La solución está frente a tus narices. La historia del cable de red

El problema de los problemas es que rara vez entendemos cuál es el verdadero problema. Hay algo que resolver y ahí vamos, cuales aves de presa tras la solución. No pensamos con claridad y lo único que importa es hacer algo, lo qué sea, para así poder sentir que estamos siendo productivos. Déjenme les cuento como esto me acaba de suceder.

Ayer el cable operador incrementó la velocidad de mi servicio de Internet a 150 MBPS. ¡Bien! En cuanto recibí la notificación lo primero que hice fue hacer las pruebas de velocidad respectivas. Resultado, 95 MBPS. Exactamente lo mismo que tenía antes de que se hiciera el supuesto incremento. Bueno, hay que hacer algo, ¿no?

Mi primer acción fue llamar al cable operador para confirmar que las configuraciones realmente estuvieran aplicadas. Después de muchas pruebas se comprobó que estaban correctamente aplicadas.

Al final de la larga llamada se concluyó que el Router del cable operador probablemente estaba mal y que un técnico tendría que venir en un par de días para revisarlo. Lo más seguro es que tendrían que cambiarlo para poder alcanzar la nueva velocidad.

Así que un poco desilusionado me fui a tratar de dormir. Ya un poco más tranquilo sin la “necesidad” de tener que hacer algo de inmediato seguí pensando en qué podría estar pasando.

Al cabo de unos minutos se me “prendió el foco”. Algo pasa con las redes al llegar a los 100 MBPS. Este es el tope de velocidad de muchos switches y cables. Rápidamente pensé en que mi router WiFi (Eero) soporta Gigabit Ethernet (hasta 1,000 MBPS). Eso está bien, ese no es el problema.

“Pero el Eero está conectado por cable al router del cable operador”, pensé inmediatamente después. Ajá! Ese cable ha de ser el problema, tan solo ha de soportar hasta 100 MBPS. Abrí una vez más la aplicación del Eero en donde rápidamente vi que la velocidad de conexión del cable era de 100 MBPS.

Me dirigí al closet en dónde están todas las cajas de la tecnología que está rondando por acá en la casa. Abrí la caja del Eero y confirmé mi sospecha de que ahí había un cable de red, probablemente uno que si soportará 1,000 MBPS.

Tomé el cable original que venía con el Eero y lo cambié por el que estaba puesto. Un vistazo más a la aplicación del Eero y la velocidad de conexión cableada: 1,000 MBPS. Otra prueba de velocidad, resultado: 162 MBPS.

¡Problema resuelto! Pronto llamé al cable operador a cancelar la visita del técnico. Ya no era necesaria, el router está bien. La solución estaba frente a mis narices. Tan solo tenía que cambiar un cable de red.

Soluciones y responsabilidad

Problemas que resolver siempre hay. Situaciones que se puedan solventar para que un equipo esté mejor nunca faltan. Oportunidades para tomar la batuta y decir “yo me encargo” abundan. Lo que escasea en el mundo empresarial de hoy son personas que digan “yo lo hago, yo agarro la responsabilidad”.

La persona que propone y busca soluciones cada vez que ve un problema se vuelve indispensable. Aquel que toma la responsabilidad tiene el control. La persona que juega el rol de sirena de alertas pero rara vez toma la iniciativa de resolver pierde relevancia. Aquel que busca limitar su responsabilidad pronto dejará de existir.

Las soluciones son el producto del trabajo de personas responsables. Resolver un problema primero requiere que alguien decida adueñarse de la situación. A las personas que se adueñan de los problemas se les conoce como “responsables”. Cuando un persona responsable y comprometida ve un problema, podemos estar seguros de que el problema se resolverá.

Muchas veces le huimos a la responsabilidad. Cargar con el peso de ser nosotros los que vamos a resolver puede ser incómodo. Decir “yo” da miedo. Pero ser una responsable es el camino más seguro que hay. Decir “yo” es la mejor manera de asegurar que las cosas salgan como queremos. Cuando nosotros agarramos la responsabilidad de resolver lo peor que puede pasar es que después de mucho trabajo finalmente logremos solucionar.

Todo tiene solución…

…otra cosa es que nosotros no podamos identificarla. La cantidad de opciones que hay para resolver cualquier problema son infinitas. Es la mente humana la que es limitada y muchas veces no las puede identificar. Es decir, no es que no hayan soluciones, es que simplemente nosotros no las podemos ver.

Hay que creer que algo se puede resolver antes de poderlo resolver. La incapacidad de creer que algo tiene una posible solución es la principal causa por la que tantos problemas se quedan sin resolver. Este es el primer paso para poder resolver cualquier situación, creer de todo corazón que se puede resolver.

Todo tiene solución. Tan solo se necesita de un poco de humildad para reconocer que somos nosotros los que no hemos encontrado la solución. Esto es bastante más difícil que tomar la postura de víctimas y decir “no hay nada más que yo pueda hacer aquí”. Y es esto lo que es más difícil de admitir que todo tiene solución: Si todo tiene solución y yo no puedo resolver alguna situación eso ha de querer decir que el del problema soy yo. Y sí, así es, si hay algo que no puedes resolver el del problema eres tú. Todo tiene solución.

El efecto mariposa y la resolución de problemas complejos

Cuando una nueva idea o empresa está emprendiendo, seguro se deberán de resolver problemas bastante complejos. Esto es de igual manera cierto para empresas de todo tamaño que ya han sido establecidas. Conforme la complejidad de los problemas o retos a resolver va creciendo, también crece la ansiedad y la incertidumbre de las personas o equipos tratando de resolverlos.

Conforme el involucramiento en la resolución del problema se va haciendo mayor es muy fácil perder la perspectiva y se empieza a crear un vínculo lineal muy fuerte entre la complejidad del problema siendo resuelto y la “supuesta” complejidad de la solución al problema. Se piensa que si el problema es complejo, la solución debe ser difícil o complicada.

Pienso que en la mayoría de los casos esto no es cierto y que la raíz de un 99.9% de todos los problemas es algo bastante simple de resolver, siempre y cuando se tenga un entendimiento profundo de la verdadera causa. Acá es donde quiero citar desde Wikipedia lo que es el efecto mariposa:

“El efecto mariposa es un concepto de la teoría del caos. La idea es que, dadas unas condiciones iniciales de un determinado sistema caótico, a la más mínima variación en ellas puede provocar que el sistema evolucione en ciertas formas completamente diferentes. Sucediendo así que, una pequeña perturbación inicial, mediante un proceso de amplificación, podrá generar un efecto considerablemente grande a mediano o corto plazo de tiempo.”

Es de suma importancia para que un emprendimiento tenga éxito que los líderes del mismo y todas las personas en puestos clave de la organización entiendan que hasta los problemas más complejos que se deben resolver para lograr las metas deseadas usualmente pueden ser resueltos realizando pequeños cambios y encontrando soluciones a situaciones bastante simples.