Mas que un juego

132 días después de que el baseball hubiera empezado normalmente, hoy finalmente llega el día. Esta noche regresa la MLB.

Los últimos meses han sido difíciles para todo mundo. Y esto es pintar la cosa de color rosa. La gran mayoría de personas hemos estado batallando con dificultades económicas, cambios fuertes de rutina, problemas de salud, cambios laborales, aislamiento y tantas cosas más.

Pero a partir de hoy, por un breve momento cada día, podremos dejar toda esta carga tan pesada por un lado y volver a soñar con que nuestro equipo llegue a jugar en el “clásico de otoño”.

Hoy los adultos veremos jugar de nuevo a nuestros jugadores favoritos. Hoy nuestros hijos volverán a tener la oportunidad de ver a sus super héroes en acción.

Y hoy no solo tendremos la alegría de ver baseball. Hoy podemos soñar con pronto volver a jugar nosotros mismos. Soñar con una vez más ver a nuestros hijos jugar también. El baseball es mas que un juego.

También hoy es momento de agradecer. El baseball nos ha dado tanto en nuestras vidas. Nos ha dado alegrías, tristezas, emociones, salud, fortaleza física, disciplina y constancia. Particularmente en nuestra familia, durante estos últimos 4 meses, el baseball nos ha regalado un refugio y una chispa de alegría en los ojos de nuestro hijo. Gracias baseball!

Sí, el baseball es mas que un juego. Es una tradición. Es una manera de vivir la vida. Es nuestra forma de compartir. Es familia, amigos y nuestra gran ilusión. Es el deporte amado que siempre llevamos en el corazón.

Con los ojos de alguien mas

Dar consejos a otras personas es fácil. Los problemas que nos angustiarían si fueran propios se pueden ver con claridad cuándo le ocurren a alguien mas. Es fácil resolver cuando no se está emocionalmente involucrado.

¿Cuántas veces me he encontrado pensando en por qué no puedo seguir los consejos que tantas veces le he dado a amigos, familiares o clientes? Obvio. Porque cuando los problemas son míos estoy involucrado. No me puedo distanciar y el problema pasa a ser parte de mi identidad. YO soy el que tiene el problema. Peor aún, YO soy el problema.

Pero la receta ya está dada. Ya acordamos que dar consejos es fácil. ¿Qué tal si de alguna manera pudiera ver mis propios problemas a través de los ojos de alguien mas? Sería genial, ¿no? Pues resulta ser que sí es posible. Tan solo se requiere un poco de imaginación y esfuerzo mental.

Los ejercicios de visualización pueden ayudar a ver una situación desde una perspectiva totalmente diferente. En este caso, piensa en una persona que pudiera estar experimentando el problema que tienes. Idealmente debe ser una persona que consideres que tiene la capacidad de resolver el problema. Luego hazte la pregunta, ¿cómo resolvería esta persona el problema? Metete en la historia y deja ir toda tu aprensión. Déjate llevar tal y como si estuvieras en un cine inmerso 100% viendo una película. Juega el papel y resuelve el problema desde el punto de vista del personaje seleccionado.

Experimenta tu problema a través de los ojos de alguien mas. La respuesta llegará.

Amigos de responsabilidad

La persona más fácil de engañar eres tu mismo. Como juez y parte, siempre saldrás ganando. Es cierto, a muchos les compramos excusas, pero con nosotros mismos arrasamos con todo lo que esté en oferta. No es sorpresa que sea tan difícil responsabilizarse a sí mismo.

Del otro lado de la moneda existe el concepto da la presión social. Usualmente la presión social se presenta en un tono negativo —el joven empezó a fumar por la presión de sus amigos. La presión social al final del día es una herramienta cultural que ha ayudado a sobrevivir a la humanidad por cientos de miles de años. Al igual que cualquier otra herramienta, se puede utilizar para bien o para mal.

¿Cómo se podría ver la presión social utilizada para bien? Imagina un grupo de Whatsapp que has creado con 4 ó 5 de las personas que más admiras dentro de tu circulo de conocidos. Este grupo de Whatsapp solo tiene un objetivo: Hacer compromisos serios hacia los demás miembros del grupo y reportar si los compromisos se cumplieron o no. Eso es todo.

Esta idea no es nada nuevo y no es algo que yo me esté inventando. Lo que si les puedo decir es que es una herramienta que utilizo todos los días de mi vida y he logrado un sinfín de cosas que no hubiera logrado de no tener este grupo de apoyo. Mis compañeros también han logrado bastante. No somos diferente a los demás y somos muy vulnerables a comprarnos excusas y no ser responsables ante nosotros mismos. Para lograr más, nos necesitamos.

El nombre que se le da tradicionalmente a este tipo de iniciativas —sean en Whatsapp o cualquier otro medio— es el de “Amigos de responsabilidad”. Para que una iniciativa de amigos de responsabilidad funcione se necesita:

  • Admiración y respeto entre todos los miembros del grupo.
  • Un compromiso serio de cumplimiento por cada persona que se une al grupo.
  • Baja tolerancia a cualquiera que no cumpla sus compromisos. Estándares altos.
  • Deseo colectivo de superación. Ganas de crecer y de ver a los demás crecer también.

La presión social puede ser algo maravilloso cuando se utiliza para bien. Si realmente quieres lograr todo aquello que aún no has logrado, da el paso y haz el compromiso. Crea tu grupo de amigos de responsabilidad y empieza ya. No te. arrepentirás.

Dejar de hacer

Un mejor futuro. El sueño que algún día llegará. La vida que siempre todos han querido. Todos estos anhelos están compuestos por nuevos proyectos, tareas que hacer y retos que cumplir. El problema es que nunca hay tiempo para hacer estos proyectos.

Digamos que estás en el trabajo. Entonces no estás en casa con tu familia. Digamos que estás en una llamada con tu jefe. Entonces tu atención no está con tu hijo que está a tu lado. Digamos que estás en una cita con tu esposa. Entonces —idealmente— en ese momento no estás pensando en el trabajo.

¿Qué tienen en común todos estos escenarios que acabo de listar? Correcto. En cada caso no puedes hacer las dos cosas al mismo tiempo. Para hacer uno, necesariamente debes de dejar de hacer el otro.

Preguntarte que vas a dejar de hacer a veces es más importante que definir el siguiente gran proyecto de tu vida. Después de todo, si estás tan ocupado como dices estarlo, debes dejar de hacer algo que ya estás haciendo para poder hacer algo mas.

Si tuviera un dólar por cada vez que he visto sugerencias de cómo hacer un mejor “To do List” sería millonario. Rara vez me he encontrado con cómo crear un buen “Not to do List”. Una lista de las cosas que no deberías estar haciendo. Recuerda, lo más importante de todo, es tener una lista de las cosas que quieres dejar de hacer. Sin esto nunca empezaras tu siguiente gran proyecto.

Todo en este mundo requiere de un intercambio. Intercambiamos nuestro tiempo por dinero. Intercambiamos nuestros sueños por nuestros miedos. Intercambiamos nuestras prioridades por las de alguien mas. Intercambiamos nuestra comodidad por nuestro crecimiento. Intercambiamos riesgos pr recompensas.

Para tener un mejor futuro tenemos que dejar de hacer algo ya. ¿Qué va a ser?

Menos fricción es mejor

Hay fricción para encontrar tu producto. Hay fricción para comprar tu producto. Hay fricción para usar tu producto. Hay fricción para compartir tu producto. Hay fricción en cada punto de contacto que tu producto tiene con tus clientes. Menos fricción es mejor. Siempre.

Si tu producto tiene claramente definido para quien está diseñado, será más fácil encontrar compradores. El costo de adquisición será menor.

Si tu producto es fácil de usar, tus usuarios tendrán que usar menos esfuerzo para poder aprovecharlo. El valor agregado será mayor.

Si tu producto es fácil de compartir con otros usuarios, será más fácil llegar a una masa crítica de usuarios. El alcance del producto será mucho mayor.

Si obtener soporte para tu producto es una buena experiencia, tus usuarios se sentirán más cercanos a tu empresa. El posicionamiento de marca será mejor.

Reducir fricción no es fácil. Requiere de mucha planeación, atención al detalle, comunicación con los clientes y constante iteración. Es muy fácil caer en la trampa de “ya funciona” o “ya tenemos bastantes clientes”. Tener fricción funciona hasta que llega un competidor y lo empieza a hacer mejor que tú. Los usuarios siempre queremos menos fricción. Si tu producto no llena las expectativas, el de alguien más si lo hará.

El problema internos es que reducir fricción es menos atractivo que lograr una gran innovación. Reducir fricción es un trabajo de hormiga —constante y muchas veces tedioso. Requiere de infinitos ciclos de cambio, medición y ajuste. Está basado en escuchar a los usuarios. No hay una sola acción que reduzca la fricción para cualquier punto de contacto del producto. Eliminar fricción es el resultado de cientos de pequeños ajustes hechos en un área especifica del producto.

Si un producto ya tiene tracción en el mercado es muy probable que su crecimiento a partir de ese punto dependa de reducir fricción. Sí, es posible que también sea necesario expandir las funcionalidades o la propuesta de valor, pero la consolidación del producto en el mercado en este momento requerirá de tener menos fricción que la competencia.

