Con cada experiencia

Lo que hoy somos, en gran parte, es producto de las experiencias que hemos vivido en tiempos anteriores. Son estas experiencias que vivimos, fusionadas con las reacciones e interpretaciones que les vamos dando lo que poco a poco nos moldea en las personas que somos.

Cada experiencia que tenemos nos enseña algo —si así lo deseamos. Con el tiempo y las vivencias vamos haciendo nuevas conjeturas y nuestra comprensión de cómo funciona el mundo a nuestro alrededor crece. A veces los aprendizajes son certeros y otras veces las conclusiones a las que llegamos son falsas. Sin embargo, en ambos casos lo que vivimos se va volviendo parte de quienes somos.

Es por esto que creo que es tan importante poder vivir la mayor cantidad de experiencias posible. Al final del día no importa tanto si una experiencia en particular salió a nuestro favor o no. Lo que realmente importa es poder vivir y aprender, descubrir realmente quienes somos. Todas las experiencias que vivimos nos ayudan en este proceso de descubrimiento.

Muchas veces sentimos un fuerte empuje a sentirnos cómodos y seguir haciendo lo mismo. Aunque esto se siente bien limita nuestro crecimiento porque una misma experiencia vivida 100 veces nos da un solo aprendizaje. En cambio, 100 distintas nuevas experiencias nos dan 100 nuevos descubrimientos o aprendizajes. Las personas que más crecen son aquellas personas que a más experiencias desconocidas se exponen.

Para poder experimentar todo lo que la vida tiene por ofrecer tenemos que estar abiertos a vivir nuevas experiencias todos los días de nuestras vidas.

La mente engaña

Estás ahí sentado, esperando un trágico desenlace que lo más probable es que nunca llegará. Sientes la ansiedad invadir cada rincón de tu cuerpo y con cada segundo las historias en tu cabeza se alimentan de tu incertidumbre para crear desenlaces cada vez más nefastos. Esto es normal. Tu mente solo está haciendo su trabajo.

¡Por supuesto! Evolutivamente el trabajo principal de la mente es mantenernos seguros y ayudarnos a sobrevivir. La mejor manera de lograr su objetivo es ser excesivamente exagerada. La mente todo el tiempo está buscando qué podría salir mal y cuándo lo encuentra lo exagera exponencialmente. Así es como ella nos trata de mantener vivos.

Aunque esta ardua tarea que no tiene descanso es muy noble si no se controla causa una gran cantidad de sufrimiento innecesario. Como bien lo dijo el gran filosofo estoico Seneca, “sufrimos más en nuestros pensamientos que en la realidad”.

El peligro y las amenazas son reales. Es importante estar atentos y alertas. De lo contrario en cualquier momento una amenaza nos podría tomar por sorpresa y causarnos mucho daño. Pero ojo, esto no es lo mismo que imaginarnos cosas terribles que están muy lejos de lo que realmente podría pasar. Esto ya es sufrir por gusto. El miedo a lo desconocido fácilmente se puede salir de control. Es importante mantener una mente clara y enfocada en la realidad. Así sufriremos mucho menos y al mismo tiempo estaremos lo más seguros posible.

Creer lo hace real

Digamos que estás a la orilla de un precipicio. Quieres saltar para llegar al otro lado. La caída es muy grande y la distancia entre un lado y el otro está justo en el límite de lo que puedes saltar. ¿Qué hará que el salto sea real? La voluntad de creer.

Te retiras de la orilla para agarrar aviada. Tomas un profundo respiro y cierras los ojos. Sientes tu corazón latir y tus piernas temblar. Es momento de arrancar.

En este instante, mas allá de lo que tu cuerpo pueda hacer o no, es lo que suceda en tu mente lo que determinará si llegaras con vida al otro lado. Si crees que lo lograrás esa confianza se traducirá en más fuerza y velocidad. La duda desaparecerá y el salto será exitoso. Creer lo hace real.

Ahora bien, si crees que caerás al fondo del abismo y morirás, la incertidumbre se apoderará de cada fibra de tu cuerpo. La indecisión te frenará y tus pasos serán más cortos. Titubearas a la hora del salto y te quedarás corto. En este caso una vez más comprobamos que creer lo hace real.

