Darte por vencido como decisión estratégica y no como decisión moral

Vivimos en una sociedad en la cual comenzar algo es celebrado. Hay un compromiso para un casamiento y empiezan las fiestas. Anuncias que vas a ser doctor y entras a pre-medicina y seguro habrá festejos. Vas al gimnasio a inscribirte y ya te sientes mas saludable aunque solo hallas firmado un cheque! Darse por vencido es algo natural y no algo que es necesariamente malo. ¿Cuantas cosas que hicimos de niños no hemos dejado atrás? Ya no hacemos ballet, ya no entrenamos para ser bomberos o ya no nos preparamos para ser astronautas.

La realidad es que la mitad de los matrimonios terminan en divorcios, la neurocirugía es tan cara ya que hay tan pocas personas que terminen la carrera de medicina y el entrenamiento necesario para ser cirujanos y los gimnasios la primer semana de febrero ya están vacíos! El poder perseverar y terminar lo que se empieza es algo que está muy escaso en el mundo de hoy.

Nuestro entorno evalúa el rendirse o darse por vencido como una decisión moral. Darte por vencido te hace menos como persona, un profesional menos deseable y de alguna manera te convierte en alguien que “no va a llegar lejos”. Este paradigma no permite tomar las decisiones adecuadas sobre cuando perseverar y cuando darte por vencido. Es importante pensar en darse por vencido como una decisión estratégica.

Darse por vencido como decisión estrategia funciona así:

Imagina que puedes a andar por el mundo con una tarjeta que puedes sacar en cualquier momento y obtener el permiso de darte por vencido cuando quieras. La puedes usar para dejar cualquier cosa que ya no quieras hacer. El intercambio es que cuando decidas que vas a terminar algo, ya no puedes darte por vencido hasta que termines lo que te propones. En resumen, una vez identificas algo que quieres, no puedes parar hasta terminarlo. A cambio, siempre y cuando no hayas decidido que lo que estás haciendo es tan valioso para ti como para terminarlo, lo puedes dejar en cualquier momento que quieras para alocarle mas recurso a lo que si quieres terminar.

Seth Godin ha escrito un excelente  libro al respecto, The Dip: A Little Book That Teaches You When to Quit (and When to Stick) , que trata este tema a fondo. Las ideas acá presentadas fueron tomadas de ese libro.

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Empezar un negocio es igual que construir una casa

¿Donde comprar el terreno? ¿En plena ciudad o cerca de una playa? ¿En un barrio residencial o en un área cerca de la oficina? ¿De que material se va a construir? ¿Ladrillos, madera o block? Así sucesivamente hay un millón de decisiones mas que se pueden tomar. Al momento de empezar a construir se suele ver el arranque como un lienzo en blanco. Se puede hacer lo que se quiera con los recursos disponibles. Todo se vale.

Lo único que no está permitido es que una vez se termine la construcción es quejarse de que “vivo en un sector de la ciudad que no me gusta!” Esto no se permite por qué tu la pusiste ahí! “Mi casa es muy caliente” tampoco se permite. Por qué la hiciste de madera! Etc., etc., etc. Eres el único responsable de como construiste tu casa!

Lo mismo pasa cuando estás arrancando un negocio. Puedes escoger en que industria lo vas a empezar, que modelo de negocio vas a utilizar, si vas a costearlo tu o vas a levantar capital con inversionistas. ¿Vas a hacer un negocio virtual en internet o te vas “brick and mortar”?. ¿Vas a usar un modelo de negocio con el cash flow a favor (cobras antes de gastar) o algo a la inversa? ¿Vas a ser intermediario o vas a ser productor? Al igual que el arquitecto empezando una casa, tienes un sinfín de opciones.

¿Cuantas personas he escuchado que se quejan que su “industria ya no es la misma” y que ya no se puede sostener el negocio? Esto simplemente no está permitido. ¿Quien decidió poner el negocio en esa industria? ¿Por qué no pensar en como mover el negocio a otra industria o simplemente buscar un nuevo modelo que resalte dentro de la industria decadente?

