Escasez y valor

Valoramos aquello que es escaso. Lo que es abundante y fácil de obtener no tiene valor. No estoy refiriéndome a teorías económicas. Tan solo estoy describiendo como veo que las personas viven a nuestro alrededor.

Aquel joven enamorado que daría su vida por conquistar a su pareja —nunca será valorado. Él describiría su amor como un amor incondicional. Y es cierto. Puede ser que su amor SEA incondicional. Y esto es precisamente lo que le quita todo el valor. Si no hay nada que su pareja pueda hacer para perder este tipo de amor, ¿qué tan valioso es en realidad?

Lo opuesto sucede con la vida. Es valiosa porque todos la vamos a perder. Si nos detenemos a pensar un poco, la vida es realmente escasa. Creo que no darle el más alto de los valores a la vida es una seña de perturbación.

Es momento de estar atentos y reconocer aquello que es escaso. Es momento de buscar lograr cosas difíciles y embarcar en proyectos imposibles. La hora de hacer aquello que pocos han logrado ha llegado. Seamos de los pocos, seamos de los escasos. Es la única manera que seremos valiosos y dejaremos nuestra huella en este mundo.

Sin presión

La presión es una creación humana y no existe fuera de las cabezas de las personas. Cualquier situación, evento o actividad es totalmente ajena a la presión. La presión tan solo existe dentro de la persona experimentando el evento.

Aunque no parezca serlo así, la presión es una decisión. Algo está ocurriendo allá afuera y la persona interpreta lo que ocurre de cierta manera. Es esta interpretación personal lo que genera la presión. No es el evento.

¿Cómo lo podemos probar? Es muy fácil. Agarremos cualquier circunstancia que generalmente se relacione con la presión:

  • Cobrar un penal en la final de un mundial
  • Dar una charla ante miles de personas
  • Tomar una decisión de inversión
  • Enfrentar una conversación difícil
  • Hacer un examen final

Todos hemos visto que hay personas que manejan estas situaciones mucho mejor que otras —porque no sienten presión. De hecho, las personas que más destacan en estas situaciones una y otra vez reportan no sentir presión.

Esto explica por qúe hay personas que destacan en estas situaciones mientras que otras se hunden. Todo tiene que ver con la reacción de la persona. No con la situación. Si fueran las situaciones las que causan la presión, nadie destacaría en esas circunstancias.

Se podría argumentar que lo que sucede es que algunas personas manejan la presión mejor que otras. Esto es cierto. Lo que sucede es que si se maneja bien la presión, deja de ser presión.

Una buena biografía

Una buena biografía cambia vidas. Te puede transportar a un universo paralelo en donde puedes ver el mundo a través de los ojos de alguien más. Si aún no has leído una buena biografía de la que te hayas enamorado, te recomiendo hacerlo ya!

La experiencia de leer una biografía es intensa. Especialmente si te identificas con el autor. Cuando existe esa íntima conexión con el autor pasan muchas cosas. Una de las más personales es pararte frente a un espejo y verte reflejado en la vida del autor. De pronto estás parado ante situaciones que despiertan las más fuertes emociones en tu ser y puedes ver de lejos como alguien más las vivió, comparando sus acciones con las tuyas. Es fenomenal.

Hay algo especial en ver cómo alguien más, que en este caso admiramos, vivió su vida. Es muy enriquecedor. No es lo mismo aprender estudiando una teoría que tener la oportunidad de absorber los ejemplos de nuestros héroes. Esta es la puerta que las biografías nos abren. Un aprendizaje visceral.

Debo reconocer que no he leído muchas biografías pero si sé que he salido una persona diferente después haber terminado cada una de ellas. He crecido muchísimo cada vez.

Les comparto el listado de las que he leído. Espero que más de alguna les llame la atención y si deciden leer alguna, que les cambie la vida.

Si alguien me quiere recomendar alguna biografía, por favor déjenme un comentario!

Las cortinas y el sueño

Hoy estaba pensando lo mucho que me gusta dormir con las cortinas abiertas. Hay algo que me atrae mucho a ver el cielo, las estrellas y la luna a la hora de descansar. Me genera una paz muy profunda.

Luego me surgió la duda del origen de las cortinas. ¿Dónde y por qué se inventaron? Sin duda alguna todo empezó por privacidad. Está claro que nadie quiere que lo que ocurre en un cuarto sea “publico”. Todos queremos privacidad. La seguridad también puede haber sido otro factor importante en el origen de las cortinas.

Yo tengo la suerte que mi cuarto es en un segundo nivel y la ventana que tenemos no da a un area pública. Así que la privacidad y la seguridad no son una preocupación para mí.

