Cura versus alivio

Cuando veo a mí alrededor me doy cuenta que la gran mayoría de personas están buscando alivio de las enfermedades que los acechan. Muy pocas personas están buscando las curas.

Las enfermedades a las que me refiero son cosas como la ansiedad, obesidad, soledad, falta de propósito, etc. A nadie le gusta experimentar estas enfermedades pero muy pocos están dispuestos a hacer lo que se requiere para eliminarlas de raíz. Todos quieren alivio del dolor pero nadie quiere hacer el trabajo de desarrollar la cura.

El alivio es temporal y requiere de poco esfuerzo. La cura es permanente pero requiere de mucho esfuerzo y trabajo. Usualmente el alivio viene de alguien más o algo externo y las curas se desarrollan desde adentro. El alivio se limita a mitigar los síntomas y la cura elimina todos los problemas de raíz.

Si me preguntan a mi, no importa cuanto sea el costo yo siempre voy a preferir la cura que el alivio.

La vida como el emprendimiento más importante

Creo que cómo emprendedores aprendemos muchas cosas que son súper valiosas. Aprendemos a identificar oportunidades, a inspirar a otras personas para que compartan nuestra visión y aprendemos cómo construir equipos que ejecuten planes complejos y que logren metas ambiciosas.

Hoy por la mañana estaba pensando en las infinitas horas que los emprendedores dedicamos a aprender todas estas cosas y en las infinitas horas más que le dedicamos a aplicarlas en nuestras empresas. Repentinamente, en algún momento durante esta reflexión una pregunta entró en mi mente, ¿Por qué no estoy aplicando todo esto que he aprendido como emprendedor para potenciar el emprendimiento más importante que tengo a mi cargo, mi propia vida?

Antes de seguir adelante quiero decir que creo que mi vida es maravillosa y que estoy haciendo cosas muy interesantes. Pero también sé que aún hay más. También sé que invierto la mayoría de mi tiempo en desarrollar mis emprendimientos y proyectos pero que cuando tomo un paso hacía atrás y trabajo en lo que quiero para mi vida no soy tan intencional con mis planes, metas y objetivos.

Pero las herramientas y conocimientos ya están ahí, listos para servir. Solo es cuestión de empezarlos a utilizar. Creo que la pieza que hace falta es la realización de que el proceso de construir nuestras vidas es un emprendimiento como cualquier otro. Es un proyecto que requiere de tiempo, planeación, dedicación, seguimiento, metas, motivación, colaboración, visión, etc., etc.

Sí, construir y vivir nuestras vidas es el emprendimiento más importante que cada uno de nosotros tiene a su cargo. Todo lo demás que escojamos hacer es tan solo un proyecto dentro del gran emprendimiento de nuestras vidas. Al final del día nuestros proyectos, empresas, familia, hobbies, deportes, vicios, amistades y todo lo demás que hagamos solo son componentes de nuestro emprendimiento más importante.

Esto no quiere decir que todo lo que hemos aprendido fundando y desarrollando nuestras empresas no nos pueda servir para fortalecer nuestras vidas. Todo lo que se requiere es un pequeño cambio de paradigma —darnos cuenta de que nuestras vidas son un emprendimiento como cualquier otro en el que ya hayamos trabajado y que las habilidades que hemos desarrollado en el campo de batalla empresarial también nos sirven para llevar nuestras vidas al siguiente nivel.

Leer para escribir

Hoy es un día extraño. Estoy escribiendo y aún no he leído. Estoy experimentando una sensación bastante extraña. Siento como que si hubiera un vacío, una carencia de ideas.

Déjenme les explico. Al igual que todos los días me siento a escribir, también todos los días me siento a leer. La gran mayoría de las veces leo antes de escribir y aunque no necesariamente siempre escribo sobre lo que leí, alimentar la mente con nuevas ideas a través de la lectura es un preámbulo enriquecedor para el proceso de escribir.

Nada se puede crear en el vacío y el proceso creativo depende de la combinación de ideas y conocimientos anteriormente adquiridos. Mientras más ideas, experiencias y conocimientos tiene una persona almacenados, creo que mayor será su capacidad de crear.

Yo veo la lectura como una constante exposición a nuevos conceptos y puntos de vista diferentes a los que ya hemos aprendido. Leer nos enseña nuevas formas de cómo ver el mundo. Cuando podemos ver el mundo con ojos frescos, nuevas ideas que antes no existían adentro de nuestra cabeza cobran vida. Leer nos abre las puertas a tantas cosas maravillosas.

