Hay tantos libros de autoayuda. La palabra motivación aparece hasta en la sopa. Creo que de alguna manera hemos perdido el norte y el verdadero valor de lo que estar motivado significa. Creo que lo estamos confundiendo con amanecer de buenas o la sensación efímera que tenemos cuando las cosas salen como queremos.
Creo que la motivación nace de tener una visión clara y contundente de como queremos que sean las cosas. Al igual que las ideas vienen de las personas, la motivación viene de la visión. Y justo este es el punto. Estamos, creo yo, viviendo en un mundo donde el valor mas alto es querer sentirnos bien. Es decir, estar motivados. Buscamos la motivación com un fin. Tan solo queremos estar motivados para sentirnos bien.
Esto no es así. La motivación no es un fin. Tan solo es el medio. Y es un medio que cuando es aplicado como se debe no siempre se siente bien. La motivación es una poderosa herramienta que utilizamos los seres humanos para materializar nuestros sueños (visión). Es muy difícil sentirnos motivados solo por qué si. Antes, de entrar en este estado es imprescindible que nazca la ilusión de ese mundo mejor. De como pueden ser nuestras vidas si tan solo logramos nuestro objetivo. Sin visión no existe la motivación.
Este tren de pensamientos es lo que me ha llevado a estar meditando ya por mas de un año. He encontrado que tomarme 20 minutos al día en estar presente conmigo y conectarme con lo que realmente quiero aumenta mi motivación. Y si, esto no siempre se siente bien pero al final del día, ese no es el objetivo. El objetivo es construir poco a poco, y con mucha perseverancia, la vida con que siempre he soñado.