El poder de la delegación

Delegar es entregar una de nuestras responsabilidades de manera permanente o temporal a uno de nuestros directos. A diferencia de asignar una tarea, que simplemente es pedirle a un directo que haga algo que está en su descripción de puesto, delegar requiere que nuestro directo aprenda a hacer algo nuevo que nosotros ya sabemos hacer.

Este proceso es lo que permite que la organización y las personas que la conforman crezcan. Darle algo nuevo que hacer a alguien siempre es bueno —le ayuda a desarrollarse.

Hace una horas estaba cerrando un taller de gerencia efectiva que impartí en SOPHOS y uno de los participantes formuló una frase que nos sirvió a todos para captar a nivel visceral el poder de la delegación. Su frase iba algo así: “Si escoges que la empresa sea del tamaño de tus habilidades tendrás una empresa pequeña pero si escoges que la empresa sea del tamaño de las habilidades de todo tu equipo tendrás una empresa grande.”

Simple y directo. Uno de los factores principales que determinan la capacidad de crecimiento de una empresa es la habilidad de delegar de su equipo gerencial. He ahí el poder de la delegación.

¿Eres termómetro o termostato?

Es definitivo que un termostato es más útil que un termómetro. El termómetro mide la temperatura y puede indicar si algo está frío o caliente pero no hace mucho más que eso. Por el otro lado, el termostato no solo puede medir la temperatura actual sino que también puede realizar los cambios necesarios para llevarla a los niveles que se necesiten. Es un termómetro que puede actuar en base a lo que está sucediendo a su alrededor.

Hoy por la mañana que estaba leyendo sobre esta comparación en el libro Tribes de Seth Godin me quedé pensando en cómo este escenario se da una y otra vez en las empresas. Cuando surge un problema o una oportunidad hay personas que, como los termómetros, se limitan a tomar la temperatura y decirle a los demás que algo está pasando para que ellos sean los que actúen.

Pero también hay personas que evalúan la situación y luego lideran. Toman cartas en el asunto y van más allá de solo identificar que algo está pasando. Formulan un plan y lo ejecutan. Coordinan equipos y crean movimientos internos para triunfar. Como el termostato, toman la temperatura y luego ajustan hasta llegar a lo que se necesita.

Y tú, ¿eres termómetro o termostato?

Lo mismo solo que mejor

Cuentan, desde tiempos ancestrales, que la historia no se repite pero sí rima. Si esto es cierto, entonces casi todo lo que hacemos rima con algo que ya alguien hizo antes de que nosotros.

No sé ustedes, pero yo paso mucho tiempo paralizado buscando una idea 100% original, un proyecto totalmente novedoso que nunca antes haya existido en el mundo o un artículo que no tenga influencia alguna de algo que haya leído antes.

Para empezar, la historia aunque no se repite, rima. No voy a ser yo él que rompa con esta ley natural evidenciada a través de siglos de documentación histórica. Segundo, ¿para qué quiero inventar algo que no existe? Probablemente si hay algo totalmente novedoso que no existe a estas alturas del partido, lo más seguro es que no tenga razón de ser.

Sé que están pensando muchos de ustedes. ¿Pero qué haríamos sin teléfonos inteligentes, Internet, Kindles, Zoom o Tesla? Estaríamos perdidos sin estas innovaciones totalmente revolucionarias que nos llevan hacia el futuro.

Yo soy el primero en defender todo lo que la innovación tecnológica trae a la humanidad. Y también creo que todos estos ejemplos son representativos de grandes avances tecnológicos que nos permiten hacer cosas que antes no podíamos hacer. Pero, ¿Son realmente 100% originales? Veamos.

Esta idea llegó como un relámpago a mi cabeza hace unos minutos que vi mi Kindle con la nueva funcionalidad de mostrar la portada del libro que estás leyendo mientras está en modo de “sleep”. “Cómo me gusta que se vea como on libro de verdad”, me dije subconscientemente.

Y es cierto, mientras el Kindle toma “prestados” más aspectos de los libros físicos, mejor es la experiencia. El Kindle no es algo que no existía, simplemente es algo que ya existía que se ha mejorado gracias a la tecnología digital. ¡Qué poderosa idea! La invención viene de mejorar algo que ya existe, no de la creación de algo 100% nuevo en el vacío.

