Hoy tuve la oportunidad de sentarme a conversar con un gran emprendedor, Kevin Gonzalez. Kevin es el fundador de Molvu, una marca orgullosamente guatemalteca que hace productos y accesorios electrónicos.
Podrán escuchar mi conversación completa con Kevin en mi podcast Conceptos a partir del martes 16 de Febrero 2021 pero por el momento les quiero adelantar lo que aprendí de Kevin quien muchos años atrás fue mi alumno en la universidad.
El mundo pertenece a las personas que toman riesgos. Los emprendedores que logran materializar sus sueños creen en qué ganaran sus apuestas y que sus saltos al abismo darán frutos. Aunque muchas veces no saben cuál debe ser su siguiente paso no paran de caminar, incluso cuando están al otro lado del mundo con un bebé de 2 meses a su cargo.
Las oportunidades deben ser identificadas antes de poderse tomar. No se puede tomar ventaja de una oportunidad que no se ve y la razón principal por la que las oportunidades no se ven es por el miedo a lo que implicaría tomarlas. Tomar una oportunidad siempre es un riego. Justo por eso es que es una oportunidad, por qué podría no resultar. Para comerse el mundo es necesario tomar las mejores oportunidades que se presentan, o sea, constantemente tomar riesgos.
El camino que lleva desde una oportunidad hasta el éxito es arduo y puede ser muy largo. Requiere de persistencia, astucia, apoyo de muchas personas y aprendizaje continuo. No es fácil y sin duda alguna habrán momentos muy difíciles en los que rendirse parecerá ser la opción más sensata. Usualmente los que ganan son aquellos que no se rinden.
Tomar riesgos es una arte que consiste de fortitud emocional y voluntad. Tener éxito es el resultado de confiar en sí mismo para poder tomar los riesgos necesarios y no rendirse hasta que se llega al destino final. Sin duda alguna, el mundo es de los arriesgados.