Una nueva manera de trabajar

Conforme una empresa avanza, evoluciona. Los procesos que antes funcionaban dejan de funcionar y los requerimientos de cada nuevo nivel al que se llega son cada vez más complejos. En estos puntos de inflexión, toda empresa necesita encontrar una nueva manera de trabajar para seguir creciendo.

El instinto de muchos emprendedores es buscar los cambios mínimos necesarios para seguir adelante. Buscan una salida relativamente segura al problema y la juegan conservadores. Pero a veces ser muy conservador es la gota que derrama el vaso del fracaso. Esto es cada día más cierto. El mundo actual premia a los valientes. Hoy se requiere de grandes cambios para tan solo poder mantenerse relevante.

La invitación de hoy es a buscar nuevas maneras de trabajar. A realmente pensar fuera de la caja y encontrar soluciones novedosas que pueden parecer arriesgadas pero que en realidad son mucho más seguras que seguir haciendo lo mismo una y otra vez.

Una nueva manera de trabajar es una aventura que todo emprendedor debe de buscar. El mundo está cambiando muy rápido y los emprendimientos que están creciendo aceleradamente van aún a una mayor velocidad. Seguir haciendo lo mismo no es más que una receta para el desastre. La falta de innovación interna eventualmente pasa su factura. La única manera de salir de acá vivos es encontrando una nueva manera de trabajar.

Las cosas fallan, es mejor acostumbrarse

La entropía es real. Conforme el tiempo pasa las cosas se deterioran. Como le gusta decir a un mi buen amigo, “hasta los bits se pudren”. Dado suficiente tiempo de desuso, todo va a fallar. Es mejor acostumbrarse.

Ese es un tipo de fallo que se da, el fallo por deterioro o desuso. El otro tipo de fallo que existe es el fallo por innovación o crecimiento. Siempre que se prueba crear algo nuevo la probabilidad de fallo es muy grande. Es muy rara la cosa que se hace por primera vez y que no falla. De igual manera, cuando algo que ya que ya funcionaba se lleva al siguiente nivel un eventual fallo es inevitable. Es mejor acostumbrarse.

Así que ya sea que algo se deje estar por mucho tiempo o que se esté inventando algo nuevo o que se esté trabajando en algo para mejorarlo o llevarlo al siguiente nivel, siempre podemos tener algo por seguro: que tarde o temprano va a fallar. Es mejor acostumbrarse.

Una advertencia para los que creen que la inteligencia artificial no les va a afectar

Hoy les voy a contar una anécdota que ocurrió tan solo hace un par de años en Buenos Aires, Argentina. Un gran emprendedor, al ver la gran cantidad de carros de lujo que se estaban empezando a vender en el país, decidió invertir en crear una novedosa red de centros de lavado de carros (Car-Wash). Después de todo, las personas que compran este tipo de carros los cuidan, quieren que siempre se vean bien y están dispuestos a pagar por un lavado bien hecho.

Nuestro emprendedor estudió el mercado y todos los análisis que hizo le validaron la idea de que un Car-Wash premium sería un rotundo éxito. Así que manos a la obra. Después de 6 meses los primeros locales empezaron a abrir y tal como los estudios lo habían indicado, los clientes empezaron a llegar en grandes cantidades. Todo iba marchando muy bien hasta que una nueva aplicación que utiliza novedosa tecnología de inteligencia artificial para predecir el clima por hora llegó al mercado. Acá fue donde todo se empezó a derrumbar.

Tan solo 8 meses después de que esta aplicación llegó al mercado la industria de lavado de carros en Argentina se redujo a un 50%. Sí, lo leyeron bien. El lanzamiento de esta aplicación que pronostica el clima causó la reducción de la facturación de toda una industria a la mitad.

¿Qué pasó? La precisión de esta aplicación para predecir a que hora va a llover (inteligencia artificial) funciona tan bien que le permite a sus usuarios evitar sacar sus carros precisamente cuando va a llover y así pueden reducir aproximadamente a la mitad la cantidad de veces que llevan sus carros al Car-Wash.

La moraleja de la historia, sí aún crees que tu industria no va a ser afectada por la inteligencia artificial piénsalo otra vez. Es hora de identificar en que maneras crees que la inteligencia artificial podría a afectar las vidas de tus consumidores y prepárarte para los dramáticos cambios que se avecinan.

Lo mismo solo que mejor

Cuentan, desde tiempos ancestrales, que la historia no se repite pero sí rima. Si esto es cierto, entonces casi todo lo que hacemos rima con algo que ya alguien hizo antes de que nosotros.