Si estás empezando un negocio piensa como el arquitecto que está por empezar una nueva casa. Ahora es cuando puedes decidir que tipo de casa (negocio) quieres construir, donde y como lo vas a construir y sobre todo recuerda que después no te puedes quejar de lo que tienes pues fuiste tu quien lo quiso construir así.

¿Por qué es mejor hacer lo difícil al principio?

Nos gusta postponer lo difícil para el final. Lo evitamos a costa de todo. No nos gusta hacer lo difícil. Nos da miedo. Está claro que esto lo hacemos por qué tomamos las decisiones a un nivel emocional. Pero, ¿es racional dejar lo más difícil para el final? ¿Nos trae beneficios? En realidad no.

Hacer lo difícil al principio de un proyecto, negocio, etc. da una ventaja muy importante. Al fracasar al principio tenemos menos que perder. Muy al principio en realidad no hay nada que perder. Lo que sucede cuando dejamos lo difícil para el final es que en ese momento ya hemos construido bastante y ya tenemos mucho que perder. Si tenemos bastante que perder nos es mas difícil tomar los riesgos que se requiere tomar para poder lograr hacer lo que realmente es difícil.

Usualmente al principio de un emprendimiento empezamos haciendo el logo, consiguiendo el dominio, incorporando la sociedad, etc. En realidad esto no es lo que es difícil para el proyecto. Lo difícil es definir ese producto que hará que tengamos una cola de clientes allá afuera, lo complicado es saber reclutar y construir ese equipo que es indispensable para alcanzar el éxito que visualizamos para nuestra organización, etc.

Así, que paremos. Démonos cuenta que ahora al principio no tenemos nada que perder y tomemos los riesgos para poder construir la empresa con que estamos soñando!

Un marshmallow y los beneficios de la gratificación aplazada

La capacidad de trabajar antes de cosechar resultados es vital para el éxito. Poder aplazar la gratificación es una característica muy distintiva de los mas grandes líderes de toda la historia. El vídeo que les comparto a continuación describe un experimento que se realizó con niños de 4 años y un marshmallow. La idea es que si los niños se quedaban 15 minutos solos con el marshmallow sin comérselo obtenían un segundo marshmallow y se podían comer los 2. 100% de retorno de inversión.

En un estudio de seguimiento realizado 15 años mas tarde se encontró que 100% de los niños que no se comieron el marshmallow tenían vidas que la mayoría de nosotros clasificaríamos como exitosas. Los niños que no lo lograron (2 de cada 3 niños se comieron el marshmallow) estaban teniendo problemas en algún área de su vida.

Vean el vídeo que incluye tomas muy divertidas de los niños siendo “seducidos” por los marshmallows!

Retroalimentación bienvenida acá!

Uno de los principales efectos que tiene nuestra tendencia a no poder distinguir nuestros resultados de la persona que somos es que se nos dificulta mucho poder recibir retroalimentación. Es bastante directa la relación, si pienso que mi valor en el mundo está directamente vinculado con los resultados que logro en un área específica de mi vida, cualquier dato que muestre que mis resultados no fueron los deseados será devastador, al punto que este muy probablemente será ignorado por mi conciencia.

Es de suma importancia poder hacer la distinción entre lo que somos y lo que proponemos, creemos, probamos y producimos en el mundo. La consecuencia natural de poder hacer esta distinción es que seremos mucho más receptivos a la retroalimentación y por ende podremos ver con mas claridad todas las oportunidades de crecimiento que tenemos a nuestra disposición todos los días de nuestras vidas. Sin duda alguna aprenderemos mucho mas!

