Ampliando tus horizontes: El poder transformador de competir con los mejores

Vivimos en un mundo de percepciones limitantes, pero es esencial ver más allá. Superar estas creencias se logra estando con los mejores, compitiendo y aprendiendo de ellos para redefinir nuestras posibilidades. Este desafío constante contra la excelencia nos permite superar nuestras propias barreras y expandir nuestros horizontes.

Tan solo reparar es mediocridad

Es inevitable, más de algo de lo que hemos construido se va a romper. Siempre haremos algo que está mal y que necesita reparación. Todo el tiempo las cosas se están degradando y se necesita esfuerzo y energía para mantenerlas funcionales. ¿Entropía alguien?

Lo más dificil es…

… Ver las cosas tal y como son. Muchas veces, ver el mundo tal y como es, es demasiado doloroso. Entonces es que decidimos maquillarlo para no sentir dolor.

Fuera de proporción (no seas hiperbólico)

Si no se tiene cuidado, la mente humana puede ser el más grande amplificador que existe en este planeta. Puede tomar cualquier cosa y multiplicarla 100 veces hasta convertirla en una quimera indomable. En otras palabras, uno de los pasatiempos favoritos de la mente es sacar las cosas de proporción.

Los limites se pueden mover

Un limite es el punto en donde algo termina y algo mas empieza. Podemos decir que el limite de la paciencia es dónde la cordura termina y la locura empieza. En la misma línea, el límite de nuestras capacidades es dónde termina lo que podemos hacer y en donde empieza nuestra oportunidad de aprender cómo hacer algo nuevo.

Lo que nos causa dolor

Lo que nos causa dolor nos enseña; por más que duela es bueno no darle la espalda y enfrentarlo directamente.

Arreglar lo que nos causa dolor duele aún más, por eso nos resistimos tanto a arreglarlo pero a largo plazo resolverlo es mejor.

Lo que nos causa dolor nos pone a prueba y nos pide que seamos más de lo que creemos ser. Aunque es incómodo, nos ayuda a crecer.

Querer algo mejor

Unos de los más grandes beneficios de tener la oportunidad coachear a otras personas es el constante recordatorio de que todos queremos algo mejor. No hay nadie que no quiera mejorar. Nadie está en la situación perfecta. Todos estamos luchando contra algo que no nos deja crecer.