Manolo Alvarez: Blog

La capacidad de violencia

Anoche, después de la respectiva maratón de baseball, vimos Finch en Apple TV . Qué buena película. Bueno, eso es algo que era de esperarse con Tom Hanks haciendo el papel principal al lado de un perro y un robot.

Me interesa bastante que entiendan el contexto general de la película para que entiendan a lo que me refiero con “capacidad de violencia”. Acá les dejo el trailer para que lo puedan ver antes de continuar leyendo.

Ahora, a lo que venimos. No sé en que campo caigan ustedes pero yo creo que dadas las condiciones correctas, todos los seres humanos somos capaces de ser violentos. Ya sea por defensa personal, presión, miedo, o algo similar, el recurso de la violencia es algo que todos estamos dispuestos a utilizar en algún momento.

Si me imagino viviendo en un mundo post-apocalíptico como en el que se desarrolla Finch, uno en el cual tuviera que luchar por comida para mi familia, si tuviera que usar violencia para conseguirla, probablemente lo haría.

Claro, todo esto son solo ejercicios mentales. Realmente no puedo saber cómo me comportaría en una situación en la que nunca he estado. Tan solo puedo especular.

Quisiera poder sentarme aquí a decir que bajo ninguna situación recurriría a la violencia pero para ser completamente honesto, creo que todos, en un momento de desesperación, podríamos jalar la palanca de la violencia. Incluso yo.

A quienes admiramos (gracias por inspirarnos)

La ley de oferta y demanda está presente en todos lados. Incluso, este fenómeno determina qué tanto se valoran los comportamientos de las personas. Aquellos comportamientos escasos son los que más se estiman.

Nadie admira a una persona que no hace algo excepcional. Aquella persona que limita sus comportamientos a aquellos que son esperados, pasa desapercibida. Lo que es abundante, no vale. Ahhh, pero lo que está en escasez…

Lo que está en escasez vale, y vale mucho. Las personas que se comportan como muy pocos lo hacen son las personas que admiramos.

Admiramos a los es que entrenan más que los demás (y por eso llegan a ser campeones). Admiramos a las personas que ponen a los demás antes que a ellos mismos. Admiramos a las personas que velan por él bien común. Admiramos a los que saben controlar sus emociones. Admiramos a los que ponen su calidad de vida por encima de las expectativas que los demás tienen de ellos. Admiramos a los que enfrentan las dificultades de la vida con entusiasmo valentía.

Todas las personas son especiales. Realmente lo son. Sin embargo, algunas personas hacen cosas que no todos los demás están dispuestas a hacer. Son estas personas las que nos inspiran y motivan a hacer un poco más de lo que normalmente hacemos.

Son estas personas a las que admiramos.

Las primeras son las que más cuestan (lo único que nos puede quitar la libertad)

El día más difícil de gimnasio es el primero. El momento más incómodo de la dieta es ese primer pedazo de pastel que se queda adentro de la caja. El día más largo de trabajo es el primer día que se trabaja sin estar “baboseando” cada 15 minutos.

Cambiar un hábito ya instalado es difícil. Es difícil porque cambiar es difícil, no porque empezar a hacer las cosas de mejor manera haga que la vida sea más difícil.

El problema es que estas primeras veces son tan incómodas que la gran mayoría de personas se dan por vencidas al topar con ellas. Pero una vez más, la incomodidad no viene de lo que se está empezando a hacer o de lo que se está dejando de hacer. Viene del cambio en sí.

Ah, que importante es poder estar cómodo con los cambios. Realmente es la llave al cielo acá en la tierra. Poder manejar los infinitos cambios que la vida tiene guardados para cada quien es un verdadero super poder.

Cambiarse a un nuevo camino cuando por el que se va está bloqueado es libertad. Elegir comer saludable cuando hay “veneno” disponible en la mesa es libertad. Elegir ejercitar el cuerpo cuando todos en la casa lo están entumeciendo es libertad.

Lo único que puede privar a una persona de su libertad es la incapacidad de querer cambiar cuando las situaciones ameritan un cambio de verdad.

Cómo manejar los cambios de ritmo que viven los CEOs

Los cambios de ritmo son necesarios. Nadie puede aguantar un sprint que dure toda una maratón. La capacidad de adecuar el ritmo a las circunstancias es una habilidad importante de aprender.