Y es entonces que podemos empezar a escribir. Las ganas de querernos expresar y materializar toda esa síntesis que formulamos a partir de los nuevos conocimientos adquiridos son incontenibles. Sin duda alguna, al menos yo, tengo que leer para después poder escribir.

Lo fácil es aburrido

Hoy el equipo de beisbol en donde juega mi hijo jugó la semifinal del torneo que actualmente están jugando. El resultado final fue bastante desbalanceado a su favor. Está de más decir que a pesar del buen resultado la intensidad, enfoque e interés, estuvieron evidentemente ausentes en todos los niños del equipo —porque lo fácil es aburrido.

Es extraño escuchar a alguien quejarse cuando las cosas son fáciles, sin embargo, la queja que comúnmente se escucha es: “Qué difícil está esto, ya no quiero más.” Pero, ¿en realidad se siente mejor no tener retos significativos en el camino? ¿Realmente preferimos que las cosas sean fáciles? Yo creo que no.

Hacer algo que ya se sabe hacer bien no es emocionante. Crecer, a través de enfrentarse a un buen reto sí acelera el corazón. Saber de antemano que el resultado va a ser positivo no tiene gracia, no existe el riesgo de poder perder. Tener que luchar contra corriente para salir victorioso desarrolla nuevas habilidades y ejercita la mente y la voluntad.

Lo fácil es aburrido porque no nos pone a prueba. Lo fácil es aburrido porque no requiere que demos lo mejor que tenemos. Lo fácil es aburrido porque no nos enseña nada. Lo fácil es aburrido porque no nos sorprende. Lo fácil es aburrido porque no nos exige. Lo fácil es aburrido porque no nos puede enseñar de que estamos realmente hechos. Lo fácil es aburrido porque nosotros siempre queremos mejorar.

A veces hay que ver para creer

Hay muchas cosa fantásticas en los libros que leemos y en los consejos que recibimos. Estas palabras nos hacen sentido. Las entendemos y las aceptamos como verdaderas. Sin embargo, a menudo toda esta teoría se reduce a un volcán de ceniza cuando la tratamos aplicar.

Tan solo pensemos por un momento. ¿Cómo serían nuestras vidas si pusiéramos en práctica un 50% de lo que hemos “aprendido” en teoría? No sé cual sea su respuesta pero yo creo que yo tendría la vida de mis sueños.

Es extraño, aún cuando entendemos a nivel racional que algo nos puede dar todo lo que siempre hemos querido, en la práctica no lo podemos hacer. Es como que si en algún lugar recóndito de nuestro ser dudáramos. A pesar de entender la teoría dudamos. Muchas veces tenemos que ver para creer.

Estaba pensando en esto porque llevo años estudiando esta idea de que nosotros podemos escoger nuestras respuestas emocionales. Que la felicidad es una decisión y que nuestro estado emocional está 100% dentro de nuestro control. He dedicado muchas horas a contemplar esta idea y a hacer un sin fin de prácticas para tratar ponerlo en práctica. Hace un momento algo maravilloso pasó, repentinamente la teoría se convirtió en algo real.

Mi experiencia fue como ver una película en cámara lenta. Hace unos minutos estaba devolviendo el carro que había alquilado. En el momento que lo entregué el personal que lo recibió encontró unos daños a la parte de abajo del “bumper”. Yo no recuerdo haber dañado el carro. Tampoco revisé el carro al recibirlo. Para hacer corta la historia, tuve que pagar un deducible de seguro por un monto de $250.00 por el daño que no sé con certeza que yo ocasioné. Esto fue suficiente para que mi mente se pusiera en modo “empecemos a sufrir a toda máquina.”

Y ahí fue donde la magia sucedió. Una serie de pensamientos entraron automáticamente en mi cabeza. Los escuché tan claramente que resonaron en lo más profundo de mi ser, “¿De verdad vas a dejar que esto arruine tu día? ¿Por qué estás condicionando tu felicidad a que todo salga como quieres? ¿Por qué no quisieras estar feliz a pesar de que esto pasó?

Y de alguna manera inmediatamente todo volvió a estar bien. El enojo y la frustración se derritieron en un mar de tranquilidad. La felicidad se apoderó de cada fibra de mi cuerpo.

