De todas las distintas eras por las que ha pasado la civilización humana para mí esta es la más emocionante de todas. Realmente no hubiera querido nacer en ningún otro tiempo que no fuera este. Como bien lo dijo Jesus Jones: “right here, right now, there is no other place I’d rather be.”
La explosión de innovación tecnológica y la velocidad a la que las ideas se están propagando me parece algo maravilloso. El Web 2.0 ya le está cediendo el protagonismo al Web3, las empresas se están convirtiendo en DAOs, los bancos centrales ya tiene fuerte competencia de las cripto-monedas y la propiedad física se está empezando a cimentar en la forma de NFTs. Es una locura, hay tanto que aprender. Me fascina.
Estar vivos en este preciso instante es un privilegio. Sin duda alguna estamos viendo la transformación más dramática de nuestra civilización, en primera fila. Y no solo la estamos viendo, si así lo deseamos, también podemos participar directamente en ella. Le podemos dar forma. Nunca antes en nuestra historia habíamos tenido la oportunidad de impactar la dirección de hacia dónde va el mundo desde nuestros escritorios.
Realmente estamos viviendo algo maravilloso. Solo hace falta despertarse y ver un feed de Twitter bien curado para darnos cuenta de lo mucho que está pasando. No hay día que no hayan grandes avances tecnológicos que le están dando un nuevo aire a los aspectos más importantes de nuestra sociedad: finanzas, comunicación y propiedad privada.
Realmente no sé en dónde va a parar todo esto, en realidad no importa. Como una buena montaña rusa, lo mejor es disfrutar el camino, el destino no es tan importante cuando la jornada es así de emocionante. Abróchense el cinturón que el futuro ya está aquí.
Este es un gran momento para estar vivos.