Hay momentos que requieren de mucha intensidad. Mientras duren hay que entregarlo todo, hay que dar el 110%. Y también hay que estar preparados para quitar el pie del acelerador en el instante que se puede iniciar la recuperación.

Es esta capacidad de poder accesar bajo demanda al estado anímico necesario a lo que me refiero. No es fácil poder ir de 0 a 100 en 6 segundos. Tampoco es fácil frenar de 100 a 0 en tan solo 5 metros. Pero esto es lo que se necesita del CEO que lidera una empresa de alto rendimiento.

Todo empieza con poder identificar qué estado requiere la actual situación que se está presentando. ¿Requiere de intensidad o de calma? ¿Cuánto tiempo durará esta situación que se está evaluando? ¿Cómo se sabrá que la situación ha llegado a su fin a y así poder accesar un nuevo cambio de estado?

Luego, una vez que se identifica y accesa el estado necesario, se debe hacer un compromiso de sostenerlo hasta que la situación termine. Ya se sabe qué es lo que debe ocurrir para que termine. Hasta que eso no suceda, se debe mantener el estado deseado.

Hay un asterisco a esta última recomendación. Supongamos que el estado que se necesita mantener es de pura intensidad y que sabemos que la situación durará varias semanas. Es imposible sostener este estado 24/7 durante varias semanas. Es importante poder apagar dicho estado al final de cada día para poderse recuperar y seguir al día siguiente. Esta es otra habilidad que hay que poder desarrollar —la desconexión.

Finalmente se debe poder reconocer, inmediatamente, el instante en que se requiere un nuevo cambio de estado y tener la presencia suficiente para poder realizar el cambio.

Manejar los cambios de ritmo es tan importante como poderse comportar de acuerdo a lo que cada situación necesita. No es suficiente poder mantener la calma o accesar un estado de intensidad. También se necesita poder accesar estos estados en los momentos precisos.

Jugar es la manera más barata de aprender

Cuando se piensa en niños, ¿Qué es una de las primeras cosas que viene a la mente? Para muchas personas la respuesta es “jugar”. Y no se equivocan.

Jugando es como los niños empiezan a entender el mundo que los rodea. Es como aprenden. Jugar, más que una fuente de diversión, es un mecanismo de supervivencia. Jugar es la herramienta con que todos empezamos a desarrollar nuestras habilidades cognitivas.

El juego es un tipo de abstracción que permite entender las leyes de causa y efecto sin tener que pagar las consecuencias que fuera del juego pudieran llegar a ser desastrosas.

Cuando jugamos a las “peleitas” aprendemos a dominar nuestros cuerpo y desarrollamos nuestras habilidades motrices peleando con alguien más sin el riesgo de golpearnos seriamente o ser fuertemente agredidos.

Más adelante aprendemos a jugar Monopoly y entendemos cómo funcionan el dinero y las inversiones sin perder o ganar dinero real. También, aquellos niños que empiezan a jugar algún deporte aprenden que la constancia y dedicación, poco a poco, va dando sus resultados. También, algunos hasta aprenden a ganar y perder.

El mundo es un lugar complejo y los errores que se cometen muchas veces son extremadamente caros. Que a todos los niños les guste jugar no es una casualidad. Tan solo quieren entender cómo es que todo esto funciona cuando aún no hay mucho que sus pequeñitos cerebros puedan procesar.

Afortunadamente, jugar les permite aprender sin tener que pagar por los errores que inevitablemente todos tenemos que cometer para poder aprender.

Jugar es la manera más barata de aprender.

Cuando los días se sienten diferentes (son lo que queremos que sean)

No sé si a ustedes les pasa lo mismo pero para mi cada día de la semana tiene su propia personalidad. Los domingos se sienten distintos que los viernes. Los miércoles no son lo mismo que los martes, y así con cada día de la semana.

Creo que el tinte de cada día, esa personalidad que percibo en cada uno de ellos, nace con la rutina y las actividades que normalmente se dan durante cada intervalo particular de 24 horas. Los lunes son días de reuniones con mi equipo y durante una temporada del año, de Monday Night Football. Los sábados y domingos probablemente habrá Baseball con Chris. Los jueves por la noche entrenamos bateo con los niños. Y así sucede con cada día.