Facebook vino a ayudarnos a organizar nuestras relaciones personales y facilitarnos mantener contacto con las personas que conocemos. Algo que venimos haciendo desde antes que pudiéramos escribir. Lo mismo solo que mejor.

El Kindle vino a facilitar la transmisión de contenido escrito. ¿Recuerdan las pinturas de las cavernas prehistóricas que les enseñaron en el colegio? Lo mismo solo que mejor.

Las cartas se entregaban a pie, luego a caballo. Con el tiempo nos movimos a carretas y luego trenes. Un siglo después Fax y ahora Whatsapp. Lo mismo, solo que mejor.

Si quieres cambiar el mundo, sal y busca hacer lo mismo solo que mejor.

Nuevas habilidades

Conforme una persona avanza en su carrera profesional, los proyectos en los que participa exigen cada vez más habilidades.

Por ejemplo, un contribuidor individual avanza a un puesto gerencial. En ese momento los proyectos y funciones requieren el desarrolle de nuevas habilidades. En este caso hablamos principalmente de habilidades gerenciales y de manejo de personal.

Es inevitable, con el crecimiento profesional viene la necesidad de desarrollar nuevas habilidades y el desarrollo de nuevas habilidades abre las puertas del crecimiento profesional.

Hay momentos en la carrera de toda persona en los que se presenta una oportunidad o un cambio abrupto que requiere de un cambio dramático de dirección —crecimiento profesional. Muchas personas se paralizan en estos momentos y no hacen más que ver la oportunidad o la crisis pasar. Estos son momentos decisivos que tan solo se pueden aprovechar si se adquieren nuevas habilidades.

Cada situación es diferente y que habilidades se deben adquirir para salir adelante son específicas a cada oportunidad o crisis. Es de vital importancia tener la capacidad de autoanálisis para que cada quién pueda identificar de una manera honesta que puede hacer ahora y que habilidades nuevas necesita aprender. Sin este conocimiento personal es imposible identificar qué habilidades nuevas se deben desarrollar.

Es importante mencionar que este es el paso crucial en el proceso de adquisición de nuevas habilidades. Es muy fácil que una persona se engañe a sí misma y que crea que no necesita desarrollar nuevas habilidades para seguir adelante. Una vez que una persona acepta que debe cambiar para lograr más, el proceso de aprendizaje es posible.

Interés compuesto y especialización

Hay temas que capturan nuestra atención —naturalmente despiertan nuestra curiosidad. Si invertimos tiempo para llegar a dominarlos profundamente, son verdaderas minas de oro. La experticia en algo que nos apasiona es el mejor camino para construir una carrera profesional muy satisfactoria y rentable.

Los grandes retornos en la vida se obtienen por medio del interés compuesto. Claro está que el interés compuesto no solo aplica al dinero y el capital que está en el banco. También aplica a las relaciones, los proyectos, el conocimiento y cualquier otra cosa que decidamos hacer constantemente durante un largo plazo.

Estar estudiando cómo funciona algo día tras día durante mucho tiempo es difícil. Y si ese algo no nos interesa, entonces estudiarlo metódicamente es prácticamente imposible. Pero cuando alguien se dedica a estudiar algo que le apasiona durante una hora diaria, en 4 años estará en el top 3% de los expertos a nivel mundial sobre ese tema. Esto es el interés compuesto aplicado al conocimiento y a la especialización.

Un experto que está en el top 3% mundial de su campo tendrá una carrera profesional muy exitosa. Los posibles proyectos en los cuales podrá trabajar no serán escasos y las oportunidades vendrán de muchos lugares diferentes. La cantidad de personas que querrán trabajar con un experto de este calibre será grande. ¿Y lo mejor de todo? Que el experto podrá escoger en qué, con quien, a qué precio y cuándo querrá trabajar.

En el momento en que encontramos el campo que nos apasiona estamos listos para hacer nuestra inversión inicial. Es hora de especializarnos día tras día. Al cabo de los años ese tiempo y esfuerzo nos regresará con creces en forma de una gran carrera profesional muy exitosa.

Elimina a la competencia

Eliminar a la competencia es muy diferente que ganarle a la competencia. Ganarle a la competencia implica competir y ganar. Eliminar a la competencia significa hacer algo para que la competencia ni siquiera pueda competir. Yo escojo eliminar a la competencia cualquier día de la semana.

