Participar no es fácil pero es necesario

El dialogo que se da en redes sociales es interminable. La cantidad de temas que se tratan es infinito. El perfil de las personas que argumentan para un lado o para el otro es tan diverso como los anuncios con que nos bombardean la mismas redes. Hay mucho ruido y poca señal.

Participar en este mar de confusión y ataques personales no es fácil. Aunque la cantidad de contenido que se genera es enorme, debemos reconocer que solo la minoría de personas deciden participar en el dialogo que se da en línea. Recordemos, es este dialogo el que le está dando forma a nuestra cultura y sociedad. Este silencio priva al mundo de tantos puntos de vista que urgentemente necesitamos escuchar. Los mensajes y posturas que dominan las redes son las de los mismos actores de siempre. Urgentemente necesitamos de algo nuevo, algo fresco.

Participar no es fácil pero es necesario. Sé de tantas personas que tienen pensamientos muy valiosos pero deciden callar. Sé de tantas personas que piensan diferente pero deciden no compartir lo que piensan. Sé de tantas personas que saben debatir con integridad y sin atacar a nadie, personas cuyo objetivo es buscar la verdad. Ellas tambien, en muchos de los casos, deciden ver desde fuera sin hacer el esfuerzo de guiar a los demás. Y también sé que yo muchas veces callo cosas que sé que se debieran decir. Participar no es fácil pero es necesario.

Reflexiones de cumpleaños 2022

Hoy de nuevo estoy cumpliendo años. No sé claramente que pensar al respecto. Tengo presente una frase con la que bromea mi hijo cada vez que cumple años, “No sé porque me felicitan si lo único que hice para cumplir años es no morirme en un año.” Obviamente no ha estado muy cerca de la muerte. Muchas personas sí mueren en entre cumpleaños. Aún así, hay cierta sabiduría escondida en esa broma.

Así que acá vamos. Mi primer reflexión es una de agradecimiento, estoy agradecido por estar vivo. Creo que este es el lugar en donde todos debemos iniciar. Una persona que reconoce el privilegio de estar vivo es más propensa a aprovechar mejor su vida. Así que empiezo reconociendo que estoy agradecido por estos 46 años de vida.

Mi siguiente reflexión tiene que ver con la falta de intencionalidad en el diseño de mi vida. Tengo una vida muy buena. Me fascina. Tengo una familia excepcional, una empresa que me provee de todo lo que necesito y me llena profesionalmente, un pequeño circulo de amigos que aprecio mucho y una constante motivación por seguir siendo mejor. Aún así, reconozco que es momento de diseñar los siguiente 10 años d mi vida. Hay cosas que me hacen falta y que quiero incorporar. Es hora de hacerlo. Este es un proceso que aún no he iniciado y es algo que quiero empezar hoy.

También hoy quiero pensar un poco sobre lo mucho que he logrado durante el tiempo que he estado vivo. Mi tendencia natural es ver siempre que es lo que hace falta y que toca hacer para llegar. Rara vez me doy el tiempo para disfrutar y maravillarme de lo mucho que he logrado. Esto es algo en lo que quiero me quiero enfocar bastante este año. Sin duda alguna cambiara mi experiencia de vida.

Finalmente estoy pensando en los grandes cambios y saltos tecnológicos que se avecinan. Vienen olas de cambio como las que nunca antes hemos visto. La manera en que interactuamos, hacemos negocios y subsistimos están por cambiar dramáticamente. Estoy convencido de que el mundo de hoy será prácticamente irreconocible para cuando llegue mi siguiente cumpleaños. Quiero tratar de entenderlo a lo mejor de mis capacidades para poder navegarlo bien y así intencionalmente diseñar mi vida acorde a lo que viene.

En resumen este siguiente año quiero ser más agradecido, lograr más de lo que me proponga y ser una mejor persona para todos lo s que me rodean.

