Creo que si le preguntamos a 100 personas que si les gusta aprender, obtendremos una muy alta taza de respuesta indicando que si. A prácticamente todos nos gusta a prender. De hecho es uno de los 3 centros de estimulación de placer que tiene el cerebro: Sexo, Alimentación y Aprendizaje.
Aprender se siente bien. Nos abre nuevas posibilidades en el mundo y es indudable que mientras mas aprendemos, mas cosas podemos lograr en el mundo. Mi experiencia me dice que el aprendizaje es algo que universalmente se considera como algo bueno.
Ahora bien, ¿como aprendemos? Este es un tema sumamente complejo y extenso. Pero para fin de este escrito podemos decir que para aprender antes debemos estar equivocados. Si nuestra hipótesis es correcta es imposible aprender.
Para un mundo en el cual es imposible saberlo todo, estar equivocado está muy mal visto. Nos sentimos mal al tener posturas incorrectas, no nos gusta que nuestros postulados no concuerden con la realidad y muchas veces preferimos no hacer nada que estar equivocados. Huimos del error, nos alejamos de nuevo conocimiento. Esto limita nuestro aprendizaje y nuestra capacidad de logro.
Para aprender antes debemos estar equivocados. No hay otra manera de verlo. De estar equivocado viene el nuevo conocimiento. Estar equivocado es un “esfuerzo” que se debe realizar si queremos seguir aprendiendo.