Es increíble Lo poderosa que es la mente humana. Es tan poderosa que puede materializar cosas en el mundo físico. No lo menciono como un acto de magia a lo “El Secreto” pero creer que algo puede suceder acompañado de una ejecución apegada a las leyes de la física lo puede hacer real.

Si alguien quiere leer a profundidad sobre este tema y sus implicaciones filosóficas le recomiendo leer el ensayo “La voluntad de creer” de William James escrito en 1897.

La batalla por hacer el bien

La batalla por hacer el bien siempre es interna. En realidad creo que, exceptuando algunos casos extremos, la gran mayoría de personas quieren hacer las cosas bien todo el tiempo. Como le digo a todos aquellos a quienes coacheo, “nadie se despierta en la mañana pensando: “hoy quiero ir a hacer todo el mal que pueda en el mundo”. Creo que todos están tratando de hacer lo mejor que pueden con las herramientas que tienen y simplemente las cosas no siempre salen como quisieran.

Todos queremos ser felices y llevar una buena vida pero nuestros miedos e inseguridades muchas veces nos meten zancadilla. La gran mayoría del tiempo sabemos qué es lo correcto de hacer pero nuestros arraigados patrones de conducta interfieren y al momento de actuar nos desviamos —y hacemos cosas que nos dañan a nosotros y a los demás. No por qué esas fueran nuestras intenciones iniciales sino por qué nuestra falta de conocimiento interior nos hace susceptibles a repetir el mismo error una y otra vez.

La batalla por hacer el bien siempre es interna. No tiene nada que ver con saber distinguir entre el bien y el mal. Eso es relativamente fácil. Lo que realmente importa es que desarrollemos la fortaleza interna para poder escoger hacer el bien incluso cuándo estamos muertos del miedo, cuando no es conveniente hacerlo.

Hacer el bien cuando hay adversidad es más difícil que hacer el bien cuando todo marcha a favor. Pero la batalla por hacer el bien siempre es igual —es una batalla interna que solo cada uno de nosotros puede librar.

El elemento sorpresa y la humildad

Hay cosas que suceden con más probabilidad que otras. Hay cosas que tienen muy poca probabilidad de suceder. Dada una buena cantidad de tiempo, la realidad es que cualquier cosa es posible. Todo puede pasar, incluso lo que nuestra limitada manera de pensar considera imposible.

Cuando sucede algo que una persona no está esperando, se dice que la persona fue sorprendida. Fuera de las fiestas sorpresa, ser sorprendido usualmente no es algo bueno. Cuando la vida nos sorprende, muchas veces no sabemos qué hacer y somos arrollados.

Así podemos llegar a la siguiente conclusión: si no son fiestas sorpresa, mejor minimizar la probabilidad de ser sorprendidos. Suena bastante intuitivo, ¿No? Yo también lo creo. Pero si es tan intuitivo, ¿Por qué somos tan propensos a caer ante el elemento sorpresa?

Porque somos arrogantes y a nuestro ego no le gusta ser expuesto a alternativas que no encajan con el modelo mental del mundo que ha construido. Tratar de pensar en situaciones que no encajan con ese modelo mental nos hace sentir inseguros. Nos pone nerviosos. La sensación de incomodidad es tan grande que cualquier posible situación que no encaje con nuestra manera de ver del mundo es descartada.

Las consecuencias de este patrón de comportamiento son devastadoras. La realidad una y otra vez toca a la puerta de nuestra percepción para alertarnos sobre peligros y oportunidades que no estamos esperando que lleguen, que no encajan con nuestros paradigmas. ¿Y qué hacemos nosotros? La ignoramos, nos encerramos en nuestra fortaleza mental y confiamos en que la amanezca u oportunidad se desvanezca sin derrumbar nuestro frágil castillo de cristal.

El elemento sorpresa es real. Qué tanto nos puede afectar depende principalmente de que tan cerrada sea nuestra manera de pensar. Si somos intransigentes y rígidos seremos constantemente sorprendidos —y atropellados por la realidad. Si somos humildes y aceptamos que el mundo no revuelve a nuestro alrededor y que tiene su propia agenda podremos estar mejor preparados para lo que sea que el siguiente momento tenga preparado para nosotros.

Cuando pensamos de esta manera siempre podemos utilizar el elemento sorpresa a nuestro favor.

Algunas habilidades que se pierden si se dejan de usar

Por distintas razones, principalmente comodidad, durante el último mes he reducido bastante la cantidad de ejercicio que estoy haciendo. Hoy empecé a retomar “el camino del bien” y esto es lo que aprendí.