La premura detiene el aprendizaje en los niños y en las empresas

Es temprano por la mañana. Te despiertas e inicia la rutina de prepararte y ayudar a tus hijos para salir al colegio. El tiempo avanza y de pronto te das cuenta que ya estás algo apretado para salir. Tienes un niño pequeño de unos 4 años de edad que está prendiendo a comer solo. Puede ser que sin darte cuenta de pronto te encuentres ayudándole a comer para poder salir a tiempo, que no se manche, etc, etc.

Ya que la rutina diaria se repite, en poco tiempo esto se puede volver una costumbre y de pronto estás ayudando a tu hijo a comer todos los días para poder seguir saliendo a tiempo. Si eres observador puede ser que un día te cuestiones por qué si tu hijo puede hacer tantas cosas aún no puede comer solo. La respuesta simple es por qué la premura, en este caso de llegar a tiempo al colegio y trabajo, detiene el aprendizaje.

Este fenómeno es muy interesante por qué se repite en todas las áreas de nuestras vidas. Debes entregar un proyecto, cerrar una venta o llegar a una meta. Eso es toda la excusa que necesitas para no dejar que alguien que trabaja en tu equipo pueda crecer. Le privas el aprendizaje por que hay premura. Tu lo puedes hacer mejor que el. Tu vas a lograr un mejor resultado.

Si quieres que las personas que están a tu alrededor de verdad puedan crecer, aprender y alcanzar todo su potencial es importante dejar que la premura interfiera en su aprendizaje.

Escoger algo siempre será mejor que no escoger nada

Tomar decisiones nos inquieta. Decidir algo, ya sea que comprar, a donde ir o incluso donde parquearnos nos causa una sensación de incomodidad. ¿Alguna vez has llegado a un parqueo vació tan solo para darte cuenta que no sabes en donde te vas a parquear? Incluso hay veces que te parqueas en un lugar, sales y vas a buscar otro y así sucesivamente.

Fiódor Dostoyevsky tiene un pasaje filosófico muy interesante en su libro Los Hermanos Karámazov justo dentro del capítulo del Gran Inquisidor en donde se cuestiona por qué Dios regaló el libre albedrío al hombre si es a lo que más le teme. Es bastante interesante.

La idea es esta. Decidir o tomar un nuevo camino nos es difícil por dos razones principales. Primero, nos podemos equivocar y la sociedad no ve bien el acto de equivocarse. Se ha perdido la línea que divide al individuo de sus resultados. Si nuestros resultados no son los deseados, sentimos que NOSOTROS no somos deseados. Segundo, decidir nos adjudica un cierto grado de responsabilidad. Si yo decidí, soy responsable de la causa en el mundo de la decisión que tomé. Esto tampoco nos gusta.

Con esto dicho, veo que la conclusión inevitable es la pérdida del miedo a la toma de decisiones y a ser agentes de causa en el mundo. Escoger algo siempre será mejor que no escoger nada.

“Aunque estés en el camino correcto, si te quedas sentado, alguien te pasará llevando de largo”.

Anónimo

El único momento en que nunca debes decidir

Siempre he creído fervientemente que la acción es mejor que la pasividad. Que hacer es mejor que no hacer. Que tomar decisiones es mejor que seguir evaluando. Hoy por la mañana salí a correr. Un entreno que para mi fue bastante duro. Hice 7 intervalos de 800 metros a un paso de alrededor de 5:30 el km.

Durante el 5to intervalo empecé a pensar: ¿y que si paró? Ya hice mas de la mitad. He cumplido con todos los demás entrenos. Falta mucho para la carrera, etc. Hoy, ese 5to intervalo fue un momento crucial. Decidí ignorar esa vos interna que me invitaba a rendirme y simplemente decidí no seguir pensando. Terminó el intervalo y tuve 3:00 minutos de recuperación durante los cuales me sentí mucho mejor. Puse mi cansancio en perspectiva y pensé en escribir este artículo.

