Guía básica para decidir que tipo de vida quieres llevar

Todos, en algún momento u otro, debemos responder la pregunta “¿Qué tipo de vida quiero llevar?” de manera consciente. Mientras no la respondamos estaremos llevando vidas sin intencionalidad ni propósito. En este estado el tipo de vida que llevamos es definido por las acciones que tomamos al azar.

Ha llegado el momento de decidir qué tipo de vida quieres llevar.

La vida envidiable

Esta es una vida fácil y hasta cierto punto cómoda. Para definirla mejor, detengamonos a pensar y respondamos:

¿Qué tipo de vida es la que envidio yo?

Usualmente envidiamos las vidas de los “ricos y famosos”. Aquellas vidas que parecieran ser glamorosas, exitosas y llenas de reconocimientos. Este tipo de vida aparenta no tener problemas o dificultades y la percepción que transmite es que se tiene todo lo que se quiere todo el tiempo. Aunque tengamos nuestras reservas sobre lo significante que puede ser este tipo de vida es justo el tipo de vida que quisiéramos tener. Esto es lo que la hace envidiable.

Las vidas de las estrellas de rock, grandes emprendedores, deportistas de clase mundial o figuras públicas vienen a la mente.

Tómate unos minutos y haz un listado de las personas que envidias. ¿Cómo son sus vidas?

La vida admirable

Esta es una vida que pocas personas logran llevar, esto es lo que la hace admirable. Es escasa, valiosa y auténtica.

¿Qué tipo de vida es la que admiro yo?

Normalmente admiramos la vida de las personas que han logrado cambiar el mundo y han sobrellevado grandes adversidades. Son vidas de personas que han luchado durante mucho tiempo y con toda su fuerza por alcanzar sus sueños. Cuando analizamos la vida de alguien que es admirable, definitivamente concluimos que no es una vida que quisiéramos tener nosotros. Requiere demasiado esfuerzo, lucha, dificultad y adversidad. El precio a pagar nos parece muy caro.

Seamos honestos, ¿Quién de nosotros quisiera llevar la vida de la Madre Teresa de Calcutta? Sí, es una vida muy admirable pero, ¿querer llevar una vida así? Eso es otra historia. Acá no hay envidia.

Tómate unos minutos y haz un listado de las personas que admiras. ¿Cómo son sus vidas?

Decide

Creo que queda claro cuales son los dos tipos de vida que podemos escoger llevar. Ahora decide si quieres llevar una vida que los demás envidien o que los demás admiren. Empieza actuar acorde.

Costumbre

Costumbre es algo que hacemos con frecuencia. Es aquello que no nos damos cuenta qué hacemos y que tampoco cuestionamos. Costumbre es el piloto automático.

La costumbre nos hace sentir a gusto y nos mantiene cómodos, nos impide crecer. La costumbre evita que podamos aprender y adormece nuestros sentidos. Costumbre es quedarnos en el mismo lugar.

Muchos buscamos cambiar nuestras vidas desarrollando nuevos hábitos pero a veces el cambio que estamos buscando está en dejar de hacer algo a lo que ya estamos acostumbrados.

La fortaleza está en las relaciones

Conozco personas fenomenalmente capaces, seres humanos realmente excepcionales. Todos han logrado grandes cosas en sus vidas. Ninguno lo ha hecho sólo.

De todas las cualidades que se podrían listar como elementales para poder alcanzar el éxito, la capacidad de identificar, desarrollar y mantener relaciones debiera ser siempre la número 1. Es la interacción entre las personas lo que logra hacer la mayor diferencia.

Creo que todas las personas buscamos pertenecer a algo más grande que nosotros mismos. Y este es el motor que nos lleva a buscar a otros con sueños y anhelos similares a los nuestros. Tener la oportunidad de trabajar con personas que comparten nuestra visión es de lo más gratificante que podemos tener y al mismo tiempo crea ambientes de alta productividad y energía que son tierra fértil para grandes resultados.

La fortaleza de una persona inevitablemente viene de las relaciones que cultiva. Ninguno de nosotros puede hacerlo todo solo. Siempre habrán momentos en los que necesitaremos de alguien más. Siempre habrá alguna habilidad que no se nos dé. Siempre habrá alguien que nos complemente a la perfección. Siempre habrá alguien que nos dé ánimo cuando no podamos más. La fortaleza está en las relaciones.

Apreciamos lo que cuesta

Ayer Checo Pérez ganó, después de 10 años de estar corriendo, su primer carrera en la F1. Puede ser que sea por qué hace tan solo una semana, después de hacer una gran carrera, el motor le estalló y perdió un podio. O puede ser por qué muchos lo hemos visto luchar, durante ya más de 10 años, por lograr el sueño de ganar su primer carrera. No importa cuál sea la razón pero la victoria de ayer fue especial, incluso para los fans de otros equipos y corredores.