Así que esas son mis reflexiones de cumpleaños hoy 11 de enero 2022. Me interesa mucho dejarlas por acá registradas para que si llego a tener la oportunidad de leerlas dentro de un año pueda decir algo más que “¿Por qué me felicitan si lo único que hice en este último año fue no morirme?

pd. Feliz cumple Naisi! Te quiero miles.

Los riesgos que nunca se deben tomar

Regularmente soy alguien que opera con bastante cautela. Al mismo tiempo, soy una persona que de vez en cuando se empuja para tomar riesgos calculados. El camino ideal usualmente es un camino balanceado (Tao). Saber cuándo arriesgarse y cuándo no es más arte que ciencia.

Pero no todo el tiempo. Hay un tipo de riesgo que nunca se debe tomar, el riesgo existencial. Un riesgo existencial es aquel en el cual el resultado del fracaso es catastrófico y no existe una segunda oportunidad. En el caso de las personas es la muerte. En el caso de las empresas es la quiebra.

Un riesgo existencial nunca se debe tomar. No importa que tan bien nos haga sentir o cuánto dinero o éxito podamos llegar a ganar, el hecho de existe una probabilidad considerable de que si fallamos nunca más lo podremos volver a intentar es suficiente contra peso para decir que “no”. En este caso, la idea de que lo más importante que hay es siempre vivir para pelear otro día, vale oro.

La buena noticia es que los riesgos existenciales son escasos. Las situaciones en las que el resultado es un “game over” definitivo son pocas. Usualmente también son extremadamente obvias. La parte fácil es aprender a identificarlas. La parte difícil es tener la disciplina para resistirse a la tentación. Las personas que no logran identificar los riesgos se pueden perdonar. Los que no pueden resistirse a la tentación no.

Mi estúpida necesidad de perfección

Las cosas se descomponen, las personas envejecen. Las imperfecciones son parte de la perfección del errático mundo en que vivimos. Aunque no lo parezca así, vivir en un mundo en el que todo fuera perfecto y en donde nada fallara sería muy aburrido.

Comprendo todo esto. Sé que así es y no hay fuerza en el universo que lo pueda cambiar. Y aún así estoy limpiando el monitor de mi computadora cada 30 minutos. No me gusta que la pantalla tenga ni la más mínima mancha. Lo mismo con mi teclado. Cualquier “anomalía” me incómoda. Lo mismo ocurre con el vidrio y la pintura de mi carro. Y mi teléfono. Y la televisión. Y así, sucesivamente hay unas cuantas cosas más que desearía que siempre estuvieran en un estado de “perfección” y que durarán para siempre. Cuando el curso natural de la realidad las altera, me descompongo.

Hasta hace muy, muy poco ni siquiera me había dado cuenta de lo pesado que es cargar con esta estupidez de un lado para el otro. El desgaste emocional y mental que experimento tratando de controlar todo esto es demasiado. ¡Ya tuve suficiente! Tanto de mi bienestar emocional depende de que todos estos objetos que se encuentran a mi alrededor, objetos que yo de ninguna manera puedo controlar, estén siempre en perfecto estado y que nunca se deterioren o fallen. Esta no es una receta recomendada para poder estar en paz.

Sé que tengo mucho trabajo por hacer. Los impulsos que siento cuanto algo se “daña”, raya o “arruina” son muy fuertes. Definitivamente cuidar las cosas tiene muchos beneficios pero saltar de eso a que el más mínimo rayón arruine todo mi día no tiene mucho sentido que digamos. Es hora de dejar esta pesadilla atrás.

Bajo un cielo lleno de estrellas (la historia de la camisa manchada)

Aún puedo recordar claramente cómo todo se desbarato en el día en que tuve una reunión“crucial” con un cliente muy importante. Ese día que quedó marcado en mi memoria para siempre, fue muy duro. Justo antes de llegar a la oficina en donde todo iba a salir de acuerdo a plan, manché mi camisa. Claro, la camisa tenia qué ser blanca.