Principalmente aprendí que lo que no se usa se pierde. En este caso en particular hablo de la resistencia y fuerza muscular. Tan solo hace 2 meses estaba corriendo hasta 17 kilómetros. Hoy me costó mucho completar tan solo 3. Mi capacidad física se ha visto considerablemente reducida.

Todas las habilidades y destrezas se deben desarrollar. Esto no es un secreto. Lo que a muchos se les olvida es que estas habilidades y destrezas también se deben mantener. Una vez mas, lo que no se usa se pierde. Esto es bastante fácil de ver, como lo hice hoy, con nuestras facultades físicas.

Pero no solo son las destrezas y habilidades físicas las que están atadas a esta realidad. También nuestras capacidades mentales están sujetas al deterioro debido al abandono y desuso. Estas también se deben cuidar y mantener en óptimas condiciones. De lo contrario, al igual que me pasó hoy, lo que podíamos hacer ayer, ya no lo podremos hacer hoy.

Acá les dejo un listado que me viene a la mente sobre que habilidades adicionales a las físicas vale la pena constantemente practicar para podernos mantener en óptimas condiciones:

  • Manejar presión
  • Pensamiento crítico
  • Leer
  • Conectar a nivel profundo con otras personas
  • Relajarse
  • Escribir
  • Vender algo
  • Hacer algo incómodo
  • Ayudar a alguien

3 lecciones para navegar por el rio de la vida

Sin entrar en nociones metafísicas o creencias “new age” hoy quiero reflexionar sobre las pequeñas sutilezas que nos pueden ayudar a navegar por el rio de la vida de una mejor manera.

Primero. Es importante reconocer que la vida tiene su propio curso y que se extiende mucho más allá de nuestros agrados y desagrados. La vida ha existido desde mucho antes que todos nosotros naciéramos y sin la más mínima duda seguirá existiendo después de que todos nosotros ya no estemos acá. Realmente no tiene sentido alguno tratar de oponerse al desenvolvimiento de algo que es tanto más grande que nosotros. Digamos que este fin de semana vamos a ir a la playa y queremos sol. A la vida no le importa nuestra ida al mar y puede ser que llueva. El clima no está bajo nuestro control, es mucho más grande que nosotros. Entonces, ¿Cuál es el sentido de ofuscarnos porque llueve cuando nosotros queremos sol? Ni nuestra respuesta emocional ni nada más en este mundo puede cambiar el clima.

Segundo. Todo rio susurra, hay que aprender a escuchar. Estoy convencido de que los momentos más difíciles en la vida de las personas se deben a que algo importante ha sido ignorado. Hay que aprender a escuchar. La resistencia siempre dificulta las cosas y requiere de mucha energía. Tratar de pasar por encima de algo siempre es más difícil que aprender a cómo darle la vuelta. Los obstáculos más difíciles de superar son los que no se pueden ver. Cuando sabemos que algo ya no nos hace bien pero decidimos no dejarlo por qué nos da miedo cambiar, no estamos escuchando el susurro del rio de la vida. Seguro habrá dificultad.

Tercero. La vida no es algo que nos sucede, es algo que está en nosotros. Cuando ocurren eventos buenos o malos en nuestras vidas corremos a atribuirle intencionalidad a la vida. Nos fascina creer que todo lo que ocurre a nuestro alrededor nos ocurre a nosotros. Ojalá fuéramos así de importantes. La realidad es que la dirección del curso de la vida no tiene nada que ver con nosotros y lo que consideramos “bueno” o “malo” solo tiene que ver con que sí lo que pasó esta alineado con nuestras expectativas o no. Me despidieron del trabajo. ¿Es eso bueno o malo? Para mí es algo malo y para la persona que ahora tiene mi trabajo es algo bueno. Lo eventos simplemente ocurren. Claro, nos afectan y tienen consecuencias reales en nuestras vidas. Lo que no podemos olvidar es que estos eventos no son nada personal. Lo único realmente personal en estos acontecimientos es como decidimos responder ante ellos.

Navegar por el rio de la vida no es nada fácil. Más si tomamos en cuenta que ni en el colegio o universidad hay alguien que se tome el tiempo de enseñarnos como hacerlo. Espero que con estos tres puntos pueda ayudar a más de alguien a mejorar su viaje por este maravilloso rio de la vida.

