Un gran momento para estar vivos, la Web 3 y tanto más

De todas las distintas eras por las que ha pasado la civilización humana para mí esta es la más emocionante de todas. Realmente no hubiera querido nacer en ningún otro tiempo que no fuera este. Como bien lo dijo Jesus Jones: “right here, right now, there is no other place I’d rather be.”

La explosión de innovación tecnológica y la velocidad a la que las ideas se están propagando me parece algo maravilloso. El Web 2.0 ya le está cediendo el protagonismo al Web3, las empresas se están convirtiendo en DAOs, los bancos centrales ya tiene fuerte competencia de las cripto-monedas y la propiedad física se está empezando a cimentar en la forma de NFTs. Es una locura, hay tanto que aprender. Me fascina.

Estar vivos en este preciso instante es un privilegio. Sin duda alguna estamos viendo la transformación más dramática de nuestra civilización, en primera fila. Y no solo la estamos viendo, si así lo deseamos, también podemos participar directamente en ella. Le podemos dar forma. Nunca antes en nuestra historia habíamos tenido la oportunidad de impactar la dirección de hacia dónde va el mundo desde nuestros escritorios.

Realmente estamos viviendo algo maravilloso. Solo hace falta despertarse y ver un feed de Twitter bien curado para darnos cuenta de lo mucho que está pasando. No hay día que no hayan grandes avances tecnológicos que le están dando un nuevo aire a los aspectos más importantes de nuestra sociedad: finanzas, comunicación y propiedad privada.

Realmente no sé en dónde va a parar todo esto, en realidad no importa. Como una buena montaña rusa, lo mejor es disfrutar el camino, el destino no es tan importante cuando la jornada es así de emocionante. Abróchense el cinturón que el futuro ya está aquí.

Este es un gran momento para estar vivos.

La felicidad depende sólo de ti

Desde muy pequeños, tanto la sociedad como el sistema escolar, no dejan muy claro con quién nos debemos comparar para ser felices —los demás. Para el pequeño niño o niña en primaria lo más importante no es si se la pasó bien en el colegio y aprendió algo nuevo. Lo más importante es si le va a poder dar a sus papás una foto del cuadro de honor para subir a redes sociales.

Siempre que nuestra felicidad dependa de algo externo (como qué es lo que piensan los demás) estaremos en problemas pues las reacciones de los demás son algo que no podemos controlar. Pero así es como hemos sido programados. Constantemente estamos buscando cumplir con las expectativas e ideales de otras personas para entonces nosotros podernos sentir bien, adentro. Con razón sentimos que tenemos el peso del mundo entero encima todo el tiempo.

La felicidad debe ser algo intrínseco, debe venir de adentro. Es algo que necesariamente debe nacer adentro de cada persona, con plena libertad. La felicidad nunca debe depender de tener que cumplir con las expectativas de alguien más. Tampoco puede depender de los resultados o situaciones que se desarrollen a nuestro alrededor.

Todo lo que realmente necesitamos para ser felices es pasar nuestro tiempo haciendo lo que nos hace felices, a nosotros. No a los demás. No necesitamos de nada más. Por ejemplo, si alguien sabe que al pasar su día leyendo, escribiendo y pasando tiempo con su familia puede ser feliz y así pasa la mayoría de sus días, entonces esta persona ha encontrado el cielo en la tierra. Puede ser que esto no sea lo que “los demás” consideren necesario para ser felices o esperen que esta persona haga por ellos pero para él o ella esto es suficiente.Y eso es lo único que realmente importa.

Vivir una buena vida

Hay conceptos fundamentales que forman parte elemental de la fibra de una sociedad. El concepto de lo que es llevar una buena vida es uno de ellos. Cuando la definición de estos conceptos base se distorsiona en una civilización, esta empieza a decaer.

Cuando veo a mi alrededor como nuestra sociedad está definiendo lo que es una buena vida me preocupo. Constantemente encuentro mensajes publicitarios reforzando la idea de que una buena vida es estar tirado en una playa tomando cerveza sin preocupación alguna. También escucho en muchas conversaciones con amigos y contactos profesionales que el máximo objetivo que se debe perseguir es llegar a tener una vida cómoda —la buena vida. Si no me creen, tan solo busquen imágenes de “buena vida” en Google y verán.

Esto, a mi manera de ver las cosas, es contraproducente y muy dañino. Si el objetivo que estamos colectivamente buscando en la vida es estar cómodos y evitar problemas, ¿En qué tipo de mundo viviremos mañana? ¿Quién querrá resolver los retos que sin duda alguna tendremos que enfrentar?

Mi manera de ver las cosas es diferente. Creo que una buena vida es un sano balance entre afrontar dignamente las dificultades que nos toquen vivir y disfrutar modernamente las recompensas de las victorias que logremos cosechar. El objetivo en la vida no es la comodidad ni la ausencia de los problemas. El objetivo es disfrutar cada momento y encontrar magnificencia en cada instante que nos toque vivir. La buena vida es construir un mundo mejor mientras disfrutamos la trayectoria de lo que nos toque vivir.

Diferentes posturas en la transición fuera de la pandemia

Mientras el mundo sigue su inevitable camino hacia la transición fuera de la pandemia, nuestra fibra social está por ser puesta a prueba.

El proceso de transición estará fundamentado en la libertad del individuo. Con esto quiero decir que conforme las autoridades en cada país restauren más libertades, la responsabilidad de cada persona será mayor. Que exista la libertad de hacer algo NO quiere decir que exista una obligación de TENERLO que hacer.

Y es sobre este punto que nos estaremos poniendo a prueba. Algunas personas se sentirán cómodas enviando a sus hijos al colegio, otras no. Algunos querrán ir a los cines, otros no. Algunos harán fiestas, otros no. Algunos viajarán, otros no. Algunos visitarán a sus familiares, otros no. Cada persona tendrá su propia postura sobre qué considera adecuado hacer y que no.

Desafortunadamente con esta situación, no habrán respuestas correctas. Cómo se puede ver en el párrafo anterior, cada persona tiene la libertad de participar en las actividades que considere apropiadas. No hay “bueno” y no hay “malo”.

Cada quien seguirá su propio camino y se le debe respetar. No importa cuánto miedo sintamos o que tan en desacuerdo estemos, la postura correcta debe ser no querer imponer nuestra manera de ver las cosas sobre los demás. La libertad de decidir en qué actividades se desea participar no da el derecho de decidir por otras personas en que debieran o no participar ellos.

Una aclaración final. Con cada decisión, sea cual sea, se debe considerar siempre la salud de las personas con las que se pudiera estar en contacto. La libertad debe ser respaldada por la responsabilidad de seguir los protocolos de seguridad necesarios para cuidar la salud del grupo. En ningún momento estoy abogando por irresponsabilidad.

La confusión social alrededor del arte de poder estar solo contigo mismo


Me parece muy interesante que una de las características mas distintivas que se utiliza para describir a una persona como “teniendo problemas” o “no estar bien” es que la persona pase tiempo sola, en reflexión,  hablando con si misma. Que esté mucho tiempo en silencio. Para mi, al contrario, precisamente practicar esos comportamientos es unos de los ejercicios mas saludables que puede haber para el bienestar mental, emocional y espiritual de una persona. Construye muchas veces fortaleza y la capacidad de poder estar con uno mismo.

Es muy importante tener cuidado con como nos relacionamos con esta noción de estar ensimismados, centrados en nuestros pensamientos y, por qué no decirlo, aislados de los demás para estar a solas con nuestros pensamientos. Hagamos el siguiente ejercicio. En este momento imagínate a un niño de 10 – 12 años sentado solo en la cafetería de su colegio comiendo solo. ¿Que emociones y pensamientos te vienen a la mente? Creo que la mayoría de las personas tendrán emociones o pensamientos negativos. Simplemente está solo y teniendo tiempo para pensar. Si quieres hacer otro ejercicio busca la palabra solo o “alone” en Google images y nota el tono de las imágenes.

