Si no tomas la decisión, la decisión será tomada por ti

Esta frase, anónima hasta donde yo se, tiene mucha sabiduría escondida en su corta extensión.

“En situaciones difíciles aguantamos, esperamos y a menudo evitamos tomar decisiones. De alguna manera queremos que la necesidad de tomar la decisión se esfume conforme el paso del tiempo.”

La buena noticia es que el paso del tiempo muchas veces si elimina la necesidad de tomar una decisión importante. La mala noticia es que la decisión siempre debe ser tomada y cuando no la tomas tu directamente, alguien o algo mas la tomó por ti. Así que siempre que estés evitando decidir algo recuerda: si no tomas la decisión, la decisión será tomada por ti.

Moraleja: Nunca mas dejes una decisión importante a la suerte por no querer asumir la responsabilidad de decidir tu.

[Video] Divertida representación de como no saber decir que no arruina los proyectos

Estoy seguro que un 90% de las personas que leen este blog han estado en una reunión como la que se muestra en el vídeo. Está muy, muy divertido y representa con gran exactitud lo que ocurre en muchas reuniones en las cuales se está definiendo un proyecto: el cliente pide algo incoherente o irrelevante y la empresa proveedora defiende la solicitud a costa de todo con tal de mantener su status de “experticia” y demostrar que lo puede hacer.

Es cierto, decir “no” es difícil, es incómodo e incluso puede dar miedo. Sin embargo hay muchas razones válidas para hacerlo. Si en realidad una persona se considera experta debe poder también discernir que solución tiene mas probabilidades de tener éxito y no solo buscar complacer al cliente a cualquier precio. Incluso al punto de ofrecer algo que en la realidad es imposible.

Me da bastante risa como cada rol se comporta en el video y aunque pareciera que lo están haciendo con “maldad”, si lo traducimos al mundo real, cada persona tan solo está cumpliendo con su función de acuerdo a lo esperado en nuestra actual cultura corporativa. Ustedes, ¿que piensan?

Los 3 motivadores principales de un equipo

Dan Pink ha encontrado 3 motivadores principales que mueven a los equipos de alto rendimiento en la empresa de hoy:

  1. Autonomía
  2. Maestría
  3. Propósito

La autonomía es el intenso deseo de dirigirte a ti mismo y no hay cantidad de dinero, beneficios o prestaciones en el mundo que puedan sustituir esta necesidad básica del ser humano. Es vital permitir que el equipo experimente la intensa satisfacción personal de poder resolver un reto por medio de la toma de decisiones personales.

Por maestría se refiere a la capacidad de poder lograr una tarea con excelencia. La maestría tan solo se puede lograr cuando se le permite a una persona trabajar en una tarea de manera autónoma durante un período de tiempo prolongado. Durante el proceso es importante proveer una cantidad abundante de retroalimentación para asegurar la mejora en rendimiento.

Finalmente tenemos el propósito. Todas las personas quieren ser parte de algo mas grandes que ellos mismos. Hay mucha investigación que apunta a que este es el camino a la verdadera felicidad y la realización interna. Para ayudar al equipo a lograr satisfacer esta necesidad humana lo que se debe hacer es gentilmente guiarlos a internalizar y cumplir la misión de la empresa – crear productos de clase mundial, cambiar el mundo o ayudar a otras personas / organizaciones maximizar su potencial.

Para aquellos de ustedes que estén interesados en profundizar en este tema les recomiendo leer el libro Drive de Dan Pink:

 

Deja de pensar que todo es acerca de ti

Una de las limitantes mas grandes que tenemos como seres humanos es la infinita capacidad de pensar que todo es acerca de nosotros. En muchos aspectos de nuestras vidas sentimos como que si hay una gran luz alumbrando cada minúsculo movimiento que hacemos. Sentimos que estamos siendo monitoreados y que todo el resto del mundo está al pendiente de nosotros.

Esto causa un gran problema ya que este sentir nos limita considerablemente el rango de acción. Cuando nos sentimos “observados” queremos complacer a los demás, no queremos quedar mal con nadie y gastamos una cantidad infinita de energía tratando de balancear las expectativas de todos aquellos a nuestro alrededor. Lo peor de todo es que hay prueba científica que demuestra que todos los demás no están tan pendientes de nosotros.

