Prácticamente no hay nada que una computadora no pueda hacer. Como herramientas de creación, organización y procesamiento de información, las computadoras no tienen rival. Sin embargo, a veces estas maravillas de la tecnología moderna son víctimas de su propio éxito.
Las computadoras son herramientas totalmente genéricas. Es decir, se pueden utilizar para casi cualquier cosa. Esta flexibilidad es parte fundamental de su éxito. Y al mismo tiempo, también es su talón de Aquiles.
La habilidad de poder hacer cualquier cosa en la computadora crea distracciones. “Cualquier cosa” incluye Twitter, Facebook, Whatsapp y cuántas distracciones más se les puedan ocurrir. Se requiere de mucha disciplina para sentarse enfrente de una caja de Pandora así de poderosa y usarla de una manera apropiada.
Ah, pero el papel. El papel es más limpio, sobrio. El papel invita al enfoque y la concentración. En el papel no hay nada más que lo que nosotros queremos que esté ahí. El papel es pasivo y nos obedece. El papel no nos puede gritar (notificaciones), el papel tan solo sabe escuchar.
En los momentos cruciales de un proyecto creativo a veces el mar silencioso de una hoja en blanco es justo lo que necesitamos. De vez en cuando es bueno apagar la computadora y refugiarnos en el santuario silencioso de una buena hoja de papel.
Crédito de imagen y de la idea a Hannah Wilson. Para leer más al respecto, ver su thread: