Saber qué hacer no es suficiente para terminar ese proyecto que no termina

Sí, sí, sí, ya sé qué hacer. No me molesten. Ya me pongo a trabajar en ello y lo hago. A todos nos pasa. Ya sabemos qué es lo que que hay qué hacer pero no hay manera que movamos el proyecto hacia adelante. ¿Por qué es que pasa esto?
Ladrillos y catedrales

Cuenta una conocida historia de un rey que en un soleado y caluroso día decidió cruzar su reinado para dirigirse a lo que todos consideraban el proyecto más importante de todo el reinado, la majestuosa catedral que estaba en plena construcción.
Luego de una larga cabalgata y un par de horas de cortesías el rey finalmente pudo hacer lo que tanto deseaba, hablar con los hombres que con sus propias manos estaban edificando la gran catedral.
La frustración es grande (la chapa y yo)

Hay un punto en el que todo el aprendizaje adquirido se desvanece y lo único que queda es poder aplicarlo en la vida real. Por ejemplo, podemos aprender que el fracaso tan solo es retroalimentación y que es un muy buen indicador de qué es lo que podemos hacer y que no. Ahora bien, cuando estamos parados de frente ante un fracaso que nos está diciendo, “esto es más grande que tú y no lo puedes hacer”, tomarlo como retroalimentación y no sentirnos frustrados es totalmente otra cosa.
Iterar es más rápido que ganar la lotería

“Hacer algo malo y luego iterar en ello hasta que sea bueno es mucho más rápido que hacer algo bueno la primera vez” — Julian Shapiro.
La inspiración no “llega”, se crea

Cuando uno habla con personas “creativas” es muy frecuente escuchar que no se ha avanzando porque la inspiración aún no ha llegado. Un corolario de este tipo de comentarios es que estas personas empiezan a hacer inversiones gigantes para tratar de crear ambientes que les fomenten la creatividad —pero siempre les hace falta algo más.
Con el paso de estos 533 días seguidos en los que he logrado publicar un post diario he aprendido que la inspiración no “llega”, uno la crea. O esto es cierto o he tenido una gran suerte y la inspiración ha llegado a mí sin falta cada día durante todo este tiempo.
Un inventario de proyectos en 5 simples pasos

Hay pocas cosas con las que recomiendo ser egoísta. El uso del tiempo es una de ellas. No tiene sentido trabajar en proyectos que realmente no nos apasionan. Tan solo le quitan el poco tiempo que tenemos a aquellos que sí realmente nos mueven.
Prueba y error

Hay veces que no se sabe cuál es el camino a tomar. Esto es particularmente cierto cuando se está haciendo algo por la primera vez. Para cuando lean esto ya llevaré más de 4 horas en modo de prueba y error —me estoy empezando a desesperar.
Específico no genérico

Si se quiere que un proyecto tenga impacto real en en el mundo específico es mejor que genérico.
Específico nos compromete con algo medible. Genérico nos da un lugar en dónde escondernos.
Un buen plan

Un buen plan es simple y elegante. Busca eliminar actividades innecesarias y enfocar todos los recursos y energía en donde más impacto pueden tener. Un buen plan es inteligente e ingenioso.
Un buen plan es la herramienta te ayuda a alcanzar lo que más quieres lograr.
No habrá un mejor momento

Pero estos proyectos que son los que hacen que nuestras vidas sean maravillosas no necesitan de un momento adecuado para nacer. Requieren de un salto de fe. No habrá un mejor momento que hoy para empezar.