¿Y qué si hubiera algo mejor?

Las cosas están funcionando y no se tiene mayor problema. Día tras día la cómoda monotonía de hacer lo mismo se apodera de toda la operación. Todos parecen estar muy complacidos ya que todo marcha de acuerdo al plan. No hay grandes sorpresas que interrumpan la producción pero el crecimiento es a lo sumo marginal.
Las expectativas pasan de moda

Cada generación crece con la tecnología y expectativas que se respiran a su alrededor. El mundo evoluciona y rápidamente deja atrás generación tras generación. El paso de la tecnología marcha hacia adelante y al cabo de unos años una generación ya no entiende a las que vienen atrás.
Todo va a pasar

Todo va a pasar y eso es algo bueno. El universo está en constante expansión. Nuestro planeta gira y se mueve por el espacio. La sangre en nuestros cuerpos fluye. La vida es movimiento, es cambio. Y si la vida es movimiento y cambio, entonces estar vivos significa que todo esto, bueno y malo, eventualmente pasará.
Mi estúpida necesidad de perfección

Las cosas se descomponen, las personas envejecen. Las imperfecciones son parte de la perfección del errático mundo en que vivimos. Aunque no lo parezca así, vivir en un mundo en el que todo fuera perfecto y en donde nada fallara sería muy aburrido.
Un mejor idea para las resoluciones de año nuevo

Bien, ya estamos a un día del 2022. Sin duda alguna ya hay muchas personas pensando en sus resoluciones de año nuevo. En este preciso instante hay millones de posibles resoluciones flotando en las mentes de tantas personas que quieren una mejor vida a partir del año que viene. Y todas sus esperanzas están puestas en que cuando el reloj le pegué a las 12:00 de alguna manera su fuerza de voluntad incrementará y esta vez sí van a lograr todos los cambios que quieren hacer y que nunca antes han podido lograr.
Una nueva manera de trabajar

Conforme una empresa avanza, evoluciona. Los procesos que antes funcionaban dejan de funcionar y los requerimientos de cada nuevo nivel al que se llega son cada vez más complejos. En estos puntos de inflexión, toda empresa necesita encontrar una nueva manera de trabajar para seguir creciendo.
Un mundo que cambia

Vivimos en un mundo que cambia. La velocidad a la que el mundo está cambiando hoy es mayor que nunca. Incluso, la velocidad de cambio de hoy es más rápida que la que había ayer. Así de grande es la aceleración que estamos experimentando.
Cada hora que pasa la tecnología se convierte un poco más en nuestra manera favorita de interactuar con el mundo. Un Whatsapp en lugar de una confirmación, un Zoom en lugar de un café y un “Pedidos ya” en lugar de salir a comer. Realmente estamos encontrando muchas eficiencias. Es maravilloso.
Construir nuevas habilidades

El tiempo pasa y nuestros roles cambian. Lo que hoy nos toca hacer definitivamente no es igual a lo que nos tocaba hacer hace tan solo unos cuantos años. Claro está que esto aplica a cada una de las diferentes áreas de nuestras vidas: familia, personal, profesional, hobbies, etc.
Definitivamente que lo que nos trajo hasta acá no nos va a llevar para allá. Lo que en épocas pasadas nos funcionó ya no nos funcionará ahora. El mundo esta en constante crecimiento y si hemos hecho bien las cosas lo que ahora nos toca hacer es más complejo que lo que anteriormente hacíamos. Es así como nos damos cuenta que estamos avanzando —con cada paso que damos se nos exige un poco más.
Un nuevo mundo lleno de confianza: Compras digitales

Creo que hay una gran oportunidad de mejorar la experiencia de compra digital de una manera integral que respeta tanto la facilidad con que se realiza la compra como la integridad y seguridad de la transacción. Estén pendientes de lo que se viene.
¿La inercia de seguir igual o cambiar el mundo?

Pero el espíritu humano es fuerte y la inercia de querer seguir igual nunca lo podrá doblegar. Aunque el camino de la comodidad sea tentador hacer un cambio positivo en el mundo es mucho más atractivo.