Esas actividades y cómo las experimentamos son las que le dan un color único a cada día. No son los días en sí los que que tienen personalidad. Por ejemplo, hoy es domingo por la noche y usualmente a esta hora ya me estoy preparando para ir a dormir. Pero hoy, cómo mañana empieza mi descanso de Semana Santa, se siente más como un viernes. Me acabo de tomar un café y me estoy preparando para ver una película con la familia.

Los días se sienten diferentes por lo que hacemos con ellos. Los días se sienten diferentes por cómo nos escogemos sentir.

Los días realmente no son ni buenos ni malos. Los días siempre son como nosotros queremos que sean.

Te pago por renunciar, una estrategia que funciona

Hay historias muy famosas de Amazon y Zappos que cuentan que estas empresas le ofrecen hasta U.S.$ 5,000 a sus empleados de bodega por renunciar. Este dinero se le ofrece a las personas justo después de que acaban su programa de capacitación, el punto más costoso en el que un empleado puede renunciar. ¿Por qué hacen esto estas empresas?

Hay dos razones. La oficial que cuenta Tony Hsieh, fundador de Zappos y la que Jeff Bezos ha contado extraoficialmente. Las razones no son excluyentes, de hecho se complementan para así darle un mayor beneficio a ambas empresas. No debemos olvidar que amazon compró a Zappos en el 2,009.

La razón que Hsieh comenta es que quiere que en Zappos solo trabajen personas que realmente quieren estar en la empresa. No quiere personas 100% comprometidas con la empresa ahí. Si una persona tiene la oportunidad de recibir hasta U.S.$ 5,000 y no los acepta por querer quedarse en un trabajo en donde su salario mensual será menor que eso, probablemente sus ganas de contribuir a la empresa sean grandes. Hace sentido.

Ahora, lo que Bezos ha dicho, como mucho de lo que viene de él, es brillante. Su razón está fundamentada en un par de aspectos psicológicamente muy profundos: compromiso y coherencia de comportamiento.

Cuando los seres humanos hacemos un compromiso, aunque sea de manera exmplícita, nuestras acciones posteriores serán mucho más fuertes hacia todo lo que tenga que ver con sostener aquello a lo que nos hemos comprometido. Es decir, una vez hacemos un compromiso, haremos mucho para sostenerlo.

Por el otro lado, el compromiso implica consistencia. A todos nos cuesta mucho hacer algo que no esté alineado con lo que hemos dicho qué vamos a hacer. Constantemente buscamos que nuestras acciones sean coherentes con aquello con lo que nos comprometemos.

Entonces, ¿por qué es tan buena idea pagarle a los empleados para que renuncien en el momento más caro para la empresa? Porque genera un gran compromiso y necesidad de consistencia en los empleados que deciden quedarse.

Imaginen que están ahí sentados, acaban de terminar su inducción para trabajar en Amazon. Viene un supervisor y les ofrece U.S$ 5,000 por renunciar. ¿Qué pasa psicológicamente cuando niegan recibir el dinero?

Primero, hacen un gran compromiso con el trabajo en el que están por empezar. Dejar ir la opción de tomar el dinero necesariamente significa un muy serio compromiso con el trabajo. Elegir una opción sobre otra en este momento crea compromiso. La tensión de perder el dinero genera un apego psicológico muy grande al trabajo que “causó” la perdida del dinero.

Segundo, la consistencia. Si yo me digo, “este trabajo vale más que tomar los (5,000 ahora”, tengo que ser consistente con esa decisión moviéndome hacia adelante. No puedo tratar el trabajo como algo que no es extremadamente importante para mí. El hecho de que haya perdido los U.S.) 5,000 por poderme quedar incremente la percepción de importancia que tengo del trabajo.

El efecto psicológico de todo esto es que la lealtad, productividad y compromiso de los empleados que “pierden” el dinero suben exponencialmente. Los resultados de las personas que se quedan son espectaculares.

Brillante.

Diseñar una buena rutina te hará más productivo (una guía de por dónde empezar)

Interrupciones, distracciones y nadar contra la corriente. Esto es lo que sucede cuando no se tiene una buena rutina de trabajo. Enfrentar el día sin intencionalidad ni propósito es abrirle la puerta a la mediocridad. La manera de escapar este abismo es diseñar una buena rutina.