Reducir fricción es el trabajo de todo el equipo de trabajo en una empresa. No es responsabilidad de una sola persona o un solo equipo. Todos deben participar. Es importante que esta idea de reducir fricción empuje la mayor cantidad de decisiones que sean posibles dentro de una empresa. Es casi como que sí “reducir fricción” debiera ser un valor principal de las empresas que quieren ganar.

Respuestas en el silencio

Los impulsos por querer hablar son fuertes en el ser humano. Esto es cierto tanto en el mundo externo como en el mundo interno. Es decir, buscamos hablar con otros afuera y constantemente hablamos con nosotros mismos adentro.

Este impulso dificulta mucho pasar tiempo a solas. Estar en silencio y reflexionar. “Todas las desgracias del ser humano se derivan del hecho de no ser capaz de estar tranquilamente sentado y solo en una habitación”, escribió Blaise Pascal. Una manera muy elocuente de describir el predicamento.

El control sobre el impulso de siempre querer hablar abre las puertas a una manera fenomenal de cómo vivir la vida. Escuchando.

Escuchar de manera activa, tanto afuera como adentro, permite descubrir todas las maravillas que pasan desapercibidas cuando estamos tratando de hablar todo el tiempo. Y aún hay más. Con bastante práctica se puede llegar a escuchar el silencio. Y es en este silencio que se pueden encontrar las respuestas más importantes en nuestras vidas.

¿Por qué contratar un barreno?

Entender que problema realmente está resolviendo un producto o servicio es vital. Sin entender esto una empresa no tiene nada más que falsas ilusiones. Si las cosas van bien bien es por pura casualidad y el éxito no podrá ser replicado. Si las cosas van mal no se podrán identificar los cambios de rumbo necesarios.

Para entender esta idea un poco mejor pensemos en un barreno. Cuando alguien utiliza un barreno, ¿para qué está contratando al barreno? 8 de 10 personas responden que para hacer un agujero. ¿Tú qué piensas? Date unos minutos para pensar tu respuesta antes de seguir leyendo.

Después de un poco de consideración es obvio que muy pocas personas lo quieren del barreno es un agujero. ¿Qué vas a hacer con un montón de agujeros? En realidad algunas personas lo que quieren es colgar un cuadro de su familia en la sala, otras personas quieren poner una puerta, etc. Los agujeros simplemente son cómo el barreno va a ayudar a su usuario a lograr lo que realmente quiere. El verdadero trabajo a realizar usualmente involucra un componente emocional.

El trabajo por hacer de una tienda de conveniencia no es ofrecer víveres 24 horas de manera accesible y rápida. El trabajo en realidad es ahorrarle tiempo al cliente para que, por ejemplo, pueda llegar antes a su casa y pasar más tiempo con su familia.

Los productos exitosos nacen como ideas que resuelven un problema existente. Muy pocas de estas ideas escalan o son sostenibles en el tiempo precisamente por qué los emprendedores no descubren de fondo el trabajo que realmente están haciendo sus productos. Muchas veces creemos que estamos vendiendo agujeros en la pared cuando realmente estamos ayudando a nuestros usuarios a remodelar sus hogares. Poder hacer esta distinción es crucial.

¿Cuál es el trabajo está realizando tu producto?

Contratación de gerentes en empresas en crecimiento

Hay una muy fuerte tendencia en el mundo del emprendimiento que dice que cuando se van a contratar gerentes para una “startup” se deben seleccionar candidatos que puedan hacer el trabajo que la empresa requerirá en 2 a 3 años.

La idea va a algo así. La empresa está creciendo muy rápido. Si se contrata a alguien que no tenga las capacidades necesarias para tener éxito dentro de la empresa en 12 a 24 meses para que contratarlo. Hay que anticipar. De lo contrario habrá que volver a contratar en poco tiempo.

“Totalmente equivocado”, nos dice Ben Horowitz en su obra maestra The Hard Thing About Hard Things. Horowitz resalta varias fallas importantes en la lógica de este argumento.

Primero que nada, traer hoy a un gerente experimentado que pueda hacer el trabajo que se requiera cuando la empresa tenga 100 personas es una locura. Asumamos que hoy la empresa tiene 12 personas y el perfil de esta persona puede ser que sea el adecuado para dentro de un año. ¿Cuál es el problema? Que el perfil NO es el adecuado hoy.

Por definición una persona experimentada en gerenciar dentro de empresas más grandes se especializa en dar resultados trabajando por medio de un equipo. Lo que se requiere en una empresa de 12 personas son contribuidores multidisciplinarias que hagan lo que haga falta para sobrevivir ahora. Que se arremanguen las mangas. Por buscar un match de perfil a futuro, se comprometen las necesidades del equipo ahora.