La realidad es que en nuestra sociedad actual simplemente no se ve bien que una persona esté sentada sola algún lugar con la mirada fija en el horizonte perdida en pensamiento. ” Estará bien?” “Pobre, ha de estar deprimido o teniendo muchos problemas” y “No tiene con quien estar” son algunos de los comentarios que muy probablemente se escucharán a su alrededor. Y si, puede estar pasando un mal momento, pero esto no necesariamente quiere decir que el que esté viendo hacia adentro con la intención de mejorar sea algo “dañino”.

A mi mismo me pasa! Hay días que veo a mi hijo de 8 años viendo por la ventana en completo silencio. No iPad, no TV, no nada. El solo contemplado un árbol que hay afuera de su cuarto o lo veo contemplando la calle desde el asiento trasero del carro sin intención de hablar. Obviamente está perdido en sus pensamientos. Y si, mi primer impulso es pensar ¿que le pasa? ¿Estará bien?

Y en ese momento regreso a preguntarme por qué tengo esta idea de que estar en silencio, reflexionando pudiera implicar algún problema o que alguien no está bien. ¿Acaso solo reflexionamos cuando estamos en problemas o de bajón? ¿Acaso pensar y reflexionar cuando no estamos bien o tenemos problemas es algo malo o será el mejor camino para solucionar?

Y es en este momento que yo entro en este mismo estado de contemplación que estaba juzgando para analizar mi propia experiencia:

Los mejores momentos en mi vida son cuando me siento cómodo estando con mi mismo. Aquellos espacios en que me siento a hablar conmigo y pensar sobre las cosas que son importantes para mi y me pongo a escribir. Los días que medito y puedo estar 20 minutos solo yo con mis pensamientos son mucho mejores para mi que los días que no me doy ese espacio. Y los días que hablo conmigo y reflexiono sobre mi vida, me cuestiono a mi mismo, examino mis valores, tengo diálogos internos  y escribo en mi diario son espectaculares sin importar que pase “allá afuera” y/o con los demás.

Creo que la experiencia humana es fantástica y la capacidad de sentarnos con nosotros mismos y nuestros pensamientos enriquece infinitamente nuestra  experiencia. No es malo querer estar solo. Puede ser que al principio sea algo incómodo, de hecho seguramente será muy incómodo por qué toda nuestra vida hemos escuchado que estar solos, en reflexión puede indicar que estamos mal. O toda nuestra vida hemos buscado estar entretenidos y distraídos sin poder estar presentes. Pero te invito a verlo al contrario, poder estar solo en silencio contigo es una seña de una persona  fuerte que se está experimentando a si misma sin miedo de conocerse mejor.

Vale la pena desarrollar esta destreza.

Somos una sociedad enfocada en empezar y no terminar cosas

Un joven decide que va a estudiar medicina. Está por empezar su carrera. Su familia lo festeja, se hace bastante alboroto alrededor de la decisión. Una pareja se va a casar. Van a empezar una nueva familia. Vienen las despedidas de solteros, fiestas, etc. Alguien se inscribe en el gimnasio y ya siente que está en forma con tan solo haber firmado el cheque. Otra persona compra un libro y cree que ya tiene el conocimiento con haberlo agregado a su librera.

La realidad es que somos una sociedad enfocada en festejar el inicio de las cosas. No somos buenos en terminarlas. En esta sociedad actual las personas dejan la universidad (ojo! no siempre esto es una mala decisión), se divorcian, pagan membresía anual al gimnasio que nunca usan y acumulan libros que nunca leen.

Hay bastante mas valor en terminar lo que empezamos. Comprometernos con hacer lo que decidimos y llevar cada uno de nuestros proyectos a su conclusión. Por ejemplo, terminar nuestros estudios, comprometernos a mantener nuestras familias unidas y felices, estar en forma y hacer ejercicios después del 15 de enero y leer los libros que compramos.