Hace uno días escribí sobre cómo minimizar las distracciones en un ambiente de trabajo productivo. Si aúno lo has leído, este es un buen momento para hacerlo.Este tema de las distracciones es una parte importante de tener una rutina que nos lleve a la máxima productividad. Pero, ¿qué mas se puede hacer?

  • Preparar café (o alguna otra bebida de su elección pero no se porque alguien quisiera sustituir el café ☕️)
  • Arrancar cada día teniendo 3 metas claramente definidas que se deben cumplir durante ese día 3️⃣
  • Alocar bloques de tiempo para las distintas tareas del día 🗓
  • Definir una hora clara en la que se terminará de trabajar ese día. “Deadlines drive behavior.” —Michael Auzenne. ⏰
  • Eliminar posibles distracciones en el ambiente de trabajo ⚠️
  • Asegurarse de tener todo lo necesario para completar las tareas en las que se va a trabajar 💻
  • Recordar porque se está haciendo lo que se está haciendo, conectar con ese sentido de propósito que tanta energía genera 🔋
  • Poner un buen disco o playlist. Ponerse unos buenos audífonos (los Audiotechnica ATH M40x son mis favoritos por mucho) 🎧
  • Empezar trabajando en la tarea más difícil. De esta manera al completarla ya se sabe que el resto del día será más fácil (comerse el sapo primero) 🐸
  • Celebrar brevemente cada tarea completada 🎉
  • Tomar 10 minutos para estirar, despejarse, etc por cada hora de trabajo 🙆‍♂️
  • Tomarse una hora para almorzar y despejarse (a mi me gusta meditar 20 minutos después de comer) 🍱
  • Consumir snacks que suban la energia durante la tarde
  • Mantener buena hidratación (más café?) 🍫
  • Parar de trabajar a la hora definida al inicio del día 🛑

Bien, ahí lo tienen. Una guía, general sí, pero muy efectiva para establecer los cimientos de una buena rutina que les ayude a subir su productividad.

Todo es fácil, después de un tiempo

Cuando una persona va a iniciar a hacer una tarea que nunca antes ha hecho la percibe como titánica. Cuando la empieza a hacer ya la experimenta como algo manejable. Después de un tiempo de estarla haciendo, se ríe de lo fácil que le parece hacerla. Es un tema de perspectiva.

Esta pequeña secuencia es muy poderosa y recordarla nos ayuda a subir el ánimo. Cada vez que estamos por empezar a hacer algo nuevo, vale la pena traerla a la mente.

A continuación les dejo el fantástico thread de Twitter de Britta Wetteskind que lista 10 imágenes que ella creo para ayudarnos a elevar la moral. Que lo disfruten.

Pd. ¿Cual es su favorita?

Nada es imposible, solo hay algunas cosas que son menos probables que otras

Desde que tengo uso de razón he vivido mi vida bajo este lema. Realmente creo que nada es imposible, solo hay cosas que son menos probables que otras. Ver el mundo a través de este lente me ha permitido construir una vida que era muy poco probable para mí.

Creo que el secreto para vivir en un mundo en donde todo es posible está en interpretar los golpes que indudablemente llegarán como aprendizajes. Las barreras con que nos encontramos y nos derriban sin piedad solo son pruebas que nos invitan a aprender y salir mejores personas al otro lado de la tormenta.

Si entendemos esta realidad los fracasos eventualmente dejan de doler. Poco a poco se empiezan a transformar en aliados, en maestros que nos van enseñando el camino a seguir. Con un poco de tiempo y práctica, incluso los podemos llegar a desear. Después de todo, son lo único que nos lleva a crecer.

Las personas ven algo cómo imposible cuando se rinden. Cuando lo dejan de intentar. Cuando no pueden tolerar el fracaso. Cuando ondean la bandera blanca. Ese no es el tipo de persona que soy. Para mí, nada es imposible porque no importa cuántas veces lo tenga que intentar, siempre tendré un “otra vez más” bajo la manga.

Sí, hay cosas que son muy poco probables. Estás son las que más trabajo requieren. Pero aún así, ninguna de ellas es imposible. Solo requieren de un poco más de fuerza de voluntad.

Avanti.