No sé ustedes, pero yo paso mucho tiempo paralizado buscando una idea 100% original, un proyecto totalmente novedoso que nunca antes haya existido en el mundo o un artículo que no tenga influencia alguna de algo que haya leído antes.

Para empezar, la historia aunque no se repite, rima. No voy a ser yo él que rompa con esta ley natural evidenciada a través de siglos de documentación histórica. Segundo, ¿para qué quiero inventar algo que no existe? Probablemente si hay algo totalmente novedoso que no existe a estas alturas del partido, lo más seguro es que no tenga razón de ser.

Sé que están pensando muchos de ustedes. ¿Pero qué haríamos sin teléfonos inteligentes, Internet, Kindles, Zoom o Tesla? Estaríamos perdidos sin estas innovaciones totalmente revolucionarias que nos llevan hacia el futuro.

Yo soy el primero en defender todo lo que la innovación tecnológica trae a la humanidad. Y también creo que todos estos ejemplos son representativos de grandes avances tecnológicos que nos permiten hacer cosas que antes no podíamos hacer. Pero, ¿Son realmente 100% originales? Veamos.

Esta idea llegó como un relámpago a mi cabeza hace unos minutos que vi mi Kindle con la nueva funcionalidad de mostrar la portada del libro que estás leyendo mientras está en modo de “sleep”. “Cómo me gusta que se vea como on libro de verdad”, me dije subconscientemente.

Y es cierto, mientras el Kindle toma “prestados” más aspectos de los libros físicos, mejor es la experiencia. El Kindle no es algo que no existía, simplemente es algo que ya existía que se ha mejorado gracias a la tecnología digital. ¡Qué poderosa idea! La invención viene de mejorar algo que ya existe, no de la creación de algo 100% nuevo en el vacío.

Facebook vino a ayudarnos a organizar nuestras relaciones personales y facilitarnos mantener contacto con las personas que conocemos. Algo que venimos haciendo desde antes que pudiéramos escribir. Lo mismo solo que mejor.

El Kindle vino a facilitar la transmisión de contenido escrito. ¿Recuerdan las pinturas de las cavernas prehistóricas que les enseñaron en el colegio? Lo mismo solo que mejor.

Las cartas se entregaban a pie, luego a caballo. Con el tiempo nos movimos a carretas y luego trenes. Un siglo después Fax y ahora Whatsapp. Lo mismo, solo que mejor.

Si quieres cambiar el mundo, sal y busca hacer lo mismo solo que mejor.

Quienes deben construir la tecnología de nuestras empresas

Con cada día que pasa más y más empresas se convierten en empresas de tecnología sin importar cuál sea su línea de negocios principal. La capacidad de crear tecnología que pueda generar una mejor experiencia para los clientes de cualquier empresa ya no es opcional.

Lo queramos o no la calidad de la interacción que los clientes esperan tener con nuestras empresas está sesgada para siempre por las fenomenales experiencias que ofrecen empresas como Google, Apple, Uber y muchas otras de este calibre. Las expectativas son altísimas y los consumidores son menos tolerantes que nunca antes en la historia.

¿A qué nos lleva esto? A que toda empresa requiere personas expertas en la creación de tecnología de punta dentro de sus filas. Y ya no estamos hablando de expertos en tecnología “interna” como sistemas contables, inventarios o ERPs. Estamos hablando de expertos en tecnología “externa” qué es la que los clientes quieren utilizar para mejorar su experiencia con nuestras marcas.

Crear este tipo de tecnología, bueno realmente cualquier tipo de tecnología, no es fácil. Especialmente cuando las cosas cambian tan rápido como lo están haciendo ahora. Los procesos, herramientas y conocimientos necesarios para poder entregar esta soluciones son totalmente nuevos. Se necesita sangre fresca para poder ejecutar.

La sangre fresca está en las universidades o en las personas recién graduadas de las universidades. Ellos son los que mejor entienden la nueva tecnología y como interactuar con ella —son las personas idóneas para tomar las decisiones del qué y cómo construir los futuros tecnológicos de nuestras empresas.

Por el contrario, los gerentes actuales que manejan nuestras empresas, aunque tienen mucha experiencia y sabiduría, su enfoque durante los últimos años ha sido desarrollar sus habilidades gerenciales, no crear tecnología. Sino no fueran buenos gerentes. La brecha entre ellos y la tecnología de punta es cada vez más grande.

Es momento de reconocer esto y entender que la mejor manera de construir la tecnología que nuestras empresas necesitan hoy es confiar y darle rienda suelta a la nueva generación de desarrolladores que están más cerca de la acción. Es de la mano de ellos que llegaremos al siguiente nivel.