Después otro rato de estar pensando, caí en cuenta en que las cortinas también cumplen otra función: Bloquean la luz durante el día. Es decir, nos quitan el mejor despertador que tenemos, la luz del sol. Esto tampoco es un problema para mí. Usualmente me despierto con el amanecer y madrugar, siempre y cuando haya descansado bien, no me molesta para nada.

Así que dejando los temas de privacidad y seguridad por un lado creo que las cortinas están de más. Nos distancian de la magnificencia del cielo. Nos desconectan del cosmos y creo que esto es necesario para descansar bien. También nos distorsionan los ciclos naturales de sueño haciéndonos creer que el día aún no ha llegado. Nos despertamos más tarde, necesitamos de despertadores y dormimos de más. Con razón nos cuesta tanto dormir a la noche.

Si dormir con la cortina abierta no limita ni tu privacidad ni tu seguridad te invito a probar dormir con las cortinas abiertas y acercarte más a una experiencia de sueño más natural.

La recta final

Todo proceso en la vida tiene una recta final. Sin importar si el trayecto fue un sprint desenfrenado o una larga y tediosa maratón, todo termina con una recta final.

El año escolar tiene su recta final —quien no recuerda la presión infinita por ganar el final y no “dejar retrasadas”. El proceso de venta mensual tiene su recta final —90% de las ventas se cierran en lo últimos 3 días del mes. Los entrenos físicos tienen su recta final —esas últimas repeticiones en las que cada músculo del cuerpo está que prende fuego.

Como todo, la vida en sí también tiene su recta final. En este caso particular hay dos problemas. Primero, nunca se sabe cuándo llegará esa recta final ya que no podemos saber cuándo vamos a morir. Y segundo, pasamos los días olvidando por completo que nuestras vidas tienen una recta final.

Pareciera ser que las rectas finales obedecen al principio de Paretto. Su duración aproximada es del 20% del proceso total y requieren un 80% de la energía utilizada. Es por esto que son tan emocionantes.

Entrar a la recta final significa que estás cerca de la meta. No es el momento para abandonar. Este momento requiere que des lo mejor de ti. Si no completas la recta final no cumplirás tu objetivo. Ahora piensa, ¿como vivirías hoy si estuvieras en la recta final de TU VIDA?

En dónde está la mirada

La mente y el corazón tienen una capacidad casí infinita de enfoque. Se pueden enfocar con tanta intensidad en cosas tan particulares que a veces perdemos la perspectiva. Por ejemplo, alguien nos alza la voz y en un instante olvidamos por días lo maravillosas que son nuestras vidas.

Aprender a direccionar nuestro enfoque no es algo que sepamos hacer. Es más, la gran mayoría del tiempo ni siquiera nos damos cuenta en qué estamos enfocados. Rara vez estamos conscientes si estamos enfocados en un pensamiento, una emoción, en algo que alguien nos digo o en un futuro que no sabemos si se hará realidad. Pasamos nuestras vidas “dormidos”.

Lo bueno es que la capacidad humana de enfoque tiene una característica muy peculiar. Es extremadamente flexible y, con un poco de práctica, la podemos dominar completamente. Imagina tu capacidad de enfoque como una luz que al mismo tiempo puede enfocarse en un solo objeto o ampliarse para iluminar toda una habitación. Y no solo esto, también la puedes direccionar a cualquier objeto que quieras.

Aprender a utilizar esta cualidad humana no es fácil y requiere mucha práctica. Ala vez, los beneficios de cultivar esta habilidad son infinitos. Tan solo imagina cosas tan simples como poder enfocar toda tu atención en lo que te motiva a querer alcanzar tus metas en lugar de estar preocupado por lo que los demás puedan pensar de tu nuevo proyecto.

En realidad tu vida depende totalmente de en donde esté puesta tu mirada. Si quieres ver mierda en todos lados, experimentaras tu vida como mierda. Si ves maravillas en todos lados, tendrás una vida maravillosa. El primer paso es darte cuenta que siempre estás enfocado en algo y que tú eres el que decidió enfocarse en eso.

Diferentes papeles: No soy lo que hago

Durante un día normal cada uno de nosotros juega una infinidad de papeles o roles. Podemos ser padres, hijos, hermanos, líderes, seguidores, gerentes, deportistas, profesores y alumnos. En tan solo 24 horas experimentamos la vida desde mil lugares diferentes.

Una persona no puede ser lo que hace. Alguien práctica medicina. No es doctor. En cada momento estamos haciendo algo diferente —jugamos distintos papeles. Incluso, hay situaciones donde jugamos varios roles al mismo tiempo. Pero hay algo adentro de nosotros que no cambia. Es aquello que experimenta cada instante y que está presente en todo lo que hacemos. Le podemos llamar alma.