Ciencia ficción para emprendedores

Recientemente he estado leyendo bastante más ciencia ficción. Por ciencia ficción no solo me refiero a novelas de mundos y tecnologías futuristas (Foundation, Robot Dreams, etc.) sino que también a historias de universos totalmente ficticios (Lord of the Rings, Wizard of Earth Sea, etc.)

Mi experiencia ha sido interesante y como emprendedor he empezado a ver una gran utilidad en leer más libros de este genero. Después de todo, el camino de cada emprendedor es una historia de ciencia ficción que busca materializar en el mundo un sueño que al inicio de la jornada nunca existe.

Sin importar a qué se dedique el emprendimiento, la visión del fundador, al igual que las historias de los grandes autores de ciencia ficción como como Tolkien y Asimov, tan solo existe en la cabeza de su fundador. Y es por esto que como emprendedores nos podemos beneficiar mucho al leer estas historias de mundos futuristas o universos que no existen. Exponer nuestro cerebro constantemente a realidades fantasiosas que aún no han sido materializadas nos prepara para la tarea de materializar esa gran visión por la cual estamos luchando todos los días.

Leer ciencia ficción también nos permite expandir nuestras expectativas y soñar más grande. Poder estar en constante contacto con la creatividad de estos autores nos muestra lo que es posible para la mente humana idear. Sin duda alguna sumergirnos en los magníficos mundos que tantos de estos autores han creado nos lleva a ver posibilidades mucho más creativas y novedosas para cada uno de nuestros emprendimientos.

Acá pueden ver los últimos 100 libros que he leído (todos los géneros)

Invisible

Hay cosas que son invisibles, simplemente no se pueden ver. Todos sabemos esto. Lo que muy pocos llegan a distinguir es que hay cosas que no se pueden ver porque esa es su naturaleza y hay otras cosas que no se pueden ver porque nosotros escogemos no verlas.

El aire es invisible al igual que la luz infrarroja. También hay muchas otras substancias que el ojo humano no puede percibir. Son invisibles por su naturaleza. Esto no es en lo que me quiero centrar hoy.

Es más interesante explorar cosas como los vicios que lentamente matan a millones de personas sin que ellas se den cuenta de lo que está pasando. ¿O qué tal todos esos casos de personas que están por perder su trabajo porque no se han dado cuenta que tienen que subir de nivel para poderlo retener? ¿O todas esas familias que poco a poco se desintegran sin que nadie siquiera se dé cuenta hasta que ya es muy tarde?

Lo más difícil de ver no es lo que es invisible. Lo más difícil de ver es lo que no queremos ver. Nuestros errores. Nuestras fallas. Todo aquello que vive en nosotros y que no nos deja vivir nuestra mejor vida. Nuestras propias limitaciones.

Lo invisible se puede llegar a ver. Todo lo que tenemos que hacer es quitarnos la venda que nos mantiene cegados, aquella que no nos queremos quitar porque tenemos miedo a que la luz de la realidad nos vaya a quemar para siempre los ojos.

Y ahora, ¿Qué vas a hacer?

Las cosas no salieron como querías. Te quedaste corto y el objetivo final por el qué tanto trabajaste no se cumplió. Bien, pues ya hoy eres un poco más fuerte, más sabio. No alcanzar la meta después de tanto correr puede ser un gran aprendizaje —si así lo quieres de verdad.

Las cosas son como son y el pasado no se puede cambiar. Recuerda, ver hacia atrás tan solo sirve para aprender de los errores que no quieres volver a cometer.

Hoy tienes una muy importante decisión que tomar. ¿Qué vas a hacer? ¿Vas a bajar la cabeza y lamentarte? ¿Te vas a sentar a llorar? ¿O vas a aprovechar esta lección para volver más fuerte y regresar siendo mejor en el siguiente round?

Tu futuro será lo que tu hagas de el y fracasar siempre será parte de tu crecimiento —es parte del crecimiento de todas las personas que logran grandes cosas en sus vidas. Estoy muy orgulloso de ver como poco a poco estás convirtiendo al fracaso en uno de tus mejores amigos. Lo estás empezando a entender y con cada tropiezo aprendes más de alguna enseñanza que te convierte en una mejor persona. Y de eso se trata esto: de darlo todo, sonreír ante la adversidad y seguir aprendiendo.