Este hábito de terminar lo que empiezas puede hacer todo el cambio en tu vida. Es un compromiso contigo y con lo que quieres lograr en la vida. No festejes que empezaste algo, festeja el compromiso de haber seguido hasta el final y haber terminado lo que empezaste!

Como medir la calidad de vida. Que espera la sociedad de nosotros

Creo que la “calidad de vida” está de moda. Escucho esa expresión a cada rato. También, de lo que puedo llegar a entender, las personas utilizan “calidad de vida” como un sinónimo de “cuanto dinero tengo”.

Para mi la “calidad de vida”, al menos en un plano inicial, tiene mas sentido si la medimos en 3 grandes áreas:

  • Dinero disponible inmediatamente
  • Tiempo libre para hacer lo que mas nos apasiona
  • Movilidad, la libertad de estar donde queramos con las personas que queremos

Si puedo ver una gran inclinación de muchas sociedades hacia medir la calidad de vida únicamente en términos de dinero. Al punto que el comediante Norteamericano Dave Chappelle estuvo muy cerca de ser obligado a ir a terapia para ser diagnosticado con demencia por rechazar un contrato para un programa de TV que valía U.S.$50 millones para quedarse con su familia en su finca en Ohio.

Si, existe una gran presión de la sociedad. Si, el dinero es importante y si lo manejamos bien nos puede dar muchas libertades. Y si, también hay otras cosas que son muy importantes como tener el tiempo para hacer lo que quieres y poder estar con las personas que te importan.

¿Cuales son los permisos que nunca debemos dar?

Cada día con mas frecuencia veo a mi alrededor y encuentro una serie de comportamientos en algunas personas que me cuesta mucho entender. No me mal entiendan, yo también seguramente ejercitó comportamientos que alguien mas podría fácilmente calificar como “difíciles de entender”.

Tratando de ser un poco mas específico quiero tratar el tema de comportamientos que son destructivos para la persona. Voy a empezar por listar a grandes rasgos lo que para mi son comportamientos destructivos: flojera, falta de responsabilidad, indiferencia, arranques de emociones negativas, culpar a los demás, etc.

La impresión que estoy teniendo es que con cada día que pasa este tipo de comportamiento es mas común en nuestra sociedad y el crecimiento pareciera ser viral. Pensando bastante en tratar de encontrar una posible explicación a este fenómeno he llegado a la conclusión de que lo que  está pasando es que como padres, amigos y sociedad en general estamos dando permiso a las personas a que ejerciten este tipo de comportamiento.

Por dar permiso me refiero a ciertas justificaciones que todos en algún momento u otro validamos, o incluso algunas veces fomentamos,  en los demás. Por ejemplo, esta semana en el colegio de mi hijo había una persona estacionada en el área de “no parquear” justo enfrente de la puerta del colegio. La razón justificada fue que ya era tarde y no quería caminar desde el área de estacionamiento (50 metros) a dejar a su hijo. Un comportamiento destructivo, irresponsable y cómodo que fue validado como justificado por el personal del colegio.

En otros casos vemos personas que por que han tenido un día difícil creen que tienen el “derecho” de llegar tarde al trabajo, mostrar ira en contra de los demás o librarse de responsabilidades serias por el hecho de que tan solo han tenido “un mal día”.

También he pensado bastante en el incremento que estamos viendo en ciertas enfermedades como lo son la obesidad y ciertas condiciones como el ADD. Mi opinión muy personal es que en muchos de los casos  los médicos y los pacientes han entrado en un juego en el cual los médicos dan un cierto permiso a los pacientes para que estos puedan ejercer ciertos comportamientos destructivos sin ser responsables de ellos tan solo por qué han sido etiquetados con una enfermedad.

En conclusión, nunca debemos dar permiso a nadie de aquello que generalmente pueda ser considerado como un comportamiento destructivo. Siempre debemos tratar de entender la situación en que está la otra persona pero jamás debemos permitir que una etiqueta que le haya sido arbitrariamente colocada la liberé de su participación en las leyes de causa y efecto. Esto sin duda alguna hará de nuestra sociedad una organización mucho mas responsable.