En una universidad de Estadios Unidos se realizó el siguiente experimento. Se invitaron a 10 personas a llegar al centro del departamento de psicología. 9 de ellos eran invitados a la hora correcta y llevados a un salón a llenar unos formularios. 1 de ellos era invitado 15 minutos mas tarde. Esta persona entraba a la oficina de un conductor del estudio y se le decía que debía poner sobre su ropa actual una camiseta muy grande y lo que muchos considerarían “fea” y “llamativa” de Barry Manilow.

Luego de obtener su camiseta era llevado al salón en donde todos los demás estaban llenando el formulario. Después de 5 minutos parado esperando, se le decía que entrara, que no había problema por llegar tarde, y se le pedía que empezará a llenar los mismos formularios. 5 minutos mas tarde se le decía que se había reconsiderado y que la llegada tarde afectaba los resultados, y que por favor se retirara.

Al final se le preguntaba a esta persona que dijera que % de las personas llenando el formulario había notado que tenía puesta la camiseta de Barry Manilow. Consistentemente estas personas dijeron que un 80% de las personas había notado la camiseta. Luego de  consultar a los otros 9 que estaban llenando formularios, la realidad es que ninguno de ellos notó la camiseta!

¿Que nos enseña esto? Se tu mismo, que no te importe que piensan los demás, por que en realidad, no están pensando tanto como tu crees sobre ti.

Darte por vencido como decisión estratégica y no como decisión moral

Vivimos en una sociedad en la cual comenzar algo es celebrado. Hay un compromiso para un casamiento y empiezan las fiestas. Anuncias que vas a ser doctor y entras a pre-medicina y seguro habrá festejos. Vas al gimnasio a inscribirte y ya te sientes mas saludable aunque solo hallas firmado un cheque! Darse por vencido es algo natural y no algo que es necesariamente malo. ¿Cuantas cosas que hicimos de niños no hemos dejado atrás? Ya no hacemos ballet, ya no entrenamos para ser bomberos o ya no nos preparamos para ser astronautas.

La realidad es que la mitad de los matrimonios terminan en divorcios, la neurocirugía es tan cara ya que hay tan pocas personas que terminen la carrera de medicina y el entrenamiento necesario para ser cirujanos y los gimnasios la primer semana de febrero ya están vacíos! El poder perseverar y terminar lo que se empieza es algo que está muy escaso en el mundo de hoy.

Nuestro entorno evalúa el rendirse o darse por vencido como una decisión moral. Darte por vencido te hace menos como persona, un profesional menos deseable y de alguna manera te convierte en alguien que “no va a llegar lejos”. Este paradigma no permite tomar las decisiones adecuadas sobre cuando perseverar y cuando darte por vencido. Es importante pensar en darse por vencido como una decisión estratégica.

Darse por vencido como decisión estrategia funciona así:

Imagina que puedes a andar por el mundo con una tarjeta que puedes sacar en cualquier momento y obtener el permiso de darte por vencido cuando quieras. La puedes usar para dejar cualquier cosa que ya no quieras hacer. El intercambio es que cuando decidas que vas a terminar algo, ya no puedes darte por vencido hasta que termines lo que te propones. En resumen, una vez identificas algo que quieres, no puedes parar hasta terminarlo. A cambio, siempre y cuando no hayas decidido que lo que estás haciendo es tan valioso para ti como para terminarlo, lo puedes dejar en cualquier momento que quieras para alocarle mas recurso a lo que si quieres terminar.

Seth Godin ha escrito un excelente  libro al respecto, The Dip: A Little Book That Teaches You When to Quit (and When to Stick) , que trata este tema a fondo. Las ideas acá presentadas fueron tomadas de ese libro.

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Siempre entregarás proyectos tarde si “perfecto” es tu única opción

Cuando un proyecto se está acercando a la recta final y se acerca el lanzamiento público los equipos entran en pánico.  El miedo que se siente por lanzar un proyecto es natural dada la naturaleza con que la sociedad en que vivimos trata el fracaso. En el fondo como humanos sentimos miedo a que algo salga mal. Tenemos miedo a fracasar o saber que lo que hicimos puede no ser aceptado.