Sin haber encontrado alguna otra opción, me tuve que presentar a la reunión con una gran mancha que no solo ensuciaba mi vestimenta, también ensuciaba mi auto imagen, mi autoestima y mi amor propio. Esta mancha fue suficiente para quitarme las ganas de vivir por al menos un par de días.

Exactamente no sé por qué hace una hora que estaba sentado frente al mar, viendo un precioso cielo lleno de estrellas, este recuerdo saltó con tanta claridad a mi mente. Creo que puede ser que ver tan de cerca la majestuosidad de la galaxia y el universo en que vivimos pone en perspectiva lo que son nuestras vidas. Acá estamos todos, parados sobre un pedazo de tierra que gira alrededor del espacio y tenemos la oportunidad de pasar un número infinitamente corto de años acá. Es maravilloso. Conectar con la infinita dimensión del cosmos nos ayuda a poner las cosas en perspectiva.

Esta sensación de asombro y pertenencia a algo tan grande me trajo este recuerdo a la mente por algo. Para recordarme de que no me debo de tomar las cosas tan en serio. Al final del día, todo pasará. Yo pasaré. Es un pensamiento tan liberador. Nunca más volveré a arruinar mi viaje bajo este bello cielo de estrellas solo porque vuelva a manchar otra camisa.

Mientras esperas

Haciendo cola para pagar. Esperando que te entreguen lo que compraste. Haciendo cola en el banco. Esperando en el tráfico. ¡Tantos momentos que tenemos todos los días para hacer algo que tenga un impacto positivo en nuestras vidas!

Cada tiempo de espera es único. Hay unos más largos que otros. Hay unos que se pasan a solas mientras que hay otros que se pasan en la compañía de alguien más. Hay unos que son planeados y hay otros que son imprevistos. Lo que es un hecho es que durante los últimos años todos estos tiempos de espera se han convertido en los momentos preferidos para enterrarnos vivos las redes sociales.

¡Pero esto no puede ser todo! Tiene que haber más.

Mientras esperas puedes reflexionar o leer un libro. Mientras esperas puedes recordar a ese ser querido que tanto quieres pero que ya falleció. Mientras esperas puedes cambiar la vida de un indigente al iniciar una conversación con él. Mientras esperas puedes leer un muy buen libro o escuchar un Podcast que te enseñe aquello que pudiera llegar a cambiar tu vida. Mientras esperas puedes pensar en cómo llevar alegría a tu hogar y sorprender a tu familia cuando regreses por la noche. Mientras esperas puedes estar a solas contigo mismo y reflexionar sobre que es lo qué realmente quieres en tu vida. Mientras esperas puedes solo respirar viendo las nubes pasear por el cielo. Mientras esperas puedes soñar. Mientras esperas hasta puedes pensar en lo que vas a escribir mañana para que por la noche no estés batallando por encontrar las palabras que llenen la página en blanco a la que a veces tanto le temes.

Todo lo que quieres ver (2022)

Este 2022 será todo lo que quieres ver. Lo que no quieras ver, lo que ignores, no podrá ser parte de ti. Pero, todo aquello en lo que decidas enfocarte, todo aquello a lo que le prestes atención, eso es lo que será tu realidad durante los siguientes 365 días. Nosotros decidimos.

Si deseamos ver el mundo como una amenaza siempre estaremos a la defensiva y probablemente seremos hostiles y agresivos. Viviremos con ansiedad. Si deseamos ver el mundo como una oportunidad seremos receptivos, abiertos y curiosos. Si deseamos ver a los demás como ajenos a nosotros nos sentiremos solos. Si deseamos ver a los demás cómo una parte importante de nuestra existencia nos sentiremos completos.

Nadie sabe qué nos depara este 2022. Es imposible saberlo. Lo que sí podemos saber es que estos siguientes 365 días, al igual que todos los demás días que ya hemos vivido, serán todo lo que queremos ver.

