Desaprender es más difícil que aprender. ¿Cuántos comportamientos tratamos de cambiar pero una y otra vez volvemos a nuestro patrón habitual? El poder de nuestro condicionamiento y programación es más fuerte de lo que quisiéramos creer.
Si siempre te pones el zapato derecho primero, trata ponértelo después de haberte puesto el izquierdo. Si siempre que vez ese número en la pantalla de tu celular te pones ansioso y corres a responder, ahora trata de ignorar la llamada y responder hasta después. Si siempre que hablas con esa persona te pones histérico al escucharle alardear sobre sus logros, ahora trata de genuinamente sentirte orgulloso por lo que en su vida está logrando alcanzar. Presta mucha atención y pronto verás lo fuerte que es tu programación. De hecho, al inicio la mayoría de veces ni siquiera estarás al tanto de que estás reaccionando a lo que está sucediendo a tu alrededor.
Es importante reconocer que nuestras reacciones a todos estos eventos no tienen nada que ver con qué zapato está más cerca, con quién nos está llamando o que la persona con que estamos hablando sea extremadamente arrogante. Cada una de nuestras reacciones a estás situaciones está fuertemente codificada en nuestro condicionamiento y programación. De no ser así, todas las personas se pondrían el zapato derecho primero, todos se pondrían ansiosos cuando los llama esa persona que nosotros no podemos ignorar y nadie hablaría con esa persona que no podemos soportar. Es fácil ver que esto simplemente no es así. Cada quién reacciona de manera diferente porque cada uno de nosotros tiene su propia programación.
Qué es lo que creemos que es cierto, nuestros miedos, cuales son nuestros valores y quién creemos que somos son los cuatro componentes más fuertes de nuestra programación.
Para poder cambiar nuestro comportamiento primero tenemos que llegar a aceptar que estamos programados. Luego tenemos que contemplarnos muy de cerca hasta que podamos ver y comprender nuestra programación. Finalmente, una vez que hayamos comprendido como estamos programados, podremos empezar a cambiar uno a uno los comportamientos que están enraizados en lo más profundo de nuestro ser —nuestra programación.