Esta reacción emocional nos lleva a inventar nuestra historia de cobertura y protección. A esta historia se llama “aún falta algo mas para estar listos”. Con esta historia nos convencemos de que necesitamos que el proyecto esté perfecto para lanzar. Nos convencemos de que de esta manera será bien recibido y que esta es la única forma en que el proyecto será exitoso.

Gracias a esta historia el proyecto nunca verá la luz del día y así no tendremos que enfrentar el miedo que le tenemos al fracaso. La realidad es que ningún proyecto es perfecto. Es por esto que al momento de empezar un proyecto se debe definir como se verá el proyecto “perfecto” y como se verá el proyecto “suficientemente bueno para lanzar”. Recuerda que cuando trabajes estas dos definiciones es muy probable que “suficientemente bueno para lanzar” debe ser diferente de perfecto.

Es muy importante que todo el equipo se esfuerce en lanzar un proyecto perfecto pero también es importante que el equipo sepa que lograr lanzar un proyecto “suficientemente bueno” también es un éxito y que serán reconocidos por el logro.

Recuerda que no podrás estar lanzando tus proyectos consistentemente a tiempo si “perfecto” es tu única opción.

Seth Godin

El secreto para lograr entregar proyectos a tiempo

Se forma una nueva empresa que desea cambiar el mundo a través de una innovación tecnológica. Todo está alineado y se empieza a trabajar. Los primeros entregables todo se cumplen y los proyectos siendo realizados empiezan  ganar cada vez mas reconocimiento en el mercado.

Se empiezan  a contratar mas ingenieros para acelerar el “go to market” de los nuevos proyectos. Estos proyectos pueden ser nuevos o productos o nuevas versiones / mejoras de productos existentes. En este punto el tiempo necesario para lanzar una nueva versión o completar un nuevo proyecto crece muchísimo. ¿Por qué los retrasos?

Porque en un inicio hay pocas personas viendo un proyecto. Nadie tiene que aprobar nada y los 2 o 3 ingenieros que trabajan en el producto no sufren de mayores distracciones o encuentros cercanos con la burocracia. Se pueden centrar en crear el producto a su gusto y antojo. Se lanza el producto en tiempo y bajo presupuesto. El producto es un éxito en el mercado y la empresa empieza a crecer. Se crea un departamento de mercadeo, otro de legal, crece la jerarquía, etc.

El secreto está en como hacer que los proyectos se entreguen a tiempo cuando hay tantos departamentos y personas involucradas en su aprobación. Pues bien, la solución consiste en invertir el proceso de aprobación y quienes tienen derecho a opinar sobre el producto.

La convención tradicional es que al principio solo las personas que están trabajando directamente en el proyecto lo ven. Trabajan, lo desarrollan y prácticamente lo completan aislados de los demás “stakeholders”. Al final, cuando ya todo está listo, se invita a mercadeo, legal, vicepresidencia, etc.  Se toman en cuenta los cambios solicitados y se inicia un esfuerzo titánico de reingenieria que garantiza el retraso en el lanzamiento del producto.

Cambios a un producto en el principio son prácticamente gratis cuando los comparamos con los cambios que se hacen cuando un producto ya casi está terminado. Al principio cambiar las cosas es fácil. Hacerlo sobre un producto terminado es muy complicado.

Dado esto, lo que se debe hacer es invitar a mercadeo, legal, etc. al inicio del proyecto para que lo aprueben aunque sea en maquetas, papel o prototipo. Una vez estas personas van aprobando el proyecto ya no podrán solicitar cambios mas adelante cuando ya esté completo (cuando es muy caro) por qué ya lo aprobaron en la etapa inicial.

En resumen, haz un prototipo muy detallado, involucra a todos los que pueden decidir sobre cambios a realizar al producto desde el principio, logra su aprobación y no permitas que hagan cambios al final del proceso.