“Sé el cambio que quieres ver en el mundo”

— Gandhi

Un buen ritmo de vida para el 2022

Una buena vida es más maratón que sprint. Nadie sabe cuánto tiempo tendrá para vivir y vivir corriendo porque es “lo que toca” no tiene sentido alguno. Si la vida que estamos viviendo es la nuestra, ¿Por qué vivirla al ritmo que alguien más nos impone? Hoy es un buen momento para sentarnos a reflexionar sobre el factor más determinante en la calidad de vida que experimentamos, el ritmo al que vivimos.

“La gran pausa” le llaman muchos a esa extraña sensación que todos tuvimos en el momento más crítico de la pandemia. A esa agridulce experiencia que todos vivimos de estar secretamente agradecidos de estar encerrados por qué finalmente pudimos respirar. A esa confusión de sentir tanto miedo por no saber qué iba a pasar pero al mismo tiempo estar eternamente agradecidos de tener más tiempo para pasar con nuestras familias.

Cada persona en este planeta es única y esto significa que cada quién tiene su propio ritmo. No hay dos personas que se sientan igual de cómodas de llevar el mismo paso. Es por esto que hoy, en este último día del año, los exhorto a sentarse a reflexionar sobre cuál es el ritmo de vida que quieren llevar en este 2022. Independientemente de qué pase con la pandemia, sus trabajos y presiones externas es importante que encuentren el ritmo que ustedes quieren llevar.

Si quieren correr, corran. Si quieren pausar, pausen. Si quieren parar, paren. Pero por favor, háganlo porque es lo que ustedes quieren y no porque es lo que alguien o algo más espera de ustedes. ¡Feliz 2022 a todos!

Conocimiento y recursos

Un recurso no es más que algo que ya existía y que por medio del conocimiento se empieza a aprovechar para lograr algún objetivo específico. En otras palabras, para un cavernícola casi nada era un recurso. Ellos no tenían el conocimiento para aprovechar el petroleo, el uranio o el aluminio. Los elementos en su estado natural estaban ahí pero ellos no tenían el conocimiento necesario para transformarlos. Sin conocimiento no hay recursos.

Esto nos lleva a pensar si realmente estamos empezando a experimentar escasez de ciertos recursos o si simplemente es el conocimiento de cómo aprovechar todo lo que tenemos a nuestra disposición lo que se está estancando.

Por ejemplo, ¿Estamos experimentando una escasez de petroleo o aún no hemos descubierto cómo transformar la energía del sol en electricidad de una manera eficiente? Pronto la mayoría de los carros serán eléctricos y dejaremos de experimentar “escasez” de petroleo.

Mientras sigamos desarrollando el conocimiento científico estaremos bien.

Un poco más de tiempo

Date un poco más de tiempo. Sí, sé que todos tenemos un tiempo finito en este planeta y que estamos viviendo contrarreloj pero esto no quiere decir que seas impaciente con los resultados. Como dice Naval Ravikant, “Sé paciente con los resultados pero impaciente con la acción.” Es decir, dale tiempo a que lleguen los resultados pero empieza a moverte YA.

Sentir que todo tiene que suceder ahorita nunca le ha ayudado a nadie. Hacer lo que se debe hacer en este momento y dejar que las cosas se den a su propio tiempo es mucho más efectivo y saludable. Dar el siguiente paso nunca se debe postergar. Tener la mente puesta todo el tiempo en que el objetivo final tiene que llegar ya se debe evitar. Cumplir con lo propuesto en el día es un imperativo. Querer comerte todo el elefante de un solo bocado solo te va a abrumar.

Eso que quieres lograr es majestuoso. No es para nada un accidente de la historia. Construirlo requiere un poco más de tiempo. No dejes de avanzar. Has algo hoy que te acerque a la meta final. No te detengas. Pero no olvides recordar que tienes un poco más de tiempo para eventualmente llegar.