El desacuerdo en la empresa

“Si los dos siempre estamos de acuerdo, uno de los dos está de más”, solía decir Henry Ford a los ejecutivos de su empresa. Él no era una persona que evitaba el desacuerdo. De hecho, constantemente lo buscaba como fuente de innovación.

Soy el primero en decirles que tener una conversación en la que se está de acuerdo con la otra persona es una de las cosas que mas le gusta a las personas experimentar. Y hay un lugar para esas conversaciones. La empresa de alto rendimiento definitivamente no es uno de ellos.

Para que una empresa alcance su máximo potencial y pueda innovar a un ritmo mejor que su competencia necesita tener desacuerdo saludable dentro de sus filas. Si todo mundo dentro de la empresa piensa igual, o peor aún, piensan diferente pero no se sienten seguros expresando lo que piensan, la empresa está destinada a morir.

El mundo es complejo y los negocios más aún. Es imposible que una sola persona tenga todas las respuestas. Nadie puede tener todos los puntos de vista cubiertos o haber vivido todas las experiencias requeridas para resolver un problema determinado. Se requieren muchas mentes y puntos de vista diferentes para descifrar el rompecabezas.

Vale la pena recalcar que no todos los desacuerdos son iguales. Hay muchos desacuerdos que son nocivos, incluso tóxicos para la empresa. Estos son los desacuerdos que nacen por ego y las ganas que alguien tiene de mostrar que tiene la razón y probar que sabe más que los demás. En estos desacuerdos se busca poder, aprobación o algo similar. El objetivo de este desacuerdo es que alguien gane y alguien pierda. Esto no sirve.

Pero hay otro tipo de desacuerdo que es extremadamente valioso. Es el desacuerdo que busca entender el punto de vista de la otra persona para compararlo con el propio y así poder, de una manera lógica y racional, encontrar la opción que más le conviene a la organización. Es un desacuerdo desinteresado que quiere aprender y compartir. Es extremadamente generoso y requiere de mucha vulnerabilidad porque muchas veces las propuestas individuales iniciales terminan enterradas en el olvido para que nuevas ideas colectivas puedan vivir.

Trabajo remoto: optimizar para los dos tipos de trabajo

Desde Marzo 2020 muchas empresas hemos estado trabajando de manera remota 100% del tiempo. Esto ha significado que casi no nos hemos visto de manera presencial. Sin duda alguna, esto ha afectado la cultura de las empresas y las relaciones entre los equipos.

Esto no necesariamente es malo, tan solo es diferente. En este momento tenemos muy poca data dura sobre los efectos que el trabajo 100% remoto ha tenido. Creo que ya es momento de empezar a realizar algunos experimentos y definir cómo nos estaremos moviendo hacia adelante.

Antes de seguir quiero hacer énfasis en que creo que la seguridad y la salud de nuestros equipos, familias y comunidades es lo más importante. Es lo primero que se debe tomar en cuenta. Con esa aclaratoria quiero pasar a proponer el primer experimento.

El experimento es relativamente simple y empieza con agrupar el tipo de trabajo que se hace en una empresa en dos grupos:

  • Trabajo individual (90%)
  • Colaboración, coordinación y planeación (10%)

Luego se configurará el flujo de trabajo de la empresa y se adecuarán las oficinas pensando en que el trabajo individual se realizará completamente de manera distribuida (casa, co-workings, cafeterías, etc.)- El trabajo de colaboración, coordinación y planeación se realizará en las oficinas.

Esto implica asegurar que todos los miembros del equipo tengan todo el equipo y recursos necesarios para poder realizar su trabajo individual de manera distribuida. Al mismo tiempo, las oficinas deben ser repensadas y adecuadas para optimizar el trabajo colaborativo, la colaboración y la planeación.

A 30,000 pies de altura, los gerentes deben transformar los espacios en donde las personas hacían su trabajo individual en áreas abiertas en donde todos se sientan seguros y puedan colaborar de la manera más efectiva posible. Estos espacios se convertirán en espacios de interacción, creatividad y colaboración. ¿Exactamente cómo se verá esto? Aún no lo sé y de seguro será un proceso de ensayo y error. Cada empresa encontrará su propio camino y estilo.

Lo importante es empezar este proceso cuantos antes para encontrar la solución ideal.

Crea lo que quieres encontrar

Hay veces que no podemos encontrar algo que queremos. Desesperadamente buscamos algún contenido, un producto en especial o simplemente que nos atiendan de una manera en particular —tan solo para darnos cuenta que lo que buscamos no existe.

