Fue un fin de semana para recordar. La ilusión de visitar otro país y estar con tus amigos haciendo lo que mas te gusta, jugar el beisbol. La emoción de los niños fue palpable desde días ates de salir: como irán a ser los campos? Como se llaman los equipos contra los que vamos a jugar? Serán mas grandes que nosotros? Fue una gran experiencia que seguro les transformará la vida.
A mi manera de verlo los dos juegos amistosos que la academia Playball disputó este fin de semana en El Salvador (uno en Santa Ana y el otro en San Salvador) le dejaron mucho mas que la experiencia puramente deportiva a los niños. El viaje les dejó una sensación de compañerismo y trabajo en equipo que los acompañará el resto de sus vidas. Competir sanamente contra niños de otro país les abrió los ojos a un mundo mas grande, un mundo en donde podemos venir de distintos lugares pero de alguna manera somos todos iguales.
El resultado del juego, al menos para mi es secundario. Espero que también lo sea para mi hijo. Lo realmente importante fue ver a cada uno de los niños darlo todo durante los juegos y una vez terminado cada juego recargar de alguna manera todas sus energías para ir a jugar horas seguidas en la piscina. Fue un recordatorio muy importante sobre lo mucho que podemos disfrutar si nuestro objetivo es aprovechar el tiempo al máximo.
Como papá puedo decir que la oportunidad de compartir con las otras familias que comparten el mismo objetivo de ayudar a sus hijos a crecer de una manera sana y darles las mejores herramientas para el futuro a través del deporte fue muy enriquecedora. Poder ver que todos queremos lo mismo para nuestros hijos (una buena vida) y cada uno lo buscamos de una manera diferente es muy enriquecedor. Se aprende mucho y se cuestionan muchas cosas (buenas y malas) que hacemos sin siquiera darnos cuenta en muchas ocasiones.
Finalmente, el poder estar cerca de ls entrenadores, quienes están dedicando una gran parte de sus vidas a formar a nuestros hijos fue muy gratificante. Compartir en un ambiente fuera del campo con ellos nos abrió una pequeña ventana a las vidas de estas personas que hoy por hoy están jugando un rol tan importante en la vida de nuestros hijos. Gracias Jorgito y Julio.