Sin nada más que hacer la teoría se puso en práctica y tal y como los sabios me lo habían prometido pude ser verdaderamente feliz ante una situación objetivamente negativa.

Saber callar

Las personas que me conocen saben que me gusta mucho hablar. Usualmente tengo una opinión que compartir acerca de todo y cuando se da la oportunidad de hacerlo, la tomo.

Poco a poco he ido aprendiendo a ser un poco más consciente de qué y cómo digo las cosas. Los años me han enseñado a saber cuándo callar. Hoy se puso a prueba mi capacidad de guardar silencio.

No quiero entrar en los detalles de lo que sucedió pero es importante para mí compartir mi experiencia. Hoy en la tarde estaba parado haciendo cola para comprar un café. Una señora con sus 5 hijos estaba haciendo cola enfrente de mí. Uno de ellos, el más pequeño, se acercó a platicar conmigo. Me contó que era el cumpleaños de uno de sus hermanos. Luego, uno de sus hermanos también se acercó e intercambiamos un par de palabras. Unos segundos después la madre se acercó a nosotros con una gran sonrisa y me dirigió un par de palabras que me impactaron bastante.

Pude sentir un enojo muy intenso crecer dentro de mí. En el momento sentí un sentido de superioridad, casi como que si yo tuviera algún tipo de autoridad divina sobre ella. Mi corazón empezó a latir más rápido y pude sentir la adrenalina correr por mis venas. Las palabras que quería decir estaban listas para herirla en la punta de mi lengua. Afortunadamente el veneno que quería esconder tras la excusa de querer “ayudarle” con un buen consejo nunca llegó a salir de mi ser.

Tal vez lo que quería decir podía haber ayudado. Pero no con el enojo e indignación con que lo iba a decir. Más allá de lo que se dice, cómo se dice determina como se recibe el mensaje. Haber hablado en ese estado no hubiera servido de nada más que darme una descarga emocional a mí.

Durante el resto de la tarde y ya bien entrada la noche me estuve cuestionando por qué no hablé. “Podía ayudarla y tan solo un par de palabras hubieran hecho toda la diferencia en su vida.”, me estuve escuchando decir durante horas. ¡Qué mentira! Por más pena que me dé reconocerlo, en ese momento no quería ayudar a nadie. Tan solo quería sentirme superior y descargar mi enojo con alguien que ni siquiera conozco.

Pero ahora que ya es hora de dormir agradezco que en el momento supe callar y que las palabras que buscaban salir a destruir se quedaron dentro de mí. Saber callar a veces nos ayuda a dormir mejor.

Entender nuevos procesos, pruebas de COVID en Estados Unidos

Es fácil ejecutar un proceso cuando se está familiarizado con él. En el momento que el proceso cambia el esfuerzo cognitivo y emocional que se requiere para adaptarse es grande, muy grande.

Esta es precisamente la situación en que estoy ahora. ¿Cuál es el proceso que ha cambiado? La generación de documentos de viaje internacionales. Hasta la última vez que viajé, el proceso de requerimientos de viaje había cambiado muy poco. Sí, los pases de abordar se movieron de ser impresos a estar en el teléfono pero fuera de eso muy poco había cambiado. Hasta ahora.

En estos últimos días he estado dedicando una buena parte de mi tiempo a encontrar un lugar para generar el nuevo documento que está de moda para poder viajar, la prueba del COVID. Para poder salir de Guatemala hacia Estados Unidos el proceso fue fácil. Ahora que estoy por regresar parece ser que está un poco más complicada la cosa.

En realidad no hay mucha complejidad pero en Estado Unidos hay varias cosas que cambian. Para empezar casi todos los formularios para solicitar las pruebas requieren información de seguro y el costo sin seguro de la pruebas no queda claro (aunque aparenta ser bastante caro). Luego, el tipo de pruebas que muchos lugares ofrecen no son las que se aceptan para entrar a Guatemala. En fin, espero ya mañana terminar de entender este nuevo proceso y poder tener todo listo para regresar a Guatemala.

Entender nuevos procesos es cansado.

Siempre hay tiempo

Hay una gran confusión entre lo que es no tener tiempo y saber manejar nuestras prioridades. La expresión “no tengo tiempo” realmente no tiene sentido. El tiempo en ningún momento deja de existir. Lo que en realidad está sucediendo en estos casos es que decidimos hacer otras cosas con el tiempo que tenemos disponible. Siempre hay tiempo.

