La semana pasada actualicé el firmware del Rodecaster Pro que utilizo para grabar mi podcast. También actualicé el software que corro en la computadora que transfiere las grabaciones del Rodecaster Pro hacia mi disco duro. Acabo de terminar mi primer grabación desde la actualización. Qué sorpresa mes acabo de llevar.
Cuando instalé el software la semana pasada estaba enfocado en que el formato para exportar el audio ahora es .mp3 y ya no el .WAV que se utilizaba anteriormente. Este fue mi motivador principal para actualizar. ¿Pero qué iba a saber yo? Aún había más.
El proceso de exportar un podcast de una hora —grabado en multitrack— llevaba alrededor de seis horas para completarse. Con el firmware y software nuevo, transferir el podcast que acabo de grabar (1:19 de duración) tan solo se tardó 15 minutos. Un proceso que antes dejaba corriendo de noche se completó en menos tiempo de lo que me tardé en ir a cenar.
Y esta es la maravilla del software, de los bits. Optimizar el software puede hacer que el mismo equipo tenga un rendimiento mucho mejor. Y no solo esto, también le puede agregar funcionalidades adicionales. Esto le permite a los fabricantes mejorar los productos de los clientes después su compra. Simplemente es maravilloso.
La tecnología realmente es mágica. Una descarga de 2 minutos en Internet me ahorro 5:45 de espera para transferir el audio y me evitó tener que estar comprimiendo los .WAV a .mp3 para enviárselos al Cuzuco para edición.
Amo la velocidad de los bits.