Luego llegó el 6to intervalo y cerca de la mitad volvió a ocurrir lo mismo. La duda, las ganas de rendirme. La tentación de sucumbir ante la comodidad. Y de nuevo evité tomar una decisión bajo el peso de la circunstancia actual. En fin, 20 minutos después terminé el entreno y me sentí muy satisfecho. Claro, ahorita me duelen bastante las piernas pero sé que mañana voy a ser mas fuerte.

En el momento en que estás mas cansado, en ese momento en que las cosas no van como quieres, cuando todo está en tu contra, cuando tu cuerpo no puede mas, cuando solo puedes pensar en descansar, nunca tomes la decisión de rendirte. Si decides en este momento estarás desaprovechando una gran oportunidad para crecer, de saber hasta donde puedes llegar. Es en estos momentos cuando puedes alcanzar a ser esa mejor versión de ti con la que siempre has soñado encontrarte un día. Nunca decidas rendirte cuando el camino está difícil, es cuando mas estás creciendo.

Les copio la imagen de mi recorrido de hoy en la que las flechas muestran en que tipos momento nunca debes decidir.

 

Trata el fracaso como si fueras un científico

Cuando un cientifico hace un experimento los resultados son impredecibles. Algunas veces las hipótesis se probarán correctas, otras veces no, algunas veces habrán explisiones y otras veces se lograrán grandes descubrimientos. Nunca se sabe que puede pasar. Lo único que se puede garantizar es que el resultado de cada un de los experimentos es un dato mas.

Cada uno de estos datos acerca cada vez mas al científico al resultado deseado. Así es como los científicos tratan el fracaso, como la obtención de un dato mas que me acerca a la respuesta o resultado que estoy buscando.

Esto es un punto de vista muy diferente al que utiliza la sociedad para ver el fracaso. Fracasar en un examen significa que no eres lo suficientemente listo, fracasar en el arte significa que no eres creativo, etc., etc.

Esto no le hace sentido al científico. Para el fracasar no significa que sea un mal científico. Al contrario! Probar que su hipótesis está equivocada puede ser tan bueno como probarla correcta ya que se pudo haber descubierto la clave con el error.

Es importante recordar que los resultados que se producen no dicen nada de la persona. Son dos cosas diferentes. Y como menciona Seth Godin: Los fracasos son simplemente un peaje a pagar en el camino a obtener la respuesta correcta.

Los retos mas grandes para crecer una empresa

Recién acabo de leer un artículo de Seth Godin, un tremendo emprendedor que también resulta ser uno de mis autores favoritos. Ha escrito un sin fin de libros de negocios y marketing buenísimos. Su blog también es muy bueno. Les recomiendo mucho darle un vistazo. En fin, el link me lo envió @sergeiw y el artículo habla de los retos más grandes que enfrenta una organización para poder crecer. Procedo a parafrasearlo escribiendo lo que en particular me dejó. Siempre les recomiendo i a leer el original que está magnifico.

Lo primero que ocurre es que cuando la organización empieza a crecer, los niveles de iniciativa y pasión bajan debido a que mientras más personas se agregan al equipo, mas nos acercamos al promedio o la mediocridad.

De igual manera, al tener más personas se requiere una comunicación mas formal e instrucciones mas directas para ejecutar con precisión. Esto hace que se pierda la capacidad de usar “utiliza tu mejor juicio” y aún así poder garantizar un resultado exitoso.

Crecer de una manera u otra significa burocracia y mas personas interesada en estar cómodos en lugar de experimentar cosas nuevas. También, el éxito trae consigo el miedo de perderlo. Cuando hay mas que perder, la presión para no perderlo es mayor.

Todo esto es lo que hace que crecer una empresa sea tan difícil. La buena noticia es que esto puede ser superado. El secreto está en mantener una constante e intensa lucha por la grandeza. Las personas pueden trabajar para lograr la grandeza.

Para que la organización pueda crecer se debe tener muy presente que la grandeza es un compromiso y no un evento.