La eliminación de la competencia empieza mucho antes de que un producto siquiera esté peleando en el mercado. Inicia tiempo atrás con una clara definición de la identidad de empresa que se quiere construir. Para definir bien un identidad se necesita responder las siguientes preguntas:

  • ¿A quien queremos servir?
  • ¿Para qué somos los mejores en el mundo?
  • ¿Cuales son los rasgos esenciales por los que queremos ser reconocidos?
  • ¿Qué habilidades únicas traemos a la mesa en el mercado en el que queremos jugar?
  • ¿Cuál es nuestra esencia?, En el fondo, ¿Quienes somos?

Estas 5 preguntas ayudan a definir la identidad de una empresa. Ojo, estas preguntas también funcionan a nivel personal cuando alguien construye su marca personal para posicionarse profesionalmente.

Una vez que una identidad ha sido claramente definida y la empresa empieza a ejecutar entorno a ella, es posible eliminar la competencia. ¿Por qué? Porque al tener una identidad bien definida y una operación acorde, la empresa es única. Ya no existe nada que la pueda reemplazar.

Cuando algo o alguien es único, nada ni nadie lo puede replicar. Nadie puede ganarte en ser tú mismo. Cuando una empresa encuentra su genuina identidad y juega a ganar en el mercado en base a potenciar su ADN, ha eliminado a su competencia. Es imposible que alguien les pueda ganar a ser un mejor ellos que ellos mismos.

Manejo de personal: tres tipos de estrellas en la empresa

En el mundo empresarial muchas personas buscan el protagonismo para así avanzar sus carreras. Tener toda la atención y llevarse los aplausos es la recompensa más codiciada. El aporte de estas personas es muy significativo ya que la determinación por obtener reconocimiento sin duda alguna ha producido grandes logros en empresas de todo tipo.

Al mismo tiempo hay otras personas cuyo motor interno utiliza otro tipo de combustible. Estas son personas que huyen del escenario y prefieren pasar desapercibidas. Su deseo de servir desde la obscuridad y su capacidad de construir valor es imprescindible. Sin estos héroes anónimos las empresas más reconocidas no serían lo que son.

Finalmente tenemos a aquellos cuyo llamado es ayudar a los demás a ser protagonistas o héroes anónimos. Estas son las personas cuyo corazón despierta al ver a los demás lograr todo aquello que se proponen. Son los faros guardianes que guían a sus compañeros de trabajo y son elementales para poder crecer las capacidades internas de una empresa.

Honestamente creo que ninguno de los tipos de estrella que he mencionado sea mejor que el otro. Sin duda alguna me identifico más con un tipo que con los otros dos pero eso solo es una preferencia personal. Al final del día, la fortaleza de un equipo está en su diversidad y la diversidad empieza con él motivador único que nos mueve a cada uno de nosotros.

La importancia de comunicar el valor que agrega una empresa

Hay muchas empresas que logran encontrar una necesidad intensa en el mercado. También logran resolver esa necesidad de una manera escalable y rentable. Aún así fracasan. ¿Por qué?

Sin duda alguna todas estas empresas crean valor, mucho valor. Hacen lo que deben hacer para ser exitosas. Pero hay algo que les hace falta, comunicarle a sus clientes de manera explicita el gran valor que les están generando.

Cuando una empresa es muy buena día tras día puede correr el riesgo de “mal acostumbrar” a sus clientes y al mercado. Todo el valor que genera se empieza a dar por sentado, se convierte para los clientes en el “default”. Si la empresa no hace constantemente un esfuerzo consciente de reforzar la historia y el mensaje de lo valiosa que es, entonces es muy probable que el valor que genera deje de ser percibido. Y un valor que no se percibe es lo mismo que un valor que no existe.

De alguna manera u otra lo he visto pasar ya varias veces. Lo que sucede es que las empresas que caen víctimas a este problema tienen fundadores y un equipo gerencial que sobrevaloran hacer las cosas extremadamente bien (creo que esto es fenomenal). Estas personas encuentran un premio intrínseco y gran satisfacción en construir soluciones que funcionan bien y por eso dedican todo su pensamiento precisamente a eso, a crear excelentes productos. Lo último que tienen en su mente es estar buscando a sus clientes para decirles lo bien que funciona su solución. Prefieren dejar que su creación hable por ellos. Se olvidan de comunicar explícitamente el valor que están agregando.