Otro tema importante a tomar en cuenta es el impacto en presupuesto y costos laborales. Un gerente capaz de manejar empresas grandes requerirá de presupuesto para construir su equipo. Es la manera en que sabe operar par dar resultados. La contratación probablemente hará que los números empiecen a crecer bastante rápido.

¿Que recomienda Horowitz? Buscar personas que puedan hacer el trabajo hoy y muestren la capacidad de poder mantener el ritmo para crecer con la empresa. Que puedan aprender muy rápido. Reconoce que hay una buena probabilidad de que estas personas hagan un buen trabajo inicialmente pero que no mantengan el ritmo. Si este es el caso hay que reemplazarlas de inmediato con alguien nuevo que pueda operar en el nuevo nivel en el que se encuentra la empresa. Corre y va de nuevo.

Reglas

Todos tenemos cientos de reglas invisibles que rigen nuestras vidas. Tenemos reglas para todo lo que hacemos y cómo nos sentimos. ¿Lo más interesante de todo esto? Ni siquiera estamos conscientes de que estas reglas existen.

¿Alguna vez te has dado cuenta que siempre te pones un zapato antes que el otro? Este ejemplo cotidiano es muy poderoso. No hay razón práctica alguna para ponerlos en este orden. Simplemente es una regla personal que tienes. ¿No crees que es una regla? Prueba hacerlo al revés.

Yo solo trabajo en la industria de tecnología. Yo solo voy a trabajar en un puesto gerencial. Yo solo puedo ser feliz si tengo pareja. Yo solo puedo ser feliz si mi pareja hace todo lo que le pido. Yo soy una persona enojada en el trabajo. Yo pongo a mi familia antes que todo. Yo haría cualquier cosa por dinero. Yo no comprometo mi ética por dinero. Debo sacar buenas notas. Solo puedo ser féliz si consigo justo el trabajo que quiero. Solo me puedo sentir seguro si tengo X cantidad de dinero en el banco, Etc.

Las reglas no son malas. Tampoco son buenas. Simplemente son creencias muy arraigadas que tenemos de cómo creemos que debería funcionar el mundo. Nos obligan a comportarnos de una manera determinada. Definen nuestra identidad.

Es importante aprender a reconocer qué reglas tenemos y en qué situaciones las aplicamos. Si puedes hacer esto luego puedes determinar que reglas te ayudan y cuales no. Por ejemplo, “siempre cumplo lo que ofrezco” puede ser una regla que valga la pena mantener. Pero puede valer la pena pensar desechar una regla como “cuando las cosas se ponen difíciles me doy por vencido”.

La mejor manera de reconocer las reglas que tienes es pensar en cómo te defines a ti mismo. En visualizar la identidad que te has construido. La segunda mejor manera de hacerlo es identificar cuándo usas palabras como debería o debo en tus expresiones.

Estas cordialmente invitado a acompañarme y evaluar tus reglas y quedarte solo con las que más te funcionen.

Escribe una regla que quieras compartir con el mundo en la caja de comentarios abajo. Estoy curioso de ver cuántas juntamos.

Para siempre quedar bien

Te dicen que si completas el trabajo te pagaran $50. Si al terminar el trabajo te pagan $45 te sentirás defraudado. Si al terminar el trabajo te pagan $55 te sentirás contento.

Por la manera en que los seres humanos manejamos nuestras expectativas, el grado de “dolor” que experimentarías por recibir $5 menos será bastante más grande que la gratificación que sentirías al recibir $5 de más. El dolor de perder siempre es más grande que el beneficio de ganar.

Una vez anclamos una expectativa en nuestras mentes cualquier cambio que notemos versus la expectativa generará una fuerte reacción emocional. Tan solo piensa que pasa si alguien te dice que pasará a las 7:00 pm por ti y llega hasta las 8:00pm. ¿Qué pasa cuando piensas que ibas a sacar un 65 en el examen y al ver el papel ves un 80? Expectativas versus realidad.

Casi todo lo que tiene que ver con nuestras reacciones emocionales tiene que ver con las expectativas que nos hemos construido.

Ya sea que estés interactuando como persona individual (freelancer) o en nombre de una empresa, la mejor manera de deleitar a un cliente es anclar expectativas bajas y superarlas con un buen resultado.

Debes colocar la barra justo en un nivel en el cual el cliente se siente cómodo con lo que estás ofreciendo y a la vez sepas que puedes exceder las expectativas que estás ofreciendo. Cualquier otra cosa no funcionará.