Las oportunidades son algo muy interesante. Las oportunidades se crean. Y las oportunidades también aparecen sin la intervención de alguien. Algunas oportunidades son más grandes que otras. Y al mismo tiempo algunas oportunidades requieren de mucho esfuerzo para concretarse mientras que otras prácticamente se regalan ante sus benefactores.
Las oportunidades nunca escasean. Lo que sí pasa es que usualmente pasan desapercibidas. ¿El remedio? Aprender a ver mejor. Aprender a escuchar. Aprender a identificar patrones. Ahora que lo pienso más a fondo caigo en cuenta de lo poco que se habla acerca del desarrollo de la habilidad de identificar oportunidades.
Una oportunidad que no se identifica no se puede aprovechar. Incluso cuando estamos hablando de una oportunidad que no requiere de ningún esfuerzo para concretarse. La oportunidad que no se ve se perderá. Y la única oportunidad que se aprovechará es aquella que primero se ve y luego se persigue con loca determinación.
Como bien lo dije antes, hay unas oportunidades que son más grandes que otras. Cuando una empresa identifica o crea una oportunidad grande es un imperativo moral perseguirla. Una vez que el trabajo de años ha creado la oportunidad que todos han estado esperando lo único que queda es actuar.