Y es así como abren la puerta a su propia destrucción. El cliente se acostumbra al excelente servicio que recibe y a la maravillosa funcionalidad que tiene a su disposición en todo momento. La excelencia se convierte en status quo y las promesas vacías de los competidores se vuelven en realidad ya que “Cualquiera puede hacer más que esto que ya tengo. Ahora no tengo nada excepcional y hacerlo ha de ser fácil.” Finalmente, el competidor articula un mensaje, una historia tan cautivadora que el cliente, correctamente, deja la excelencia que no sabe que tiene por la promesa de algo mejor que no existe.

La diferencia entre modelo de negocio y estrategia

Corriendo el riesgo de estar sobre simplificando las cosas podemos decir que:

Estrategia es la explicación de cómo una empresa logrará ser mejor que sus competidores.

Modelo de negocio es la descripción de cómo opera un negocio.

En mi experiencia ambos conceptos se usan muchas veces de manera intercambiable. Muchísimas de las personas y empresas con qué he trabajado consideran que su modelo de negocio ES su estrategia. Esto no es del todo correcto.

Volviendo a las definiciones de arriba nos damos cuenta que el modelo de negocio es una parte de la estrategia, es decir, que la estrategia contiene al plan de negocio.

Una estrategia, adicionalmente al plan de negocio incluye una serie de objetivos que la empresa quiere alcanzar, los valores con que esos objetivos se pretenden alcanzar y un conjunto de decisiones tomadas en base a diversos análisis competitivos que se deben realizar.

El modelo de negocio describe en detalle cómo debe operar una empresa para ser lo más eficiente posible. Es necesario que el modelo de negocio esté alineado con los objetivos, valores y decisiones incluidas en la estreñía de la empresa. De lo contrario habrá mucha fricción debido a la desalineación entre el modelo de negocio y la estrategia.

De acuerdo a la metodología Business Model Canvas de Alexander Osterwalder el modelo de negocio define los siguientes elementos clave de la operación de una empresa:

  • Segmentos de clientes
  • Propuesta de valor
  • Canales
  • Relaciones con clientes
  • Fuentes de ingreso
  • Recursos clave
  • Actividades clave
  • Alianzas estratégicas
  • Estructura de costos

Recuerda, el modelo de negocio es una parte muy importante de tu estrategia pero no lo es todo. Tu estrategia es tu modelo de negocio tus objetivos tus valores las decisiones que tomes respecto a como vas a competir.

El problema dificil

Ayer fui a almorzar con unos de mis socios. Estamos iterando sobre varias ideas que tenemos para la siguiente propuesta de valor que queremos llevar al mercado. Una de las preguntas que estuvimos contemplando durante la comida fue ¿Para qué somos realmente buenos? Después de algunos momentos de estar pensando ambos llegamos a la misma conclusión, somos muy buenos para resolver los problemas más complicados que tienen nuestros clientes.

Después de llegar a esta conclusión seguimos conversando de varios temas más pero esta idea de que encontramos y resolvemos los problemas más complicados se quedó dando vueltas en mi cabeza. Mientras más lo pienso más convencido estoy de qué es cierto. Mucho de el éxito que ha tenido el software de comunicación que hemos construido se debe a que siempre hemos logrado identificar y resolver los problemas más complejos de nuestros clientes.

Creo que una empresa que realmente quiere tener éxito debe siempre buscar resolver los problemas más difíciles que encuentre. Los problemas fáciles ya fueron resueltos y no requieren de mayor innovación y/o talento. Dedicarse a resolver problemas fáciles implica que una empresa tendrá mucha más competencia y menos barreras de entrada y salida en su modelo de negocio. Después de todo, hay más empresas que pueden resolver problemas fáciles que empresas que pueden resolver los problemas más difíciles.

También creo, como escribí ayer, que todos estamos dispuestos a pagar más por algo que realmente queremos y valoramos. Resolver un problema complejo cumple con esta afirmación. Las empresas que busquemos y resolvamos de eficientemente los problemas más complicados del mercado seremos las más rentables y exitosas.

El problema difícil es la estrella guía que apunta hacia dónde debe dirigir una empresa sus esfuerzos. Nunca debe ser algo que se busque evitar o peor aún, algo que ignorar. Un problema difícil es una oportunidad escondida que está esperando que una empresa audaz la tome por los cuernos y la utilice para diferenciarse en el mercado.