos con pequeños compromisos que cumpliremos llueva, truene o relampaguee. Poco a poco recuperaremos la confianza en nosotros mismos y muy pronto sabremos que cuando nos preguntemos ¿por qué sucederá esto? la respuesta siempre será “porque yo lo digo.”

Un miedo al día

Mientras más lo pienso y reflexiono se me hace tan evidente que la razón por la que mi vida no es todo lo que pudiera ser es por el miedo. Y solo para ser un poco más honesto y responsable —porque yo aún no he aprendido a manejar mis miedos.

Soy una persona que tiene todas sus facultades y ha tenido una cantidad infinita de privilegios a lo largo de su vida. Siempre he tenido todo a mi favor. Y aún así me he quedado corto de alcanzar todo mi potencial tantas veces. No me han hecho falta ni oportunidades, ni capacidad ni, conocimiento. Tan solo me ha hecho falta valor.

También debo reconocer que soy una persona altamente responsable, perseverante y que rara vez se da por vencida. Hoy hago este compromiso público y conmigo mismo de enfrentar por lo menos una cosa que me dé miedo todos los días. Estoy seguro que retar un miedo al día me dará la vida que siempre he querido tener.