Este distanciamiento entre “soy” y “hago” es elemental para poder disfrutar la vida. Dejar atrás la confusión entre quién soy y qué es lo que hago es una de las acciones más liberadores y gratificantes que un ser humano puede experimentar. Es el principio del camino hacia la libertad que tan solo se puede obtener al destruir la identidad que venimos construyendo en base a cada cosa qué hemos hecho desde que éramos niños.

El futuro será lo que tu quieres

Hoy eres libre de escoger lo qué quieres hacer. Las decisiones que tomes en este momento determinarán en gran parte el futuro que tendrás mañana. Decisiones difíciles, vida fácil. Decisiones fáciles, vida difícil.

Recuerda, puedes tener el futuro que quieres. Tan solo debes cumplir con dos requisitos:

  1. Tienes que estar dispuesto a pagar el precio completo de lo que quieres lograr para tu futuro y
  2. Tienes que estar dispuesto a pagarlo por anticipado

Si cumples con estos dos requisitos, puedes estar seguro de que tendrás el futuro que quieres. Puede ser que hayan piedras en el camino o que el precio final de tu compra sea un poco más alto de lo que inicialmente creíste. Pero si estás dispuesto a hacer el trabajo, el futuro será lo que tu quieres.

El momento de comprar es ahora. No puedes comprar algo que está en el pasado. Para tener el futuro que quieres no te puedes perder en lo que ya pasó. Tan solo debes voltear a ver hacía atrás para aprender de tus errores y fracasos.

Hoy es el momento de decidir. Hoy es el momento de construir el futuro que quieres tener. Hoy, no mañana, no ayer; hoy. Recuerda que si hoy no tienes ganas de hacer nada, también estás construyendo el futuro que quieres. No hay a dónde escapar.

Nadie quiere patear la mesa

Hoy por la mañana estaba leyendo. Tenía puestos los lentes que solo uso para leer. Me levanté para ver que los gatos en el jardín no estuvieran haciendo algún desastre y pateé la mesa de la sala. Sin zapatos puestos claro. Rompí la pata de la mesa y mi dedo pequeño del pie me duele bastante.

Claro que no quise patear la mesa. Nadie quiere patear la mesa. Al igual que nadie quiere entregar un proyecto tarde o perder un negocio, mi intención era otra totalmente ajena a lo que sucedió.

Probablemente al tener los lentes puestos, algo que no hago cuando estoy en movimiento, calculé mal y según yo no iba a tocar la mesa. De lo contrario nunca hubiera dado el paso. Mi creencia de donde estaba la mesa me engañó. Esta es la única razón por la que di el paso.

Y lo mismo pasa con todo lo que hacemos en nuestras vidas. Solo podemos decidir y actuar en base a lo que creemos que es cierto. Y fuera de casos patológicos, actuamos en base a lo que creemos que será lo mejor. Los errores, fracasos y mesas que pateamos vienen de creencias falsas que para nosotros son reales. Nunca de malas intenciones. Nadie quiere patear la mesa.

La maravilla de escribir

Durante ya un buen tiempo me he estado sentando todos los días a escribir. A enfrentar el cursor titilando en el monitor mientras busco algo que decir. No es fácil. Pero el ejercicio de hacerlo una y otra vez me ha ayudado a obtener varias habilidades que no me había dado cuenta que había desarrollado —hasta hoy.

En los últimos meses, por diversas razones, no me he visto en la necesidad de escribir sustancialmente en el trabajo. Hoy llegó el momento. Estoy escribiendo un caso para que algunos candidatos que estamos evaluando resuelvan. Estoy bastante satisfecho con el proceso que pude llevar.

Primero, la ansiedad de empezar no estuvo ahí. Fue bastante fácil empezar a generar ideas, al menos preliminares, durante los primeros minutos. Logré generar inercia inmediatamente. Eso hizo el resto del trabajo bastante más fácil.

Después de eso pude notar que mi manera de pensar ha cambiado. La forma en que puedo ordenar mis ideas es más coherente y secuencial. Es como que si las cosas que quiero expresar salen en orden y ya no las tengo que reordenar después de haberlas escrito.

Luego me di cuenta que estoy usando frases más cortas y concisas. Estoy siendo más directo y eficiente en comunicar lo que quiero decir. Ya no hablo tantas “pajas”. También pude notar que estoy usando lenguaje bastante más activo y poderoso. Esto me ayuda bastante a consolidar los puntos que quiero hacer.

Así que este ejercicio que muchos días me cuesta tanto esfuerzo está ya pagando dividendos. Es impresionante lo mucho que se puede desarrollar una habilidad si se práctica todos los días. Aún más cuando se practica a conciencia.