Como seres humanos nos gusta apoyar al que viene de atrás. Hay algo especial en ver a alguien poder dar más de lo que creemos posible. Cuando una persona logra lo imposible nos inspira, nos lo hace posible a todos los demás. Humaniza la excelencia. Nos eleva a todos.

Apreciamos lo que cuesta y es por eso que a todos nos gusta tener héroes de “vida real”. Ellos nos enseñan que aquello que queremos lograr no es imposible. En ellos vemos que el esfuerzo y la lucha realmente valen la pena. De alguna manera nos vemos reflejados en sus acciones y por momentos creemos. Si tan solo siguiéramos sus pasos todos el tiempo, nosotros también pudiéramos ser héroes algún día.

Sombra y luz

¿Qué es una sombra? No es nada más que la ausencia de luz. ¿Cómo puede ser que algo sea la ausencia de algo más? Es imposible para la sombra existir sin que primero nazca una luz. Y aún así, es la sombra la que le permite a la luz relucir sobre el contraste de colores que solo ella puede generar.

Es una danza hermosa, esta entre la sombra y la luz. Por momentos pareciera ser que son uno mismo. Por momentos son tan distantes que no resulta difícil pensar que uno de ellos viene de un mundo lejano y remoto. Sin importar cómo se perciba en un momento dado, lo que es innegable, es que uno no puede existir sin el otro.

Este tema de la sombra y la luz es algo así como el resto del mundo natural que nos rodea. Estamos inmersos en un mundo lleno dude fenómenos totalmente distintos que juegan entre sí para crear experiencias verdaderamente únicas. Nos movemos entre un océano de personas totalmente diferentes que con sus distintos puntos de vista y contrastantes convenciones culturales nos enseñan lo que es ser un ser humano. La montaña no puede existir sin el valle al igual que la luz no puede existir sin la sombra al igual que yo no puedo definirme sin tenerte a ti.

Uno de los beneficios de escribir

Acabo de borrar un artículo que recién escribí. Lo tiré a la basura digital sin remordimiento alguno. Al momento de sentarme a escribir estaba convencido de que mi reflexión era 100% correcta. Cuando terminé el artículo y me puse a revisar las conjeturas y argumentos que estaba haciendo me di cuenta de que estaba totalmente equivocado y que mi manera de ver el problema no hacía sentido alguno.

Fue un momento de iluminación muy poderoso cuando el proceso de ordenar mi ideas y revisar lo que estaba tratando de decir me dijo “esto no es así”. En ese momento recapacité, aprendí y corregí mi manera de pensar. Pude ver la falta de lógica en mi pensamiento y ahora nunca más volveré a pensar igual.

El proceso de tomar un torrente de ideas, conceptos y pensamientos para ordenarlo en un secuencia lógica de palabras que transmiten le representación interna de lo que queremos comunicar (esto es lo que es escribir) no es fácil. Y por el mismo hecho de que no es fácil es tan poderoso. Si lo hacemos bien nos obliga a pensar, evaluar, simplificar y razonar. Desafortunadamente esto no es algo que hagamos muy seguido.

Es por esto que me gusta escribir todos los días. Ejercito mi proceso de pensamiento. Clarifico mi manera de ver el mundo y poco a poco voy desarrollando mi capacidad lógica de razonar.

El tiempo es corto

Al final del día lo único que realmente tenemos es tiempo. ¿Y qué es eso tan preciado que nos da el tiempo? Un espacio en el cual experimentar la vida. Nuestras vidas no son los planes que tenemos para el futuro. Tampoco son la suma de los recuerdos de lo que ya hemos vivido. Nuestra vida es ahora.

Y aún así repetidamente tenemos malas experiencias y pasamos malos momentos por qué olvidamos que podemos escoger cómo y con quién queremos pasar este instante. Por qué sentimos pena de dañar los sentimientos de alguien con quien no queremos estar tiramos meses de nuestras vidas en relaciones que no nos llenan. Por miedo a lo desconocido pasamos años en trabajos que no nos motivan aguantando jefes que no aprecian nuestro trabajo. Por miedo al que dirán nuestros conocidos insistimos en no poner a descansar proyectos que sabemos que ya han llegado a su fin.

El tiempo que tenemos es corto. Hoy no se volverá a repetir. Esta semana tampoco. Es momento de subir los estándares de la experiencia de vida que queremos tener antes de que sea muy tarde para recapacitar.