Empezar un negocio es igual que construir una casa

¿Donde comprar el terreno? ¿En plena ciudad o cerca de una playa? ¿En un barrio residencial o en un área cerca de la oficina? ¿De que material se va a construir? ¿Ladrillos, madera o block? Así sucesivamente hay un millón de decisiones mas que se pueden tomar. Al momento de empezar a construir se suele ver el arranque como un lienzo en blanco. Se puede hacer lo que se quiera con los recursos disponibles. Todo se vale.

Lo único que no está permitido es que una vez se termine la construcción es quejarse de que “vivo en un sector de la ciudad que no me gusta!” Esto no se permite por qué tu la pusiste ahí! “Mi casa es muy caliente” tampoco se permite. Por qué la hiciste de madera! Etc., etc., etc. Eres el único responsable de como construiste tu casa!

Lo mismo pasa cuando estás arrancando un negocio. Puedes escoger en que industria lo vas a empezar, que modelo de negocio vas a utilizar, si vas a costearlo tu o vas a levantar capital con inversionistas. ¿Vas a hacer un negocio virtual en internet o te vas “brick and mortar”?. ¿Vas a usar un modelo de negocio con el cash flow a favor (cobras antes de gastar) o algo a la inversa? ¿Vas a ser intermediario o vas a ser productor? Al igual que el arquitecto empezando una casa, tienes un sinfín de opciones.

¿Cuantas personas he escuchado que se quejan que su “industria ya no es la misma” y que ya no se puede sostener el negocio? Esto simplemente no está permitido. ¿Quien decidió poner el negocio en esa industria? ¿Por qué no pensar en como mover el negocio a otra industria o simplemente buscar un nuevo modelo que resalte dentro de la industria decadente?

Si estás empezando un negocio piensa como el arquitecto que está por empezar una nueva casa. Ahora es cuando puedes decidir que tipo de casa (negocio) quieres construir, donde y como lo vas a construir y sobre todo recuerda que después no te puedes quejar de lo que tienes pues fuiste tu quien lo quiso construir así.

¿Por qué es mejor hacer lo difícil al principio?

Nos gusta postponer lo difícil para el final. Lo evitamos a costa de todo. No nos gusta hacer lo difícil. Nos da miedo. Está claro que esto lo hacemos por qué tomamos las decisiones a un nivel emocional. Pero, ¿es racional dejar lo más difícil para el final? ¿Nos trae beneficios? En realidad no.

Hacer lo difícil al principio de un proyecto, negocio, etc. da una ventaja muy importante. Al fracasar al principio tenemos menos que perder. Muy al principio en realidad no hay nada que perder. Lo que sucede cuando dejamos lo difícil para el final es que en ese momento ya hemos construido bastante y ya tenemos mucho que perder. Si tenemos bastante que perder nos es mas difícil tomar los riesgos que se requiere tomar para poder lograr hacer lo que realmente es difícil.

Usualmente al principio de un emprendimiento empezamos haciendo el logo, consiguiendo el dominio, incorporando la sociedad, etc. En realidad esto no es lo que es difícil para el proyecto. Lo difícil es definir ese producto que hará que tengamos una cola de clientes allá afuera, lo complicado es saber reclutar y construir ese equipo que es indispensable para alcanzar el éxito que visualizamos para nuestra organización, etc.

Así, que paremos. Démonos cuenta que ahora al principio no tenemos nada que perder y tomemos los riesgos para poder construir la empresa con que estamos soñando!

Un marshmallow y los beneficios de la gratificación aplazada

La capacidad de trabajar antes de cosechar resultados es vital para el éxito. Poder aplazar la gratificación es una característica muy distintiva de los mas grandes líderes de toda la historia. El vídeo que les comparto a continuación describe un experimento que se realizó con niños de 4 años y un marshmallow. La idea es que si los niños se quedaban 15 minutos solos con el marshmallow sin comérselo obtenían un segundo marshmallow y se podían comer los 2. 100% de retorno de inversión.

En un estudio de seguimiento realizado 15 años mas tarde se encontró que 100% de los niños que no se comieron el marshmallow tenían vidas que la mayoría de nosotros clasificaríamos como exitosas. Los niños que no lo lograron (2 de cada 3 niños se comieron el marshmallow) estaban teniendo problemas en algún área de su vida.

Vean el vídeo que incluye tomas muy divertidas de los niños siendo “seducidos” por los marshmallows!