Mientras una persona sigue viva en este planeta tiene tiempo. Es imposible que no lo tenga. Es parte de las leyes físicas que rigen nuestra existencia. “No tengo tiempo” es simplemente la excusa que utilizamos para no tener que decir “ahora prefiero hacer otra cosa.”

El tiempo siempre sigue su curso y es indiferente a lo que nosotros decidamos o no decidamos hacer con él. Está en cada uno de nosotros utilizarlo responsablemente para lograr lo que queremos hacer. Cuando algo es suficientemente importante, encontramos el tiempo para hacerlo.

Claro, no se puede hacer todo lo que queremos en este mundo. Es por esto que es tan importante llegar a dominar la habilidad de priorizar. Dado que el tiempo es limitado (y esto no es lo mismo que decir que no hay tiempo) es de vital importancia que aprendamos a identificar que es lo más importante qué queremos hacer con el tiempo que tenemos disponible en una determinada situación.

Entender esto es muy liberador. Eliminar para siempre la sensación de “no tener tiempo” y asumir la responsabilidad que viene con saber que sí tenemos tiempo y lo estamos usando justo como queremos nos empodera. Nos recuerda que nadie, ni siquiera el paso del tiempo nos puede privar de la más grande libertad que cada uno de nosotros tiene —la de decidir.

La línea del tiempo, Loki

Recién estamos terminando de ver el segundo episodio de Loki con mi familia. La serie está muy buena pero la historia es algo compleja de seguir. La pura verdad, me siento algo perdido y por más que trato no termino de entender todo el tema de las líneas del tiempo. Espero que poco a poco, conforme se desarrolle la serie, pueda ir entendiendo mejor la trama de la historia.

Pero por hoy me quedé con esta idea básica de que un evento puede empujar la dirección de la línea del tiempo en una dirección irreversible. Es un concepto muy aplicable al desarrollo natural de nuestras vidas.

¿Qué tan grande debe ser una decisión o un evento para empujar nuestra vida en una nueva dirección que sea totalmente irreversible? Creo que no mucho. Es más, creo que cualquier decisión que se tome, por insignificante que parezca, envía nuestras vidas en una nueva dirección que aunque siempre se puede modificar, nunca podrá regresar a ser como lo era antes de que tomáramos la decisión.

Es decir que con cada decisión que tomamos estamos llevando nuestras vidas en una nueva dirección. Osea, la línea del tiempo no es recta. Es curva, muy desordenada y realmente impredecible. Nuestro destino no está escrito y somos nosotros los que estamos en control. Todo lo que tenemos que hacer para cambiar por siempre de dirección es decidir.

La paradoja del esfuerzo

“Debes ponerle más esfuerzo a algo para que parezca que requiere de poco esfuerzo. Cuando te das cuenta de esto, empiezas a hacer las cosas de manera diferente”.

— Sahil Bloom

Hoy he decidido también poner la cita original en inglés porque creo que se pierde el espíritu de la misma con la traducción.

“You have to put in more effort to make something look effortless. When you realize this, you start doing things differently”.

— Sahil Bloom

Han sido muchas la veces en mi vida que he visto a alguien hacer algo que a mi me cuesta mucho con una facilidad increíble. Y si, cada vez mi reacción inicial es siempre pensar “dichoso, que fácil es hacer X para él o ella”. El pensamiento de Sahil me invitó a reflexionar. En realidad lo más probable es que esta persona ha invertido una buena cantidad de tiempo y esfuerzo para hacer que lo que está haciendo parezca ser tan fácil.

A todos se nos olvida lo mucho que al principio nos costaba hacer cosas que ahora dominamos y nos parecen ser tan fáciles. Montar una bicicleta, manejar un carro, gerenciar una empresa, batear una pelota, escribir un artículo. Nada es fácil sin práctica, tiempo y esfuerzo.

Y es esto lo que olvidamos cuando vemos a alguien hacer algo con mucha facilidad. Olvidamos que esa persona ha trabajado mucho para llegar a donde está. Esa envidia que a veces sentimos al ver cómo alguien domina lo que hace debe ser sustituida por una saludable admiración. Una admiración no por la facilidad que está demostrando sino una admiración por todo el trabajo que hay por atrás que permite que lo que está haciendo parezca ser tan fácil.