Aceptación no es indiferencia

El mundo siempre seguirá su camino y los eventos seguirán ocurriendo. La historia se desenvolverá sin tomar en cuenta los intereses personales de nadie. Entonces, ¿Por qué insistimos en poner resistencia?

Resistirnos a que las cosas sean como son nos genera ansiedad y muchas veces enojo. Esta sensación de que el mundo está mal y nosotros estamos bien es muy desgastante. Hay una manera mucho más efectiva de lidiar con aquello que no está alineado con lo que queremos —aceptarlo.

Aceptar las cosas como son es tan difícil porque estamos programados para creer que aceptar algo es lo mismo que ser indiferentes ante ello y que por ende no haremos nada para cambiarlo. Esto no es cierto.

Aceptar las cosas como son es reconocer que algo está pasando y que es independiente de nuestros intereses o expectativas. El evento que ocurre es siempre ajeno a nosotros y a lo que queremos que ocurra. Esta es la naturaleza del mundo en que vivimos.

Si lo que está ocurriendo no nos agrada siempre podemos decidir querer cambiarlo. Y para cambiarlo no tenemos que resistirlo ni luchar en contra de ello. Lo debemos aceptar tal y como es, entenderlo y estudiarlo. Verlo como algo perfecto que simplemente no encaja con lo que queremos. Solo entonces podremos encontrar como participamos en la situación que queremos cambiar y trabajar para dirigirla un poco más cerca hacia donde queremos que vaya.

Enseñar preguntando

El silencio es un regalo muy difícil de dar. Ver luchar a alguien con algo que le cuesta cuando sabemos que se lo podemos resolver tampoco es fácil. Con razón enseñar es algo tan difícil. Va en contra de las programaciones más arraigadas que tenemos.

La mejor manera de enseñar es por medio de hacer preguntas. Las preguntas estimulan el pensamiento y nos invitan a buscar nuestras propias soluciones. Ante una pregunta las conjeturas, ya sean correctas o falsas, empiezan a desfilar por nuestras mentes. No lo podemos evitar. Es gracias a este proceso que aprendemos.

Un verdadero maestro dejará a su alumno luchar con lo que no sabe. Lo verá con compasión y lo acompañará durante el proceso pero nunca le dará la respuesta pues sabe que dar la respuesta interrumpirá el proceso de aprendizaje. El maestro siempre será un guía y buscará hacer las preguntas correctas que ayuden al alumno a concluir su proceso.

No hay nada más gratificante en este mundo que ver cuando los ojos de otra persona se prenden en el momento en que entiende algo por sí misma —y saber que nosotros jugamos un pequeño rol facilitando su proceso. El momento en que se da esa conexión es mágico. Pero para poder llegar a ese momento es necesario pasar por el calvario de ver a alguien luchar con buscar su propia respuesta.

Para poder ayudar a crecer a los que nos rodean tenemos que estar dispuestos a enseñar preguntando. Y para hacer esto tenemos que destruir nuestra programación que nos lleva a no querer ver a los demás luchar cuando sabemos que les podemos ayudar.

Un semana sin AirPods Pro

Sí, sé que el título no suena para nada bien. De hecho, este es un post que fácilmente se podría clasificar como un “clásico problema de primer mundo”. Estoy ok con eso.

La semana pasada llevé mis AirPods Pro a Ishop para que los reemplazaran. Ambos auriculares padecían de un problema de fábrica ya ampliamente reconocido por Apple.

Hoy por la mañana recibí una actualización del ticket de soporte notificando que los nuevos auriculares nuevos ya estaban listos y que los podía pasar a traer. Fui a la tienda y 10 minutos después estaba de regreso en mi carro en camino a casa.

Regresé a la hora de almuerzo y lo primero que hice al terminar de comer fue sentarme a meditar utilizando los AirPods. En ese preciso instante me di cuenta de lo mucho que los extrañé durante la semana que llevó el reemplazo —no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes.

No solo es la calidad del audio que producen o la excelente función de cancelación de sonido. Es la practica conexión inalámbrica al teléfono, lo cómodo que quedan en los oídos y la larga duración de la batería. De verdad que son el paquete completo.

Durante la semana que no los tuve estuve utilizando otro par de audífonos inalámbricos que tengo (Power Beats Pro) y me funcionaron muy bien. Les puedo decir que durante esa semana no extrañé para nada los AirPods y estuve muy satisfecho con los audífonos que estuve usando.

Pero wow, de verdad que el nivel de satisfacción que dan los AirPods Pro al momento de tener contacto con ellos es de otro mundo.

Mi semana sin AirPods no estuvo para nada mal pero hoy que regresaron no puedo evitar sentir una pequeña dosis de felicidad al tenerlos de vuelta. Son un producto 5 estrellas.