Hay dos posibles caminos a tomar cuando lo que estás buscando en el mundo no existe. O aceptas que lo que quieres no existe y sigues tu camino o tú mismo lo empiezas a crear. La segunda opción es una de las más grandes oportunidades de negocio que hay. Usualmente hay muchas otras personas que están buscando lo mismo que nosotros.

Crear lo que queremos encontrar también aplica a realizar pequeños ajustes a los proyectos en los que ya estamos trabajando. Por ejemplo, luego de estar considerando varias maneras de cómo monetizar este blog decidí quitar lo anuncios que se desplegaban en la página y buscar otra solución. ¿Por qué? Porque he buscado tantas veces un sitio web en donde poder leer contenido de calidad que NO me esté bombardeando con publicidad. No lo he podido encontrar. De verdad que detesto la publicidad en los sitios web con todo mi corazón. Decidí así quitar los anuncios de este blog y dejar que el contenido destaque. El resultado es el sitio web con contenido de alta calidad que no bombardea a nadie con publicidad. Justo lo que estaba buscando.

Cuando creamos algo que queremos y que aún no existe, innovamos. Traemos al mundo nuevas ideas y productos que anteriormente no existían. Movemos la civilización hacia adelante y de paso saciamos nuestra necesidad por algo que realmente queremos y nadie nos había ofrecido. Podemos decir que matamos dos pájaros de un tiro.

Mira a tu alrededor y construye el hábito de preguntarte que te gustaría cambiar. ¿Qué quisieras que exista que no puedes encontrar? Escucha tus instintos y no tengas miedo. Respira profundo y empieza a trabajar en materializar lo que aún no has podido encontrar.

Como dijo Ghandi, “sé el cambio que quieres ver en el mundo”.

El riesgo de innovar

Hacer lo mismo una y otra vez nos hace sentirnos seguros. Crea una rutina y es predecible. Nos mantiene en nuestra zona cómoda y requiere de poco esfuerzo. Hay poco riesgo y la probabilidad de fracasar es muy baja.

Pero está es la razón por la cual muchas veces el mundo se detiene. Es lo que causa que cuando las circunstancias cambian nos cuesta tanto reaccionar. Esa búsqueda de comodidad y falta de voluntad para tomar riesgos y experimentar le resulta muy costosa para la humanidad.

Todo el avance de nuestra civilización ha dependido y siempre dependerá de esas cuantas personas que, cómo bien lo dijo Steve Jobs, son lo suficientemente “locas” como para cambiar el mundo.

Es cierto que no todos tenemos la misma capacidad de innovar o encontrar “la mejor manera” de hacer algo. No todos estamos dispuestos a correr los riegos que innovar conlleva. Lo que sí todos podemos hacer es aplaudir a aquellos que toman los riesgos de innovar y brindarles todo nuestro apoyo para que juntos podamos seguir avanzando hacia adelante.

Por favor no olvidemos que son ellos los que estarán creando el mañana en donde todos los demás queremos vivir.

Como innovar sin descuidar lo que ya tienes

Clayton Christensen de Harvard Business
escribió The Innovator’s Dilemma, un excelente libro que trata a profundidad esta pregunta de como utilizar tus recursos para innovar y construir lo que viene mientras sigues manteniendo y creciendo los productos o servicios que ya tienes y que mantienen tu operación y la innovación de lo otro que quieres construir.

En lo personal he estado jugando mucho con esto y buscando cual es el mejor camino hacia adelante. Algunas de las preguntas con que estoy luchando son:

  • ¿Quienes son las personas para liderar la innovación? La primer reacción acá puede ser: obvio, los mejores a innovar! Sin embargo, el intercambio acá es el siguiente: Si pongo a las mejores personas en innovación, ¿que pasará con los productos actuales? ¿que mensaje se está enviando respecto a los productos que nos dan de comer hoy?
  • ¿Cuanto de mi presupuesto se debe ir a innovación? ¿Cual es el balance ideal para dar un servicio de clase mundial con lo que ya tengo mientras la velocidad de innovación es la necesaria para atender al mercado?
  • ¿Que recursos gerenciales deben asignarse a la innovación? Ver el primer punto para el dilema que se presenta
  • Una pregunta de prioridades. Al momento de tener que escoger entre lo actual o innovar y se deba ser tajante en cuanto a recursos, ¿que se debe escoger?

Se que muchas de estas preguntas se deben atacar caso a caso y dependen mucho de cada situación. La teoría ya la leí en el libro, aquellos de ustedes que tengan experiencia en la vida real, ¿que recomiendan?