No hay nada como sentir que nos quedamos sin tiempo para motivarnos. Cuando el reloj está constantemente descontando preciados segundos y se acerca el final del tiempo disponible para hacer algo, entonces nos moveremos.
Hay dos tipos de motivación, la motivación hacia algo y la motivación para alejarnos de algo. La primera se construye sobre el deseo de querer completar algo que es importante para nosotros mientras que la segunda lo único que quiere es evitar que algo malo pase, no importa cómo.
La motivación hacia algo sin duda alguna se siente mucho mejor que la motivación lejos de. Es mucho más agradable querer materializar una visión del futuro que tenemos que estar todo el tiempo tratando de controlar todo para que algo malo no vaya a pasar.
Sea como sea, ambos tipos de motivación se hiper-activan una vez entramos en una carrera contra reloj. Si estamos motivados hacia construir algo que queremos, sin duda alguna querremos terminarlo lo antes posible. Sí estamos motivados porque tenemos miedo de que el tiempo se nos acabe y habrán consecuencias cuando el reloj marque cero, también nos moveremos más rápido.
Si tenemos la opción de escoger recomiendo que siempre tratemos de motivarnos a construir algo, es más saludable. Pero no debemos olvidar que el miedo, aunque no se siente tan bien, es un gran motivador y siempre está a nuestra disposición cuando lo necesitamos.
No importa que tipo de motivación decidamos utilizar en cualquier momento, el secreto para subirle el volumen a 10 está en prender el cronómetro e iniciar la cuenta regresiva.