Un guatemalteco que me inspiró: sabias palabras

Recién estaba regresando de correr y una persona, de esas que muchas veces pasan desapercibidas, como fantasmas, captó mi atención. Esta vez no seguí de largo. Me detuve unos momentos a platicar con él. Los siguientes minutos cambiaron mi vida.

Ver más allá

Cada persona con que interactuamos y cada evento que ocurre en nuestras vidas es maravilloso —si tan solo nos detenemos a ver un poco más allá. La falta de inspiración y maravilla en el “día a día” no es nada más que la manifestación de nuestra incapacidad de detenernos y profundizar.

Lo que queremos y lo que quisimos no son la misma cosa

La memoria es corta cuando queremos recordar los eventos que se dieron años atrás, durante nuestra niñez. A la vez, la memoria pareciera ser infinita cuando tratamos de olvidar la programación subconsciente que al día de hoy rige nuestros comportamientos y expectativas.

¿A quién vas a contagiar y de qué?

Las enfermedades se contagian fácilmente. Las buenas ideas y mejores practicas no tanto. Los comportamientos destructivos se propagan como incendios forestales mientras que los actos de bondad parecieran estar en cuarentena.

Hay un lugar lejano que está muy cerca

Los segundos de vida que a cada persona le quedan se desvanecen con cada bocanada de aire que toman. Esta cuenta regresiva es inevitable y nadie sabe cuándo finalmente el reloj va a llegar a cero. El tiempo no pasa, se acaba.

Escoge bien quienes te rodean

De todos los factores que influencian la calidad de nuestras vidas, las personas que nos rodean, probablemente sea el más importante. Gracias a las personas que están a nuestro alrededor cuando nacemos adoptamos nuestros primeros puntos de vista sociales, políticos y religiosos. A través de ellos formamos nuestros paradigmas fundamentales de vida.

Frio afuera, frío adentro

La temperatura afuera baja. Empiezo a sentir frío. El viento sopla y todo está obscuro. El aire gélido hace contacto con mi piel. La noche se abre paso y con cada minuto que pasa la baja temperatura me recuerda lo helado que puede ser el corazón.

Entender el problema (el examen en el que todos sacamos cero)

Cuando la situación apremia, resolver se convierte en un imperativo. Esto es usualmente cierto, aún cuando aún no se sabe cómo resolver la situación. En estos momentos, encontrar una solución se vuelve más importante que entender el problema.

No siempre se puede ganar

Mientras más intensa es la competencia, más hay en juego. Conforme se va jugando contra oponentes de mayor nivel, más importante se vuelve jugar un juego perfecto. Cuando el tiempo que se ha dedicado a entrenar se deja de medir en días, y se empieza a medir en años, quedarse corto puede ser devastador. En el momento que se juega al más alto nivel, el más mínimo error puede ser mortal.

Soy el campeón del mundo…

… para ser como era ayer. Aunque no nos demos cuenta, aunque creamos lo contrario, somos los campeones del mundo en hoy ser iguales a como éramos ayer. ¿Por qué? Porque la gran mayoría del tiempo reaccionamos emocionalmente a los eventos que suceden en nuestras vidas sin siquiera saber qué es lo que está pasando.